Comunicadores del Sur

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Las editoriales independientes resisten y exponen su presente

10.8.2018

En medio de la caída del poder adquisitivo de la población y de la suba de costos, los sellos alternativos muestran su riqueza en la Feria de Editores Independientes.

A pesar de las dificultades propias del sector, la Feria de Editores se mantiene más viva que nunca. Este año, la cita comienza este viernes 10 y sigue durante el sábado y el domingo, de 14 a 21 en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131, CABA). En su séptima edición, el evento que nuclea a más de 250 editoriales independientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México, contará con charlas y talleres abiertos al público, entre otras actividades. Tal como sucede con la industria y el consumo en el país, la situación que está atravesando el mercado editorial es muy compleja.

 

Crisis en el sector

 

Leonora Djament es la directora editorial de Eterna Cadencia. Sostiene que “las ventas cayeron por segundo o tercer año consecutivo, en algunos casos acumulando caídas promedio de un 25%”. Según el Informe de producción del libro argentino que elabora anualmente la CAL (Cámara Argentina del Libro), la producción de ejemplares es un 60% menor que en 2014.

La gran devaluación sufrida este año en pocos meses, sumada a la inflación que se proyecta este 2018 en torno al 30%, repercute de manera directa en los insumos. “El precio del papel (que cotiza en dólares) subió por encima de la inflación anual, y la cartulina que se utiliza para las tapas (que es importada porque no se produce en el país) incrementó su valor en un 145%”, advierte Djament.

Por su parte Ariel Shalom, escritor, traductor y editor en Dedalus, afirma que “al menos para los sellos pequeños como el nuestro, se vuelve muy complicado. La caída en las ventas es notoria desde, por lo menos, 2016”. Entre las mayores dificultades, Shalom también destaca el costo de imprenta, el cual “es vital y ha aumentado muchísimo en los últimos tiempos”, cierra.

En la misma línea Ricardo Romero, escritor y editor en Aquilina, reconoce que el sector siempre estuvo en tensión, aunque “en los últimos años, la apertura indiscriminada de las importaciones y el cese de programas estatales de apoyo al libro, lo han llevado a una crisis en la que todas las partes estamos afectadas: imprentas, editores, distribuidores, libreros y, por supuesto, autores y lectores”, enumera.

 

Un Estado que no lee

 

Fuerte devaluación, creciente inflación, apertura indiscriminada de importaciones, son sólo algunos de los escollos que deben afrontar las editoriales. Por dar otro ejemplo, la política de compra de libros por parte del Estado había logrado un gran impulso a partir de la sanción en 2006 de la Ley Nº 26206 de Educación Nacional, la cual define en su Artículo 91 que “El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (…) fortalecerá las bibliotecas escolares existentes y asegurará su creación y adecuado funcionamiento en aquellos establecimientos que carezcan de las mismas”. Esta política de adquisiciones fue suspendida en su totalidad por el macrismo.

Pero entonces, ¿existe alguna política de auxilio hacia la industria editorial? Antes de responder, Romero hace una aclaración: “La palabra auxilio no me gusta porque creo que una presencia paternalista del Estado no soluciona nada. La compra masiva de libros puede ser un gran apoyo a la industria, como lo fue en años anteriores, pero es pan para hoy y hambre para mañana si no hay políticas estructurales que pongan a la lectura y a la escritura en un lugar central de la educación”, define.

Shalom, desde la propia experiencia de Dedalus, sostiene: “Hay algunos subsidios para editar a autores locales, pero como nuestra área es la traducción no estamos muy al tanto: nos manejamos principalmente con subsidios de países extranjeros (que también han reducido su presupuesto, como es notorio en el caso de Francia)”.

Coincide con lo antedicho Djament, de Eterna Cadencia: “No hay por el momento, desde el gobierno, políticas integrales de ayuda al sector. Por otro lado, sólo puede recuperarse la industria editorial en el marco de una recuperación del consumo en general y de una reactivación de la actividad económica y cultural en el país”.

 

Desafíos de cara a la Feria

 

Ante este panorama, parece difícil sostener algún tipo de esperanza. Para Romero el desafío sigue siendo el mismo de siempre: “Ampliar el mercado, llegar a más lectores, adaptarnos y comunicar más y mejor. La crisis es dura, y sin embargo nunca se vieron en Argentina tantas editoriales trabajando con tanta profesionalidad e imaginación como ahora. Esa ebullición editorial necesita su público, y eso es algo de lo que podemos y tenemos que hacernos cargo. La Feria de Editores es un gran paso en ese sentido”, reconoce ilusionado.

