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Lesbofobia: arranca el juicio contra Marian Gómez

5.6.2019

La mujer que fue detenida por besarse con su esposa en la Línea E en octubre del 2017, deberá presentarse hoy para afrontar un juicio en donde se la acusa de “resistencia a la autoridad” y de "lesiones graves". En repudio a la violencia institucional homofóbica, la Columna del Orgullo en Lucha convoca a una movilización a las 8:30 horas hacia la sede judicial ubicada en la calle Paraguay 1538 en el barrio de Recoleta.

Mariana Solange Gómez se besaba con su esposa Rocío Girat cuando fue golpeada y detenida por personal de la policía de la Ciudad en octubre del 2017. Gómez habría sido detenida por fumar un cigarrillo en un espacio público no autorizado de la estación Constitución de la Línea E, aunque son miles las personas que lo hacen todos los días sin inconveniente alguno. Marian no solo fue golpeada esa tarde frente a su pareja luego de que la trataran de “pibe”, sino que la obligaron a desnudarse frente a personal masculino que intervino en la detención. “Aunque no era la única persona que estaba fumando en ese lugar, apagué el cigarrillo y le aclaré que era mujer”, declaró Gómez a Página 12. Actualmente Marian deberá afrontar un juicio oral en donde se la acusada de “resistencia a la autoridad” y de “lesiones graves”.

Distintos colectivos feministas y organizaciones militantes del colectivo LGBT expresaron que este accionar de la violencia policial y del poder judicial lesbodiante se vincula con las decenas de agresiones que sufren las lesbianas y tortas en la Ciudad de Buenos Aires y del resto del país. 40 mujeres del colectivo fueron agredidas y detenidas en situaciones similares solo en CABA durante el año 2017. Además expresaron que por lo general estos casos de agresión se perpetúan más sobre cuerpos en donde su exterioridad se asocia más a la construcción de masculinidad entendida socialmente.
Marian Gómez fue procesada en un fallo que fue confirmado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal en marzo del 2018 en donde se la acusa por el delito de resistencia a la autoridad en concurso real con el de lesiones graves. Ahora irá al Tribunal Oral en lo Criminal y Correcional Nro 26 representada por la jueza Marta Aurora Yungano, donde enfrentará la acusación pública.

Desde la columna del orgullo en Lucha convocan a movilizar a las 8:30 horas a los tribunales de la calle Paraguay 1536 con el fin de acompañar a Marian Gómez y a su compañera Rocío, y así repudiar a las instituciones de un Estado homofóbico. 

 

Hotel Gondolín, la casa de las travestis y trans

5.6.2019

Por Estefanía Santoro

Las compañeras del Hotel Gondolín salieron a las calles para gritar Ni Una Menos, ni un travesticidio más. Hermanadas, como una gran familia, fuimos a visitarlas y marchamos con ellas de Congreso a Plaza de Mayo.

En Villa Crespo hay un hotel que se convirtió en la cuna de las travestis y trans, no es una construcción destinada a la explotación comercial. Es un espacio que actualmente hospeda a más de 40 travestis y trans que llegan de distintos puntos del país, obligadas a dejar sus ciudades natales para esquivar la violencia policial y expulsión social.

Fuimos a conocer sus historias, que son de lucha y resistencia pero también de mucho rechazo, muertes de amigas y dolor. Conocimos el lugar que las abraza y las hospeda, el territorio de abrigo y contención cada día. Las mariposas se acomodan, sacuden sus alas, multicolor, las más coquetas ya están listas hace rato. Bajan las escaleras riendo.

Despiden a su amiga Luz, ella no puede marchar, ni siquiera salir del hotel. Está bajo prisión domiciliaria acusada injustamente de un crimen que no cometió. La Justicia, esa institución que apesta por ser tan patriarcal, la condenó sin pruebas. Fuimos juntas en el 168 hasta Congreso. Juntas, cuidando una de la otra, soñando con una vida sin violencia machista. 

