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San Telmo: la primera Iglesia Ortodoxa Rusa de Argentina cumplió 125 años

19.12.2023

La Iglesia Ortodoxa Rusa de la Santísima Trinidad, la primera de su tipo en Argentina y en América del Sur, cumplió ayer 125 años, desarrollando actividades comunitarias y recibiendo a fieles y visitantes en su locación del barrio de San Telmo.

Ubicada en Avenida Brasil 315, frente al Parque Lezama, la construcción de la iglesia comenzó el 18 de diciembre de 1898 con la colocación de la piedra fundamental, hecha de granito, que guiaría la colocación de sus cimientos por iniciativa del padre Constatino Izrastzoff, proveniente del entonces Imperio ruso.

A partir de “un interés mutuo de tener buenas relaciones entre Rusia y Argentina”, se decidió construir “un templo que muestre la magnificencia del imperio que él representaba y de la iglesia ortodoxa rusa”, explicó el arcipreste Alejandro Iwaszewicz.

La construcción del templo fue alentada por la masiva llegada de inmigrantes a finales del siglo XIX, muchos de ellos provenientes de distintas colectividades que profesaban la religión católica apostólica ortodoxa como “sirios, dálmatas, montenegrinos, serbios, y griegos”, puntualizó el arcipreste.

Para su edificación, la iglesia se construyó con fondos provenientes de “los zares de la familia imperial y diferentes miembros de la corte que donaron de sus dineros particulares”. Esta donación también estuvo compuesta por candelabros, íconos, vestimentos, cálices y cruces, entre otros objetos que aún se encuentran en la iglesia.

A su vez, bajo la piedra fundamental también se colocó una suerte de “cápsula de tiempo”, con diarios y monedas de la época y cartas de Rusia, que quedarán guarecidos en los cimientos “hasta la posteridad” o “hasta la segunda venida de Cristo”, señaló el párroco.

Entre las curiosidades históricas que pueden encontrarse en el templo, se halla la tumba del padre Izrastzoff, fallecido 1953, y a quien “Juan Domingo Perón le tenía estima”. “En esa época no se permitían los entierros por fuera de los cementerios, pero como Perón conocía personalmente al padre Constantino y le tenía estima, se permitió que fuera enterrado debajo del altar como suele hacerse con los fundadores de los templos”, señaló Iwaszewicz.

Para aprovechar el terreno, también se edificó una planta alta en la que se colocó el altar mayor de la Santísima Comunidad, junto al altar menor de Santa María Magdalena, donde los asistentes -de pie y mirando hacia Oriente- realizan las misas. De estilo “moscovita con rasgos bizantinos”, los altares están conformados por decoraciones fabricadas en la actual ciudad ucraniana de Mírgorod -en aquel entonces parte del imperio Ruso- y traídos especialmente en barco dentro de 64 cajas y barriles para la inauguración de la basílica, en 1901.

“Estos son pedazos como rompecabezas que fueron armados por artesanos españoles, que trabajaban casi en simultánea en el Palacio de Obras Sanitarias (actual Palacio de Aguas Corrientes) sobre la actual Avenida Córdoba”, señaló el arcipreste, que oficia en la iglesia desde 2015.

De colores vibrantes y contrastantes, en el centro de la sala se ubica el iconostasio, donde el sacerdote lleva a cabo las diferentes liturgias, que se celebran en dos idiomas -español y eslavo- de forma “todas cantadas, a cappella”, puntualizó. Tanto el iconostasio como los objetos que lo rodean, se hallan en la iglesia desde su construcción, junto con las pinturas que se exhiben en paredes del templo.

“En los siete techos que tiene la iglesia estaban representados los siete días de la creación del mundo. Con la humedad de Buenos Aires y con los cimbronazos que provocaban los vehículos de gran envergadura que pasaban por la avenida, Brasil por mucho tiempo, eso se fue perdiendo”, explicó Iwaszewicz.