Son tiempos que exigen más que nunca imaginación y alternativas viables. Shalom afirma en ese sentido que Dedalus sigue subsistiendo a pesar de la crisis “gracias a la implementación de algunas estrategias de emergencia, como por ejemplo imprimir por nuestra propia cuenta a bajísimas tiradas y aportar nuestro trabajo como traductores a precios irrisorios para lograr sacar adelante el sello”.

Djament se manifiesta expectante de cara a la Feria: “Primero por el gran trabajo que vienen realizando Víctor Malumian y Hernán López Winne para que esto sea posible y para que cada vez sea más profesional, más sustancioso y más provechoso para todos. Por otro lado, porque juntarse con los colegas siempre es una fiesta. Finalmente porque el encuentro con los lectores es un momento único donde se puede conversar sobre el catálogo y compartir diferentes ideas sobre los libros”, asegura.

Dedalus, al igual que Eterna Cadencia y Aquilina, van a tener su stand. “Todas las ferias siempre son una gran oportunidad de contar con dinero inmediato y sin las comisiones de las librerías. Esta Feria se convirtió en los últimos años en la feria independiente más importante del país. El público sabe que va a encontrar ofertas importantes y tal vez eso fomente un mayor consumo”, cree esperanzado Shalom.

Se viene una nueva Feria, y se viene como apunta Romero un nuevo foco de resistencia: “No sólo ante la crisis actual, sino también frente al centrifugado constante al que está sometida nuestra cultura”.

En esta edición, entre las principales figuras que dirán presente estarán la filósofa eslovena Renata Salecl, el escritor mexicano Eduardo Rabasa, el autor portorriqueño Eduardo Lalo, y la escritora argentina Liliana Villanueva. Además, habrá una mesa especial compuesta por los mejores autores de ficción de América Latina menores de 40 años, distinguidos en la antología Bogotá39.

Entre las editoriales participantes se encuentran: Ediciones Godot, Fiordo, Entropía, Sigilo, Musaraña, Aquilina, Mil Botellas, Blatt & Ríos, Dedalus, Limonero, Ediciones del Zorro Rojo, Eterna Cadencia, Adriana Hidalgo, Gourmet Musical, Beatriz Viterbo, La Bestia Equilátera, y Alto Pogo.

Vendedores ambulantes senegaleses son intimidados por la Policía de la Ciudad y Migraciones

10.8.2018

Ocurre en estos momentos en Flores donde la Policía con prepotencia y medidas discriminatorias les retienen su mercadería y les exigen papeles de legalidad en el país.

Se trata de la situación que atraviesan los vendedores ambulantes senegaleses que son perseguidos y discriminados constantemente por la Policía de la Ciudad y por Migraciones.

Sucede en estos momentos en Flores, sobre la Avenida Avellaneda donde centenares de vendedores mantienen diariamente sus puestos de venta ambulante. Les retienen la mercadería, los persiguen y de forma intimidatoria y amenazando con deportarlos del país les exigen papeles de legalidad.

Como denunciamos desde este medio, el único medio de subsistencia con el que la mayoría de los senegaleses habitan en el país es la compra de productos de indumentaria y ropa que venden de forma ambulante en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires. En diversas oportunidades fueron golpeados, detenidos y les sustrajeron toda la mercadería con la que ganan su sustento diario.

Lo “nuevo” era más de lo viejo: Lousteau se sube a Cambiemos en la CABA

10.8.2018
Por Patricio del Corro. Legislador CABA PTS/FIT
 
Esta semana se oficializó la conformación de la alianza Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires. En tiempos de tormenta Martín Lousteau le aporta su paraguas a Macri.
 
