Comunicadores del Sur

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Villa Lugano I y II: el patio de juegos “Argentina Campeón Mundial” fue inaugurado

18.12.2023

El Gobierno de la Ciudad inauguró un patio de juegos en Lugano I y II con el objetivo de agrandar la superficie de juego, sumando además un espacio de calma y recuperación. Está ubicado en Nicolás Descalzi y Av. Soldado de la Frontera. Hubo un show infantil y de la recorrida participó el ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, Ignacio Baistrocchi.

La temática elegida para este lugar recreativo es “Argentina Campeón Mundial” y está expresada en una propuesta lúdica innovadora donde se destacan tres mangrullos “estrellas” con toboganes y miradores, lomadas en formas de pelotas de fútbol, hamacas, plataformas de equilibrio, un colectivo “La Escaloneta” pensado para la primer infancia, paneles inclusivos, un domo escalador y una callecita.

El espacio está pensado en su totalidad como un lugar lúdico inclusivo donde el principal objetivo es la accesibilidad e integración de todos los niños mediante juegos integradores y circulaciones amplias. En este sentido, se incorporó un sector de calma separado del resto de los juegos delimitado por un cantero sensorial y un sector de encuentro y descanso con mobiliario para que las familias puedan estar cerca de los niños.

Para garantizar mayor seguridad e inclusión de los niños y niñas, se realizó cambio de suelo por caucho antigolpes diseñado especialmente para este lugar y se renovaron los carteles de señalética incorporando pictogramas.

“La puesta en valor de este patio de juegos representa nuestra visión acerca del nivel de desarrollo que queremos llevar al sur de la Ciudad, como destacó Jorge durante la apertura de sesiones en la Legislatura. Esta obra es más inclusión, integración y más propuestas lúdicas de calidad para los chicos”, afirmó Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana durante la recorrida.

Villa General Mitre: frustraron un robo a una escuela

15.12.2023

Un joven de 25 años y cuatro adolescentes de entre 14 y 16 fueron detenidos ayer jueves cuando intentaban robar 87 computadoras de una escuela del barrio de Villa General Mitre, informaron fuentes policiales.

El episodio tuvo lugar esta madrugada en la Escuela N° 4 “Provincia de La Pampa”, ubicada sobre la calle Caracas al 1200, cuando cuatro adolescentes de entre 14 y 16 años y un joven de 25 ingresaron al establecimiento con fines de sustraer 87 netbooks pertenecientes al Plan Sarmiento.

Según los voceros, los jóvenes quedaron en evidencia luego de que ingresaron al colegio ya que se activaron las alarmas silenciosas, las cuales alertaron a la directora de la institución. En ese contexto, la mujer alertó a oficiales de la Comisaría Vecinal 11A de la Policía de la Ciudad, quienes acudieron hasta el lugar.

Una vez en la escuela, los uniformados se encontraron con algunos adolescentes dentro del establecimiento, mientras que otros se habían dado a la fuga sobre la calle Gavilán al 1200. Finalmente, los cinco jóvenes fueron detenidos, mientras que los agentes encontraron las 87 computadoras sobre la parte trasera del colegio ya que los acusados habían intentado deshacerse de ellas.

A su vez, fuentes policiales indicaron que los jóvenes lograron ingresar a la escuela con una barreta, con la cual también dañaron armarios y parte del mobiliario.

Intervino en el hecho el Juzgado de Menores 7, a cargo de Julia Marano Sanchís, quien ordenó las detenciones y el secuestro de las computadoras y los elementos utilizados durante el robo.

Alberto Cattan: “La dinámica de la cultura independiente está presente en Resurgimiento”

14.12.2023

El Centro Cultural Resurgimiento, ubicado en Gral. José Gervasio Artigas 2262, allí donde se cruzan los barrios de Villa del Parque, Villa General Mitre y La Paternal, cumplió 20 años desde su reapertura en 2001. Nos acercamos a charlar con su director Alberto Cattan para que nos cuente sobre la historia de esta institución tan importante para el barrio.

¿Cuándo se creó Resurgimiento?

