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Suspensión de corsos porteños «Es un ataque al carnaval y a los festejos populares»

22.02.2023

Por Martin Suárez

Denunciaron que han sido cuatro los corsos que suspendió el gobierno de CABA. Además, están preocupados por diferentes hechos de hostigamiento a murgueros por parte de la policía porteña: «Esto no sucedió nunca en años anteriores» señala un referente murguero.

Horas antes de comenzar el desfile en los barrios, la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana y Orden Público, dependiente del ministerio de Seguridad, junto a la cartera de Espacio Público que conduce Clara Muzzio, decidieron suspender al menos tres corsos: dos de Saavedra y uno de Lugano.
“En razón de haber detectado un incremento en la registración de hechos de violencia en zonas próximas a dichas locaciones, se torna inconveniente la realización de eventos masivos por razones de seguridad”, argumentó la cartera de Seguridad, que en este momento se encuentra acéfala al carecer de ministro, tras la licencia de Marcelo D’Alessandro, investigado por varios hechos de corrupción.
La suspensión de los corsos fue solicitada por Maximiliano Hernán, titular de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana, “a fin de resguardar el orden público y la integridad de los vecinos y concurrentes a los eventos”. Tras la censura a las murgas, desde diferentes espacios sostienen que el ministerio debería garantizar la seguridad y no retirarse de sus funciones pidiendo la cancelación de los eventos. Los murgueros denuncian que en realidad son cuatro los corsos suspendidos, al mismo tiempo que revelaron hechos de hostigamiento por parte de la policía porteña.
La situación es muy grave y muchos consideran que, desde la recuperación de las fiestas populares en democracia, nunca ocurrió un hecho similar. “Todas las murgas y organizadores de corsos estamos bastantes preocupados por esta situación. Hay otro corso en el barrio de Barracas que lo organizan cinco murgas de la 21-24 y el gobierno de la Ciudad todavía no sacó un escrito oficial, pero sí verbalmente le dijeron que no iban a poner seguridad y que no estaba autorizado el corso de Barracas, que son apenas dos fechas, sábado y domingo que viene”, cuenta Carlos Díaz, director del centro murga La Gloriosa de Boedo y delegado de las agrupaciones de carnaval de la Ciudad de Buenos Aires. “Esto es un ataque al carnaval y a los festejos populares”, agrega.
Desde la organización, aseguran que la suspensión de los cuatro corsos se dio de manera arbitraria e injusta. “Dos corsos ya venían funcionando sin ninguna denuncia de ningún tipo y sin que haya ocurrido ningún incidente, que son los de Saavedra; uno que se hace sobre la avenida Balbín pegado al Parque Sarmiento y el de Parque Saavedra, y el otro corso de Piedrabuena, en Villa Lugano, que tenía que arrancar este fin de semana y no se hizo”, suma Díaz.
El referente y delegado murguero explica que el ministerio de Seguridad porteño les comunicó que lo de Saavedra fue por una cuestión que pasó en el Barrio Mitre, que queda en Saavedra, pero que no tiene nada que ver con el corso y que “en Piedrabuena supuestamente los incidentes son por los cortes de luz, o sea la policía reprimió a los vecinos y vecinas y te suspenden el corso, que es un lugar de esparcimiento, de alegría, de fiesta de los vecinos y las vecinas. Así que la verdad es que creemos que todo esto va en contra del carnaval”, sintetiza.
La decisión del conjunto de las organizaciones y murgas es mantenerse en estado de alerta hasta la finalización de los corsos el fin de semana próximo, y el lunes 27 de febrero reunirse en asamblea y decidir qué tipo de medidas van a tomar. “Esto nos preocupa mucho y lo que decidimos por ahora es poder contar estos hechos de la manera que cada murga pueda, en los corsos donde salen, arriba de los escenarios, y después juntarnos la semana que viene y tomar medidas al respecto”, agrega Díaz: “Por esta suspensión, desde el ministerio de Cultura nos dijeron que a ellos el tema los excede y no podían resolver nada”.
Por último, el delegado murguero expuso otra problemática que acontece todos los años en las fiestas populares porteñas. “El gobierno de la Ciudad se llena la boca diciendo que defienden el carnaval y van a armar una fiesta a todo trapo en Avenida de Mayo y a las murgas que van sólo las invitan a participar. Pero después van artistas como el año pasado que fue Karina, este año El Polaco, y un Dj Set de la Fiesta Bresh y ahí desembolsan un montón de plata para pagarle a esos artistas”.

