8.3.2018
Entrevista a Sol Brown, trabajadora social despedida del proyecto de urbanización del Barrio Carlos Mugica, Villa 31 y 31 bis. "Son despidos que tienen un componente misógino muy evidente", dijo.
¿Cuál era el trabajo que realizaba para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hasta su despido? ¿Cómo estaba conformado el equipo?
Sol Brown: Soy trabajadora social y hasta mediados del mes de enero trabajaba en la Secretaría de Integración Social y Urbana (organismo ejecutor del proyecto de urbanización del Barrio Carlos Mugica, Villa 31 y 31 bis) del cual me despidieron junto a 9 compañeras más, sin poder darnos ni siquiera una causa de los despidos.
En la Secretaría me desempeñaba como trabajadora social en la Gerencia Operativa de Soporte Social, trabajando específicamente en dos programas: Acompañamiento Familiar y Reasentamiento del Bajo Autopista. De éste último era referente de 4 manzanas de un total de 13 que deben reasentarse en el año 2019 dentro del proyecto de urbanización que plantea la Secretaría.
Mi tarea y la de mis compañeras consistía en trabajar con vecinas y vecinos con el objetivo de garantizar derechos de la población del barrio en el marco del proyecto de urbanización. Para este objetivo, nosotras militábamos y militamos actualmente en nuestra Junta Interna La Mugica (ATE), desde la cual luchábamos no sólo por la mejora de nuestras condiciones laborales ya que somos trabajadoras precarizadas, sino también discutíamos y discutimos la política pública. El proyecto de urbanización que se está llevando a cabo en el Barrio Carlos Mugica no está siendo un proceso participativo. Esto lo planteo porque las y los vecinos no forman parte de las decisiones que se toman y la Secretaría avanza imponiendo su modelo de urbanización y de ciudad, avasallando derechos. El ejemplo más explícito es el desalojo que se llevó a cabo hace dos semanas en el sector Cristo Obrero.
Ustedes formaban parte de un equipo con un claro aporte a la perspectiva de género, ¿cómo se vio perjudicado este trabajo?
SB: Todas nosotras trabajábamos con mujeres que estaban atravesando o atravesaron situaciones de violencia de género en el marco del Programa de Acompañamiento Familiar y de Reasentamiento y buscábamos en conjunto con las mujeres generar estrategias para trabajar y superar estas situaciones. De un día para el otro no pudimos continuar llevando a cabo estas intervenciones.
A su vez, realizábamos talleres para trabajar cuestiones de géneros en el barrio, acercábamos información sobre qué hacer si estás sufriendo violencia y también realizamos nosotras capacitaciones en la temática para continuar formándonos.
En nuestra Junta Interna –que definimos como feminista y popular– tenemos una Comisión de Género desde la que se motorizan actividades en el barrio en articulación con diferentes organizaciones que tienen un trabajo activo en materia de géneros en el barrio. Entendemos que esta comisión es central para discutir la política pública, ya que desde nuestra perspectiva es fundamental pensar las bases de la urbanización desde una perspectiva de género. La desigualdad de género es un eje estructural de sociedad que se materializa en la disposición de las ciudades y en la falta de recursos de las mismas para combatirla.
¿Cuáles son las causas por las cuales el GCBA las despide?
SB: A diferencia de lo que sucede en Nación, a nosotras no nos despiden por un proceso de ajuste presupuestario, ya que el presupuesto de la Secretaría aumentó y a la par que nos despedían seguían contratando gente. La causa de nuestros despidos es persecución política y gremial. Los funcionarios de esta Secretaría quieren disciplinar a un colectivo de trabajadoras y trabajadores que creen y luchan por un proyecto de urbanización que contemple a lxs vecinxs como los protagonistas del mismo, esa la razón por la que a nosotras nos despiden.
A su vez, estos despidos tienen un aspecto misógino muy evidente, ya que somos diez trabajadoras, mujeres, organizadas a quienes despiden. Cuando nos contrataron, los funcionarios creyeron que íbamos a ser trabajadoras asistencialistas y se encontraron con mujeres plantadas que discutían la política pública y por eso nos despiden. Que seamos diez trabajadoras mujeres no lo consideramos una casualidad sino que lo entendemos como una causa en sí misma de los despidos, efectuados por funcionarios de un gobierno machista que desfinancia las políticas públicas para abordar los efectos de la desigualdad de género y que al momento de despedirnos no pueden desconocer que para las mujeres es más difícil insertarnos laboralmente que para los hombres.
Estuvieron presentes en las asambleas previas al #8M: ¿Por qué creen que su situación debe ser visibilizar desde este lugar?
SB: Llegamos a las Asambleas del 8M porque para toda nuestra Junta Interna el feminismo es una de las consignas políticas centrales y así como disputamos una urbanización con perspectiva de género, hoy también entendemos que sin trabajadoras no hay urbanización y que debemos luchar por nuestra reincorporación. En el marco de esta lucha que venimos llevando adelante desde que se efectuaron los despidos injustificados, realizamos muchas y diversas medidas entre ellas, una asamblea de mujeres para pensarnos como mujeres trabajadoras, organizadas, sindicalistas en este contexto. En este mismo sentido, llevamos nuestro conflicto a las asambleas del 8M por lo que esta fecha representa para la lucha feminista y obrera. Reitero que a nosotras nos echan por ser trabajadoras, mujeres, organizadas en un sindicato. Por esta razón, es que este 8M volvemos a parar y esta vez incluimos la consigna de nuestra reincorporación, entendiendo que también forma parte de nuestra lucha histórica por lograr una sociedad más justa y diversa. Vivas, libres y con trabajo nos queremos. ¡8M Nosotras Paramos!