Comunicadores del Sur

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En defensa del barrio y el ambiente

4.6.2023

Por Ramiro Giganti

El pasado 19 de abril, vecinas y vecinos de Chacarita presentaron un proyecto de ley contra los edificios de altura. Se organizan en el Colectivo Amparo Ambiental Chacarita donde todas las semanas juntan firmas para el amparo que piensan presentar si la ley no prospera en la legislatura y dialogan con transeúntes en la calle explicando la situación y la necesidad de tomar conciencia y pasar a la acción para frenar el avance inmobiliario. Junto a otros barrios se organizan para enfrentar las políticas de construcción desmedida a la que, por sobradas razones, llaman “barricidio”.

A no muchas cuadras del populoso Almagro, bien cerca del gentifricado Palermo y el encarecido Villa Crespo, se encuentra el tradicional barrio porteño de Chacarita, famoso, entre muchas otras cosas, por el cementerio, el parque San Martín y la transitada esquina de Lacroze y Corrientes, que durante años fue el inicio de la Línea B del subte, que confluye con la terminal de tren del Ramal Urquiza. Pese a esa transitada equina donde confluyen muchas líneas de colectivo, frente al tradicional pizzería Imperio, el barrio mantiene en sus alrededores su identidad histórica, con algunas edificaciones tradicionales, casas mayoritariamente de techos bajos, calles arboladas y el cielo, tan negado en otras partes de la Ciudad.
Hoy, quien camine por las calles de este barrio, seguramente se cruce en más de una ocasión con banderas colgadas de las ventanas que no llevan precisamente el logo de una inmobiliaria sino un círculo verde con la consigna «No al nuevo código urbanístico» y el hashtag #MasVerdeMenosCemento.
“Este espacio empezó a movilizarse cuando empezamos a ver que se vendían casas bajas y empezamos a ver que en lugar de construir hasta 3 pisos que era el máximo de construcción legal anteriormente, veíamos que iban a construir edificios de 6 o 7 pisos. Entonces varios vecinos afectados empezaron movilizarse, juntar firmas, y también empezaron a hacer un mapeo de una delimitación para presentar un proyecto de ley de modo que en una zona delimitada entre Lacroze, Dorrego, Alvares Thomas y Corrientes, se mantuviera como zona con el límite de 3 pisos para construir. Entonces hubo asesoramiento de distintos organismos como el observatorio de la ciudad y se decidió presentar un proyecto de ley a la legislatura para que se vuelva atrás, porque en 2018 hubo un nuevo código por el cual se empezó a construir con más altura. Lo que nosotros pedimos es albo bastante sencillo que es volver a limitar la construcción a 3 pisos en esta zona, que es una zona muy arbolada, de casas y de PH. Una zona donde también hace unos años se presentó un amparo para mantener adoquines en determinados lugares, porque el adoquín permite mayor filtrado del agua y evita inundaciones… es decir una serie de cosas”, cuenta Cecilia, que participa en el colectivo y es vecina del barrio desde hace más de 20 años.
“Nos llamamos Amparo Ambiental porque queremos algo integral. Este es un barrio que tiene identidad. Que tiene participación de los vecinos, que los vecinos más o menos se conocen, se apoyan para distintas actividades. Entonces es un barrio que tiene una personalidad, una identidad, y es lo que queremos mantener.”
La esquina elegida este fin de semana para recolectar firmas es relativamente tranquila pero con importante circulación de personas. La interacción suele ser cordial y con buena respuesta por parte de las y los transeúntes. Están quienes firman, quienes ya firmaron y saludan al pasar, y quienes miran con algo de desconfianza o se llevan el volante para informarse y quizás luego firmar. En dos horas hubo solo un caso de dos jóvenes de menos de 20 años donde, con malos modos, una dijo «no me interesa», pero no es representativo de lo que sucedió… paradojas de la juventud actual.
“Yo me mudé acá porque trabajaba cerca, daba clases en el colegio Nicolás Avellaneda, acá cerca en Palermo Viejo, y a mí me resultaba bueno para incluso ir caminando al trabajo. Que esa es la idea de una ciudad sustentable: que sea descentralizada, que la gente pueda comprar en negocios cercanos, que pueda trabajar no tan lejos de su casa y no tenga que ir al centro a hacer todo. Acá lo que defendemos es algo integral no un capricho de volver a los 3 pisos”, recuerda Cecilia.
“Te construyen 8 pisos, si tenés un PH, una casa, te tapan el sol, hay problemas de gas, de luz, de agua… hay un montón de problemas porque esa infraestructura no va aumentando. Y sin embargo siguen construyendo“, agrega.
Cecilia también formó parte, hace algo más de 20 años, de la Asamblea Barrial en Chacarita. “Cuando fue el tema de las asambleas hubo muchos vecinos que quisieron participar. En un terreno grande y vació, por la calle Matienzo había un terreno vacío y se hizo una huerta comunitaria. En aquel momento se hacían compras comunitarias en las Asambleas, y había mucha participación. No sé si hay mucha relación, pero son barrios en los que ha habido participación de sus vecinos. Son barrios con identidad”.
Soledad, que estaba juntando las firmas, también recuerda actividades con cartoneros. Hoy eso continúa. Desde este espacio también hay un esfuerzo de vecinas y vecinos por el reciclaje trabajando junto a cooperativas de cartoneros, pero se ve muy poco respaldo institucional más allá del traslado en una camioneta ploteada con el logo del Gobierno de la Ciudad.
Otro problema que preocupa al barrio y al colectivo es el dengue. Desde 2016 empezaron a conocerse casos de contagios en Chacarita, que cada verano son más. Con la extensión del calor en este año los contagios siguieron y hasta hubo una fallecida.
Finalizado el tiempo acordado empiezan a desarmar la mesa y posan para la foto de portada de esta nota. El colectivo volverá a estar en la esquina juntando apoyos, pero con otras personas a cargo «tratamos de repartirnos», comenta Julieta otra integrante del colectivo por wasap, quien seguramente tomará la posta.
Desde el colectivo, sus vecinas y vecinos participan, se relacionan con otras personas y buscan concientizar sobre situaciones que afectan la vida cotidiana y el ambiente.
Existen colectivos afines en los barrios vecinos como Colegiales Participa, Somos de Ortuzar, o Palermo Resiste y que se conectan con este colectivo desde una interbarrial.
Con más de 1.300 firmas de apoyo al amparo, el objetivo del día era llenar 10 planillas más. Al finalizar habían llenado 12, y otras dos con muchas firmas, pero algunos casilleros por completar quedaron arriba de todo para terminar de llenarse al día siguiente. Si algo parece estar claro en el colectivo es que la lucha es larga y nada importante se logra esperando pasivamente.

