A las bandas, a los seguidores, a todos los que se identifican con el Rock
A partir de hoy, el Rock puede sonar distinto, puede sonar mejor
30.5.2011
El proceso judicial y el fallo del Tribunal de Casación, pese a ser insuficientes, dejan a la vista la trama que dio lugar a la muerte de 194 y la sobrevida penosa de varios miles de rockeros.
En esa trama han estado involucrados, aunque con diferentes niveles de responsabilidad, funcionarios del gobierno de la Ciudad –con Ibarra a la cabeza -, policías; un alto empresario de la noche con pretensiones de alternativo y un grupo de músicos devenidos en empresarios.
Desde el primer momento de la masacre, familiares, sobrevivientes y amigos nos movilizamos para lograr que los responsables cumplan con la pena correspondiente, pero también y sobre todo, por el Nunca Más Cromañón y Basta de Impunidad.
Con honrosas excepciones siempre presentes, el mundo del rock no ha acompañado nuestro reclamo. Justamente el rock, nacido al mismo tiempo que emergía una joven generación que luchó por un mundo más humano y más justo, ha mirado para otro lado. El rock, herramienta de expresión y espacio de significación para muchos jóvenes, lugar de encuentro, rebeldía y sueños, no ha planteado su solidaridad con los rockeros ausentes para siempre ni con los miles de rockeros sobrevivientes.
Sin embargo, estamos convencidos de que los músicos del rock conocen a Omar Chabán y sus socios. Hace tiempo ya Luca Prodan lo retrataba en su canción “Quiero dinero” (“corrupción, dale” “quiero dinero” denunciaba Luca refiriéndose a Chabán)
El mensaje de nacimiento del rock, opuesto al capitalismo y sus valores de competencia y lucro a toda costa, nada tiene que ver con la manera de hacer negocios del experimentado empresario Omar Chabán.
Dicha lógica lo llevó, a sabiendas, por el camino de la coima, de la puerta con candado para impedir que alguien se “colase”, del boliche sin matafuegos ni puertas de emergencia, de la sobreventa de entradas. Entre el arte y el dinero, sabemos cuál fue la elección de Chabán.
En este caso, optó entre la vida de 194 jóvenes, y el dinero.
A la vez, en Cromañón una banda de origen barrial se propuso alcanzar un horizonte masivo y eligió crecer, de la mano de Chabán, sin medida y sin cuidados. Sin reflexión, Callejeros llevó el funcionamiento de la cancha de fútbol a un estadio cerrado y muy precario. Callejeros desconoció alertas anteriores; se engolosinó con la sobreventa de entradas; se enganchó en las coimas para poder garantizar su espectáculo y pasó así a ser cómplice de la masacre. Después, continuó la actuación a toda costa, inclusive en nombre de los muertos, y la acusación a quienes luchamos, de ser lucradores, golpistas o victimarios.
Estas son las reflexiones de sobrevivientes, familiares y amigos, dirigidas al mundo del rock especialmente. No se trata de culpar al rock and roll que tanto amaban nuestros chicos. Se trata sí, de denunciar el conjunto de responsabilidades que condujeron a la masacre, y de pensar colectivamente otra forma de funcionar que no nos lleve a lamentar pérdida de vidas. Recuperar entre todos un espacio de comunión festiva que no choque contra el cuidado general, propio y del que está al lado. Denunciando la falta de espacios seguros y dignos para tocar y al mismo tiempo negándose a hacerlo si no está garantizada la vida de los participantes.
Estamos esperando, esperanzados pero no inmóviles, la voz del rock.
“Aquel que acepta pasivamente el mal es como si estuviera involucrado en él, como aquel que ayuda a perpetrarlo. Quien acepta el mal sin protestar contra él, está realmente cooperando con él”
MARTIN LUTHER KING
Grupo Paso – Memoria, Verdad y Justicia por los Pibes de Cromañón
Cromañón: Carta abierta a Aníbal Ibarra
Los familiares y amigos de las víctimas de Cromañón se dirigen en esta carta a Aníbal Ibarra pero también a todos los políticos que se postulan para gobernar la ciudad de Buenos Aires. "Nada debería ser igual después de Cromañón pero muchas cosas siguen siendo igual."
