17.7.2023
POR ARIEL PINUS
Diálogo con Leandro Castro, candidato a secretario general de ATE Capital por la Lista Blanca Negra y Verde, sobre la situación que atraviesan los trabajadores, el rol de los sindicatos y las elecciones en las que enfrentará al oficialismo conducido por Daniel Catalano.
¿Cómo caracterizás la situación actual en la que se encuentran las y los trabajadores en nuestro país?
Leandro Castro: La situación no es buena porque el salario no alcanza. En este sentido, el salario real viene cayendo en picada frente a la inflación, sin contar la gran cantidad de trabajo no registrado que sigue existiendo. Es verdad que creció el empleo, pero el problema que tenemos es de redistribución del ingreso. Hoy en día, las y los laburantes no llegan a fin de mes, y eso, sin dudas, genera un malestar social muy importante. Por eso, hay tanto descontento con este gobierno, y muchas trabajadoras y trabajadores se ven seducidos por opciones políticas de derecha. Esto es producto del fracaso de un gobierno que prometía garantizar derechos sociales y, sobre todo, una vida digna a las y los trabajadores, pero no ha podido cumplir esa promesa.
¿Cuál es tu posición respecto a la implementación de una suma fija en los salarios?
LC: Nosotros, desde nuestro espacio, estamos a favor de la implementación de una suma fija. Hay una porción importante de asalariados con remuneraciones por debajo de la línea de pobreza, con diferentes capacidades de negociación según las actividades que desarrollan, sin contar la gran cantidad de empleo no registrado que, en esos casos, la capacidad de negociación es nula. En este contexto, la suma fija permite elevar a los sectores más perjudicados, es decir, a los últimos de la escala. Sin mencionar que, además, esta medida repercutiría positivamente en el mercado interno, porque todo ese incremento salarial iría directamente al consumo.
Con esto quiero decir que los aumentos de paritarias no están permitiendo recuperar el salario de las actividades más postergadas o de menos capacidad de negociación. La suma fija es la única herramienta con la que esos trabajadores registrados podrían salir de la pobreza y subiría la vara del resto de las negociaciones paritarias.
¿Cómo analizas el rol de los gremios durante el gobierno del Frente de Todos?
LC: Los sindicatos pecamos de prudentes frente al pobre accionar de este gobierno con respecto a la justicia social, a la distribución del ingreso y a la posibilidad de que los trabajadores y las trabajadoras tengan una vida digna. Este fue un mal gobierno, un “gobierno peronista” al que le faltó peronismo.
Los sindicatos somos la columna vertebral del movimiento, esa es una responsabilidad que hay que ejercer. Si el movimiento obrero organizado no asume ese rol, el peronismo deja de estar de pie y comienza a arrastrarse. Y un proyecto que se arrastra deja de ser peronista porque no garantiza derechos, no distribuye el ingreso y no garantiza la felicidad de las mayorías. Cristina Fernández, que sigue siendo la conductora de nuestro movimiento, lo corrió más por izquierda al presidente que los mismos sindicatos, planteando el retraso del salario como una cuestión fundamental a resolver.
Es cierto que atravesamos una pandemia y que hubo aciertos en la rápida puesta en marcha de políticas destinadas al cuidado de la población. Durante ese tiempo, a los estatales se les respetaron sus salarios, incluso de los que estaban haciendo horas extras. Eso fue importante, teniendo en cuenta la presión irresponsable que ejerció la derecha en este sentido. Pero la realidad es que este gobierno falló en el objetivo de garantizar una vida digna al laburante y se sometió a las condiciones del acuerdo con el FMI, ahogando a los trabajadores con este retraso salarial y generando un gran descontento social.
¿Qué análisis haces del rol que cumplió ATE Capital durante estos últimos años?
LC: Durante estos años, ATE Capital cayó en la inacción absoluta. Por aspiraciones de índole político-partidarias de Daniel Catalano, la seccional no intentó disputar mejoras salariales, ni al gobierno nacional, ni al de la ciudad. Tampoco presionó para que se cumpliera la promesa del pase a planta de los trabajadores estatales. No esbozó ningún tipo de acción sindical interesante y pasó a tener un rol puramente testimonial. De esta manera, nuestro secretario general se convirtió en un personaje público que opina de todo por los medios, pero no lucha por nada. Ese perfil que tomó nuestro sindicato no coincide para nada con la demanda que tienen los trabajadores y las trabajadoras.
La única manera que encontró de garantizar ese estado de parálisis en ATE fue eliminando a la disidencia, y llevando el sectarismo a niveles terribles. En todo momento, se fomentó la división interna, el enfrentamiento entre compañeros y se persiguió a las voces que piensan diferente. Esto lo hizo impidiendo el acceso igualitario a los beneficios de acción social, negando elecciones a los cuerpos de delegados -incluso en la etapa más difícil del macrismo- cuando avanzaron con los despedidos masivos.
