Lo que pasó en el Borda demuestra que hay una gran hipocresía
20.2.2015
LA RETAGUARDIA
Lo dijo Oscar Ciancio, del Frente de Artistas del Borda. La semana pasada, la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó el sobreseimiento del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, su vicejefa María Eugenia Vidal, y otros funcionarios de su gabinete, por la represión en el Hospital Borda ocurrida en abril de 2013. Ciancio, que además es socio de la Cooperativa de Salud Mental ATICO, criticó la decisión judicial y se refirió al incumplimiento de las leyes de salud mental tanto nacional como de la Ciudad de Buenos Aires.
El 26 de abril de 2013 un grupo de delegados y trabajadores del hospital que intentaban evitar que se demolieran los Talleres Protegidos del Borda fue reprimido. Trabajadores y pacientes, además de periodistas y dirigentes sociales, gremiales y políticos, resultaron heridos. Finalmente los talleres se derrumbaron y muchos de los que quisieron evitarlo fueron procesados. Sin embargo, Macri, Vidal, los ministros de Seguridad y Justicia, Guillermo Montenegro, y de Salud, Graciela Reybaud, fueron sobreseídos. Según el fallo de la Sala IV Cámara del Crimen, integrada por Alberto Seijas y Carlos Alberto González, el único que seguirá siendo investigado es Daniel Chain, a cargo de la cartera de Desarrollo Urbano de la Ciudad.
Ante estos hechos y resoluciones judiciales, vale entonces pensar y preguntarse de qué lado está la locura o las locuras. Al respecto, Oscar Ciancio, miembro del Frente de Artistas del Borda, hizo una primera reflexión: “cuando decimos ‘la locura’ es una unidad de la que en realidad habría que empezar a pensar qué es, porque muchas veces para un acontecimiento artístico se generan actos de locura, pero es una locura que tiene que ver con la vida. Después hay otros actos que tienen que ver con la muerte, que son actos de una locura, como puede haber sido lo que pasó con el genocidio, tanto sea en la Guerra Mundial como acá en la dictadura cívico-militar o cualquier otro tipo de represión que se lleva vidas. Por eso digo de sacarla de esa unidad y ponerla en una pluralidad para ver qué tipo de clasificaciones les damos a ellas. Sin embargo, para hablar de lo que pasó en el Borda me gustaría recordar otra palabra: ‘hipocresía’. Recuerdo la frase de Bertolt Brecht: ‘Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad’. Yo creo que acá lo que está pasando, con respecto a lo que pasó en el Borda es que hay una gran hipocresía en cuanto a lo que es la salud mental y lo que es la salud pública, tanto sea del Gobierno de la Ciudad como en muchos otros espacios y territorios de la Argentina y también de muchas partes del mundo”.
"No lo quiero nombrar"
Tras esta primera aclaración, Ciancio se refirió al lugar o lado del muro en que está la locura: “si volvemos a tomar la locura en negativo, nos preguntamos si está dentro del manicomio o si no es transportada al manicomio desde afuera hacia adentro; porque los que manejan el manicomio generalmente están afuera y los que no lo manejan ―que son los que están adentro—, son los que no tienen la voz porque es anulada sistemáticamente. El otro día me tocó ver al pasar un programa de Mirtha Legrand en el que estaba el jefe de gobierno de la Ciudad —no lo quiero nombrar, dice en referencia a Mauricio Macri— y se estaba llenando la boca con lo que sería la atención pública, no habló de la salud mental, hablaba de los distintos hospitales que tienen que ver con el Gobierno de la Ciudad. Y, por ejemplo, en los hospitales generales, que son los que se supone que tendrían que empezar a atender de acuerdo a la ley nacional a las personas que son internadas con internaciones cortas para poder cerrar los manicomios, hoy por hoy, cuando alguien tiene que hacerse una operación hay una demora de un promedio de siete meses. La gente va con su ropita para ver si es el día que le toca para operar, y le dicen: ‘No, esta vez no podemos’, ‘No hay cama, no hay lugar. Te vamos a volver a llamar’. Y se tiene que volver a su casa. Y por la televisión ellos dan un el mensaje de que todo está mejor, todo está bien, vamos para adelante. Hay que empezar a hablar con la verdad, la verdad de lo que está pasando, realidades que ellos no las quieren dar a conocer porque están en un período electoral y todos van por su torta”.
“Una fantochada”
Respecto al sobreseimiento de los funcionarios porteños por la represión en el Borda, al que calificó como “fantochada”, Ciancio manifestó: “solamente procesaron a un comisionado de la Metropolitana (Martín Roth), pero por lesiones graves, y a cinco trabajadores que fueron acusados por lesiones contra oficiales, lo cual es todo un problema. Los que estuvimos ahí vimos que las agresiones graves fueron cometidas por la Policía (Metropolitana) y que ese jefe de Policía que estaba ahí permitió que se agrediera y se atacara a los internados, no solamente a los enfermeros y a los médicos del hospital. Nosotros tuvimos un internado que quedó paralizado y recibió unos once, doce balazos de goma en el cuerpo”.