Los pases dentro de la Legislatura porteña ya no pueden sorprender a nadie. En un nuevo engaño hacia los porteños y en días de enormes cuestionamientos a la política y a su financiación, esta semana se concretó la formación de Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires. Así, Martín Lousteau, el ex kirchnerista, ex independiente, ex embajador de Cambiemos, hoy radical integrado a Cambiemos volvió a ser noticia en el mercado de pases de la política. Una operación que él mismo aceleró después de perder en 2017 la mitad de su capital electoral de 2015.
La conformación de la alianza en la Ciudad entre el PRO, la Coalición Cívica de Carrió y la UCR con Lousteau como flamante afiliado y esperanza blanca del radicalismo porteño, más que una novedad es una oficialización de una negociación que, con sus correspondientes roces, avanza hace tiempo motorizada por la inoxidable rosca del Coti Nosiglia, del binguero y operador macrista todoterreno, Daniel Angelici y patoteros y corruptos como Emiliano Yacobitti. Aparentemente, la Coalición Cívica habría decidido dejar sus cuestionamientos éticos y se llamó a silencio para terminar embarcada con algunos de los máximos exponentes de las catacumbas de la democracia y los servicios de inteligencia. Todos buenos muchaches.
Para cerrar este acuerdo, el macrismo habría terminado por ceder algunos ítems como la no unificación de los bloques en la Legislatura y un piso del 15% en la interna para integrarse en el reparto de cargos y, probablemente, la devolución de los cargos que debieron dejar los radicales en 2017 “como castigo” por resolución del Poder Ejecutivo.
Sin embargo, los motivos están claros. Se acerca la hora de empezar a definir las alianzas y candidaturas, en un momento en que el gobierno nacional atraviesa su peor etapa, y donde se esperan nuevas tormentas. Para esto, se decidieron a crear Cambiemos en la Cuidad y pretenden avanzar en la unificación de las elecciones en un intento de sostener las potencialidades de la candidatura 2019 de Mauricio Macri que a casi un año de las PASO, sigue en crisis.
 
Vía libre para las reformas en la Ciudad
 
Después de esta maniobra, el bloque que hegemoniza el macrismo habrá conseguido cooptar a 8 o 9 diputados que fueron elegidos en listas opositoras al PRO, garantizando hoy una mayoría inaudita en la Ciudad que le permite desde vender terrenos públicos hasta iniciar un proceso de reforma constitucional. A pesar de haber obtenido casi la mitad de los votos en las últimas dos elecciones, en la Legislatura Cambiemos tendrá una representación de 66% mediante alianzas y acuerdos del poder.
Este hecho es de mayor gravedad, dado que se acercan en la Legislatura porteña los meses de las votaciones claves para el oficialismo, la UniCABA, los nuevos códigos urbanístico y de edificación, el presupuesto 2019 y la necesidad de nuevos préstamos, la reforma del Código contravencional y los nuevos capítulos de la venta de terrenos públicos para la especulación inmobiliaria. Este último punto suele pasar desapercibido en la política de la Ciudad, pero es el eje de los negocios del oficialismo, parte central de la transferencia de riquezas hacia el sector privado desde el sector público y una actividad que el PRO ha podido llevar adelante con los votos de la UCR y también del FpV o el bloque Peronista en los últimos años, conformando un saqueo silencioso que sigue las recetas del FMI, como muestra en sus ejes y propuestas el documento que se elaboró para Argentina. Es un hecho que en la ciudad se han privatizado más de 200 manzanas en los últimos años. Son 2 millones de m2, el lector calcule el precio a gusto.
En este punto, los nuevos socios de Cambiemos van a seguir “colaborando” como hasta ahora, remate por aquí y remate por allá o, como cuando en esta última semana los “laicos” de Lousteau votaron junto al PRO y la CC el rechazo a que en las escuelas se debata sobre el Proyecto de Ley para la interrupción voluntaria del embarazo.
No hay que extrañarse de esto, en el Senado el 80% de los senadores de la UCR ya anticiparon su rechazo al proyecto que ya tiene media sanción. Es que la conformación de la alianza también se fue apoyando en el Congreso con la actividad del ex embajador en Washington que jugando al opo-oficialista dio el quórum para el saqueo a los jubilados.
Las escenas bizarras en la política argentina se van desarrollando, alentando un clima del “que se vayan todos” que se va caldeando. Republiquita naufraga por este rio junto a los bolsos de López y los cuadernos de Centeno. El honestismo del que hacen gala se mostró tan mentiroso como el de la ex diputada Ocaña, que terminó financiando su campaña en Cambiemos con aportes truchos, lavando dinero y usurpando la identidad de sectores populares beneficiarios de planes sociales.
La apuesta de la UCR de la Ciudad es conquistar una figura pública que pueda ser una opción para pelear la Jefatura de Gobierno de la Ciudad y una candidatura presidenciable para el 2023. Hoy el radicalismo que gobierna algunas provincias, pero no tiene ninguna figura que despierte algún tipo de entusiasmo y su supervivencia nacional depende del futuro de Cambiemos en el 2019. Hoy, todas estas especulaciones parecen tener mucho más de apuesta que de factibilidad. Lo que queda claro es que los negocios del poder y la necesidad de supervivencia de Cambiemos como proyecto nacional les van marcando la agenda.
La política hoy vuelve a estar profundamente cuestionada. De un lado, encontramos a un ex funcionario con bolsos de dinero en un convento una madrugada o millonarios subsidios como los que pagaba Jaime a las concesionarias de trenes, todo para no poder modificar en años de crecimiento récord que 1 de cada 4 argentinos sea pobre. Por su parte, aquellos que se decían distintos y hacían una defensa abstracta de un supuesto republicanismo que se mostró completamente mentiroso, ni bien pudieron se robaron datos de personas con bajos recursos para lavar dinero de la política e intenta cooptar políticos de otros partidos para siempre mantener los negocios del aparato del Estado en manos de la misma casta política de siempre. Además, la financiación de la campaña de Carrió en 2017 también fue denunciada en la justicia por utilizar fondos públicos.
La confirmación de los aportes empresarios a las campañas electorales es una forma más de poner en evidencia que luego su dinero será retribuido en negocios sumamente rentables. Es necesario transformar toda la agenda política, abrir los libros de contabilidad de la obra pública y las licitaciones y que se hagan las obras necesarias en función de los intereses populares y no de las ganancias de un puñado de empresarios de la patria contratista en connivencia con políticos alejados de las necesidades de las mayorías.