Hostigamiento policial en los corsos

Tras la censura a las murgas y la prohibición de varios corsos en diferentes barrios porteños, salieron a la luz otros hechos relacionados con situaciones de amedrentamiento por parte de la policía contra diferentes murgas. “Estamos muy preocupados también por el accionar de la policía de la Ciudad en varios corsos, donde ellos tienen que estar por una cuestión de prevención. Cada corso tiene seguridad de una empresa homologada frente al ministerio de Seguridad, que lo pone el ejecutivo porteño, y aparte cuenta con seguridad interna de los mismos compañeros y compañeras que organizan el corso, que son personas que conocen el territorio”, explica Carlos Díaz.
La policía porteña tiene la única función de estar en los alrededores, donde se encuentra el escenario y en los límites donde empieza el corso, y algunos efectivos caminando entre quienes asisten al lugar. “Lamentablemente, se vio en varios corsos demasiada presencia policial y con actitud prepotente. Alguna murga ha denunciado que en los lugares donde se juntan para salir con los micros, los policías los escoltan como si los integrantes de la murga fuesen una barra brava y los siguen a dónde van, entre otras situaciones”, detalla el referente.
El conjunto de delegados coincide en terminar lo que queda del carnaval “en paz” y disfrutar “como podamos”. Asimismo, consideran que “éste estado de situación es inédito y claramente tiene algún tipo de intencionalidad en contra del Carnaval”. Por último, recomiendan “no entrar en las provocaciones de la policía”.

Damjanski: el concepto de aplicación como obra de arte

19.02.2023

POR CAMILO CARBONELLI

Diálogo con Damjanski, artista alemán preocupado por los temas del poder, la poesía y la participación, que explora el concepto de aplicación como obra de arte. Es uno de los artistas internacionales que participó del 2 al 12 de febrero en la muestra “El centro ha muerto, viva el centro” organizada por el Goethe-Institut Buenos Aires, en donde levantaron las persianas de numerosos locales vacíos en el Microcentro, para rehabitarlos como puntos de exhibición de obras de arte que dialogan con una geografía urbana en mutación.

Damjanski es un artista que vive en un navegador, creó la aplicación Bye Bye Camera, la cámara para la era post humana. Cada foto que la gente toma elimina automáticamente a cualquier persona. La app Computer Goggles permite a las personas capturar el mundo como lo ve una máquina y la LongARcat crea gatos largos en AR. En 2018, cofundó MoMAR, una aplicación de galería de realidad aumentada destinada a democratizar los espacios de exhibición físicos, las instituciones de arte y los procesos curatoriales dentro del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

¿Qué le parece esta muestra que abre locales cerrados para exponerlos como obra de arte?
Damjanski : Me parece que el concepto de esta exposición es muy apasionante. Especialmente la inclusión de las distintas obras fuera del espacio tradicional de la galería. Así se generan diálogos con un público muy diferente y también se atrae a un público nuevo al centro, lo que ojalá contribuya a revitalizar el barrio.

¿Podría explicar cómo combina el concepto de las aplicaciones como obras de arte?
D.: El teléfono móvil es lo que casi cada persona tiene más tiempo en su mano hoy en día. Me fascina el recurso de la app como artwork. Creo aplicaciones que luego utilizo como un pincel para crear nuevas obras de arte. Por ejemplo, Bye Bye Camera una aplicación fotográfica que elimina automáticamente a todas las personas que aparecen en las fotos.
Describo esta aplicación como “cámara post humana” o “cámara sin humanos”. Después la utilizo para hacer retratos de amigos y colegas. La serie se llama Nude Studys.
Pero, al mismo tiempo, también me interesa lo que otras personas crean con esta app. Por eso cualquiera puede comprarla en el App Store. Personalmente, considero muy fascinante esta interacción, porque también conlleva algo performativo.