Con esto, quiero decir que Catalano pretendió aniquilar la democracia interna en ATE, un sindicato de historia y raíces profundamente democráticas. Sin ningún tipo de escrúpulos, llegó a poner vallas para imposibilitar la llegada al sindicato frente a plenarios masivos convocados por la oposición. Parece que Catalano tiene una adicción por las vallas, parecida a la de Larreta, que nos ponía vallas en la casa de Cristina cuando con la militancia la íbamos a bancar.
En síntesis, la actual conducción de nuestro sindicato persigue a la oposición sin ningún tipo de límite ético. Ha negociado a espaldas de los cuerpos de delegados con los funcionarios y llegó a exponer la vida privada de militantes con el fin de perjudicarlos, por tener una postura opositora. Asumió, en definitiva, las peores prácticas burocráticas para asegurar su conducción. Perón decía que el conductor debe persuadir, no dominar, y que cuando los compañeros luchan entre ellos es porque han perdido de vista al verdadero enemigo. Parece que el actual secretario general no lo ha leído mucho.
¿Cómo surgió la lista verde blanca y negra y qué expectativas tienen para las próximas elecciones del sindicato?
LC: Sumado a lo que dije anteriormente, de un tiempo a esta parte, se dejó de convocar plenario de delegados en ATE Capital. Los únicos que se pudieron realizar fueron arrancados por una parte de la conducción que rompió con el oficialismo, planteando, entre otras diferencias, la parálisis a nivel sindical. Entre ellos, hay dirigentes de mucha experiencia y referencia, como Luciano Fernández y Hugo Bellón. Junto a ellos y otros referentes, con distintos recorridos e identidades, hemos confluido en un espacio que denominamos “Construyendo la unidad”, un planteo que sintetiza la necesidad de acabar con la división interna y de constituir un sindicato fuerte que gravite en forma real en la defensa de los y las estatales.
Daniel Catalano emergió como una renovación generacional en el 2015, en el marco de una crisis en ATE. Pero esa renovación nunca llegó, más allá de lo formal, sino todo lo contrario. Sistemáticamente se encargó de profundizar las prácticas que él mismo cuestionaba. Tuvo la oportunidad de ser el primero de lo nuevo, pero terminó siendo el último de lo viejo.
Estoy seguro que, junto a Adriana Orbiz que es mi compañera de fórmula, el 9 de agosto vamos a ganar las elecciones y cambiar la historia de nuestro sindicato. Vamos a convertir a ATE en un sindicato unido, democrático y fuerte, como necesitamos los estatales. Es necesario retomar la unidad en la acción con el Consejo Directivo Nacional y la participación activa en nuestra CTA Autónoma, que en CABA la conduce un compañero muy respetado por todos, Pablo Spataro. Pero, también, debemos retomar la articulación con otras centrales sindicales, porque nuestra dispersión sólo benefició a los enemigos del Estado, y del movimiento obrero.
¿Cómo analizas la situación de cara a las próximas elecciones presidenciales?
LC: En primer lugar, hay que decir que Cristina, que sigue siendo la referenta más importante del peronismo, está proscripta por el partido judicial. La lista de unidad a la que llegamos, que tiene condiciones de ganar, no es la que esperaba una gran parte de la militancia. Por eso entiendo que la postura de Juan Grabois de participar de las PASO va a ser acompañada por muchos votos. Finalmente, vamos a tener que redoblar el esfuerzo militante para que se imponga esta lista de unidad encabezada por Sergio Massa.
Yo tengo esperanzas de que vamos a ganar, tal vez apretadamente, porque esta no ha sido una buena gestión de gobierno. Pero el peronismo va a volver a ganar. Vamos a frenar esta amenaza de la derecha criminal que viene por el estado, por nuestros derechos, por reprimir la protesta social, y por imponer a sangre y fuego el ajuste, sin anestesia. Lo que está pasando en Jujuy es una muestra obscena de lo que plantea Juntos por el Cambio para nuestro país.
En definitiva, necesitamos un gran esfuerzo de toda la militancia para volver a ganar. Vamos a tener otra oportunidad. Creo que los sindicatos, desde el primer día, vamos a tener que ejercer nuestro rol, estar organizados y garantizando la recuperación del salario. Creo que lo que se viene, de todas maneras, es una lucha importante por la recuperación del salario.
“Catalano pretendió aniquilar la democracia interna en ATE, un sindicato de historia y raíces profundamente democráticas. Sin ningún tipo de escrúpulos, llegó a poner vallas para imposibilitar la llegada al sindicato frente a plenarios masivos convocados por la oposición”