Por este motivo, a pesar del paso del tiempo algunas de las pinturas se conservan, mientras que otras están en proceso de restauración. Por fuera y sobre la basílica, se encuentran cinco cúpulas azules de forma “acebollada”, que simbolizan, por un lado, el sentido espiritual de “la congregación de los fieles en oración que se eleva como una sola hacia Dios”, y por otro, una función estética relacionada con el clima de Europa del este.

“La forma acebollada de las cúpulas rusas viene de Oriente por una cuestión práctica para el clima ruso, donde hay mucha nieve. La nieve es hermosa, es liviana, pero cuando se empieza a juntar arriba de un techo, pesa y puede llegar a ser peligrosa”, aseveró el arcipreste.

En cuanto al número de fieles que asistieron a la iglesia desde su creación, Iwaszewicz precisó que se destacan varios oleajes importantes, relacionados con la migración de Europa del Este hacia la Argentina. “La primera ola fue con la Primera Guerra Mundial y Revolución Rusa, en 1917 y 1918. Después, la Segunda Guerra Mundial. Luego en los años 90, cuando cayó el muro de Berlín”.

En la actualidad, con la llegada de inmigrantes rusos a causa de la guerra con Ucrania, el arcipreste destacó que “hubo un crecimiento” de fieles. “Hubo un salto importante en la cantidad en comparación con años anteriores”, señaló y agregó que “los que eligen América del Sur, se enamoran de Argentina”.

A su vez, remarcó que diariamente se imparten “clases de canto, instrumentos o ensayo de coro”, en el que participan “tanto rusos como argentinos”, al tiempo que también se realizan actividades comunitarias, como un comedor comunitario de lunes a viernes.

Finalmente, Iwaszewicz se refirió al 125° aniversario del templo y consideró que “en la República Argentina, nosotros hemos vivido siempre y expresado nuestra fe en plena libertad”. Y concluyó que “en esos 125 años de libertad religiosa, estamos a Dios y al pueblo argentino completamente agradecidos”.

Villa Lugano I y II: el patio de juegos “Argentina Campeón Mundial” fue inaugurado

18.12.2023

El Gobierno de la Ciudad inauguró un patio de juegos en Lugano I y II con el objetivo de agrandar la superficie de juego, sumando además un espacio de calma y recuperación. Está ubicado en Nicolás Descalzi y Av. Soldado de la Frontera. Hubo un show infantil y de la recorrida participó el ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, Ignacio Baistrocchi.

La temática elegida para este lugar recreativo es “Argentina Campeón Mundial” y está expresada en una propuesta lúdica innovadora donde se destacan tres mangrullos “estrellas” con toboganes y miradores, lomadas en formas de pelotas de fútbol, hamacas, plataformas de equilibrio, un colectivo “La Escaloneta” pensado para la primer infancia, paneles inclusivos, un domo escalador y una callecita.

El espacio está pensado en su totalidad como un lugar lúdico inclusivo donde el principal objetivo es la accesibilidad e integración de todos los niños mediante juegos integradores y circulaciones amplias. En este sentido, se incorporó un sector de calma separado del resto de los juegos delimitado por un cantero sensorial y un sector de encuentro y descanso con mobiliario para que las familias puedan estar cerca de los niños.

Para garantizar mayor seguridad e inclusión de los niños y niñas, se realizó cambio de suelo por caucho antigolpes diseñado especialmente para este lugar y se renovaron los carteles de señalética incorporando pictogramas.

“La puesta en valor de este patio de juegos representa nuestra visión acerca del nivel de desarrollo que queremos llevar al sur de la Ciudad, como destacó Jorge durante la apertura de sesiones en la Legislatura. Esta obra es más inclusión, integración y más propuestas lúdicas de calidad para los chicos”, afirmó Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana durante la recorrida.

Villa General Mitre: frustraron un robo a una escuela

15.12.2023

Un joven de 25 años y cuatro adolescentes de entre 14 y 16 fueron detenidos ayer jueves cuando intentaban robar 87 computadoras de una escuela del barrio de Villa General Mitre, informaron fuentes policiales.