La Policía de la Ciudad amedrentó una asamblea de franqueros del Garrahan

4.6.2023
Por Esteban Argañaraz

Fue este sábado mientras se desarrollaba una de las tantas asambleas que vienen haciendo los trabajadores de enfermería del turno franquero del hospital en la pelea por la reducción de la jornada laboral. Un efectivo se hizo presente con actitud intimidatoria.

Este sábado por la tarde, un efectivo de la Policía de la Ciudad se hizo presente en el hospital Garrahan mientras se estaba realizando una asamblea del turno franqueros quienes se encuentran peleando por la reducción de la jornada laboral. La intención de la policía era amedrentar a las y los trabajadores en un hecho muy grave. Trabajadores denuncian que fue enviado a pedido de la dirección del hospital.
Las y los franqueros están pidiendo que se les respete las 12 horas de descanso entre jornada y jornada. Reclaman algo tan justo que significa poder ver a sus hijes, tener tiempo para sus familias, para descansar, para esparcirse. Actualmente su jornada es de 14 horas al cuidado de los más pequeños, en un hospital de alta complejidad. Llegan a sus casas y apenas ven a sus familias o si llegan a dormir 4 horas es mucho para volver a levantarse a tener otra jornada de trabajo. El 80 % del hospital son mujeres, y con la crisis ha crecido el pluriempleo para intentar llegar a fin de mes.

Hoy a las 16:00 abren molinetes para seguir luchando contra el asbesto y por reducir la jornada

2.6.2023

Los trabajadores y trabajadoras del subte y su sindicato continúan la pelea contra la contaminación que los enferma, al igual que pone en peligro a los usuarios. Reclaman una jornada laboral de 6 horas, 5 días a la semana.

