Comunicadores del Sur

www.comunicadoresdelsur.com.ar

 

Detuvieron a 39 personas durante la marcha contra el ajuste

1.5.2019

Según lo confirmó la policía se trata de manifestantes que estaban realizando pintadas en los diferentes bancos de la ciudad y otros «por tener palos».

Treinta y nueve personas fueron detenidas durante la jornada del paro general, por «provocar hechos de violencia», según informó en un comunicado la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Los hechos a los que refirió la fuerza de seguridad porteña fueron pintadas a entidades bancarias en diferentes zonas del microcentro porteño y «llevar palos», mientras que un policía resultó herido con un corte en la cabeza.

La mayoría de las detenciones se produjeron por la mañana. Hasta las 13:00, se registró la detención de 17 hombres y tres mujeres que se sumaron a otros doce que fueron apresados en distintos hechos contra colectivos.

Uno de escraches a entidades financieras se produjo frente a la sede del JP Morgan, en Avenida Belgrano 955, donde además de las pintadas se arrojaron algunas piedras. En tanto, otro grupo de encapuchados rompió los vidrios del Banco Galicia en avenida de Mayo 1225 y luego realizaron graffittis en la fachada del Banco Francés en Avenida de Mayo al 1100, a metros del Obelisco. De acuerdo a lo que informó la policía, ese mismo grupo les arrojó piedras a los agentes que escoltaban la marcha, por lo que resultó herido uno de ellos con un corte en la cabeza provocado por una piedra. El efectivo policial fue atendido por personal del SAME en el lugar y se encuentra fuera de peligro, informaron fuentes policiales.
La Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional confirmó las detenciones y dio a conocer el listado de los detenidos. A las 14.50 horas era el siguiente: Juan Brau – Ángel Romano – Carlos Rubén Cardozo – María del Carmen Vallejo – Juan Olmos – Eli Rojas – Fernando Ramas Darío – Elías Pérez – Elías Quintana – Jorge Mancilla – Verónica Duarte – Yonatan Britos – Rodrigo Serra – Luis Gauto – Matías Romero – Martín Norberto Acosta – Ricardo Alejandro Insaurralde – Leonardo Insaurralde – Juan Emanuel Martínez

Ya por la tarde, se confirmó que finalmente los detenidos fueron 39.

Procesan a empresario, patota y policía por el ataque a trabajadores de Tiempo Argentino

1.5.2019

Por Daniel Satur

Mariano Martínez Rojas, un comisario de la Federal y quince patoteros fueron procesados por los hechos de julio de 2016. La abogada María del Carmen Verdú afirma que la tozudez de la querella le ganó a las dilaciones del juez Martínez de Giorgi.

Este martes el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi dictó el procesamiento del empresario Mariano Martínez Rojas, de quince miembros de una patota por él conducida y del comisario de la Policía Federal Jorge Guillermo Azzolina, todos por los delitos de “usurpación, daño, interrupción de la comunicación y robo”. Además de los procesamientos, el fallo del juez incluye embargos de hasta $ 8 millones.

Los hechos que se les imputan refieren al ataque que perpetraron en la redacción del diario Tiempo Argentino el 4 de julio de 2016, ubicado en Amenábar 23 del barrio porteño de Colegiales, que en ese entonces se encontraba en pleno proceso de recuperación por parte de sus trabajadores luego de la estafa y vaciamiento producido por el empresario kirchnerista Sergio Szpolski y su socio Matías Garfunkel.

La querella contra la patota y sus cómplices está integrada por la comisión interna de la Cooperativa Por Más Tiempo, una delegada de Radio América y cuentan con el patrocinio legal de la abogada María del Carmen Verdú de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi).

La patota de Martínez Rojas, ahora procesada junto a él, estaba integrada por Juan Carlos Blander, Gabriel Moraut, Henry Castro Vargas, Carlos Ruiz Díaz, Carlos Antivero, Marcelo Caña, Pablo Batista, Diego Chaves, Esteban Díaz, Rodrigo Roldan, Juan Carlos Moreno, Ovidio Ramírez, Omar Ontivero, Alejandro Marostica Spahn y Juan Zacarías Sosa.

