16.3.2018
Por Vivian Palmbaum
Esta semana terminó la instancia procesal del juicio oral y público por el asesinato de Nehuén Rodriguez y el próximo 27 de marzo se espera la lectura del veredicto, a un mes de comenzado el juicio. Diversos colectivos, organizaciones populares y de derechos humanos junto madres víctimas de la violencia institucional acompañaron con su presencia y solidaridad el desarrollo de la instancia en que se dirimen las responsabilidades por el asesinato del joven. La fiscalía pidió una condena de tres años y la querella cuatro años y seis meses, si bien ambas coinciden en la responsabilidad del hecho. Un funcionario del Estado encargado de velar por la (in) seguridad no solo cometió un delito sino que adicionalmente fraguó pruebas, mintió y encubrió.
Atropellar a una persona con un vehículo que iba a excesiva velocidad, cruzando el semáforo en rojo, falsear las pruebas, modificar la escena del crimen, entre las cosas más importantes que pudieron probarse, tales son los delitos cometidos por el oficial Daniel Castagnasso, de la entonces Policía Metropolitana. Nehuén el pibe quemero de apenas 18 años perdió su vida en el hecho, mientras el policía responsable armaba una ficción con la complicidad de su acompañante.
El martes 27 de febrero la causa por el asesinato del joven Nehuen Rodríguez, a manos de la Policía Metropolitana, llegó a juicio oral y público. La infatigable lucha de familiares y amigos y la solidaridad de las y los vecinos permitieron desentrañar las complicidades y el encubrimiento del asesinato. Después de haberse pospuesto en dos oportunidades finalmente se llega al juicio oral, con retraso.
Proceso
El martes 27 desde las 9 de la mañana, se congregaron frente a los tribunales vecinxs, amigxs, compañerxs de Nehuen junto a una gran cantidad de organizaciones populares, barriales, sociales, culturales, legisladorxs, organismos de derechos humanos, medios populares y comunitarios, centros de salud, entre las presencias. Con radio abierta y diferentes actividades culturales frente a la sede de los tribunales de la calle Talcahuano se le dio visibilidad al inicio del juicio oral. También se destacó la presencia de otras madres de jóvenes víctimas de gatillo fácil, como Raquel Witis y Angelica Urquiza, junto a Lucas Cabello, el jóven víctima de gatillo fácil en La Boca (cuando iba a comprar un sándwich). Las numerosas muestras de solidaridad se repitieron en cada una de las audiencias.
Una causa que fue encubierta por la Policía Metropolitana que modificó y fraguó la escena del crimen para encubrir su responsabilidad. La versión policial sobre el hecho decía que Nehuén iba en su moto el 15 de diciembre de 2014 y que cruzó un semáforo en rojo sin el casco puesto y que por eso había fallecido al chocar contra un patrullero.
Nehuen tenía 18 años ese 15 de diciembre de 2014 y apenas había terminado siete días atrás el secundario. Ese día iba en su moto a la casa de un amigo para festejar el ascenso de su amado Huracán. Tal como se estableció en el segundo día del juicio oral, los testimonios y pericias no dejaron dudas sobre la responsabilidad policial que contradicen la versión inicial de las fuerzas policiales. Un móvil de la Policía Metropolitana, conducido por Daniel Germán Castagnasso, acompañado del subinspector José Daniel Soria Barba, lo atropelló en la esquina de Ramón Carrillo y Brandsen, del barrio de Barracas. El móvil policial cruzo el semáforo en rojo, a alta velocidad y sin sirenas atropellando a Nehuén que a las pocas horas fallecía como consecuencia del impacto, en el Hospital Argerich. El policía acusado nunca fue separado de su cargo y continuó en funciones, a pesar estar procesado por el homicidio y su encubrimiento. La doctrina Chocobar ya viene funcionando desde hace mucho tiempo antes de ser enunciada por este gobierno nacional.
La versión inicial de las fuerzas de seguridad pudo empezar a ser cuestionada, cuando vecinas y vecinos tímidamente comenzaron a contar otra versión, en respuesta a la iniciativa de familiares, compañeros que hicieron circular volantes para investigar el accidente. “O me encierro en el dolor o salgo a luchar” pensó Roxana y comenzó su larga lucha que luego de las dilaciones de los tiempos judiciales, llegaron al momento de la verdad.
Nehuén Presente
Un asesinato que tuvo amplias repercusiones hasta en los propios jugadores de Huracán, del que Nehuén era hincha fanático. Nehuén fue asesinado el día que el club ascendía a primera división cuando se disponía a festejar este triunfo. Los jugadores del quemero el 21 de noviembre pasado, antes de enfrentarse con Velez Sarsfield, homenajearon a Nehuen y posaron con su foto con la leyenda: “Nehuén Presente”.
El asesinato de Nehuén Rodriguez, se suma a una larga lista de pibas y pibes que mueren víctimas del gatillo fácil, con mayor incidencia en los barrios populares. Una larga lista de víctimas jóvenes se engrosa desde hace años, a pesar de los gobiernos de distinto signo. Hoy además con la doctrina del Gobierno nacional que empodera a las fuerzas de seguridad, librándolas de la responsabilidad que les compete como monopolio del ejercicio de la fuerza del Estado, se suma a las renovadas iniciativas oficiales de baja de edad de imputabilidad y se convierte sentencias policiales donde la presunción de inocencia y el debido proceso se han tornado inexistentes. Tres nuevos casos acaban de suceder hace pocos días y que engrosan la lista de los Luciano, Kiki y tantxs otrxs que se repiten cotidianamente y que han demorado muchos años en encontrar algún esclarecimiento y con suerte un poco de justicia.
El próximo 27 de marzo será la hora de la justicia, que llega tarde, que no remediará tamaña pérdida, no mitigará el dolor, pero hará responsable a quienes han cometido el delito. Las madres y la solidaridad popular parecen ser las herramientas privilegiadas para luchar y alcanzar un poco de justicia.