Los trabajadores y trabajadoras del Subte y su sindicato están llevando adelante una campaña en defensa de su salud y de los usuarios. La exposición al asbesto ya provocó 3 trabajadores muertos, 85 afectados y 2500 trabajadores están bajo vigilancia médica.
Por eso vienen realizando paros y aperturas de molinetes, así como una campaña de difusión pública.
Como difundieron hoy, “el viernes 2 de junio, a las 16 en la estación Retiro de la C, estaremos difundiendo la problemática del asbesto, repartiendo materiales y tomando café con los usuarios. Invitamos a los medios de comunicación al hall de la estación Retiro de la línea C. Desde las 16.30 el secretariado ejecutivo de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro – Metrodelegadxs brindará detalles sobre la continuidad de la campaña. Las y los trabajadores de subte continuamos reclamando la reducción de la semana laboral a 30 horas para estar menos expuestos al material cancerígeno asbesto”.
Recordemos que esta semana se realizó una audiencia pública promovida por Myriam Bregman y Alejandrina Barry, diputada y legisladora del FIT correspondientemente. Y convocada por la AGTSyP, donde estuvieron Claudio Dellecarbonara entre otros miembros de la directiva. Además, participaron legisladores de distintas fuerzas, médicos especialistas, investigadores, ambientalistas, trabajadores y la inefable Norita Cortiñas-Madre de Plaza de Mayo, entre otros.
La Izquierda Diario publicó recientemente una crónica y video con la historia de Martín Paredes, uno de los trabajadores diagnosticado con afecciones relacionadas con el asbesto.

La UTEP denunció un “ajuste” de Rodríguez Larreta en comedores y planes sociales

31.5.2023

Organizaciones sociales se movilizaron contra los recortes en materia social del Gobierno porteño

El Frente Popular Darío Santillán, integrante de la UTEP, volvió a exigir mayores recursos para los barrios populares. El reclamo se centró en el recorte de raciones para comedores y en las bajas en el programa Ciudadanía Porteña. “Larreta ajusta a los que menos tienen mientras destina millones a su campaña electoral”, dijeron.
Organizaciones sociales nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) se movilizaron este miércoles para denunciar un “ajuste” en materia social de parte del Gobierno porteño. Reclamaron mayores raciones para los comedores de los barrios populares y el cese de las bajas en el programa Ciudadanía Porteña, el principal plan social con que cuenta el Ejecutivo de la Ciudad.
“La situación en los barrios es desesperante. Hace meses empezaron a recortar las raciones para los comedores, que no dan para más, la comida no alcanza. Y en el último tiempo, además, a nuestros compañeros les dieron de baja la Ciudadanía Porteña. Estamos frente a un ajuste”, le dijo a Página/12 Flavia Romero, referente del Frente Popular Darío Santillán. “Rodríguez Larreta ajusta a los que menos tienen mientras destina millones a su campaña electoral”, agregó.
Las columnas del Santillán cortaron la Avenida Belgrano a la altura de Paseo Colón, en Puerto Madero, durante toda la mañana. La idea de la organización fue darle mayor visibilización a un reclamo que ya habían llevado a la calle varias veces este año, sin obtener respuesta del Ejecutivo porteño. Desde allí marcharon hacia el Puente de la Mujer, desde donde reclamaron también por la implementación de un salario social para las cocineras de los comedores populares.
Solo el Santillán, en la villa 21-24, alimenta a unas 900 personas por día. “Son cada vez más las personas que se acercan a pedir un plato de comida porque no les alcanza”, describió Romero.
El jefe de Gobierno había anunciado a fines de marzo la baja de 1.445 beneficiarios del Plan Ciudadanía Porteña. “Es una muestra de lo que van a hacer si son gobierno”, dijo la referente del Santillán. “Larreta parece más preocupado por criticar a dirigentes sociales que por resolver el hambre y la pobreza que crecen en la Ciudad. En medio de la crisis económica destina más plata a su campaña que a garantizar los alimentos en los comedores populares” , señaló.

Jorge Macri contra personas en situación de calle: “Los cajeros se transformaron en sus monoambientes”

31.5.2023

Tras ser confirmado como el flamante precandidato de unidad del PRO para jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri no demoró en mostrar su desprecio hacia los pobres y las personas que se encuentran en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires. El actual intendente (en uso de licencia) de Vicente López consideró que “se apropian de algunos sectores de la ciudad” y que es necesario “recuperar ese afuera para el vecino”, como si quienes sufren por no tener un techo no lo fueran, aunque residan en CABA.