El episodio tuvo lugar esta madrugada en la Escuela N° 4 “Provincia de La Pampa”, ubicada sobre la calle Caracas al 1200, cuando cuatro adolescentes de entre 14 y 16 años y un joven de 25 ingresaron al establecimiento con fines de sustraer 87 netbooks pertenecientes al Plan Sarmiento.

Según los voceros, los jóvenes quedaron en evidencia luego de que ingresaron al colegio ya que se activaron las alarmas silenciosas, las cuales alertaron a la directora de la institución. En ese contexto, la mujer alertó a oficiales de la Comisaría Vecinal 11A de la Policía de la Ciudad, quienes acudieron hasta el lugar.

Una vez en la escuela, los uniformados se encontraron con algunos adolescentes dentro del establecimiento, mientras que otros se habían dado a la fuga sobre la calle Gavilán al 1200. Finalmente, los cinco jóvenes fueron detenidos, mientras que los agentes encontraron las 87 computadoras sobre la parte trasera del colegio ya que los acusados habían intentado deshacerse de ellas.

A su vez, fuentes policiales indicaron que los jóvenes lograron ingresar a la escuela con una barreta, con la cual también dañaron armarios y parte del mobiliario.

Intervino en el hecho el Juzgado de Menores 7, a cargo de Julia Marano Sanchís, quien ordenó las detenciones y el secuestro de las computadoras y los elementos utilizados durante el robo.

Alberto Cattan: “La dinámica de la cultura independiente está presente en Resurgimiento”

14.12.2023

El Centro Cultural Resurgimiento, ubicado en Gral. José Gervasio Artigas 2262, allí donde se cruzan los barrios de Villa del Parque, Villa General Mitre y La Paternal, cumplió 20 años desde su reapertura en 2001. Nos acercamos a charlar con su director Alberto Cattan para que nos cuente sobre la historia de esta institución tan importante para el barrio.

¿Cuándo se creó Resurgimiento?

Resurgimiento nació en 1939, es un desprendimiento del club Villa Sahores. La historia la pudimos reconstruir con los vecinos. Parece que hubo una interna en el club, en el ‘39 y un grupo se escindió y dijo: “vamos a resurgir” y le pusieron Resurgimiento. Primero se fueron a la esquina de Adolfo P. Carranza y Artigas, después vinieron para acá, Artigas 2262, no sé cómo.

Sabemos que hubo mucha colaboración de empresarios de la zona, por ejemplo, los pisos que son hermosos y están impecables, los donó la fábrica de mosaicos Saponara que está en la avenida San Martín y Zamudio. Se hizo así, todo con gran colaboración. Lo que es el garage de al lado también era parte de Resurgimiento, era enorme.

Fue un fenómeno cultural de los clubes de barrio de la época de oro del tango y de los carnavales. Una vez un alumno me contó que vio en Sucesos Argentinos, el noticiero del cine, un anuncio sobre los carnavales de Resurgimiento y Comunicaciones. Había colas hasta Jonte para entrar. Por acá pasaron todos: Pugliese, Sandro, Juan D’Arienzo.

Tienen vínculo con el club Argentinos Juniors

La historia de Resurgimiento la reconstruimos con Luis Segura, que fue presidente de Argentinos Juniors, porque en el momento que se crea Resurgimiento eran todos socios de Argentinos y eran fanáticos. No sabemos cómo pasó a Argentinos Juniors este edificio. Fue la sede del club hasta el año 1982, cuando fue transferido a la Ciudad de Buenos Aires. A cambio Argentinos recibió los terrenos del Bajo Flores para hacer allí la ciudad deportiva. Luego, la entonces municipalidad vendió el terreno de al lado, donde está el garage ahora.

Después pasaron 18 años en que el lugar estuvo cerrado. Nosotros ingresamos, en acuerdo con las autoridades porteñas de aquel momento, durante la crisis del 2001.