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¿Qué es la organización MoMar?
D.: MoMAR es un concepto de galería no autorizada, cuyo objetivo es democratizar los espacios físicos de exposición, los museos y la curaduría de arte dentro de ellos. MoMAR no tiene ánimo de lucro, no es propiedad de nadie y existe en ausencia de cualquier estructura privatizada. MoMAR utiliza la Realidad Aumentada para superponer arte a las obras de arte y marcos que albergan museos y galerías de todo el mundo. Le brinda a todo el mundo la oportunidad de mostrar el arte que le gusta donde quiera.

Una de tus exposiciones es Contagion Post Human – Trailer de una película distópica. ¿Por qué la eliminación de la presencia humana?
D.: La obra Contagion Post Human – Trailer surgió durante la pandemia en 2020. El film original, Contagion, trata del brote de un virus y las consecuencias para la humanidad en todo el mundo. Contagion Post Human – Trailer utiliza la tecnología Bye Bye Camera (https://www.byebye.camera). La aplicación, disponible en la tienda de aplicaciones, utiliza redes neuronales para eliminar personas de una imagen. Sin embargo, la Bye Bye Camera conserva algunas huellas humanas en el proceso. Comparo estas huellas visuales con los artefactos surrealistas de un escenario especulativo y post humano.

¿Qué expresa en general el arte?
D.: Para mí, expresa procesos de sentimientos y reflexiones. Es una forma de comprender mejor el mundo que me rodea y a mí mismo.

Lugano: “Hay 59 edificios, somos más de 20.000 personas que estamos sin luz y sin agua”

17.02.2023

Este miércoles 15 de febrero, vecinos del barrio Piedrabuena, de la Comuna 8, realizaron un corte en la Av. Gral. Paz y 2 de Abril, para visibilizar esta situación y en solidaridad con vecinos del barrio Samoré por la represión que sufrieron esa mañana al cortar la autopista Dellepiane por los mismos motivos.