Este martes Jorge Macri fue confirmado como el precandidato de unidad a jefe de Gobierno que tendrá el PRO, para competir con Martín Lousteau y retener el bastión del macrismo. El primo fue finalmente el elegido sobre Fernán Quiroz y cuenta con la bendición de los (hasta ahora) dos precandidatos presidenciales, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
Entusiasmada, Bullrich compartió la novedad en sus redes sociales saludándolo y atribuyéndose una pequeña victoria. Y, quizás contagiado por ese mismo entusiasmo, Jorge Macri dejó la primera declaración de campaña que ilustra a la perfección su pensamiento (y seguramente no sea la única).
Entrevistado en el programa Pastor 910, que se emite de lunes a viernes por Radio La Red, el flamante precandidato desplegó todos los prejuicios de clase que pudo, mostrando el desprecio contra los más pobres y quienes ni siquiera tienen garantizado un lugar para vivir. “Hay alrededor de tres mil personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires y un tercio de ellos, estadísticamente, tienen problemas de adicciones o de salud mental. Ahí tenemos que intervenir, porque son un riesgo para ellos o para terceros” comenzó diciendo sobre el tema y se refirió a la posibilidad de que esa gente vaya a los paradores de la Ciudad.
• “No la puede obligar”, comentó el periodista.
• “No la puedo obligar, pero tampoco puedo aceptar que sean dueños del espacio público”, retrucó el hombre del PRO. Y por si fuera poco, agregó: “Hoy los cajeros automáticos se han transformado en el monoambiente de algunos, se apropian de algunos sectores de la Ciudad. Tenemos que levantar un poco la vara y recuperar ese afuera para el vecino. Tal vez no te pase nada, pero mucha gente se siente insegura frente a esa realidad. Son agresivos verbalmente”.
La declaración, aunque venga de Jorge Macri, no deja de sorprender por el desprecio hacia quienes ni siquiera tienen un techo donde vivir. Lejos de “apropiarse” de espacios públicos o de hacer de los cajeros automáticos “sus monoambientes”, esos miles de personas -incluídas familias enteras con niños y niñas pequeñas- se la deben rebuscar para encontrar un lugar donde pasar la noche justamente por no ser propietarios absolutamente de nada. La causa de esta situación no es más que la crisis y la pobreza que golpean en todo el país, y una especulación inmobiliaria descontrolada que en la Ciudad arrasa con todo a su paso, haciendo que cada vez sea más difícil alquilar y casi imposible el sueño de una vivienda propia.

La vivienda: una crisis cada vez más acuciante

Dos semanas atrás, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dio a conocer resultados recabados en el Censo 2022 sobre las condiciones habitacionales de las viviendas particulares ocupadas. Y el primer dato que resalta es que uno de cada tres hogares en la Argentina no tiene vivienda propia: o alquilan, o habitan una vivienda cedida por trabajo, prestada u otra alternativa.
Sin conocerse aún el dato actualizado sobre déficit habitacional, lo que es preocupante y muestra la gravedad de las consecuencias de la crisis y el ajuste es el agravamiento del problema con respecto a los datos del Censo de 2010. En aquel entonces, el 72,95 % de los encuestados tenía un régimen de tenencia de vivienda propia (68,69% había respondido en esa oportunidad ser propietario de la vivienda y el terreno y 4,26% de la vivienda solamente), y hoy ese porcentaje es del 65,5%. En la Ciudad de Buenos Aires, el problema se agrava y la cifra de hogares propietarios se reduce al 52,9 %.
Las consecuencias de la crisis, el aumento de la pobreza, la especulación inmobiliaria y la pérdida del poder de compra de los salarios son algunas de las causas que podrían tomarse para intentar explicar un fenómeno que afecta a una gran parte de la población con un derecho básico y elemental como es el acceso a una vivienda.
A esto hay que sumarle el problema cada vez más profundo de los alquileres, con precios cotizados en dólares, una oferta cada vez más reducida y que empieza a optar por la modalidad temporaria.
Las declaraciones de Jorge Macri no hacen más que dejar en claro el desinterés por la crisis habitacional que existe en el país y en la ciudad particularmente, y el desprecio hacia la gente que se encuentra en situación de calle. Sus palabras son coherentes con la política que ha dirigido el PRO en la ciudad, muchas veces con la complicidad del peronismo porteño: promotores de los negociados inmobiliarios, con contratos escandalosos y una ciudad entregada a manos de empresas como IRSA.

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