Durante la gestión de Aníbal Ibarra

Sí, él nos propone hacer una asociación civil. Hacemos los trámites y por una ley nos dan la tenencia del edificio por una cantidad de años renovable con el tiempo. Al poco tiempo ingresa el Ministerio de Cultura con toda una estructura como el Programa Cultural en Barrios y después el Circuito de Espacios Culturales. Hasta ese momento el programa solo funcionaba en escuelas. Se dio una mixtura muy buena entre Estado y colaboración de la asociación.

¿Qué responsabilidad tienen ustedes en el día a día?

Desde la asociación nos encargamos de mantener el lugar, programamos, tenemos políticas de acercamiento con las instituciones barriales, es un espacio abierto. Y desde el Ministerio de Cultura nos bajan una cantidad de talleres que se dictan gratuitamente al público, y la programación artística de los fines de semana. Esto se viene dando así hace unos 16 años.

Cumplimos 20 años oficiales pero en realidad ya son 21, porque todo el primer año estuvimos arreglando el lugar. Acá no había nada cuando entramos. Tengo unas fotos terribles de ese momento. Empezamos a hacer teatro sobre unos tambores que se bamboleaban, era genial. Se mantiene ese espíritu.

¿Cómo funciona la asociación civil?

Lo hacemos desde la comisión directiva, ahí decidimos lo que hay que hacer, que falta, si hay que poner tal enchufe, es permanente porque es un espacio muy grande, tenemos 1200 m2.

Se mantiene un núcleo original, Daniel Saint Hilaire fue presidente durante muchos años. Yo estoy como director desde el 2003.

¿Qué relación tienen con otras instituciones del barrio?

Siempre fuimos una institución abierta, queremos que todos tengan su espacio. Acá hay espectáculos renovadores tanto musicales como teatrales, está el centro de jubilados con sus actividades, Argentinos Juniors siempre está presente con algunos actos, las escuelas utilizan el lugar, el centro de salud, que está adelante, durante el día realiza sus talleres aquí, hasta las 17 horas que comienza el fuerte del centro cultural. El CeSAC 34 hace talleres sobre diabetes, de la memoria, escuelas diferenciales, una cantidad de actividades importantísimas que le dan vida al lugar y sentido.

¿Qué relación tienen con el Gobierno de la Ciudad?

El escenario y la parte técnica fueron aportados por el Gobierno de la Ciudad. Todo el mobiliario lo fuimos consiguiendo de a poco nosotros, hasta haciendo rifas.

Lo que fuimos generando con el tiempo fue el afianzamiento de la institución, que es especial porque al ser una mixtura entre asociación civil con Estado, centro de salud, vecinos colaborando, se dio una dinámica especial.

Nosotros trabajamos con entrada a la gorra y con espectáculos de producción independiente. Esto nos da autonomía por un lado, pero por el otro, tenemos algunas limitaciones técnicas.

Contamos con el personal técnico como iluminadores, sonidistas, jefe de escenario, damos un servicio cultural profesional.

Tienen una gran biblioteca

Si, tiene 5.000 libros y fueron todas donaciones de los vecinos. Funciona con préstamos, la gente se asocia y se lleva los libros que quiere. También mandamos a provincias como Misiones todos los ejemplares que se repiten o que creemos que puede ser más útil en otro lado.

En Resurgimiento también suceden importantes festivales

En septiembre estuvo la Movida Teatral de las Dos Orillas, que es muy importante. Es un festival muy lindo de intercambio artístico cultural entre Uruguay y Argentina, que tuvo dos cursos por día y terminó con un espectáculo. Todo a la gorra.

También tuvimos el Festival Internacional de Clown Rojo, en junio, fue la segunda edición, estuvo excelente, se llenó de gente, el barrio respondió muy bien. Hasta un martes a la noche se llenó de público!

¿Qué proyectos tienen para el futuro?

Siempre queremos ir mejorando técnicamente, con arreglos de todo tipo, como los techos. Ahora tenemos aire acondicionado que es muy importante por el frío y el calor. Queremos tener más proyectos como este del Festival Internacional de las Dos Orillas, con producciones teatrales propias que se están ensayando. Tenemos un ensamble de música, un coro fenomenal que anda de gira por la Ciudad. Es permanente el movimiento.