Resurgimiento nació en 1939, es un desprendimiento del club Villa Sahores. La historia la pudimos reconstruir con los vecinos. Parece que hubo una interna en el club, en el ‘39 y un grupo se escindió y dijo: “vamos a resurgir” y le pusieron Resurgimiento. Primero se fueron a la esquina de Adolfo P. Carranza y Artigas, después vinieron para acá, Artigas 2262, no sé cómo.

Sabemos que hubo mucha colaboración de empresarios de la zona, por ejemplo, los pisos que son hermosos y están impecables, los donó la fábrica de mosaicos Saponara que está en la avenida San Martín y Zamudio. Se hizo así, todo con gran colaboración. Lo que es el garage de al lado también era parte de Resurgimiento, era enorme.

Fue un fenómeno cultural de los clubes de barrio de la época de oro del tango y de los carnavales. Una vez un alumno me contó que vio en Sucesos Argentinos, el noticiero del cine, un anuncio sobre los carnavales de Resurgimiento y Comunicaciones. Había colas hasta Jonte para entrar. Por acá pasaron todos: Pugliese, Sandro, Juan D’Arienzo.

Tienen vínculo con el club Argentinos Juniors

La historia de Resurgimiento la reconstruimos con Luis Segura, que fue presidente de Argentinos Juniors, porque en el momento que se crea Resurgimiento eran todos socios de Argentinos y eran fanáticos. No sabemos cómo pasó a Argentinos Juniors este edificio. Fue la sede del club hasta el año 1982, cuando fue transferido a la Ciudad de Buenos Aires. A cambio Argentinos recibió los terrenos del Bajo Flores para hacer allí la ciudad deportiva. Luego, la entonces municipalidad vendió el terreno de al lado, donde está el garage ahora.

Después pasaron 18 años en que el lugar estuvo cerrado. Nosotros ingresamos, en acuerdo con las autoridades porteñas de aquel momento, durante la crisis del 2001.

Durante la gestión de Aníbal Ibarra

Sí, él nos propone hacer una asociación civil. Hacemos los trámites y por una ley nos dan la tenencia del edificio por una cantidad de años renovable con el tiempo. Al poco tiempo ingresa el Ministerio de Cultura con toda una estructura como el Programa Cultural en Barrios y después el Circuito de Espacios Culturales. Hasta ese momento el programa solo funcionaba en escuelas. Se dio una mixtura muy buena entre Estado y colaboración de la asociación.

¿Qué responsabilidad tienen ustedes en el día a día?

Desde la asociación nos encargamos de mantener el lugar, programamos, tenemos políticas de acercamiento con las instituciones barriales, es un espacio abierto. Y desde el Ministerio de Cultura nos bajan una cantidad de talleres que se dictan gratuitamente al público, y la programación artística de los fines de semana. Esto se viene dando así hace unos 16 años.

Cumplimos 20 años oficiales pero en realidad ya son 21, porque todo el primer año estuvimos arreglando el lugar. Acá no había nada cuando entramos. Tengo unas fotos terribles de ese momento. Empezamos a hacer teatro sobre unos tambores que se bamboleaban, era genial. Se mantiene ese espíritu.

¿Cómo funciona la asociación civil?

Lo hacemos desde la comisión directiva, ahí decidimos lo que hay que hacer, que falta, si hay que poner tal enchufe, es permanente porque es un espacio muy grande, tenemos 1200 m2.

Se mantiene un núcleo original, Daniel Saint Hilaire fue presidente durante muchos años. Yo estoy como director desde el 2003.

¿Qué relación tienen con otras instituciones del barrio?

Siempre fuimos una institución abierta, queremos que todos tengan su espacio. Acá hay espectáculos renovadores tanto musicales como teatrales, está el centro de jubilados con sus actividades, Argentinos Juniors siempre está presente con algunos actos, las escuelas utilizan el lugar, el centro de salud, que está adelante, durante el día realiza sus talleres aquí, hasta las 17 horas que comienza el fuerte del centro cultural. El CeSAC 34 hace talleres sobre diabetes, de la memoria, escuelas diferenciales, una cantidad de actividades importantísimas que le dan vida al lugar y sentido.