Zoe López García llegó al Gondolín hace 24 años, hoy es la referente del espacio y “la tía”. Así la llaman las chicas que se hospedan en el hotel, porque antes que nada la pensión es una familia. A Zoe la trajo una amiga con la que compartían el trabajo en la calle, cuando la policía las dejaba, bajo la condición que una parte de lo que recaudaban por noche se lo entregasen a los oficiales que rondaban la zona roja de Palermo. “Había otros hoteles pero yo no podía pagarlo, acá era más barato y al dueño le convenía que nos alojemos chicas trans en lugar de familias enteras, dormíamos varias en la misma pieza y así empezamos a traer a las chicas que nos encontrábamos en la comisaría.

Algunas venían del interior, donde no podían ejercer el trabajo sexual, acá arreglábamos con la policía, podíamos trabajar pero si no les pagábamos nos detenían. Una vez en los 90 terminé en el hospital Fiorito por una paliza que me dio un policía y cuando me dieron el alta a la salida estaba el patrullero esperándome”, narró Zoe, mientras recuerda como zafaban de la policía con su amiga, la peruana, que le abrió las puertas del Gondolín y con quien empezó a militar por sus derechos en los calabozos.

Desde hace casi 30 años este lugar brinda mucho más que una cama donde dormir. El Hotel Gondolín es un territorio de abrigo y contención. Para muchas chicas trans que pasaron por allí fue el envión para capacitarse, estudiar e insertarse en el mundo laboral y para que el trabajo sexual deje de ser la única opción. Una pensión de tres pisos y 20 habitaciones, de paredes de un azul cielo despejado, donde muchas encontraron el sol en medio de la tormenta de sus vidas atravesadas por la marginalidad. Totalmente autogestionado y administrado por travestis y trans desde hace 15 años.

La vereda del Gondolín se llena de divas de melenas infinitas, lacias, doradas, de rulos negros fornidos, boquitas sensuales, labios de rubí. En la parada del colectivo “la gente” mantiene distancia de las mariposas. ¿Acaso no les abruma su hermosura? Parafraseando a Lemebel, las caras de quienes las ven pasar parecen esbozar “son travestis pero son buena onda”. Ellas aceptan el mundo sin pedirle esa buena onda y ríen olvidando sus cicatrices.

Solange es la encargada de limpieza del Gondolin. Llegó de Salta a los 17 años, ejerció el trabajo sexual, fue empleada doméstica y tuvo otros puestos temporarios hasta que encontró el “Gondo” y se convirtió en su segunda casa. “Para mí las chicas de este lugar son mi familia”. Lo dice mientras se le dibuja una sonrisa en la cara. Prepara su mochila para la marcha, lleva una remera con el rostro de Cintia Moreyra, una joven trans tucumana de 25 años asesinada el año pasado. La justicia nunca investigó el caso. “Hoy marcho por mi amiga Cintia Moreyra, a quien consideraba como una hija. Salgo para pedir justicia por ella. A Cintia, la descuartizaron, la quemaron, y abandonaron su cuerpo en un descampado”, cuenta Solange y agrega: “Yo tuve una buena experiencia con mi familia porque fui aceptada, pero sé que no todas corren la misma suerte que yo. Por ejemplo en Salta, uno de los problemas más graves que sufren las chicas es la violencia con la policía, todavía es brutal el trato que tienen con ellas donde sigue vigente el artículo 114, las golpean, las detienen, por eso también marcho para visibilizar la violencia que ejercen hacia nosotras”.

Esa violencia que las travestis y trans sufrían después de la vuelta a la democracia está volviendo, Zoe dice: “Estos últimos años se retrocedió un montón, la policía vuelve a ejercer la misma violencia que en los 90. Por ejemplo, en Salta las chicas vienen escapándose de sus provincias por la persecución policial, porque no las dejan ni caminar, esto no puede volver a pasar, en las provincias se está retrocediendo, hay chicas que ni pueden acceder a un hospital”.