La dinámica de la cultura independiente, que tanta tradición tiene Buenos Aires, está presente acá, eso le da mística al Resurgimiento. Eso me encanta.

Talleres y cursos

En Resurgimiento se dictan distintos cursos y talleres gratuitos para todas las edades entre los que están taekwondo, música, danza clásica, teatro, gimnasia artística, zumba, pilates, yoga, eutonía, elongación, tai chi, circo, ritmos urbanos, clown.

Parque de la Innovación: se inauguró Arbórea Magna

13.12.2023

En noviembre pasado, el Parque de la Innovación inauguró una obra de arte de dimensiones monumentales, que puede convertirse en un nuevo ícono de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de Arbórea Magna, de la artista plástica rosarina Nicola Constantino.

El árbol – robot de Constantino tiene 34 metros de altura, una estructura de hierro galvanizado y más de 700 focos led que se encienden al caer el sol y cambian de color. Parte del suelo que rodea a la escultura, y el tronco de este árbol, están revestidos con cerámica. Los diseños representan a la flora autóctona y fueron realizados por Constantino a través de una técnica que la artista exploró e investigó durante la pandemia: nerikomi.

De origen japonés, la técnica consiste en realizar modelos repetitivos, patrones -del motivo que sea, en este caso vinculado a la naturaleza- para luego agruparlos. Las piezas no se pintan, sino que se le aplican los pigmentos directamente en la arcilla fresca. Se llevan a cabo en gres y son cocidos a altas temperaturas. Justamente este proceso permite que tenga mucha resistencia.

Más allá del diseño de la artista -en el que también se ve reflejado con singular belleza la corteza de los árboles- Nicola tuvo la colaboración de los y las alumnas de la Escuela de Cerámica N°1.

En la Fundación Santander, Paseo Colón 1380, en el barrio de San Telmo, se puede ver la muestra que realizó Constantino, “PaRDeS, el jardín del tiempo suspendido”. Con la misma técnica japonesa, creó decenas de ramos de flores, que se encuentran suspendidas, con sus raíces al aire.

“Un monumento público tiene que ser atractivo, misterioso, interesante pero, a la vez, simple porque no pueden ser indiferente”, dijo Constantino.

Por tradición, los ícono que representan a la Ciudad están vinculados a sucesos de la historia, como pueden ser los que fueron donados por las colectividades de inmigrantes. Como por ejemplo el Cristóbal Colón que hoy se luce en Costanera Norte, el Monumento de los Españoles (en el cruce de las avenidas Sarmiento y Libertador), el San Martín sobre su caballo en la plaza homónima de Retiro, el Monumento a la cordialidad argentino-uruguaya, en Parque Lezama y el Obelisco del arquitecto Alberto Prebisch.

La Floralis Genérica vino a romper esa hegemonía de mármol, cemento y hierro fundido para brillar con sus seis pétalos gigantes de acero inoxidable y aluminio. Fue diseñada y financiada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano, quien programó incluso el funcionamiento de los pétalos.

En 2022 cumplió 20 años y representa no sólo a todas las flores, sino a todas las plantas. Pesa 18 toneladas y mide 24 metros de alto. En el interior tiene cuatro pistilos que se iluminan en la noche. La Floralis es uno de los atractivos turísticos de la Ciudad.

Como la Floralis, el árbol de Costantino no se identifica con una sola especie, por eso tiene ramas de pino marítimo, corteza de diferentes árboles, hojas del cedro, algo de los gomeros: “Es un híbrido de todos los árboles”, explica. Con este diseño, la artista plástica ganó un concurso abierto que se llevó a cabo en 2022.

La imagen nocturna de Arbórea Magna es impactante: las ramas se expanden desde el tronco, con hojas lumínicas que cambian de color y proponen un juego visual que vale la pena descubrir.

El mantenimiento depende del Parque de la Innovación. En tiempo de crisis y presupuestos a la baja, habrá que desear que corra mejor suerte que la Floralis de Catalano, cuyo sistema de apertura de pétalos no funciona hace años.

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