En el fallo de la Sala IV se dice que el titular de la Policía Metropolitana, Horacio Giménez, —que también fue sobreseído— "tuvo una actitud conciliadora, tratando de apaciguar la tensa situación que se generara en el lugar". “El jefe de Policía acordó con nosotros, después de las tres represiones que hicieron, casi cerrada la noche, pero cuando ya había pasado todo —aseveró Ciancio—, cuando ya no tenían manera de seguir sosteniendo el espacio porque iba a ser una masacre porque la gente seguía llegando al manicomio, la gente seguía viniendo de afuera, eso se estaba poblando de gente, había una gran tensión. Nosotros mismos le decíamos a la gente que venía que ese era un lugar que a la noche, justamente, por la falta de luz, de baño, de agua no era conveniente quedarse, y ellos querían permanecer; de hecho, muchos se quedaron hasta el otro día porque la idea era no dejar el lugar porque la gente estaba indignada por lo que había visto en el momento de la represión. O sea que ese acuerdo pacífico no fue pacífico porque fue después de la represión y porque ya no cabía que siguieran reprimiendo, se les estaba yendo de las manos”.
Hospital-manicomio
Así refiere Oscar Ciancio al Borda: “no lo voy a dejar de nombrar de esa manera porque pienso que, por un lado, tenemos que homenajear a la gente que trabaja desde el lugar hospitalario en el sentido de la palabra ‘hospitalaria’. Podemos encontrar enfermeros, psicólogos, psiquiatras, médicos con estas características, e inclusive gente que va a trabajar ad honorem, que cumple esa función. Pero también tenemos esa otra parte tan terrorífica, que es la manicomial, y que persiste a pesar de que tenemos una ley, la 448 de la Ciudad, que fue promulgada en el año 2000, y no hubo ningún Gobierno que la cumpliera. Porque si tomamos desde el artículo 3, que habla de los derechos de las personas que están internadas o externadas, nos vamos a dar cuenta de que es una ley que nunca se cumplió. Hoy tenemos la Ley 26657, que es nacional, que está promulgada desde 2010, y tampoco la cumplen”.
En este sentido, Ciancio agregó: “hay una unidad que se fue dando en distintos gobiernos, una unidad verticalista, una vez que estás en el poder te olvidás de esta gente que no tiene voz. Desde un lugar pesimista podría decir que nada ha cambiado cuando estoy diciendo que la Ley 448 es una ley del Gobierno de la Ciudad del año 2000, o por más que han sacado una ley nacional, si no se cumple, es letra muerta. Pero a mí lo que me pasa en estos momentos, es que me da más fuerza para seguir luchando. Como la fuerza que nos dan personas como Alfredo Grande y Vicente Zito Lema, porque ellos están con nosotros. (El día de la represión) ellos vinieron inmediatamente, estuvieron ahí, con la gente; es decir, no estuvieron por este motivo, estuvieron porque siempre están. No es como estos señores que dicen que están, y no están; están desde sus escritorios. Me hace acordar a cuando era docente, que te bajaban los grandes cráneos de los escritorios de las reformas educativas, pero no habían pisado en su vida una escuela.
En este caso, nosotros tenemos la suerte de tener a nuestro lado a gente como Vicente Zito Lema, Alfredo Grande y miles más que nos acompañan y estamos juntos trabajando para que esto realmente cambie. Porque el tema es terminar con los manicomios, que sería el sentido de la desmanicomialización, pero no vaciando los hospitales, no haciendo que esa gente que no tiene voz termine no teniendo vida, que es lo que está pasando por ejemplo en el Melchor Romero”.
Un plus de vida
Oscar Ciancio asiste al Borda los domingos, el peor día según sus palabras: “es el día en el que más se percibe la soledad que reina en ese espacio. En realidad, en el Frente de Artistas hacemos un taller de mural, y con eso cubrimos prácticamente toda la semana, porque el Frente tiene talleres de lunes a domingo”.
Al ser consultado sobre cómo se imaginaba el domingo siguiente a conocerse la confirmación del sobreseimiento, Ciancio aseguró: “hay una serie de murales que siempre estamos rearmando, reconstruyendo, a partir de ese día de la represión, que fueron los que se hicieron en la Unidad 30, la carcelaria. Es un gran paredón, donde hay una serie de murales, algunos terminados y otros no. Generalmente en estas épocas los retomamos y volvemos a recordar y a cotejar entre todos lo que está pasando con esta lucha de la desmanicomialización. Vemos que en distintas partes del país hay gente que se suma. Esto nos da ánimo de seguir adelante. Pero a veces tengo mucha indignación y bronca hacia la dirigencia política y muchas veces hacia la gremial también. Porque cuando te dan un cachito del olorcito de eso que suelen llamar ‘poder’, empezás a traicionar ciertos ideales. Por suerte, no estamos hablando de toda la dirigencia, estamos hablando de una parte”.
Los talleres del Frente de Artistas sirven justamente como herramienta para poder expresar parte de esa bronca e impotencia que generan las decisiones judiciales y las prácticas políticas: “no es bueno si no te podés sacar la bronca, te paraliza. Pero siempre tomamos esto de (Enrique) Pichon-Rivière: el transformar estos lugares siniestros en lugares de creatividad. Y transformar la basura en belleza, como decía Marisa Wagner también, una poetisa del Frente, a quien uno en estas épocas siempre la recuerda con mucho cariño. Esto te da un plus de vida”.
A pesar de la bronca, la injusticia y la impunidad; el Borda continúa generando espacios que transforman la basura en belleza.