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Vecinos y familiares de Lucas se movilizaron contra el gatillo fácil de la Metropolitana

16.11.2015

En la tarde de hoy más de 200 personas se concentraron en el barrio de La Boca repudiando y exigiendo Justicia por Lucas Cabello, joven baleado por un agente de la Policía Metropolitana.

Alexis Cabañas
 

Ni un pibe menos decían, mientras en el debate de los presidenciables se peleaban por quien va a poner más policías en las calles para solucionar el “problema de los trapitos”, los cortes de calle.

Por la avenida Almirante Brown en la intersección conocida como las Cinco Esquinas, vecinos, familiares, amigos y organizaciones sociales se concentraron a una semana del brutal fusilamiento del joven Lucas en la cuadra de su casa y donde cuidaba autos. Recibió 3 disparos de parte de un uniformado de la Metropolitana y al día de hoy sigue peleando por su vida.

Otros casos de violencia policial se hicieron eco de la convocatoria como los familiares de Nehuen Rodríguez, joven asesinado por la misma fuerza o otros casos menos conocidos como el de Angel Duarte, o Diego Núñez que expresaron su repudio también a otras fuerzas como la Bonaerense y la Policía Federal.

Rubén el padre de Lucas; uno de los oradores de la jornada afirmó: "agradezco al barrio de La Boca y su solidaridad desde el primer momento en que quisieron crear un relato de que Lucas estaba armado y que era un problema entre vecinos. Lucas es un joven laburante querido por todos que se ganaba la vida cuidando autos y otras changas. El policía le dio con saña y porque es pobre, no vamos a dejar que esto sigua ocurriendo con nuestros pibes. Lucas la está peleando".

A las declaraciones de Maria Eugenia Vidal que dijo que se trató de un problema de violencia de género (relato desestimado por testigos y por la propia fiscalía que lleva la causa) se sumaron las del Ministro de Seguridad Montenegro que manifestó lo mismo y habló de los avances de tener una fuerza con tecnología en la ciudad ante cualquier hecho, cuestión reivindicada por Mauricio Macri en el debate del domingo.

Entre los presentes se encontraba una delegación de estudiantes de la Juventud del PTS, docentes congresales de la 9 de Abril y el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH)

Consultado por La Izquierda Diario presente en la jornada, el abogado Matías Aufieri del Ceprodh manifestó, ante los casos de gatillo fácil y el actual, que “el escenario nacional, ya desde sus dos posibles variantes de gobierno se presenta indudablemente más reaccionario y se advierte claramente con el caso de Lucas Cabello. Mientras Daniel Scioli lo corre por derecha a Mauricio Macri por no terminar con el problema de los trapitos, éste muestra que sí se encarga, y de qué manera: fusilándolos como a Lucas, mediante la Policía Metropolitana que ya suma más de veinte asesinatos de gatillo fácil en menos de cinco años.

Así como compiten por quién pone más policías en las calles y en los barrios populares, en la llamada lucha contra la inseguridad, es claro que ninguna fuerza es "menos represora" que otra. Sobran los ejemplos de la Metropolitana, pero también de la Federal, la Bonaerense, las nuevas policías locales, y las viejas Prefectura y Gendarmería que desde algunos años infestan los barrios más pobres del sur de la Ciudad.

Además de ser los asesinos de gatillo fácil de nuestra juventud, son quienes regentean y promueven el gran delito tal como sale a la luz ante cada caso de trata, de narcotráfico, de secuestros, o de robos y desarmaderos de autos. Y la agenda de la inseguridad defendida a rajatabla por Macri y Scioli, no puede más que aumentar los casos como el de Lucas.

Gatillo fácil: la Defensa Pública de la Ciudad también desmiente a Vidal

12.11.2015

El organismo rechazó la versión del gobierno macrista.

Por la Defensa Pública de la Ciudad

Lucas Cabello, de 22 años, recibió tres disparos de un policía de la Metropolitana en la puerta de su casa en La Boca, el lunes a las tres de la tarde. Lucas se encuentra ahora en estado crítico internado en el Hospital Argerich.

Ayer por la mañana la Vicejefa del Gobierno de la Ciudad, María Eugenia Vidal, en un vano intento por defender la intervención policial de la Metropolitana sostuvo que “se trató de una cuestión de género. El policía protegía a la mujer que apretó el botón antipánico”.