El miércoles 15 de febrero, este medio se acercó al corte que realizaron vecinos del barrio Piedrabuena, en Lugano, Comuna 8. El mismo se llevó a cabo en la Av. Gral. Paz y 2 de Abril, en protesta por los cortes de luz y la falta de agua que vienen padeciendo desde el viernes 10 de enero. También manifestaron solidaridad con los vecinos del barrio Samoré por la represión que sufrieron esa misma mañana al cortar la autopista Dellepiane por los mismos motivos.
Llegando a la entrada del barrio, sobre la Av. Piedrabuena, ya no se podía ver nada. Unas cuantas cuadras después, casi en el punto de protesta, comenzaban a visualizarse las luces de los patrulleros, camionetas y camiones de la policía de la Ciudad. La decisión de cortar en la Av. Gral. Paz se tomó desde el viernes 10 de febrero, “lo hacemos de manera consecutiva por los cortes de luz y la falta de agua que venimos sufriendo, esto que están viendo pasa todos los días, a diario nos cortan la luz. Por ejemplo, la cortan 8 horas, viene un rato y vuelven a cortar 11 horas más, es inhumano vivir así. Estas torres tienen 12 pisos, hay muchas personas mayores viviendo acá, algunos son electrodependientes y se complica la situación, se complica la vida”, contaba Mariano a este medio.
“Estamos casi acampando en la Gral. Paz porque es necesario reclamar y visibilizar, sufrimos muchas veces la represión de la policía, porque este problema lo tenemos en realidad, desde el 10 de diciembre, la desidia es total, se tiran la pelota entre la empresa Edesur y el gobierno de la Ciudad, encima mandan a reprimir, como sucedió hoy por la mañana, en barrio Samoré, algunos canales de televisión decían que los vecinos estaban enfrentando a la policía, pero se ve claramente cuando la policía entró con las motos al barrio”.
“También, en algunos canales difundieron que acá cobramos peaje y no es verdad. A nosotros no nos divierte estar acá, o sea, yo quiero estar en mi casa descansando, al igual que todos los vecinos y por el calor, la falta de luz y agua, tenemos que estar protestando, es nuestro derecho poder hacerlo. La situación es la siguiente, llamamos a Edesur, a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, se hacen denuncias, te dejan colgado en el teléfono, por ejemplo, a mí me dieron un número de denuncia y me dijeron que iban a tardar 10 días para darme la luz y la verdad es que uno se siente desamparado. Hoy veía que llevaron un transformador al barrio Samoré, era solo para un edificio y son 15 torres ahí. Acá hay 59 edificios, somos más de 20 mil personas que estamos sin luz y sin agua. Vivimos en la Ciudad de Buenos Aires, sin embargo, la zona sur, siempre está olvidada, parece que estamos en medio del campo. Nunca se hizo infraestructura, entonces a un trabajador, lo afecta muchísimo, no es forma de vivir, no nos merecemos esto”, denunciaba Mariano.
Luego, otra vecina, dijo: “Nos dimos cita para una reunión de vecinos, allí expusimos las consecuencias que debemos afrontar al no tener luz y agua, no funcionan los ascensores, hay personas que bajan y suben 12 pisos por escaleras. Tampoco tenemos comida, ya que no podemos mantenerla en la heladera. Algunos vecinos, cuando cortan la luz quedan encerrados en los ascensores. El sábado 11 de febrero, estuvimos 16 horas sin luz. El domingo 12 de febrero, nos daban la luz y la cortaban cada 30 segundos, ya no podemos vivir de este modo, entonces cortamos para reclamar que vengan las cuadrillas y que terminen los arreglos pendientes”.
“Hoy hicimos una reunión vecinal, en la cual se decidió cortar la Av. Gral. Paz en el día de mañana, pero al rato, nos avisaron que a las 19 horas nos iban a cortar la luz y fue lo que sucedió”.
Otro vecino manifestó: “Estamos sufriendo los cortes de luz y agua desde hace 5 días con temperaturas altísimas. Evidentemente, el estado y las empresas no han hecho las inversiones necesarias, ni siquiera el mantenimiento requerido para que todo funcione bien. Edesur se guarda la plata y se la lleva a otro país, tenemos un sistema que presenta déficit por todos lados y cada dos por tres, vivimos esta situación, lo mismo está pasando en otros puntos de Lugano”.
La juventud presente, también se acercó a este medio para realizar su denuncia: “Siempre nos cortaron la luz, pero ahora es cosa de todos los días, entonces decidimos cortar la Gral. Paz para ser escuchados”, ni más, ni menos.
