14.12.2023
El Centro Cultural Resurgimiento, ubicado en Gral. José Gervasio Artigas 2262, allí donde se cruzan los barrios de Villa del Parque, Villa General Mitre y La Paternal, cumplió 20 años desde su reapertura en 2001. Nos acercamos a charlar con su director Alberto Cattan para que nos cuente sobre la historia de esta institución tan importante para el barrio.
¿Cuándo se creó Resurgimiento?
Resurgimiento nació en 1939, es un desprendimiento del club Villa Sahores. La historia la pudimos reconstruir con los vecinos. Parece que hubo una interna en el club, en el ‘39 y un grupo se escindió y dijo: “vamos a resurgir” y le pusieron Resurgimiento. Primero se fueron a la esquina de Adolfo P. Carranza y Artigas, después vinieron para acá, Artigas 2262, no sé cómo.
Sabemos que hubo mucha colaboración de empresarios de la zona, por ejemplo, los pisos que son hermosos y están impecables, los donó la fábrica de mosaicos Saponara que está en la avenida San Martín y Zamudio. Se hizo así, todo con gran colaboración. Lo que es el garage de al lado también era parte de Resurgimiento, era enorme.
Fue un fenómeno cultural de los clubes de barrio de la época de oro del tango y de los carnavales. Una vez un alumno me contó que vio en Sucesos Argentinos, el noticiero del cine, un anuncio sobre los carnavales de Resurgimiento y Comunicaciones. Había colas hasta Jonte para entrar. Por acá pasaron todos: Pugliese, Sandro, Juan D’Arienzo.
Tienen vínculo con el club Argentinos Juniors
La historia de Resurgimiento la reconstruimos con Luis Segura, que fue presidente de Argentinos Juniors, porque en el momento que se crea Resurgimiento eran todos socios de Argentinos y eran fanáticos. No sabemos cómo pasó a Argentinos Juniors este edificio. Fue la sede del club hasta el año 1982, cuando fue transferido a la Ciudad de Buenos Aires. A cambio Argentinos recibió los terrenos del Bajo Flores para hacer allí la ciudad deportiva. Luego, la entonces municipalidad vendió el terreno de al lado, donde está el garage ahora.
Después pasaron 18 años en que el lugar estuvo cerrado. Nosotros ingresamos, en acuerdo con las autoridades porteñas de aquel momento, durante la crisis del 2001.
Durante la gestión de Aníbal Ibarra
Sí, él nos propone hacer una asociación civil. Hacemos los trámites y por una ley nos dan la tenencia del edificio por una cantidad de años renovable con el tiempo. Al poco tiempo ingresa el Ministerio de Cultura con toda una estructura como el Programa Cultural en Barrios y después el Circuito de Espacios Culturales. Hasta ese momento el programa solo funcionaba en escuelas. Se dio una mixtura muy buena entre Estado y colaboración de la asociación.
¿Qué responsabilidad tienen ustedes en el día a día?
Desde la asociación nos encargamos de mantener el lugar, programamos, tenemos políticas de acercamiento con las instituciones barriales, es un espacio abierto. Y desde el Ministerio de Cultura nos bajan una cantidad de talleres que se dictan gratuitamente al público, y la programación artística de los fines de semana. Esto se viene dando así hace unos 16 años.
Cumplimos 20 años oficiales pero en realidad ya son 21, porque todo el primer año estuvimos arreglando el lugar. Acá no había nada cuando entramos. Tengo unas fotos terribles de ese momento. Empezamos a hacer teatro sobre unos tambores que se bamboleaban, era genial. Se mantiene ese espíritu.
¿Cómo funciona la asociación civil?
Lo hacemos desde la comisión directiva, ahí decidimos lo que hay que hacer, que falta, si hay que poner tal enchufe, es permanente porque es un espacio muy grande, tenemos 1200 m2.
Se mantiene un núcleo original, Daniel Saint Hilaire fue presidente durante muchos años. Yo estoy como director desde el 2003.
¿Qué relación tienen con otras instituciones del barrio?
Siempre fuimos una institución abierta, queremos que todos tengan su espacio. Acá hay espectáculos renovadores tanto musicales como teatrales, está el centro de jubilados con sus actividades, Argentinos Juniors siempre está presente con algunos actos, las escuelas utilizan el lugar, el centro de salud, que está adelante, durante el día realiza sus talleres aquí, hasta las 17 horas que comienza el fuerte del centro cultural. El CeSAC 34 hace talleres sobre diabetes, de la memoria, escuelas diferenciales, una cantidad de actividades importantísimas que le dan vida al lugar y sentido.
¿Qué relación tienen con el Gobierno de la Ciudad?
El escenario y la parte técnica fueron aportados por el Gobierno de la Ciudad. Todo el mobiliario lo fuimos consiguiendo de a poco nosotros, hasta haciendo rifas.
Lo que fuimos generando con el tiempo fue el afianzamiento de la institución, que es especial porque al ser una mixtura entre asociación civil con Estado, centro de salud, vecinos colaborando, se dio una dinámica especial.
Nosotros trabajamos con entrada a la gorra y con espectáculos de producción independiente. Esto nos da autonomía por un lado, pero por el otro, tenemos algunas limitaciones técnicas.
Contamos con el personal técnico como iluminadores, sonidistas, jefe de escenario, damos un servicio cultural profesional.
Tienen una gran biblioteca
Si, tiene 5.000 libros y fueron todas donaciones de los vecinos. Funciona con préstamos, la gente se asocia y se lleva los libros que quiere. También mandamos a provincias como Misiones todos los ejemplares que se repiten o que creemos que puede ser más útil en otro lado.
En Resurgimiento también suceden importantes festivales
En septiembre estuvo la Movida Teatral de las Dos Orillas, que es muy importante. Es un festival muy lindo de intercambio artístico cultural entre Uruguay y Argentina, que tuvo dos cursos por día y terminó con un espectáculo. Todo a la gorra.
También tuvimos el Festival Internacional de Clown Rojo, en junio, fue la segunda edición, estuvo excelente, se llenó de gente, el barrio respondió muy bien. Hasta un martes a la noche se llenó de público!
¿Qué proyectos tienen para el futuro?
Siempre queremos ir mejorando técnicamente, con arreglos de todo tipo, como los techos. Ahora tenemos aire acondicionado que es muy importante por el frío y el calor. Queremos tener más proyectos como este del Festival Internacional de las Dos Orillas, con producciones teatrales propias que se están ensayando. Tenemos un ensamble de música, un coro fenomenal que anda de gira por la Ciudad. Es permanente el movimiento.
La dinámica de la cultura independiente, que tanta tradición tiene Buenos Aires, está presente acá, eso le da mística al Resurgimiento. Eso me encanta.
Talleres y cursos
En Resurgimiento se dictan distintos cursos y talleres gratuitos para todas las edades entre los que están taekwondo, música, danza clásica, teatro, gimnasia artística, zumba, pilates, yoga, eutonía, elongación, tai chi, circo, ritmos urbanos, clown.