16.5.2023
Por Manuela Bares Peralta, Agustín Mina y Diego Moneta
Paula Arraigada, militante peronista, a raíz de los 104 años que se cumplen del nacimiento de Evita Perón. La secretaria de Diversidad del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires y referente de la organización La Nelly Omar abordó distintas temáticas actuales a partir del legado que dejó Evita.
¿Cómo marcó Evita Perón su militancia?
Paula Arraigada: Creo que más que la militancia individual marcó la colectiva, sobre todo del peronismo. Cuando se habla del peronismo hay que hablar del real, del que defiende las causas del pueblo, que eran las que defendía Evita. Ella nunca hubiera ido contra los y las trabajadoras ni los y las vulneradas sino todo lo contrario, hubiera sido una topadora.
Ella vive en ese y no sólo me insta a mí a militar sino también a un montón de compañeros y compañeras, que se sienten abrazados a la política. Hoy es un tiempo que quizás más hay que tener presente el legado porque es difícil, donde la militancia está cruzada por la falta de ánimo y por la realidad económica, que hacen que haya cierta desilusión. Hay que retomar la ilusión en función de un proyecto de país, que es el que soñaba Evita y que todavía está vigente porque siguen existiendo pobres y necesidades que se tienen que transformar en derechos.
El camino de Eva, que es Evita en realidad porque así la llamaban los humildes, es el camino del pueblo y es el que hoy el pueblo militante tiene que trazar para volver a encontrar esa senda donde éramos un país lleno de felicidad y alegría.
Estamos en un tiempo que se cuestiona la moderación y que, quizás, sea hora de “ser una topadora” como Evita, como recién mencionaba.
PA: La moderación es muy amiga del disciplinamiento. Es un tiempo en el que ha existido cierto disciplinamiento, partidario o no, quizás también porque cualquier gesto que en contra de lo que se decía se tomaba como una deslealtad. Creo que esa ha sido la forma que ha tenido siempre el poder para disciplinar a la militancia.
También ese disciplinamiento ha estado en la falta de formación política. El peronismo lo primero que hace es formar cuadros para que sean futuros dirigentes, por eso es lo primero que se crea. Las clases populares que acceden al poder siguen siendo materia pendiente, en términos generales. Por ahora es una clase media elevada aristocrática, de la nobleza política. Muchas venimos de esos lugares y hemos crecido desde afuera en la política, que vamos entendiendo cómo son las reglas, siempre sentimos que te miran de costado o el desprecio que es tremendo.
A pesar de algunas dirigentes, necesitamos que toda la dirigencia tenga voz popular porque el sentido común va a reinar y la resolución de conflictos va a ser mucho más rápido. Evita tenía un gran sentido común, por eso los problemas se resolvían rápido y hacía que la gente estuviera contenta. Hoy nos falta eso.
Evita hablaba de las necesidades insatisfechas lo hace desde un lugar en el que lo vivió.
PA: Ella habla de la voz propia. El pueblo habla de sus necesidades. Estamos acostumbradas a que, por ejemplo, vemos una mesa de las necesidades afro y son todos blancos. En el Congreso el año pasado se hizo una mesa por los diez años de la Ley de Identidad de Género y, en la primera línea, todas funcionarias cis. Una osó explicarnos las deidades de la legislación y estaban todas las travas sentadas mirando y escuchando como si fuéramos estúpidas. En realidad, abajo sentadas y escuchando cómo y por qué se hizo la ley deberían haber sido ellas, porque todavía tienen un largo camino por aprender y todavía hay funcionarias que no funcionan. Si hubiera funcionado todo, estaríamos cantando otra cosa. Todas estas cosas hacen que haya cierto descontento.