¡Sigamos luchando!

7.8.2018

Por nuestro salario y por escuelas en condiciones dignas de aprender y enseñar.

El 8 y 9 de agosto Ademys convoca a paro de 48 horas como continuidad del no inicio posterior al receso de invierno.

La muerte de Sandra y Rubén hizo evidente una situación que lxs docentes venimos denunciando hace años, que sucedió en Moreno, pero podría haber sucedido en cualquier lugar del país. En ese sentido abundan los ejemplos: ramas, techos, ventiladores caídos, escapes de gas, escuelas inundadas, paredes electrificadas son sólo algunas de las situaciones que se dan a diario en nuestras escuelas.
Desde Ademys consideramos que la muerte de nuestrxs dos compañerxs no es un accidente. Decimos que el ajuste mata porque lo sucedido es el resultado de una política de vaciamiento de la educación pública.
Además, creemos que la lucha por el salario docente va de la mano de la pelea por escuelas en condiciones. La rebaja salarial que intenta imponer el gobierno con un “aumento” del 15% cuando las expectativas de inflación superan el 30% es parte del ajuste, es parte de una desvalorización de nuestra tarea y de sostener condiciones laborales que deterioran nuestra tarea y profundizan el mencionado vaciamiento.
Se hace cada vez más necesario sostener un plan de lucha con continuidad que permita que todos los reclamos docentes sean resueltos. Por eso, desde Ademys impulsamos la continuidad del plan de lucha con los paros de 8 y 9 de agosto y proponemos a las escuelas debatir cómo darle continuidad para decidirlo en una nueva asamblea el jueves 9. Asimismo seguimos exigiendo a la Ctera que impulse un plan de lucha nacional que permita enfrentar el ajuste en educación en las luchas que llevamos adelante en CABA, Provincia de Bs. As. y todo el país.

Por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito
 

Para esta semana también proponemos asambleas y pañuelazos en las escuelas como parte de la campaña por la aprobación de la Ley de aborto legal, seguro y gratuito. El 8 llamamos a paro y exigimos a las centrales sindicales que convoquen a paro nacional para ser millones en las calles y que el aborto sea ley ¡El 8A todxs al Congreso!

LA POLÍTICA DE LA “COEXISTENCIA”: EL GOBIERNO CONTRAATACA PARA IMPONER LA UNICABA

5.8.2018

Por Mariano Garrido, Secretario de Asuntos Pedagógicos – Ademys

El unánime rechazo de la comunidad educativa forzó al oficialismo a modificar su táctica respecto a la creación de la UniCABA. Las aspiraciones de Vamos Juntos por hacerse del control institucional y ejecutar la reforma en formación docente en un solo movimiento y sin escalas, se topó con una resistencia contundente. La nueva táctica, que empezaba a insinuarse hace unos meses, cobra ahora una fisonomía más nítida bajo la forma “coexistencia” entre la UniCABA y los Institutos de Formación Docente (IFD). Esto, lejos de exhibir un cambio en las pretensiones del gobierno, muestra su necesidad de avanzar por etapas: se sostiene el “nuevo” perfil docente a formar y sigue persiguiendo la disolución de los IFD, que para sobrevivir deberán competir por matrícula y recursos. Un cambio de la táctica, pero no de objetivos.