Las y los vecinos, decidieron en reunión, solidarizarse con el barrio Samoré y cortar al día siguiente en simultáneo con otros barrios a las 16 horas, “porque no somos los únicos que sufrimos esta situación, también está pasando en Samoré, Castro, la Pirelli, Villa 15, hay 12 barrios sin luz, la Boca, Balvanera, Monte Castro y otros. Estamos haciendo reuniones en el barrio para que esto se arregle y se termine. En realidad, nos cortan la luz desde diciembre, pero ahora es a diario. En nuestras casas, después de 20 minutos sin luz, nos quedamos sin agua también. Además, la policía de la provincia está reprimiendo del otro lado”, nos contaba otra vecina, mientras se escuchaban disparos, siendo las 22:00 horas aproximadamente.
Mariano agregó: “Estamos muy mal, los primeros días de cortes de luz y falta de agua, éramos pocos, después se fueron sumando más, los vecinos están muy enojados porque es una tomada de pelo. El martes 14 de febrero, nos cortaron, hoy también. El lunes 13 de febrero, nos cortaron y dieron luz en segundos, me quemaron el aire acondicionado, es un departamento que estoy alquilando y sale muchísima plata debido a la ley de alquileres que tenemos. ¿Quién se hace cargo?”
De pronto, dieron luz y Mariano dijo: “Ahora, si nos vamos, la vuelven a cortar. Dieron luz, se enfría la situación acá, pero cortan en Samoré, por ejemplo, así estamos todos los días, todo el tiempo”. Se refirió a las amenazas que hizo la secretaria de energía de la Nación, Flavia Royón, sobre quitarle la concesión a Edesur: “Son solo eso, amenazas, porque después terminan tranzando todos con todos. Para las fiestas, hubo un montón de damnificados y por eso el gobierno multó con $500 millones a Edesur, ¿qué pasa con esa plata? Aparte, a los damnificados no les viene una boleta con $0, te siguen cobrando como si no hubiera pasado nada y cada vez más. Lamentablemente, siempre termina pagando el trabajador, siempre la clase obrera”.
Otro vecino dijo: “Lógicamente todo esto tiene responsables políticos, el gobierno nacional de Alberto y Cristina por un lado y el gobierno de la Ciudad que tampoco hace nada y los dos gobiernos permitieron y permiten que Edesur haga y deshaga”.
Las y los vecinos sentían mucha impotencia, “hoy escuchaba al director del ENRE (Ente Nacional Regulador de la Electricidad), que decía que iban a sacarle la concesión a Edesur, puras amenazas, que lo hagan de una vez por todas, porque Edesur no contesta y el gobierno Nacional no hace nada. El jefe de gabinete, Felipe miguel, le tira la pelota al gobierno Nacional, pero no dice que hoy salieron a reprimir, acá también reprimieron a personas mayores, los jóvenes estábamos todos trabajando en ese horario, embarazadas detenidas, pibes detenidos, les pegaron a nuestros viejos. Es todo muy contradictorio, se pasan la pelota unos con otros y en el medio estamos nosotros”, contaba con mucha bronca, uno de ellos.
Una salida de fondo al problema estructural de la energía debe ser pensada en todas sus etapas, como la planificación de la producción, del consumo, el transporte y la distribución. Es necesaria la nacionalización del sistema energético bajo control de sus trabajadores y usuarios, solo así, se podrá terminar con la estafa de las privatizaciones, una herencia del menemismo que no fue modificada por los gobiernos que continuaron, a pesar del pésimo servicio. Garantizando que su acceso sea un derecho esencial, contra los tarifazos actuales que recaen con mayor fuerza sobre los sectores populares.
El jueves 16 de febrero, la legisladora Alejandrina Barry, presentó un Proyecto de Declaración en la Legislatura porteña, repudiando la represión de Larreta a las y los vecinos que reclamaban por corte de luz en el barrio Villa Lugano, exigiendo que el jefe de gobierno de la Ciudad dé explicaciones por el accionar represivo de su policía.
Además, señaló que se estaban realizando presentaciones similares en el Congreso de la Nación, por parte de representantes del Frente de Izquierda Unidad (FITU), refiriéndose a los diputados Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Alejandro Vilca del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS).