Hemos militado una ley impresionante, la del Cupo Laboral Travesti Trans, que ha cambiado la vida del pueblo, no sólo del colectivo trans. “Gobernar es crear trabajo” decía Perón y nosotras militamos una ley que ampliaba derechos, que era generación de puestos laborales destinados a quienes nunca habían estado en un trabajo regular. Es ampliar derechos para un colectivo, pero también para una sociedad. El techo de los trabajadores subió un escalón más. ¿Qué pasó? No se cumplen, no porque sea mala sino porque quienes están en lugares de decisión no cumplen con el mandato con el que fue armada. Muchas veces pasa porque son cis. Evita decía que el rico en el pobre piensa en pobre, muchas veces las personas cis piensan para las trans como cis.
No se aplica porque la mayoría de las personas en condición de empleabilidad son jóvenes, pero la ley está pensada atacar eso que estaba roto, que son las mujeres de 50 años que no tuvieron acceso al trabajo y siguen igual. Si Evita viviera, primero, no hubiéramos estado buscando una ley porque ya hubiera estado resuelto hace tiempo. Si Evita viviera, ella tomaría la lapicera y el bastón de mariscal y andaría haciendo un montón de cosas que hoy no podemos desandar. Como somos militantes y estamos recordando a una mujer excepcional, que marcó la historia argentina, que es un antes y un después. Perón no hubiera sido tal sin Evita, Néstor no hubiera sido tal sin Cristina y viceversa en ambos casos también. Eso habla del feminismo, de varones que dan lugar, pero de mujeres que se lo apropian.
¿Qué es recordarla a Evita?
PA: Recordar a Evita es hablar de las mujeres, del empoderamiento y de la construcción de poder, y también de nosotras. Así como para las mujeres cis Evita fue la gran bandera, para nosotras fue Cristina, porque generó derechos en nosotros y, sobre todo, nos hizo conscientes. Por eso muchas participamos en la vida partidaria. A pesar de las dificultades para ir a dar la discusión, la damos igual y decimos lo que sentimos porque sabemos que la única lealtad es con el pueblo, que es de donde venimos y hacia donde iremos siempre.
Usted es Eva Paula Arraigada. ¿Cuál fue tu primer contacto con Evita?
PA: La primera vez que escuché fue cuando falleció mi abuela, a mis ocho años. En el velorio mis tíos hablaban de una mujer cuyo carro con el féretro fue llevado por los obreros. Estamos hablando de 1979. No había internet, la televisión era a blanco y negro, no recuerdo si tenía electricidad en casa, el diario llegaba de vez en cuando, lo único que estaba era la radio. El acceso a la información era acotado. Yo pensaba que debía haber sido una mujer maravillosa para que los obreros hagan eso, sin saber que era Evita.
A eso se le suma que en mi casa se hablaba del peronismo, como la felicidad y el bienestar, y el radicalismo, como lo peor, porque era la antinomia de ese tiempo. Era lo que habían vivido y lo que trasladaban. La sensación que una tiene en el cuerpo es el bienestar que vivieron otros en sus tiempos y que nosotras anhelábamos. Por suerte, con Cristina los hemos vivido, más allá de las cosas que faltaron y que se necesitan. Hubo un tiempo que salíamos con fragor y alegría. No sólo necesitamos evocar la mística y la épica, que es lo que falta hoy, sino también la doctrina, que es lo que marca la regla del peronismo y hoy está olvidada en algunos sectores. Es lo que rige nuestra militancia y para pensar en función de un proyecto de país.
¿Cómo se traslada a su militancia?
PA: El recuerdo de Evita y del peronismo no sólo está por esa niña que recuerda lo que decían sus tíos, sino que está en el cuerpo de muchas. Todas crecimos, como dice la canción, con una foto de Perón en la cocina, también estaba Evita y San Cayetano con su espiga de trigo. Estaban siempre, aún y a pesar de la dictadura. Aún y a pesar de los golpes y las bombas estamos acá y vamos a seguir militando. Lo importante es no bajar los brazos, aunque parezca que las circunstancias son tremendas y que haya muchas cosas por las que sentir tristeza.