Según Martínez de Giorgi, ese día los imputados “invadieron el inmueble sito en la calle Amenábar 23 de esta Ciudad, violentando los cerrojos de acceso y cambiando las cerraduras, y expulsaron de su interior a Norma Fernández, Gabriel Agüero y Nahuel De Lima, despojando de tal modo a los trabajadores de la Cooperativa de Trabajo Por Más Tiempo Limitada de la posesión del mismo”.

El juez dio por acreditado que el ataque y despojo fueron cometidos “mediante violencia y amenazas” dirigidas a los trabajadores que se encontraban en ese momento “cumpliendo funciones laborales dentro del inmueble, a quienes profirieron frases tales como ‘tomátelas, tomátelas por las buenas o si no te vas a tener que ir por las malas’, ‘bájese que se va’ y ‘andáte a la mierda’ las cuales resultaron intimidantes para los nombrados”.

Martínez de Giorgi también consideró fundamental el rol en el ataque del comisario de la Federal Azzolina, ya que según el relato de los propios patoteros fue él mismo quien, a pedido de Martínez Rojas, los reclutó. Vale decir que la gran mayoría de ellos eran al momento de los hechos empleados de “seguridad” All Acces, de allí su relación habitual con los jerarcas de la Comisaría 31° de la Ciudad de Buenos Aires, lo que para el juez “permite suponer la existencia de una relación de mayor cercanía entre Martínez Rojas, Azzolina y el personal policial de la Comisaría 31°”.

 

Fraude y violencia capitalista

 

La razón de aquel operativo violento coordinado entre la Policía y el empresario Martínez Rojas era apropiarse de Radio América y eliminar a la recientemente formada cooperativa Por Más Tiempo, la que hoy continúa sosteniendo el diario. Como siempre denunciaron las trabajadoras y los trabajadores de Tiempo, la “compra” de ambos medios “era un fraude planificado por Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, quienes buscaban ganar tiempo y desgastar la protesta de los trabajadores que intentaban la continuidad laboral o, al menos, ser indemnizados”.

El resultado de esa maniobra sería nada menos que el despido de alrededor de 400 personas, entre diario y radio, sin indemnizaciones. Al momento del ataque violento en Amenábar 23, Martínez Rojas se había quedado con la licencia de la radio y hasta había tomado por la fuerza e ilegalmente su planta transmisora.

Como denuncian hoy los mismo trabajadores de Tiempo, el empresario K Sergio Szposki, su socio Garfunkel y Martínez Rojas tienen fluidos contactos “con los peores hombres de los servicios de inteligencia”, quienes les “garantizaban el accionar mafioso”, mientras que “la Policía, la Justicia y parte del oficialismo” (en ese entonces el macrismo) “no fueron ajenos a esta estrategia. Como ejemplo, basta decir que los empresarios cobraron hasta el último peso de pauta (decenas de millones) por parte del gobierno de Mauricio Macri. Si bien era una deuda contraída por el gobierno de Cristina Fernández, el macrismo ni siquiera cuestionó el pago a quienes acababan de vaciar un grupo de medios”.

El juez decidió sobreseer al cerrajero Guillermo Carrasco, debido a que no hubo “pruebas” que permitan acreditar que “formó parte del plan criminal” sino que quedó comprobada “su ajenidad” a los hechos.

La doctora Verdú afirmó que “este procesamiento debió dictarse casi tres años atrás, ya que todas las pruebas valoradas fueron incorporadas de inmediato por la querella integrada por la comisión interna de la Cooperativa Por Más Tiempo y la delegada de Radio América, pero el Poder Judicial se dedicó por más de dos años a discutir la competencia”.

Verdú asegura que esa dilación se debió centralmente a que al juez “le resultaba incómodo ir contra un empresario vinculado al poder y a su propia policía”. Y en ese sentido, afirmó que “la tozudez con la que insistimos año tras año logró arrancar este procesamiento, en el que falta todavía el subcomisario Aparicio, el gran cómplice de Martínez Rojas de esa noche. Ni lxs trabajadorxs ni Correpi vamos a aflojar”, tanto en la exigencia del procesamiento de Aparicio como en la pelea por que los ahora procesados lleguen pronto a juicio y sean condenados.