¿Qué relación tienen con el Gobierno de la Ciudad?

El escenario y la parte técnica fueron aportados por el Gobierno de la Ciudad. Todo el mobiliario lo fuimos consiguiendo de a poco nosotros, hasta haciendo rifas.

Lo que fuimos generando con el tiempo fue el afianzamiento de la institución, que es especial porque al ser una mixtura entre asociación civil con Estado, centro de salud, vecinos colaborando, se dio una dinámica especial.

Nosotros trabajamos con entrada a la gorra y con espectáculos de producción independiente. Esto nos da autonomía por un lado, pero por el otro, tenemos algunas limitaciones técnicas.

Contamos con el personal técnico como iluminadores, sonidistas, jefe de escenario, damos un servicio cultural profesional.

Tienen una gran biblioteca

Si, tiene 5.000 libros y fueron todas donaciones de los vecinos. Funciona con préstamos, la gente se asocia y se lleva los libros que quiere. También mandamos a provincias como Misiones todos los ejemplares que se repiten o que creemos que puede ser más útil en otro lado.

En Resurgimiento también suceden importantes festivales

En septiembre estuvo la Movida Teatral de las Dos Orillas, que es muy importante. Es un festival muy lindo de intercambio artístico cultural entre Uruguay y Argentina, que tuvo dos cursos por día y terminó con un espectáculo. Todo a la gorra.

También tuvimos el Festival Internacional de Clown Rojo, en junio, fue la segunda edición, estuvo excelente, se llenó de gente, el barrio respondió muy bien. Hasta un martes a la noche se llenó de público!

¿Qué proyectos tienen para el futuro?

Siempre queremos ir mejorando técnicamente, con arreglos de todo tipo, como los techos. Ahora tenemos aire acondicionado que es muy importante por el frío y el calor. Queremos tener más proyectos como este del Festival Internacional de las Dos Orillas, con producciones teatrales propias que se están ensayando. Tenemos un ensamble de música, un coro fenomenal que anda de gira por la Ciudad. Es permanente el movimiento.

La dinámica de la cultura independiente, que tanta tradición tiene Buenos Aires, está presente acá, eso le da mística al Resurgimiento. Eso me encanta.

Talleres y cursos

En Resurgimiento se dictan distintos cursos y talleres gratuitos para todas las edades entre los que están taekwondo, música, danza clásica, teatro, gimnasia artística, zumba, pilates, yoga, eutonía, elongación, tai chi, circo, ritmos urbanos, clown.

Parque de la Innovación: se inauguró Arbórea Magna

13.12.2023

En noviembre pasado, el Parque de la Innovación inauguró una obra de arte de dimensiones monumentales, que puede convertirse en un nuevo ícono de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de Arbórea Magna, de la artista plástica rosarina Nicola Constantino.

El árbol – robot de Constantino tiene 34 metros de altura, una estructura de hierro galvanizado y más de 700 focos led que se encienden al caer el sol y cambian de color. Parte del suelo que rodea a la escultura, y el tronco de este árbol, están revestidos con cerámica. Los diseños representan a la flora autóctona y fueron realizados por Constantino a través de una técnica que la artista exploró e investigó durante la pandemia: nerikomi.

De origen japonés, la técnica consiste en realizar modelos repetitivos, patrones -del motivo que sea, en este caso vinculado a la naturaleza- para luego agruparlos. Las piezas no se pintan, sino que se le aplican los pigmentos directamente en la arcilla fresca. Se llevan a cabo en gres y son cocidos a altas temperaturas. Justamente este proceso permite que tenga mucha resistencia.

Más allá del diseño de la artista -en el que también se ve reflejado con singular belleza la corteza de los árboles- Nicola tuvo la colaboración de los y las alumnas de la Escuela de Cerámica N°1.

En la Fundación Santander, Paseo Colón 1380, en el barrio de San Telmo, se puede ver la muestra que realizó Constantino, “PaRDeS, el jardín del tiempo suspendido”. Con la misma técnica japonesa, creó decenas de ramos de flores, que se encuentran suspendidas, con sus raíces al aire.