Hay que retomar esa alegría y evocar esa épica y amor que fue inclaudicable que tuvo Evita hacia su pueblo y que hizo que dejara girones de su vida en función de eso. Hay que tomarlo para salir todos los días a militar con fuerza por el proyecto y, sobre todo, en nuestras unidades básicas discutir el proyecto de país que queremos y no nos lo bajen. Que sea desde abajo hacia arriba, y con esa alegría y discusión, salir a enamorar al resto de nuestro pueblo.
Evita se lo merece y también nosotros y nosotras como pueblo. No la hemos pasado bien, con muchas ausencias por parte del Estado y algunas diferencias de parte de la sociedad. A pesar, y con todo eso, este país es maravilloso. Nadie nos ha dado tanto amor. Nos han permitido construir leyes y lo hemos hecho con el resto del pueblo y con su acompañamiento. Ahí también estaba la presencia de Evita, porque era una necesidad que había que convertir en derecho. Creo que para recordarla hay que honrar al pueblo en la militancia, es la lealtad de decir que las cosas no están bien y que hay que empezar a hacer las cosas bien. Digamos las cosas y, en todo caso, si estamos equivocadas pedimos disculpas. En todo caso, también poder soñar que las cosas son posibles y poder irnos con la alegría de que el pueblo es feliz y la patria es grande.
Faltan más dirigentes con quienes el pueblo se sienta representado.
PA: El concepto de que la gente vota mal también lo podrías aplicar en la elección del 2011 también. Vota lo que necesita. Podemos discutir si es cortoplacista o no. En realidad, soñamos con ser un poco más felices. A mí la dirigencia de otros partidos no me interesa, sí la del mío. Quizás habría que repensar qué cosas no hacemos tan bien para empezar a mejorarlas, qué mal para descartarlas y qué bien para hacer más hincapié. Para desandarlo, hay que escuchar.
En la Ciudad no hemos hecho un trabajo demasiado bueno. Siempre hemos creído, y desde La Nelly Omar tratamos de caminar ese camino, es que la estructura del peronismo, que estaba bien para su época, hay que aggiornarla. La unidad básica que da cosas que el Estado antes no podría repartir habría que tratar modificarla. Ha perdido lo central, que era la discusión política. Algunas se han transformado en lo que nunca fue el sueño del peronismo sino la pesadilla, que el pueblo vaya a comer. La olla popular ha sido el derrumbe del peronismo porque quiere decir que no hemos hecho las cosas tan bien para que la gente coma en su casa.
Nosotras soñábamos que los y las pibas coman en su casa, no en un comedor. Las señoras no deberían necesitar que el Ministerio de Desarrollo Social les baje un bolsón de comida, deberían tener un sueldo para elegir lo que quieren comer. ¿Por qué el pueblo está obligado a eso? ¿Cuál es la visión que tenemos de eso? Esa visión a mí me espanta, pero que nos sirva para generar indignación y empuje para modificarlo. Soñamos y trabajamos, en una posición activa, para construir nuevas formas de militar.
¿Qué análisis realiza sobre la Ciudad de Buenos Aires en ese sentido?
PA: Muchas veces criticamos que a los vecinos no les interesa la educación o salud pública. A la gente le pasa otras cosas. La poda del árbol o la vereda rota son importantes. La necesidad y el derecho son de acuerdo a quien lo vea. Es la ciudad más rica, no vamos a pretender que lo primero sea sólo solucionar barrios carenciados, cuando hay otros con otras problemáticas.
El peronismo siempre tuvo vocación de poder. Si es así, no podés hablarle a un solo sector. Si son ricos, quizás hay que concientizar que hay que compartirlo. Esa discusión no se termina de dar y por eso perdemos elecciones y la gente no nos acompaña, ni en los barrios populares. Íbamos para hablar de distintos eslóganes y nos miraban tratando de entender qué les estabas diciendo. Su realidad y sus necesidades eran otras, mucho más básicas. Tan básicas, que ni siquiera era comida sino tener una plaza. Así ocurrió en la 1-11-14, eso en algún lugar dice que están pensando en uno.