 

Maquillando la reforma

 

Durante fines de julio la ministra de educación porteña, Soledad Acuña, ensayó diversas apariciones bastante sincronizadas en medios de comunicación. En sus declaraciones, además de intentar contrarrestar el efecto de las medidas de fuerza anunciadas para los días 30 y 31 de julio, impulsadas por Ademys y a las que luego se plegó UTE, intervino tratando de mostrarse propensa al diálogo respecto del proyecto de UniCABA. Su intervención mediática coincidió con una reunión promovida desde el presidente de la Comisión de Educación en la Legislatura porteña, a cargo de Maximiliano Ferraro (CC-ARI en Vamos Juntos), quien convocó a estudiantes terciarios. Se trata de un paso adelante desde el oficialismo tratando de recuperar la iniciativa política ante un escenario sumamente adverso en cuanto a su proyecto de reforma en formación docente.

El 22 de noviembre de 2017, el ejecutivo porteño había anunciado su intención de crear una universidad que monopolice la formación docente porteña (UniCABA). En el escueto proyecto de ley, ingresado el 1 de diciembre a la Legislatura, los artículos 5° y 6° plantean la concentración de toda la formación docente pública en un nuevo ente y la disolución de los 29 institutos de formación docente existentes. Esta iniciativa logró sumar un amplio arco de rechazos: la comunidad educativa, en su conjunto, pero también los más diversos especialistas en educación y la opinión pública en general mostraron su oposición o bien tomaron debida distancia hacia esta propuesta. Como se ha señalado en otros artículos, esta reforma en terciarios se enmarca en una arremetida general que se da en el plano nacional (mediante el llamado “Plan Maestro”) y hemisférica (contemplando las propuestas de la OCDE y el Banco Mundial sobre formación docente; ver sobre esto http://www.ademys.org.ar/v2/radiografia-una-reforma-autoritaria-privatista/).

Ante un rechazo total en los institutos terciarios, pero también por parte de actores que suelen mostrase cercanos al gobierno como universidades privadas con fuerte poder de lobby (Universidad de San Andrés, por ejemplo), el ejecutivo porteño reformuló su agenda y su táctica. Se trata ahora de un avance por etapas, que supondría la coexistencia entre la UniCABA y los IFD, que deberían competir por su matrícula y recursos, corriendo en desventaja estos últimos en cuanto a acreditación de sus títulos se refiere.

En una entrevista reciente ante el periódico Tiempo Argentino, la ministra Acuña plantea que “la UniCABA sigue adelante” (22-07-18). Ante la pregunta acerca de si el gobierno va a persistir en la reforma en el nivel superior y la creación de la UniCABA, la ministra responde: “Absolutamente. Es necesario transformar la formación docente. (…) Hoy estamos yendo a un modelo de discusión donde probablemente cambien todos los artículos de la ley.”

En un documento sin firma pero atribuido a algún sector del ejecutivo, girado a la casilla de correos del CESGE (ente que nuclea a los rectores y rectoras de los IFD), se plantea en uno de sus apartados la necesidad de un “período de transición” en la reforma en la formación docente: “Es necesario delinear el proceso de transición entre los modelos institucionales y formativos actuales y el propuesto. La Universidad debería poder integrar progresivamente a los institutos existentes”. Dicha “integración” contempla, por ejemplo, avanzar con procesos de evaluación, acreditación y/o redefinición de las instituciones y carreras”.

A su vez, en la antes mencionada reunión promovida por el legislador Ferraro, realizada el 23-07, representantes estudiantiles plantearon su rechazo a esta nueva tentativa de hacer pasar el proyecto de la UniCABA. Exigieron el retiro del proyecto, a la par que requirieron información que, desde luego, no les fue suministrada. En una minuta elaborada por los propios alumnos y alumnas asistentes, se destaca: “Ferraro niega el cierre de los 29 profesorados, y dice no conocer los dichos de la Ministra Soledad Acuña sobre los mismos, en el mes de diciembre. Explica que él está pensando en un modelo de transformación y convivencia de los institutos con la UniCABA. Cuando se le consulta si entonces la ley no prevé el cierre, dice que <eso no lo puedo asegurar>”.