“Un monumento público tiene que ser atractivo, misterioso, interesante pero, a la vez, simple porque no pueden ser indiferente”, dijo Constantino.

Por tradición, los ícono que representan a la Ciudad están vinculados a sucesos de la historia, como pueden ser los que fueron donados por las colectividades de inmigrantes. Como por ejemplo el Cristóbal Colón que hoy se luce en Costanera Norte, el Monumento de los Españoles (en el cruce de las avenidas Sarmiento y Libertador), el San Martín sobre su caballo en la plaza homónima de Retiro, el Monumento a la cordialidad argentino-uruguaya, en Parque Lezama y el Obelisco del arquitecto Alberto Prebisch.

La Floralis Genérica vino a romper esa hegemonía de mármol, cemento y hierro fundido para brillar con sus seis pétalos gigantes de acero inoxidable y aluminio. Fue diseñada y financiada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano, quien programó incluso el funcionamiento de los pétalos.

En 2022 cumplió 20 años y representa no sólo a todas las flores, sino a todas las plantas. Pesa 18 toneladas y mide 24 metros de alto. En el interior tiene cuatro pistilos que se iluminan en la noche. La Floralis es uno de los atractivos turísticos de la Ciudad.

Como la Floralis, el árbol de Costantino no se identifica con una sola especie, por eso tiene ramas de pino marítimo, corteza de diferentes árboles, hojas del cedro, algo de los gomeros: “Es un híbrido de todos los árboles”, explica. Con este diseño, la artista plástica ganó un concurso abierto que se llevó a cabo en 2022.

La imagen nocturna de Arbórea Magna es impactante: las ramas se expanden desde el tronco, con hojas lumínicas que cambian de color y proponen un juego visual que vale la pena descubrir.

El mantenimiento depende del Parque de la Innovación. En tiempo de crisis y presupuestos a la baja, habrá que desear que corra mejor suerte que la Floralis de Catalano, cuyo sistema de apertura de pétalos no funciona hace años.

El Parque de la Memoria inauguró la muestra “El futuro detrás”

12.12.2023

El Parque de la Memoria cierra la temporada 2023 de la Sala PAyS con la inauguración de la muestra colectiva “El futuro detrás”, una iniciativa que revitaliza la mirada sobre los trágicos sucesos de la crisis económica social del 2001 permeada en este presente incierto, trayendo resonancias sobre la imaginación política popular puesta en juego para un futuro posible, más allá de las ollas populares, el asesinato de Kosteki y Santillán o del Pocho Lepratti, los trueques y las fábricas recuperadas.

La exposición “El futuro detrás. Imaginación política después del estallido del 2001” aglutina en cuatro núcleos temáticos y la selección de más de 60 colectivos y artistas, una síntesis posible de los resultados del proyecto “Después del estallido”, y cuenta con la curaduría compartida de Nicolás Cuello, Marilé Di Filippo, Cecilia Iida, Ana Longoni, Ramiro Manduca, Magdalena Pérez Balbi y Alejandro Thornton; además de Cora Gamarnik, Maximiliano de la Puente y Guillermo Sánchez en la curaduría fotográfica y audiovisual.

A días de cumplirse un nuevo aniversario del 19 y 20 de diciembre de 2001 y a 40 años de la recuperación de la democracia, una vez más el Parque de la Memoria produce e invita a visitar una muestra nacida de la investigación académica referenciada en las manifestaciones artísticas que provocan ciertos momentos históricos de entrecruzamiento entre arte y vida, que se consolidó en 2002, en tanto respuesta a la crisis.

Para Nicolás Cuello, que la muestra se inaugure en el Parque de la Memoria tiene la relevancia de que, a 40 años del retorno de la democracia, se convirtió en un espacio que “siempre se ofreció institucionalmente para reelaborar procesos críticos que están pensando ese orden institucional”. “El 2001 con su corolario de privatizaciones, desempleo, aumento exponencial de la pobreza, cacerolazos, helicóptero sobrevolando la Casa Rosada y cinco presidentes en once días”, como describen, fue “uno de esos grandes últimos procesos que sacudieron lo que entendíamos del sentido de lo democrático”, repasa el investigador.