El Programa contra la Violencia Institucional de la Defensa Pública de la Ciudad rechaza y desmiente esta versión falsa de los hechos  que intenta justificar y naturalizar la violencia policial utilizando como excusa un falso caso de violencia de género. De acuerdo a la información oficial de la Defensa Pública el oficial de  la Policía Metropolitana estaba de consigna en la puerta de ese  domicilio por un conflicto entre dos familias vecinas que viven en el mismo lugar, el cual derivó en una denuncia penal por amenazas y la entrega de un botón antipánico para la  denunciante. Pero los hechos denunciados  en esa  causa no encuadran en ninguna de las categorías de violencia de género de acuerdo con las definiciones de la Convención de Belem do Pará ni de la Ley Nacional 26485 "Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollen sus relaciones interpersonales".

Asimismo la denuncia que dio motivo a la presencia policial nunca involucró directa ni indirectamente a la víctima de la violencia institucional, Lucas Cabello. Por lo tanto, dado que el botón antipánico no tenía ninguna conexión con Lucas Cabello, este nunca pudo haber sido accionado para requerir la intervención del oficial que efectuara los disparos sino como consecuencia de los mismos.

En este contexto, el Programa contra la Violencia Institucional de la Defensa Pública de la Ciudad desmiente categóricamente la versión oficial de los hechos difundida por  la vicejefa del Gobierno de la Ciudad María Eugenia Vidal: no fue un caso de violencia de género ni la intervención policial derivó del accionar de ningún botón antipánico antes de los disparos. Fue un típico caso de violencia policial que debe ser investigado por la fiscalía competente.

El gatillo fácil de La Metropolitana y la artillería de Vidal

12.11.2015

Por Mauricio Polchi

Lucas Cabello, percusionista de La Caminito Rock, fue fusilado por un agente de la fuerza porteña, en la puerta de su casa y delante de su pequeña hija. La vicejefa del Gobierno de la Ciudad inventó una historia para justificar el feroz ataque policial.

 

Los hechos

El lunes 9 de noviembre, pasadas las 16.30, Lucas Cabello va con su hija de menos de dos años a la panadería. Cuando regresa a su casa lo intercepta un agente de la policía Metropolitana. En el momento del cruce, Lucas tiene a la nena en una mano y los dos sánguches recién comprados en la otra. El uniformado le dice que no puede estar en esa vivienda, le pide que se retire y se genera una discusión. La historia termina de la peor manera porque el agente desenfunda la reglamentaria y responde a los tiros.

Los primeros balazos le destrozan la médula y el pibe de 20 años cae al suelo. La beba se salva de milagro porque su tía la rescata y la saca de la línea de fuego. La víctima, que en el piso se retorcía de dolor, recibe un tiro de gracia que le revienta un testículo. El agente, de apellido Ayala, se sube a un móvil y huye con una compañera de la misma fuerza.

Los vecinos no esperan la ambulancia y se llevan a Cabellos al Hospital Argerich, donde es operado de urgencia. Su estado es grave y hay lesiones irreversibles. Los médicos ya informaron que difícilmente pueda volver a mover los brazos ni las piernas.

 

El Barrio

Sobre el cordón izquierdo de la calle Martín Rodríguez está la bicisenda. Del otro costado, en el margen derecho, una larga fila de autos estacionados. La mayoría de los vehículos pertenecen a los clientes de “ll Matarello”, el reconocido restaurant de La Boca ubicado en el 517 de esa calle. Lucas Cabellos, bombista y percusionista de La Caminito Rock, vivía a unos pocos metros de ahí, en el 549. Durante el día, cuidaba los coches en esa zona de paseos turísticos, una actividad laboral muy común en los pibes del barrio que lograron ganarse la confianza de los comerciantes del lugar.

Lucas es fanático de River, tal como lo demuestra el tatuaje que tiene en la pierna. Es el hincha del “Millo” más conocido de esas calles boquenses. Siempre de buen humor, ‘Luquitas’ recibía a los jugadores, dirigentes o viejas glorias del club “Xeneize” que estacionaban sus coches para ir a comer a ese local. Todos lo saludaban porque lo conocían: era el adversario perfecto, un rival directo para intercambiar bromas y chistes futboleros.