Alejandrina Barry exige el repudio de la Legislatura porteña a la represión en Lugano

17.02.2023

La diputada de la Ciudad por el FIT-U presentó un proyecto de declaración en el ámbito legislativo para repudiar las represiones y detenciones que llevó a cabo el gobierno de Larreta contra los vecinos que reclamaban contra Edesur por falta de luz. También exigió que se tomen medidas inmediatas para ayudar a los vecinos que siguen sin suministro eléctrico.

Este jueves la diputada de la Ciudad por el Frente de Izquierda Unidad, Alejandrina Barry, presentó un Proyecto de Declaración para el “repudio total” a la represión del gobierno de Rodríguez Larreta contra los vecinos de Lugano que estaban reclamando contra los cortes de luz y agua de Edesur.
Sumó también el repudio contra las agresiones de la Policía de la Ciudad, contra los periodistas que querían cubrir lo que estaba sucediendo. Además, exigió que el Jefe de Gobierno dé explicaciones inmediatas en la Legislatura sobre lo sucedido
La diputada fundamentó en su presentación que frente a la “peor ola de calor en años, los cortes de energía volvieron a afectar a miles de usuarios y usuarias” afectando hasta 200000 personas en el AMBA. En el caso de Lugano vecinos cortaron la Autopista Dellepiane luego de 5 días de cortes de luz, que también afectó el suministro del agua.
“A pesar de sus constantes reclamos, la empresa no hace nada para solucionar la situación de miles de habitantes de los barrios más pobres” y frente a esta situación la respuesta de Larreta fue “la militarización del barrio con la policía local, que reprimió salvajemente a las familias del barrio Piedrabuena dejando heridos y detenidos por el sólo hecho de ejercer el derecho a protestar”. Además, agregó: “La displicencia con Edesur es directamente proporcional a la dureza en la respuesta que sufrieron los vecinos”.
También exigió “la inmediata implementación de medidas de emergencia, como el envío de camiones cisterna para alcanzar agua al barrio, la habilitación de grupos electrógenos para los electrodependientes, entre otras, se vuelven más que urgentes”.
Por último, se manifestó por “terminar con la estafa de las privatizaciones” de las empresas eléctricas, un negociado que “ningún gobierno volvió atrás”.
La diputada porteña también repudió las agresiones que sufrieron varios periodistas cuando querían cubrir los hechos. Además, señaló que se estaban realizando presentaciones similares en el Congreso de la Nación por parte de representantes del Frente de Izquierda, Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Alejandro Vilca.