“En la exposición hay experiencias que se acercan a la reconstrucción sensible o crítica sobre la violación y la vejación de los derechos humanos desde el cuerpo, la economía, la vida interna, la fuente de trabajo”, asegura y agrega que “el Parque de la Memoria ofrece ese escenario donde discutir formas de vejación, vulneración o precarización de otros derechos que también hacen a la humanidad como son un lugar donde vivir, un plato de comida, un espacio de trabajo, el derecho a movilizarse, a migrar”.

Entre los artistas y colectivos que participan se encuentran Alejandro Thornton, Alejo Hoijman, Alex Portugheis, Alicia Herrero, Ana Maldonado, así como imágenes del Archivo de la Memoria Trans sobre el Hotel Goldin, Arde Arte; hay material documental remasterizado en Canadá por Avi Lewis y Naomi Klein, fotografías de Lucía Merle, Pepe Mateos, Victoria Gesualdi y Carla Thompson, entre otros; o fenómenos como El Hormigazo de Rosario, Arte y confección la semana cultural por la textil Brukman, el Ceramicazo – Semana de Zanón en Plaza Congreso. En lo audiovisual están el colectivo Boedo Films + Contraimagen + Kino Nuestra Lucha; o los colectivos Potlach, Etcétera, Trasmargen, Iconoclasistas y Yomango, por ejemplo.

Las cuatro salas sustentan desde sus nombres hitos y respuestas: “Creatividad social”, “Asambleas populares”, “Tomar, recuperar, imaginar”, y “Dario y Maxi”, todas articuladas por los mapas de Pablo Ares que dimensionan en su anclaje territorial las asambleas barriales y expresiones en Buenos Aires, La Plata, Rosario, Córdoba o Neuquén.

En el ingreso frente al río, la primera sala impacta con las “minas” plateadas sobre carbón negro de la serie Detonador de María Causa dispuestas en una centralidad acuciante, los billetes impresos de Karina Granieri, la instalación “Set” sobre la pared en rojo de Herrero e iniciativas como Proyecto Venus del artista y sociólogo Roberto Jacoby. Allí también está el cartel negro con sus palabras FUE, del grupo Zucoa Noes, o imágenes de familias instaladas en una sucursal bancaria con reposeras y protector solar como denuncia y reclamo por los ahorros confiscados por los bancos.

“Son conjuntos de experiencias que condensan una selección de proyectos que consideramos más relevantes de creación de comunidades alternativas que pusieron recursos artísticos especializados y no al servicio de imaginar otras formas de intercambios económicos, simbólicos durante el contexto de crisis”, explica Cuello.

El investigador señala que se trata de obras que trabajan “sobre el uso de herramientas artístico políticas para dar respuesta a la construcción de comunidades alternativas y de crítica hacia las formas de violencia económica de la época”, siendo las más relevantes el “Proyecto Venus de 2001 creado por Jacoby o el Partido Transportista de votantes del artista cordobés Lucas di Pascuale de 2003, dos experiencias que crearon espacios de intercambio, colaboración, pensamiento común crítico no solo de la economía interna de la práctica artística sino también de las formas de escasez económica”.

En “Tomar…”, se plantean los esfuerzos de la organización colectiva con “Camino de hormigas” (2023) de Arte por libertad que acompañan el pedido de justicia por el crimen de Claudio “Pocho” Lepratti con registros de El Hormigazo en Rosario, la obra “Poncio Pilatos Patrono de la justicia Argentina” del grupo Pobres diablos, una mesa con documentos a ser leídos, dibujos, pancartas de HIJOS La Plata con el Eternauta o los almohadones con la inscripción “Mientras el cuerpo aguante” de Costuras Urbanas, y como pasaje a la última sala de “Darío y Maxi”, una reconstruida “La toma” de Cristina Schiavi, que fuera instalada en el Malba en 2003.