Reflexiones para los candidatos
Nosotros los familiares y amigos de las víctimas de Cromañón, no le dirigimos esta carta esperando que escuche nuestras voces ni las de una conciencia de la que Ud. carece.
Lo hacemos para testimoniar, como tantas otras veces, que seguiremos insistiendo en la necesidad de que algún gesto honesto venga de la Política como respuesta a lo ocurrido en República de Cromañón.
Cromañón no termina con una sentencia judicial, porque Cromañón no es solo un delito. Las vidas que se arrancaron en esa fatídica noche y aquellas que se marcaron para siempre, son un irreversible tajo en la historia de la ciudad y del país. Nada debiera ser igual después. Sin embargo Ud. y lo que representa, sus acciones en el antes, en el durante y en el después, evidencian que muchas cosas siguen tal cual.
No es casual que las estructuras de control corruptas que Ud. perfeccionó, concentrando la recaudación en manos familiares, hayan sobrevivido su gestión y permanezcan en la actual. No es accidental así que se derrumben las evidencias y se sigan sumando víctimas: Beara, Villa Urquiza, etc. Los pactos que anudó, sr Ibarra, protegen a la actual conducción de la Agencia de Control Comunal. Esos mismos acuerdos permiten que el Director de la obra del Arroyo Maldonado, sea aquel que aprobó los planos electromecánicos de República de Cromañón.
Tampoco es fruto de la simple evolución de la política que todos aquellos que investían enormes responsabilidades respecto de la prevención de hechos como República de Cromañón, o con relación al socorro de sus víctimas, hoy se repartan en listas de candidatos, amparados por una supuesta bandera progresista. ¿Cuál es el progresismo que puede exhibir Vilma Ibarra, cuando se servía de la caja de la noche que administraba su amiga íntima, Fabiana Fiszbin? ¿Cuál es la lucha en la que pretenden guarecerse personajes como Gonzalo Ruanova, que abandonó a las víctimas de Cromañón desde sus responsabilidades en la emergencia?
Cuando en el Juicio Político realizado por la Legislatura, quedaron al descubierto los innumerables motivos para su destitución, Ud. Ibarra, se victimizó. Intentando que, en lugar de discutir el real incumplimiento de sus deberes de funcionario, la sociedad temiera por un supuesto golpe institucional, imposible de pensar cuando el Juicio Político es un instrumento consagrado por la Constitución de la Ciudad.
Posteriormente al mismo, tuvo Ud. la caradurez de volver a presentarse a elecciones. En ese momento, su excusa fue que ninguno de sus funcionarios estaba procesado por la masacre.
Actualmente, el Poder Judicial ha dado por probada la trama de corrupción y negligencia que envolvió a los funcionarios ibarristas y creó las condiciones para producir la Masacre de Cromañón. Fabiana Fiszbin, ex secretaria de Control Comunal, su incompetente amiga personal, ha recibido una pena de 4 años con cumplimiento efectivo. Fue tan evidente su delito, que es la primera vez que un funcionario del Estado recibe una pena semejante. Otros ex funcionarios de dicha gestión, Ana María Fernández y Gustavo Torres han recibido penas similares, de cumplimiento efectivo. ¿Cuál es en estos momentos su pretexto, sr. Ibarra, para presentarse a elecciones? ¿Cuál es el fundamento para que otros candidatos puedan aceptarlo? ¿Es el progresismo declarado, compatible con la corrupción, los puestos discrecionalmente distribuidos entre amigos, la aceptación de la coima, la preocupación por los empresarios de los boliches -entre los cuales se cuenta su amigo Chabán, también condenado- antes que por la vida de los jóvenes?
Estas son las preguntas que los familiares, sobrevivientes y amigos de 194 chicos asesinados por la corrupción y la negligencia, hacemos a los candidatos y a los votantes, de cara a las próximas elecciones en la Ciudad.