 

Los medios

Cuando a Lucas se le quita el nombre y se le dice ‘un trapito’, el discurso dominante parte de una estigmatización brutal y plantea que no es una persona y no está sujeta de derecho, sino que es algo, qué no tiene o no merece legislaciones que lo protejan. “Trapitos”, “Limpiavidrios”, “Manteros”, para adjetivar esa mano de obra barata al periodismo de elite le sobran recursos. Sin embargo, los comunicadores no se desenvuelven con la misma agilidad para conceptualizar otros fenómenos, como por ejemplo, la violencia institucional.

“Gatillo Fácil”, que tiene facilidad para gatillar. Así de simple. O, cómo dice la Wikipedia, “es el nombre utilizado comúnmente en Argentina para indicar que se trata de un hecho de utilización abusiva por parte de las fuerzas de seguridad con armas de fuego, generalmente presentado por la policía como una acción accidental o de legítima defensa”.

El lunes a la tarde la escena era tan tenebrosa como clara y contundente, un joven de 20 años fue fusilado en la puerta de su casa con su hija en brazos. Los vecinos escucharon tres disparos, la misma cantidad de balas que se encontraron en el cuerpo de la víctima. El agresor, que es policía, escapó. A las autoridades, que intentaron plantar pruebas y preparar un escenario de tiroteo, les resultó imposible armar o sostener una mentira. Nada de ‘narcos’ y ‘trapitos’, fue un ataque policial contra un hombre desarmado. Otra vez, la falsa teoría de la legítima defensa, una marca registrada en estos casos, se desvaneció de inmediato.

De todas formas no faltaron los periodistas que se animaron a decir que hubo “un enfrentamiento” para teorizar sobre “un confuso episodio” o un “eventual combate”. La abogada Gabriela Carpinetti, desestimó esa interpretación y explicó que “los hechos de violencia de esta magnitud, que ponen a una persona entre la vida y la muerte, tienen una serie de antecedentes persecutorios por parte de la fuerza”. “Nadie es baleado de un día para el otro, sin haber sido parte de un proceso de estigmatización y persecución previo”, amplió Carpinetti.

 

La Vidal

La primera versión que hizo correr La Metropolitana ante la prensa fue la de instalar un tiroteo. La teoría, insostenible con el correr de las horas, sólo fue respaldada por la vicejefa de Gobierno porteño María Eugenia Vidal. “Se trató de una cuestión de género”, mintió la funcionaria. “El policía protegía a la mujer que apretó el botón antipánico”, agregó, y así Vidal justificó lo injustificable. El papelón fue tan grande que hasta el subjefe de la fuerza Ricardo Pedace la contradijo al aclarar que “no era una consigna por violencia de género”.

Si la futura gobernadora de Buenos Aires, ante los posibles casos de violencia institucional que puedan aparecer en el conurbano, le va hacer caso a los noticieros o a La Bonaerense, se avecinan tiempos complejos en la provincia más grande del país.

Después de fugarse, el policía que le disparó a Cabello se presentó en la Comisaría 24, de La Boca, pero luego, por cuestiones administrativas, fue llevado a la seccional 28. El oficial detenido, quien presta servicios en la Comuna 4, fue pasado a disponibilidad preventiva por la Auditoría Externa del Ministerio de Justicia del Gobierno de la Ciudad. En ese contexto, su declaración se dio ante el juez de instrucción porteño 35, Osvaldo Rappa. Desde la querella se solicitó que la causa sea caratulada como “tentativa de homicidio agravado por el estado de indefensión de la víctima”, y además exigen que sea exonerado de la institución.

 

La vivienda

Lucas vivía con su familia desde hacía varios años en un hogar de tránsito que se instaló sobre una antigua casona del Instituto de la Vivienda porteño (IVC), ubicada en la calle Martín Rodríguez. En ese complejo, habitado por personas que fueron desalojadas de varios conventillos, se hospeda una mujer que mantiene diferencias con su hijo y recibió como medida judicial un botón antipánico y custodia. Ante ese problema familiar o social, una de las soluciones que propuso el macrismo fue mandar a un policía. Los resultados están a la vista.