¿Podemos objetar que eso es liberalismo cuando la gente está contenta con cosas tan pequeñas? Las necesidades hay que resolverlas igual sea cual fuera. ¿Cuál es nuestra vocación de poder? ¿Dividir la torta para que quede entre cuatro o militar y ser parte de un movimiento para cambiar la vida del pueblo? Habría que discutirlo. Creo que, si las unidades básicas pensaran la doctrina y recordaran al peronismo, la lealtad, el pueblo, y de dónde venimos, sería un poco mejor todo al menos acá en la Ciudad. Nos tenemos que dar un largo debate.
Has planteado la frase “me niego a creer que la Ciudad de Buenos Aires es gorila”.
PA: Es así, puede haber gente que no sea peronista, que no sienta simpatía con algunas cosas que hacemos. Pero cuando pasa algo la Ciudad es muy solidaria, sale todo el mundo a ayudar, lo que quiere decir que hay un sentimiento de bondad. Quizás hay que apelar a esas cosas, pero no te pueden votar si vos desprecias. Puede ser que haya, pero ¿quién te va a votar si decís que son todos gorilas?
En los años que vivimos del kirchnerismo estaba esa cosa de que la política te sorprendía y no que corría de atrás. La ley de matrimonio igualitario o identidad de género fueron leyes en ese sentido, que te empujaban a estar donde estaba la gente.
PA: Hemos dejado que hasta nos quiten la agenda. Quienes sorprenden hoy son los que están en frente con cosas horribles que quieren hacer. Las propuestas nuestras han quedado sólo en contrarrestar. Hemos dejado de marcar agenda hace mucho tiempo. Creo que tiene que ver con que no hay un diálogo con el pueblo, no se termina de escuchar lo que pasa.
La gente es sabia, no necesariamente tienen que querer votarnos. Hay que escuchar más a la militancia. En una unidad básica hay un montón que te ofrece soluciones, de todas esas vas a encontrar cosas positivas. Sin embargo, no se hace. Se han quedado todos en un mismo lugar escuchando dos voces con una lapicera muy cortita. Si retomamos el poder de la agenda, de poder decir lo que queremos, sin utopías baratas, tiene que ser realmente diciendo lo que el pueblo necesita, sin prejuicios.
Cuando empezamos con la militancia en el barrio, en una de las esquinas, iba con un prejuicio enorme de pensar que los pobres no tenían que comer y que se había que hacer esta o tal cosa. En el año 2012, esa gente comía. Quería comprar la comida, así que no necesitaban eso. Vimos que estaban construyendo casas, entonces nos pusimos a buscar una bloquera, casi como una cuestión romántica, pero tampoco la necesitaban. Era lo que una pensaba sin preguntar qué necesitaban. Los pibes querían una biblioteca, una plaza, un lugar para esparcimiento.
Tenemos que romper ese prejuicio de creer que es lo que necesita el pueblo y salir a preguntar. Ellos hacen encuestas, encuentros, spots maravillosos para vender lo que sea. ¿Nosotros no podemos hacer nada de eso? En la campaña anterior se hizo uno que hablaba de los sectores populares, mujeres, migrantes, pero todos los que aparecían eran blancos. Habían puesto una trava pero no se notaba. Esas cosas no se terminan de comprender nos hacen perder votos y que la gente no termine de comprender qué es lo que buscamos. En definitiva, no terminamos de interpretar.
No puede ser todo tan pesimista tampoco.
PA: No, claro. Ante la falta de interpretación de una parte de la dirigencia están los y las militantes para salir a decir qué es el proyecto de país que queremos fundar. Cuando Cristina habla de tomar la lapicera no es sólo para poner nombres sino también ideas y sueños, para poner realidades que podemos construir mediante la militancia y la política pública.