Macarena viene de esos pagos, tiene 32 años, es oriunda de Oran, Salta y peluquera de profesión. Viajó a Buenos Aires en busca de trabajo, que no encontró en su provincia natal. “Sufrí violencia en mi vida como algo cotidiano. Siempre hago esta comparación: a lo largo de su vida, la gente recibe más amor que odio. A nosotras nos brindan más odio que amor. La violencia y la discriminación en las ciudades de las provincias del Norte es una constante, es una realidad que las chicas siguen padeciendo, día a día y también el rechazo de parte la familia”, se lamenta.

Zoe sueña con un futuro mejor para sus compañeras travestis y trans, dice que se siente orgullosa del camino que está transitando, porque sabe que desde ese espacio están cambiando muchas realidades. “Hoy acá nosotras estamos empoderadas, nuestro principal objetivo es mejorar la calidad de vida de las chicas con educación y salud, todas las chicas son autónomas e independientes, la única garantía que pedimos para vivir acá es que estudien, que se formen para poder salir a trabajar y queremos que este lugar siga sobrevivido para otras generaciones de chicas trans”.

La calle las espera, ellas la conocen bien, a falta de otras oportunidades o por elección propia, la mayoría de las mariposas del Gondolin han tenido que trabajarla. Esta vez pisan suelo porteño para exclamar que al calabozo no vuelven más, sacan sus carteles de letras con el puño izquierdo en alto y forman la frase “Ni una trans menos”Marchan a paso audaz, dignas, orgullosas de exhibir sus alas, sus cuerpos, sus identidades, juntas.

Por su abuso no llegó a juicio, por desacato sí

5.6.2019

En la mañana de este miércoles 5 de junio en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 26, en la Ciudad de Buenos Aires, empezó el juicio oral contra Mariana Gómez, la joven lesbiana de 25 años que terminó procesada por “resistencia a la autoridad y lesiones” luego de que se defendiera de un policía que la agredió. Habrá dos audiencias más: la próxima será el 11 de junio a las 11 de la mañana.

El 2 de octubre de 2017, Mariana estaba besando a su esposa Rocío Girat, cerca de la estación de subte en Constitución, cuando fue violentada por la policía y terminó detenida. Hoy en el cuarto piso de los Tribunales, sobre la calle Paraguay 1536, se relató lo que pasó ese día. Declararon Mariana; Rocío; el policía Jonatan Rojo; la oficial Karen Villarreal; un empleado de Metrovías y dos testigxs que asistieron a las jóvenes y grabaron con sus celulares lo que pasó.

“Me violaron durante 16 años y nunca logré que me escuchara una jueza. Ahora una jueza me escucha pero como acusada. Voy por la absolución”, dijo Mariana. En la audiencia estuvo acompañada por su familia -su madre Celeste Basiglia y su hermano Facundo-, sus amigas y medios. Afuera, al entrar y al salir, las organizaciones la alentaron y exigieron Justicia.

-Estábamos charlando porque se venía el juicio al progenitor de Rocío. Estaba fumando, no había ningún cartel. El empleado de Metrovías me pide que lo apague. Le digo que no había carteles. Con un movimiento de mano llama al policía Jonathan Rojo. Rojo me dice “che pibe”. No me deja irme. Me pone una mano en el pecho y me dice “quedate vos vas a ser detenido”. Me trataba de varón todo el tiempo. Hay un forcejeo, me esposan, nunca me responden. Cuando quiero salir me retuerce el brazo. Cuando me caigo sobre Rojo, intento agarrarme de lo que sea y le termino agarrando el pelo a la oficial. Me llevaron a la oficina de policía en la estación Boedo. En el calabozo me hicieron una requisa desnuda.