“Por las condiciones de habitabilidad del inmueble y su precariedad, es muy común que en esa situación de vulnerabilidad haya conflictos. En ese contexto, se hizo presente la Policía Metropolitana, que comenzó con un accionar persecutorio, violento y estigmatizador, en particular, con algunos jóvenes de allí, y entre ellos, Lucas”, graficó la doctora Carpinetti. “Evidentemente, no está preparada para disuadir conflictos donde yace la vulgaridad y la precariedad habitacional. Y esta contradicción pone en riesgo a todos los habitantes de la ciudad de Buenos Aires”, puntualizó.

El efectivo que disparó a quemarropa estaba en consigna, pero Cabello no tiene relación con ese caso y la restricción de acercarse a ese lugar era para otra persona. Según explicaron algunos testigos, el uniformado se confundió de pibe, intentó impedir que Lucas ingresara a su propio hogar y por ese hecho se desató el altercado verbal que derivó en el fusilamiento. Cuando el chico cruzó la puerta, le gatilló sin dar la voz de alto.

La mujer del joven baleado por la Metropolitana desmiente a Vidal

10.11.2015

Según lo manifestado por varios vecinos que fueron testigos del hecho, Lucas Cabello recibió tres disparos a corta distancia cuando volvía de la panaderia. Su mujer se encontraba en el lugar junto a su hija de dos años; ambas presenciaron los disparos a quemarropa del oficial de la Metropolitana. La victima sigue internada en estado de gravedad.

Por Santiago Asorey

 

Mientras Lucas Cabello, el joven baleado por un agente de la Policía Metropolitana sigue internado en estado de gravedad en el Hospital Argerich, distintas voces se alzaron contra las declaraciones de María Eugenia Vidal. La futura gobernadora de la provincia de Buenos Aires intentó justificar la acción del agente de la Policía Metropolitana en un supuesto marco de violencia de género. Lo insólito de sus declaraciones es que son desmentidas por la misma mujer de Lucas, Camila, la supuesta denunciante. En diálogo con APU, Camila indicó que "lo que dice Vidal no es verdad, no existió esa situación de amenaza ni violencia por parte de Lucas". 

Según lo manifestado por varios vecinos que fueron testigos del hecho, Lucas Cabello recibió tres disparos a corta distancia cuando volvía de la panadería. Su mujer se encontraba en el lugar junto a su hija de dos años; ambas presenciaron los disparos a quemarropa del oficial de la Metropolitana. Nahuel Berguier, uno de los abogados de la mujer y la mamá de Lucas Cabello publicó en las redes sociales un descargo ante las palabras de Vidal: “Irresponsables y mentirosas declaraciones de María Eugenia Vidal. En el caso Lucas Cabello no hay ningún indicio de violencia de género previa; usan el impresionante movimiento del Ni Una Menos para justificar el accionar criminal de la Policía Metropolitana. Vergüenza doble.”

La Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN) del Ministerio Público Fiscal está interviniendo en el acompañamiento a la familia de la víctima, junto a la abogada Gabriela Carpineti. Según estadísticas relevadas por el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), entre los años 2011 y 2015 se registraron 28 muertes a manos de la Policía Metropolitana. Nehuen Rodríguez (18), Roberto Autero (16) y Bruno Germán Pappa (26) forman parte de esa larga lista de víctimas que la Policía Metropolitana cosechó en pocos años de gestión en el área de seguridad.

El 15 de diciembre del 2014, Nehuen Rodríguez fue atropellado por una camioneta Ford Ranger de la Policía Metropolitana en Brandsen y Carrillo en el barrio de La Boca. Testigos ratificaron que el patrullero de la Policía Metropolitana venía a 100 km/h y que no traía sirenas ni luces. En septiembre del 2011, Bruno Germán Pappa fue asesinado por otro agente de la policía metropolitana. El joven fue fusilado por el agente Enzo Fabián Álvarez, cuando estaba en el piso en estado de indefensión. Álvarez fue condenado a cadena perpetua por “homicidio agravado” en esa misma causa. Su caso fue el primer caso de gatillo fácil de la fuerza porteña que llegó a un juicio oral y público y terminó en una condena. Roberto Claudio Autero tenía 16 años cuando un disparo de un agente de la Policía Metropolitana acabó con su vida el sábado 7 de febrero de este año. El disparo de Sebastián Ezequiel Torres, tuvo tanta precisión que le impactó en la nuca. Los casos de Rodríguez y Autero todavía buscan justicia.