La alternativa del gobierno ante la férrea resistencia encontrada, en especial en el estudiantado y la docencia, parece ser la de avanzar en un vuelo con escalas que logre desarticular el sólido bloque que se opone a la UniCABA y le permita lograr, al menos parcialmente, sus objetivos: uno, avanzar hacia la disolución parcial y paulatina de los institutos existentes; dos, el control político de la formación docente (cuyas instituciones hoy poseen alto grado de autonomía); tres, modificar el perfil del docente a formar, en clave de que sea quien aplique la reforma educativa en curso.

 

¿Docentes para qué?

 

Uno de los ejes de la reforma en el nivel terciario implica reducir la cantidad de IFD en número. Como vienen señalando diversos organismos internacionales, afectos al ajuste, y sus usinas locales, en nuestro país el promedio de instituciones que forman docentes supera el promedio de la región. Como plantea el CIPPEC, fundación vinculada a políticas neoliberales, en Argentina existe una institución formadora de docentes cada 31.400 habitantes. Esa misma relación entre variables en Uruguay es de una institución cada 94.600 habitantes, en Colombia de 1 cada 195.800 y en Chile cada 251.500 (ver Rivas, Axel; “América latina después de PISA”; 2015). Pero si bien el cierre de instituciones y su reemplazo por otras controladas desde el Poder Ejecutivo constituye un grave ataque a la educación pública, ése no es el único propósito. El cambio en la matriz del docente a formar, del egresado de los IFD/UniCABA, es otro objetivo relacionado.

En el documento de trabajo “Propuesta de perfil del egresado de la formación docente inicial”, publicado sin firma pero alojado en la web del Ministerio de Educación porteño, en un texto no exento de los ya característicos errores gramaticales y poblado de una escasa solidez académica, se plantean conceptos ligados a este aspecto de la reforma: formar un docente “flexible”, adaptado al cambio y a la “incertidumbre”. Se plantea allí que “al presentarse el futuro como algo incierto ya no existe la linealidad y la previsibilidad de hace años atrás. Hoy estamos llamados a educar para lo desconocido. Ya no alcanza con focalizar solamente en los contenidos disciplinares, es necesario incorporar en la formación docente las problemáticas propias de los nuevos escenarios sociales y culturales, las subjetividades de quienes aprenden y las nuevas tecnologías que nos presenta la cultura digital” (Pág. 2). La degradación de los contenidos disciplinares aparece enunciada casi con transparencia. En nombre de los cambios tecnológicos y las llamadas “sociedades de la información y el conocimiento”, categoría que implica discusiones y debates acerca de su validez científica, se trata de esgrimir un cambio estructural en todo el sistema educativo. En el documento, que retoma y amplía el lacónico y conceptualmente paupérrimo powerpoint “Desarrollando talento”, presentado en noviembre de 2017, abundan los clisés, la carencia de rigor y la fraseología presuntamente académica, pero visiblemente hueca. Un ejemplo: “Es necesaria la reiteración de situaciones en las que el estudiante pueda desarrollar la capacidad aunque sin repetir exactamente las condiciones ya que la capacidad es en cierto aspecto una cualidad compleja que se consolida y adquiere cierta estabilidad aunque siempre permitiendo la flexibilidad ante la situación concreta y contextualizada.” (sic; Pág. 6) El borrador, además, argumenta sobre la necesidad de la reforma en base a novedades que no son tales. “El presente Proyecto prevé la incursión en las prácticas docentes desde el primer año de cursada”, sostiene el material (Pág. 9). En la actualidad los Talleres 1 y 2 están organizados de manera tal que quien ingresa los pueda cursar en el primer año de su carrera.

En definitiva, se aspira a proyectar “un perfil docente que (atienda) las demandas y necesidades provenientes de una realidad compleja y un futuro incierto”. La “flexibilidad” es un valor. Aparece tanto como principio a fomentar en los alumnos y alumnas en la carrera docente (para actuar ante escenarios cambiantes, para “la organización y el uso de los tiempos y espacios”, etc.) como también en tanto valor que estructuraría la nueva carrera (mediante la “virtualidad”, los “cursos de verano” o la modificación de las correlatividades, por ejemplo). Como no podía ser de otro modo, el “emprendedurismo” ocupa un lugar destacado, como “eje transversal”. También lo ocuparía la ESI (Educación Sexual Integral), aunque cuesta creer que el gobierno que en 2017 eliminó las jornadas destinadas a reflexionar sobre su implementación y que atestó las oficinas de Carrera Docente en el Ministerio de Educación con personajes oscurantistas de la derecha católica, pueda jerarquizar una educación sexual que no sea una boca de expendio de prejuicios al por mayor.