El gobierno realizó desalojos en la calle en medio del Censo Popular

30.4.2019

Por Nicolás Rosales

Integrantes de La Retaguardia participan como voluntarios/as en el censo popular de gente en situación de calle, una iniciativa de varias organizaciones sociales que pretenden contrarrestar los datos oficiales del Gobierno de la Ciudad. Algo les llama la atención: en algunas ranchadas, ya no hay gente.

Me encontré con los organizadores el viernes a la tarde para participar como voluntario del censo. Fue en la Red Puentes, un centro de día para personas con consumos problemáticos, que queda en la calle Faraday al 1500. La garúa porteña se había instalado con esa humedad tan molesta. Sin embargo, esto no fue un impedimento para hacer la recorrida por Parque Chacabuco y Flores.

Ya era de noche. Fuimos en una ambulancia que prestó el Movimiento Popular La Dignidad (MPLD) y en un auto particular. Pasamos por los alrededores del parque, por calles que lo cruzan, debajo de la autopista, por el Bajo Flores, por los alrededores de la 1-11-14 y el  Hospital Piñero, entre otras zonas.

Lo llamativo fue, en principio, la muy poca cantidad de gente en situación de calle que pudimos observar y censar. Lo primero que pensamos fue: “bueno, por la lluvia quizás se hayan ido a refugiar a otros lugares”. Pero a medida que transcurrieron las horas y el panorama se mantenía, las conjeturas pasaron a ser otras.

Las sospechas de que el propio Gobierno de la Ciudad haya utilizado herramientas legales y no tanto para “limpiar” la Ciudad de las personas que uno puede cotidianamente cruzarse en esta situación, fueron teniendo un peso más significativo. Cabe mencionar que el mismo gobierno porteño salió a hacer su propio censo durante todo el día martes, sabiendo que las organizaciones lo harían desde el jueves.

Un elemento más que nos hizo pensar que las ranchadas habituales ya no estaban donde se suelen ver. Recordemos también que en la primera gestión de este gobierno en la ciudad, con el actual presidente Macri a la cabeza, se había creado la UCEP (Unidad de Control del Espacio Público), una patota desalojadora con nombre de institución, que supo funcionar con patovicas levantando gente en situación de calle.

Lo que vivimos el viernes al no poder encontrar lo que fuimos a buscar para hacer visible esta realidad, parece ser una clara maniobra del gobierno para que el Censo Popular no refleje lo que sucede: cada vez hay más personas que se quedan en la calle por la crisis social y económica.

El dueño de Cromañón, condenado por la masacre, se llevó todo lo que había en el boliche

26.4.2019

Pese a que sobrevivientes exigen que se expropie para hacer un sitio de la memoria, el Poder Judicial le dio las llaves a Rafael Levy, quien ya pintó las paredes y se llevó pertenencias de víctimas.

A fines de marzo, más de doscientos sobrevivientes y familiares de víctimas del incendio en República de Cromañón presentaron un proyecto de ley que exige al Gobierno porteño la expropiación del predio, en Bartolomé Mitre 3060, donde se sucedió el incendio que cobró la vida de 194 personas en diciembre de 2004.

Este viernes, emitieron un comunicado ante la constatación de algo que sabían que podía suceder. Al lugar donde ocurrió el incendio, llegaron volquetes con materiales de construcción, luego de que la Justicia entregara las llaves a la off shore del Rafael Levy, empresario penalmente responsable por la Masacre.

El objetivo que persiguen con la expropiación es "resguardar los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico-cultural y configuran la memoria colectiva de la ciudad". Para esto solicitan al Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta que conceda las partidas presupuestarias para la restauración del lugar y su posterior mantenimiento. La iniciativa fue ampliamente apoyada y contó con el respaldo de Myriam Bregman, Gabriel Solano y Laura Marrone del Frente de Izquierda.

A continuación reproducimos el comunicado emitido por sobrevivientes de Cromañón, que exigen la preservación del sitio para la memoria y la pelea por justicia, para que nadie más haga negocios a costa de la vida de pibes y pibas:

“Ayer fue un día muy triste para todxs, pudimos confirmar uno de nuestros grandes temores. Aunque sabíamos que era una posibilidad, siempre la creímos lejana.

Como venimos denunciando, a fines del año pasado nos enteramos por los medios de comunicación que el Toc 24, sin comunicar a las querellas, entregó las llaves de Cromañón a la off shore de Rafael Levy, quien fuera penalmente responsable por la Masacre.