Un informe publicado por el CELS remarca que “desde su creación en 2010, la Policía Metropolitana ha sido responsable de al menos 28 casos de uso de la fuerza letal. Entre ellos, al menos 6 fueron ejecuciones. En estas situaciones han muerto: Rose Marie Chuña y Bernardo Salguero en la represión del Parque Indoamericano, Bruno Pappa, Ezequiel Liri Foppiano, Roberto Autero y Carlos Calizza. Como consecuencia de las intervenciones violentas de esta fuerza, al menos 111 personas resultaron heridas. En algunos casos, como lo ocurrido ayer con Lucas Cabello, estas heridas son de gravedad y tienen consecuencias perdurables en la vida de las personas.”

El candidato de la Alianza Cambiemos mintió ante Lanata: su “hermano de la vida” facturó 1200 millones durante la administración porteña macrista.

10.11.2015

Por Nicolás Adet Larcher

El periodista del Grupo Clarín, Jorge Lanata, mantuvo dos entrevistas por separado con Daniel Scioli y Mauricio Macri. Una de las respuestas más incómodas que enfrentó el líder de la alianza Cambiemos estuvo relacionada con el empresario Nicolás Caputo.

“¿Quién es Nicky?”, preguntó Lanata. “Un amigo, un hermano de la vida. Por suerte fuimos al colegio juntos desde primer grado”, le respondió Macri. Ante esta respuesta, el periodista del Grupo Clarín le comentó: “Caputo tuvo contratos por más de mil millones de pesos en tus dos mandatos”, lo que motivó la respuesta de que “Caputo S.A. no licitó una sola obra en mi gestión. Porque yo se lo pedí. Las obras que terminó son las que ganó con Telerman”.

La información que se puede encontrar en los boletines oficiales publicados desde 2008 contradice lo expresado por Macri. Incluso, los contratos entre el gobierno porteño y la empresa de Caputo se intensificaron durante las dos gestiones del líder del PRO y pasaron de 120 a 1200 millones. Además de este detalle, no solo se puede recurrir a medios oficialistas para contrastar este hecho; medios como PERFIL o La Nación, también publicaron la particularidad de que era siempre el mismo grupo empresarial el que se quedaba con los negocios. Entre 2006 y 2007, la empresa de Caputo apenas facturaba unos 50 millones de pesos. Luego de la asunción de Macri, más precisamente en el período 2008-2013, la empresa facturó unos $517 millones.

 

Las empresas de Caputo

Macri afirmó que “Caputo S.A.” nunca licitó una obra para su gestión, pero la realidad es que Caputo solo opera con su constructora Caputo S.A. a nivel nacional, mientras que para las obras en la Ciudad de Buenos Aires la facturación está adjudicada a SES SA. Según figura en los registros presupuestarios, Macri otorgó a su amigo empresario contratos por más de mil millones de pesos durante sus dos mandatos, tal como afirmó Lanata, lo que apenas representa una parte de lo facturado por la empresa SES SA. Lástima que Lanata no repreguntó…

SES se enmarca dentro del negocio de las constructoras pero eso no evita que haya logrado obtener licitaciones millonarias para el mantenimiento y la limpieza de hospitales. En este caso en particular, sobrevuela la sombra de los sobreprecios ya que, solamente en limpieza, se adjudicaron $1000 millones de pesos a la empresa de Caputo. En mayo de este año, se conoció que se renovó a nueve firmas la adjudicación de estas licitaciones de limpieza en donde cuatro habían sido denunciadas por sobreprecios, entre ellas, SES SA que a la vez subcontrata a la empresa UADEL SA para realizar el trabajo de limpieza.

Además de estas licitaciones entre el gobierno de la ciudad y Caputo, en septiembre de este año se pudo conocer la declaración jurada de Macri en donde se puede observar el detalle del préstamo de $18,5 millones que el candidato de la alianza Cambiemos efectuó al empresario.

 

El proyecto seguirá su tránsito administrativo en la Legislatura Porteña a la espera de su arribo al recinto para que pueda ser votado antes de fin de año.

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