Empezó la campaña: Taser, más policías, y peores cárceles

17.02.2023

Por CORREPI

Como preludio de los tiempos electorales que se avecinan, una oleada punitivista parece haber llegado para quedarse. La administración mediática de la indignación social a partir del caso Báez Sosa, Lucio, y la doble vara con los asesinatos de Nayla y la policía de la Ciudad asesinada en el subte porteño. ¿Adónde vamos con las picanas Taser y el pedido por recrudecer lo que ya es un infierno, las cárceles?

La campaña política comenzó, y desde el peor de los costados. Una fija, elecciones tras elecciones, es desempolvar temas que llevan la discusión a lugares presentados como beneficiosos para lxs laburantes, pero terminan siendo nuestra propia guillotina (casi en sentido literal). Hace algunos días ocurrió el asesinato de la policía de la Ciudad Maribel Salazar. Un hombre en la estación Retiro de la línea C de subtes de la Ciudad de Buenos Aires le sacó su arma reglamentaria de la cartuchera, disparó y la oficial murió en el hospital.
De manera totalmente desvinculada al hecho ocurrido, de inmediato varios salieron a renovar sus intentos por imponer la utilización de las llamadas pistolas Taser. Vinculación absolutamente falaz, por las circunstancias del caso, ya que lo que hay que revisar en el caso de Retiro es cómo fue posible que una persona cualquiera, visiblemente alterada, tuviera la posibilidad de sacar el arma que la policía llevaba en su cartuchera y la disparara sin más.
No hay obligación más primaria para el personal policial que el cuidado de su arma reglamentaria. En la Policía de la Ciudad, la pérdida o sustracción del armamento policial, ya sea por descuido en su conservación, por negligencia o imprudencia, constituye falta disciplinaria grave. El solo hecho de que haya sido posible, en las circunstancias conocidas, sustraer el arma de la cartuchera, señala una ausencia de capacitación y entrenamiento que costó la vida de la mujer policía. El “problema” es que hubo un arma de fuego en poder de quien no estaba debidamente preparada para portarla y custodiarla -responsabilidad que no es de ella, sino de su superioridad jerárquica y mandos políticos-, cosa que portar una Taser no hubiera resuelto. En segundo lugar, todo indica que el hombre hoy detenido disparó al instante, lo que sugiere que la pistola 9 mm estaba sin seguros y con bala en recámara, en condiciones de disparo inmediato. Por algo en muchos países que nos señalan para tomar como ejemplo, la policía de proximidad, la que patrulla calles, parques, estaciones de tren o subterráneo, no porta armas de fuego, sino algún elemento contundente como los bastones extensibles de los “bobbies” londinenses. Sólo cuando hay una agresión armada, se recurre a la policía armada. Ni hablar del hecho de que uno de los disparos atravesara limpiamente el chaleco antibala. Aun a boca de jarro, un chaleco en condiciones frena o reduce altamente la lesividad.
Pero como sea, el lamentable hecho fue aprovechado por los propagandistas de las picanas portátiles Taser para volver sobre el tema, de manera que reiteramos:
1. Toda arma es letal, porque toda arma sirve para herir o matar. Hay miles de ejemplos de supuestas armas no letales matando personas. A Carlos Fuentalba no le metieron un balazo, lo mató un cartucho de gas lacrimógeno. El 19 y 20 de diciembre de 2001 hubo muertos y muertas con balas de goma. Los bastones de madera y las tonfas también matan. Ahí están Diego Gallardo o Pablo Olivera para probarlo.
2. Las pistolas Taser son un instrumento de tortura, son picanas portátiles a distancia. Su uso por parte de las fuerzas de seguridad en nuestro país, y con nuestra historia, es totalmente inaceptable, sin necesidad de recurrir a los informes internacionales sobre su comprobada letalidad.
3. Llama poderosamente la atención que en este momento, con el país atravesando una crisis durísima, que en enorme medida se debe al acumulado de los cuatro años de gobierno de JxC, cuando hay hambre, cuando hay gente durmiendo en las calles, cuando los pibes y las pibas que defienden su derecho a estudiar en condiciones dignas y sus familias son perseguidas y reprimidas, cuando al pueblo le están faltando las cosas más esenciales, siga habiendo quienes buscan destinar presupuesto para sofisticar aún más el aparato represivo del estado.
Berni, sin sorpresa, dijo que “son necesarias e imprescindibles”. Coincide con su par de GBA, exiliado en uso de licencia ante los sucesivos escándalos que lo involucran, D’Alessandro, quien afirmó convencido que “esto podría haber sido controlado” con las Taser. Y para Waldo Wolff, lo que bloquea su implementación es la “ideologización” del debate. Distintas expresiones en una misma línea, que busca empujar el sentido común a la aceptación de aquello que es un consenso histórico en el rechazo a la tortura, aun cuando siga siendo una práctica llevada adelante por las fuerzas represivas en la calle, cárceles y comisarías.
Esta utilización electoral y destinada en derechizar el debate sobre las pistolas Taser, se da en un contexto en el que avanza una ola punitivista alentada por distintos espacios políticos y medios de comunicación en torno a casos que han tomado notoriedad pública en el último tiempo. Luego de las condenas a los asesinos de Fernando Báez Sosa, y a las mujeres que asesinaron a Lucio Dupuy, el nivel de detalle y morbo con el que se trataron ambos casos generó una exigencia social de devolver el nivel de violencia sobre las personas condenadas, argumentando que fue lo que padecieron las víctimas. Un retroceso ético y moral de la civilización que incita a matar al homicida, violar al violador, torturar al torturador, en fin, comerse al caníbal. Así como se intenta empujar el umbral de lo tolerable como sociedad con las Taser, alientan el revanchismo, la justicia por mano propia, y el ojo por ojo.
Pero la vara no es la misma cuando por decisiones políticas mueren chicxs de hambre, o es asesinada una nena que queda en el medio de un tiroteo entre bandas en un barrio con protección policial, como pasó con Nayla, la nena de cuatro años que recibió un disparo en el pecho en la Villa 1-11-14 (CABA).
Y esto no responde a un hecho aislado, o independiente ni de las fuerzas represivas ni de la política. Rápidamente el discurso punitivista sobre la “inseguridad” alentó la necesidad de reforzar las calles del lugar, justo días después de que, entre gallos y medianoche, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta anunció el arribo de 1.000 efectivos de la Policía de la Ciudad al barrio, hasta el momento “controlado” por Gendarmería Nacional. Sin embargo, para quienes integramos el campo popular hace muchos años, la dinámica de las bandas que administran el crimen organizado no es ninguna novedad. Si alguna de esas balas mataba a unx pibx que participó del enfrentamiento también hubiese sido una tragedia. Esxs chicxs son el factor “descartable”, reclutado por “mandos intermedios” para hacer el trabajo sucio. Pero si algunx de ellxs muere, la estigmatización ya disparada sobre su origen pobre impide romper el cerco de las cámaras que nunca apuntan para ese lado, salvo que les convenga. Y quienes reclutan a estxs chicxs actúan en absoluta connivencia con las fuerzas de (in)seguridad, que son quienes funcionan como garantes de estas violentas disputas territoriales, y al mismo tiempo hacen las veces de recaudadores de los verdaderos cabecillas de esta problemática social, generalmente vinculados a operadores o funcionarios políticos.
Ahí radica el verdadero problema. La bala que mató a Nayla nace en el negocio de unos pocos. Y la policía, presentada incansablemente como la milagrosa solución, es en realidad parte necesaria del problema.
No necesitamos herramientas de tortura, como las pistolas Taser. Y mucho menos, violentar aún más la vida de quienes se encuentran privadxs de su libertad. A eso se llega cuando no se conoce el infierno que se vive ahí adentro, y que ha recrudecido a partir de sucesivas leyes hacen letra de esta idea. Necesitamos entender y convencer que el día de mañana lxs destinatarixs de la descarga eléctrica, la bala de plomo, o la tortura en la cárcel podemos ser nosotrxs. Y necesitamos también políticas públicas desarrolladas e impulsadas desde lugares de decisión por militantes populares que aborden esta problemática desde distintos enfoques, pero todos en función de los intereses de quienes ponen el cuerpo y la vida día a día, y no de la recaudación de los mismos de siempre.

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