En cambio, “Asambleas…” propone un espacio íntimo de tres proyecciones en video que comparte testimonios del fenómeno que colmó el espacio público como as asambleas barriales de Parque Lezama, Plaza Dorrego, San Telmo, Colegiales; y el registro fotográfico de 2001 y 2003 sobre “aquel intenso aunque efímero ejercicio de participación ciudadana que insiste en señalar que otra democracia es posible”, según expresa el texto de sala.

Tal vez la más emotiva sea la dedicada a la Masacre de Avellaneda, desplazada de la muerte y situada desde los registros fotográficos del 26 de Junio del 2002 mapeados, que recuperan desde la “sensibilidad artística” las trayectorias truncadas de los militantes asesinados, en “Dario y Maxi”. Allí se instalan una docena de dibujos de Maximiliano Kosteki, obras sobre la apropiación comunitaria de la estación de tren que lleva sus nombres, la maqueta de la Estación realizada por Javier del Olmo, entre otras expresiones.

La muestra pone el foco en el diálogo generado entre esa “multiplicidad de materiales que provienen de acciones” colectivas o anónimas realizadas por “activistas, asambleas populares, clubes de trueque, fábricas recuperadas y movimientos sociales” que generaron una “usina de creatividad social”, como definen los investigadores.

La exposición interpela el presente desde ese “gran laboratorio social, de lo sensible y de lo vital” a partir de “imágenes, poéticas-políticas y comunidades experimentales, donde confluyeron cientos de personas”, y buscan estremecer el presente a partir de esa memoria.

Los curadores piensan la muestra como “orgánica, activa y viva” donde no se privilegia “la contemplación sobre un pasado cerrado, sino la activación sobre un presente que lee activamente y de forma crítica ese pasado”, dice Cuello sobre el proyecto nacido a partir de una convocatoria del Conicet que se basa en investigaciones realizadas por el grupo “Arte, Cultura y Política en la Argentina reciente” del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA junto al Museo Histórico Nacional.

La exposición se suma a los esfuerzos de memoria a más de 20 años del estallido social como el proyecto curatorial “19 y 20” del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, los encuentros “Imaginaciones Políticas 2002-2022” (Gloria Gráfica) y el ciclo de conversaciones “2001: El futuro detrás” (del Germani), del cual recupera su título.

La historia detrás remite a lo cíclico, a los ecos que “parecen estar regresando, y esta coyuntura política incluso lo reafirma fuertemente”, afirma de la Puente al tiempo que especifica: “Nunca salimos en un punto del 2001, de alguna manera todavía estamos sintiendo sus ecos, reverberancias, sus consecuencias”.

El título de la muestra ofrece “una forma poética para referenciar esa imaginación crítica y sensible de los movimientos sociales que puede servir para pensar la realidad ahora”, sostiene Cuello y agrega: “El futuro detrás es una imagen contradictoria. Plantea el choque de contextos o el encuentro conflictivamente productivo entre pasado, presente y futuro en un tema tan concreto como puede ser el vínculo político económico cultural”.

Por su parte, Manduca señala que “ante momentos de crisis la posibilidad de construir respuestas donde se jerarquiza lo colectivo es algo que atraviesa buena parte de las obras y las experiencias que hacen a la muestra, y también hay una imagen de futuro de lo colectivo como parte de esa construcción posible frente a una coyuntura que arroja imágenes de un futuro muy individual y bastante distorsionado respecto a sus posibilidades inmediatas”.

La muestra refleja esa “contradicción mayúscula” cuando “en medio de una abismal crisis económica se desata la más descollante creatividad social”, pero habilita, como indica de la Puente, “todo lo que se puede construir desde otro lugar, al margen de la política institucional o tensionándolo”.

“El futuro detrás” podrá visitarse hasta el 31 de marzo en el Parque de la Memoria, avenida Costanera Norte Rafael Obligado 6745. La entrada es libre y gratuita. La muestra está abierta para todo público de martes a viernes de 11 a 17 horas, sábados, domingos y feriados de 11 a 18 horas.

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