Ayer, luego de saber que al boliche llegaban volquetes con material de construcción, confirmamos que efectivamente se están realizando obras y que dentro de Cromañón ya no se encuentran las pertenencias de las y los pibes y sobrevivientes: desaparecieron cosas de un valor incalculable.

Pintaron las paredes tapando las huellas de nuestras manos, que eran el relato vivo del horror que tuvimos que atravesar esa noche. Este es un golpe muy fuerte para nosotrxs.
Para la sociedad y las generaciones venideras representa la imposibilidad de acceder al relato material de lo que sucedió el 30 de diciembre de 2004, hace casi 15 años. Les niega el derecho a la memoria y a comprender por qué es necesario que no se repita.

Tenemos el derecho a decidir cómo contarlo, a recuperar nuestras pertenencias y elegir en qué tiempo hacerlo. La trascendencia histórica de lo sucedido en la Ciudad de Buenos Aires, debe ser respetada y visibilizada.

Seguiremos exigiendo la expropiación de Cromañón y la construcción de un Espacio de Memoria para lxs pibxs. Hoy, más que nunca, reafirmamos nuestras convicciones.

La memoria no se negocia.
Cromañón no se toca.
Justicia es que no se repita.
Las y los Pibes Presentes ahora y siempre!

Movimiento Cromañón".

Fallo judicial ordena a obra social porteña cubrir la cirugía facial de una afiliada trans

25.4.2019

Por Andrea López

En 2018 la mujer quiso modificar su apariencia facial pero Obsba rechazó hacerlo. La afiliada presentó un amparo que ahora le salió favorable.

La Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires (Obsba), bajo cuya órbita se encuentran las trabajadoras y los trabajadores del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, deberá autorizar una cirugía facial para una persona trans porque así lo ordenó el Poder Judicial.

Obsba había rechazado el reclamo con el argumento de que buscaba “una cirugía facial estética para adecuar el rostro a los cánones de belleza vigentes en la actualidad, lo cual excede totalmente la ley de identidad de género que ha sido pensada para otros fines distintos”.

El argumento fue rechazado en ese momento por la jueza Cecilia Mólica Lourido, titular del juzgado de primera instancia Nº 20 en lo Contencioso, Administrativo y Tributario.

La misma magistrada ordenó que la obra social cubra las nueve intervenciones que la afiliada reclamaba y que “no pueden considerarse ’cirugías de embellecimiento’, toda vez que se trata de un conjunto de prácticas que tienen por fin adecuar el aspecto físico de la actora a su identidad de género auto percibida”.

Ante la apelación de Obsba el caso llegó a Cámara, donde los jueces Fabiana Schafrik y Carlos Balbín confirmaron el fallo de primera instancia en una resolución que consideró el derecho a la salud y el respeto a la auto percepción como parte del respeto a los derechos humanos, “en relación con la orientación sexual y la identidad de género”, en el sistema internacional pero también en el marco normativo argentino.

La Ley de Identidad de Género está vigente desde 2012, pero aún hoy deben librarse este tipo de batallas legales para poder acceder a una cirugía.

 

La pelea por ser quien se quiere ser

 

En el amparo que presentó, la mujer detalló que siempre había deseado rectificar sus datos registrales pero que antes de dar ese paso necesita las cirugías para evitar el rechazo y la discriminación social.

Es que más allá de que en lo formal existen leyes que deberían garantizar estos derechos, para las miles de personas que rompen con el estereotipo y la heteronorma, la realidad es muy distinta.

De hecho recién tres años después de sancionada la Ley de Identidad de Género se logró el presupuesto para aplicar el artículo 11, que es el que atañe al aspecto sanitario.

La discriminación y la estigmatización son impulsadas centralmente por la Iglesia católica que, a través del papa dice brutalidades como que las personas trans son bombas nucleares o manda al psiquiatra a quienes rompen con la heteronorma.

El derecho a la identidad autopercibida, el acceso a puestos de trabajo, a la salud, la educación y otros derechos como el aborto legal, son peleas que debemos dar en las calles, exigiendo también la separación de la Iglesia del Estado.

Usted es el visitante N°