Como se ve, el docente que pretende la reforma es, nada menos, que quien garantice desde las aulas su aplicación.

 

El fantasma de Abrevaya: “proyectos alternativos” que no lo son

 

En el año 2011, el por entonces legislador de la Coalición Cívica, Sergio Abrevaya, ocupó un lugar de notoriedad. Su posición en la legislatura porteña sirvió para aprobar una resistida y controversial arremetida del PRO contra las Juntas de Clasificación electas por voto democrático. Días antes de que se venciera su mandato legislativo, Abrevaya ofreció su voto y su firma para impulsar un proyecto “alternativo” al de la bancada PRO: en definitiva, operó allí un paso de comedia habitual, mediante el cual se camuflaban los elementos esenciales del proyecto de ley original y se avanzaba en la destrucción progresiva de las Juntas. El proyecto se votó un 2 de diciembre, en el año 2011, en medio de movilizaciones de miles de docentes, y con una sesión donde no faltó casi nada: barrabravas pegándole a manifestantes en la puerta de la Legislatura, balas de goma y gases de la entonces Policía Metropolitana… Sergio Abrevaya, cuyo mandato legislativo vencía en menos de 10 días y no renovaba banca, logró ser nombrado, llamativamente, como presidente del Consejo Económico y Social de CABA; un organismo cuya función costaría definir con precisión, pero cuyo presupuesto anual suma varios millones de pesos.

Las similitudes entre este hecho y la táctica actual para “hacer pasar” el proyecto de la UniCABA son varias. A manera de parodia, la historia parece repetirse: un legislador de la CC-ARI, Maximiliano Ferraro, parece encabezar hoy en día el lobby para que el ampliamente rechazado proyecto de cierre de profesorados y reemplazo por una nueva institución digitada desde el ejecutivo, logre su cometido. A diferencia de lo ocurrido con Abrevaya en 2011, Ferraro, quien preside la Comisión de Educación de la Legislatura Porteña, pertenece a la coalición “Vamos Juntos”. No obstante, su tarea es la de encabezar la iniciativa para “recalcular”, y lograr apoyos al proyecto de la UniCABA, incluso modificando en parte su articulado. Una operación de maquillaje para buscar un acercamiento con otros bloques, como GEN o Evolución, o parte del peronismo; con sectores de la Iglesia o universidades privadas, hasta ahora distantes del proyecto, aunque no de la perspectiva de una reforma regresiva para la educación superior; o con parte de la burocracia sindical docente, aquella que negoció en 2011 la derrota en la pelea por las Juntas de Clasificación, pero que pagaría un elevado costo político si se bajase del reclamo contra la UniCABA en las actuales circunstancias.

Es decir, un proceso de negociación con sectores que poseen un fuerte poder de lobby, pero para hacer pesar sus propios intereses en el nuevo borrador de ley, y no los del estudiantado ni la docencia. Cambiar algo para que nada cambie.

 

La unidad como garantía para el retiro del proyecto

 

La necesidad de mantener el rechazo a la UniCABA y la exigencia de retiro del proyecto cobra cada día mayor vigencia. El gobierno pretenderá generar una apariencia de “diálogo” para incorporar, en el mejor de los casos, aspectos formales del reclamo de la comunidad educativa. En un momento de relativa debilidad del bloque de gobierno, sacudido por protestas y escándalos de corrupción, es preciso redoblar los esfuerzos planteando la defensa de una formación docente pública, en instituciones que puedan mantener su autonomía respecto al poder ejecutivo y con un perfil de docente que no sea el ejecutor acrítico de reformas flexibilizadoras.

Las posibilidades de que el gobierno no logre imponer esta reforma autoritaria y privatista dependerán, en gran medida, de la capacidad de que la comunidad educativa, en particular las y los estudiantes y la docencia organizada, mantengan su unidad en torno rechazar la UniCABA y lograr el retiro definitivo de su proyecto de la Legislatura. El protagonismo de las bases y su movilización definirán el rumbo de esta reforma en la cual, por ahora, el gobierno no puede imponerse.

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