Lo que nos queda a la militancia es sacarnos la tristeza, despojarnos de todo sentimiento de derrota, salir a discutir y a plasmar ideas y a veces también decirles a quienes vienen de arriba y nos dicen todo lo que hay que hacer que quizás no estamos de acuerdo, que se pruebe con otra cosa. Creo que así se va a construir una sociedad mejor y que en la Ciudad de Buenos Aires vamos a poder tener un gobierno nacional y popular, que no es imposible claramente. También podemos llegar a tener travas en el poder, oficiando y haciendo cosas muy interesantes.
¿Qué recomendaciones haría frente al nuevo aniversario del nacimiento de Evita?
PA: El Archivo General de la Nación, que está digitalizado, es el Archivo Bicentenario. Hay un spot del peronismo, que es maravilloso y hay que verlo ante el decaimiento. Se llama “Ayer y hoy”, dura ocho minutos. Lo protagonizan Fanny Navarro y Pedro Maratea. Ella fue una actriz que sufrió persecución y torturas por haber sido peronista.
Habría que empezar a hablar de la resistencia peronista, por eso nuestra organización se llama La Nelly Omar. Hablamos de una resistencia de la cual no se habla, porque no hubiera existido nada de lo que conocemos si no hubiera estado la resistencia peronista. También existe “Soy del pueblo”, que es una serie de videos cortos en Canal Encuentro sobre la historia de Fanny Navarro, Sabina Olmos, Mecha Ortiz, Tita Merello, Nelly Omar y Zully Moreno. Todas artistas populares que luego fueron perseguidas por haber sido peronistas.
En el de Fanny, al principio, hay un fragmento del spot que menciono, donde se habla del ayer y del hoy. Antes y con Perón. Hay una frase, que me emociona un montón, cuando habla de las trabajadoras y obreras, que dice “con un solo vestido”. Así como los pibes tenían un solo saco para cualquier evento, las mujeres tenían un solo vestido, ni sombreros ni guantes. Esa era la pobreza que había en este país y Perón la cambió. Y fue tanto que mi abuela me decía siempre que gracias a Perón y Evita habían podido brindar a fin de año y en los cumpleaños con un pan dulce y una sidra.
Volvamos a esa épica y doctrina. Ese material es para evocar, pero no sólo para tener información sino para comprender de dónde venimos y que sea un puntapié para ir corriendo a buscar a dónde vamos. Las salidas deben ser urgentes, porque estamos a umbrales de una elección que podemos perder. Ganemos con un o una candidata posible, con sueños y con un proyecto, pero va a ser posible si agarramos la lapicera, escribimos cosas y tomamos el bastón de mariscal para decir que el futuro está en nuestras manos, no sólo en la de algunos dirigentes.
Hay que empezar qué era lo que hacíamos cuando nos votaban y qué cuando no.
PA: La mejor forma de recordar y homenajear a Evita es salir a militar, no desde la estupidez sino desde el convencimiento de que vamos a transformar la realidad del pueblo. Sin eslóganes baratos y sin realidades utópicas irrealizables, sino con la realidad y el corazón en la mano y con el deseo de transformar. Creo que las personas cuando sienten que les estás hablando con la verdad enseguida se enamoran de lo que estás diciendo.
Nos falta veracidad y amor a la causa. Hay muchos compañeros y compañeras que lo tienen y eso es lo que transmiten. Cristina lo tiene, Evita lo tenía. Vayamos por ese amor y por esa causa, que es la del pueblo. Vayamos a ganar todo lo que nos falta. Nosotras con las compañeras trans y cis vamos a salir a recorrer plazas, como en 2021, por la campaña para que haya más trans en las bancas, por la necesidad de que haya más representatividad. A diferencia de otros países, acá todavía no hay y es momento de que por fin sea del peronismo la primera compañera trans.