Su esposa, Rocío Girat, declaró entre lágrimas:
-Le grito que no la toque, que es mujer. Me dicen que va ser detenido. Me empujan y hay gente mirando y filmando. Cuando caigo veo que no caí sobre algo mojado sino que me oriné por la situación violenta. Tenían la rodilla sobre el pecho de Mariana, intento levantarle la rodilla, me empujan. La policía gritaba “que la amiga se retire”. La retuvieron tres horas esposada. Rojo estaba sin identificación. Cuando Rojo me toma los datos le digo ‘casada’ y anota soltera, hasta que le mostré el acta de matrimonio. Me dicen que la esposan por protocolo. Nosotras dos somos víctimas de abuso y luchamos por ver a nuestros violadores esposados. Rojo se va en el móvil con ella y a mí no me querían dar información. Mientras, otro policía me dice si me creo que por ser mujer tengo todos los derechos. Esto pasa porque a un policía le molestó vernos juntas. Lo atribuyo a que somos lesbianas visibles. No es casualidad que las más visibles sean las más golpeadas, a las que le gritan por la calle que las van a matar.

Esta mañana un empleado de Metrovías, José María Pérez, quien le pidió a Mariana que apagara el cigarrillo dijo -muy nervioso- que vio cómo Rocío estaba llorando. Que el policía Rojo le pidió “amablemente que lo apagara” y que Mariana “dio golpes de pecho y levantó las piernas no sé con qué intención. Yo me retiro superado por la situación. No soy homofóbico. Mi hermana es igual que ellas. Ellas hacen lo que sienten”.

Por su parte, el oficial Jonatan Rojo, de la Policía de la Ciudad, declaró:
-Tres veces se lo pido, siempre con respeto, que apague el cigarrillo. Ella emprende su marcha y le digo que en ese momento no se puede retirar. Como me dice que no la podemos tocar porque somos masculinos llamo de refuerzo a la oficial Karen Villarreal. Ella me da un golpe con su pecho. Yo en ningún momento forcejeo, intento que no me pegue. Intenta darse a la fuga, a los cinco metros se patina y se cae. Yo la tomo de los brazos y la reduzco. Rocío no fue violenta conmigo, no me clavó las uñas como se dijo en TV, eso no es cierto”.

Los últimos en declarar fueron Gianfranco Berttachini, un joven educador que estaba en el subte y asistió a Rocío, y Eliana Piromalli, una empleada de la Fundación Huésped que realizaba unas encuestas. Piromalli dijo: “Le di agua a Mariana, desde el inicio cómo las estaban maltratando y volví a ver si podía ayudarlas”. Berttachini agregó: “Yo fui el que filmé el video para mostrar cómo la estaban reduciendo como un hombre”.

Al finalizar la audiencia, el abogado de Mariana, dijo:
“Hoy pudieron declarar todos los testigos y Mariana. Creo que tenemos buena parte de la prueba producida. Habrá una nueva audiencia la semana que viene donde se van a ver los videos y se va a incorporar la prueba pericial. Finalmente va a haber una tercera audiencia donde haremos los alegatos y la jueza dictará la sentencia. Somos optimistas, creemos que de los testimonios se desprende, de los dos relatos que existen en discusión, el de Mariana es el que se corresponde con la realidad”.

Sanidad denuncia despidos e ilegalidad en Laboratorio Craveri

4.6.2019

Desde la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) están “alertando” sobre la crítica situación que atraviesan los trabajadores y trabajadoras del Laboratorio Craveri y “denuncian” públicamente al empresario y dueño, Juan Craveri, por el “deliberado atropello que comete en contra de sus derechos de manera sistemática” al punto de no permitir el ingreso a los trabajadores, aún bajo Conciliación Obligatoria.

Esto tiene que ver con una serie de irregularidades vigentes desde el 2018, donde los trabajadores, -según confirma el gremio- “percibieron su salario en cuotas y la empresa intentó llevar adelante un Procedimiento de Crisis pero no cumplimentó sus requisitos y finalmente efectuó despidos masivos”.

Desde la entidad gremial que conduce Héctor Daer, señalan también que “le han propuesto a Craveri soluciones alternativas que “siempre se negó a aceptar o explorar sin importarle jamás la vida de los trabajadores” y en ese sentido describen que su actitud llega al punto de “hostigar, perseguir y reprimir a los delegados de nuestra organización en cada instancia de reclamo por los derechos de sus compañeros/as”.

De hecho, la respuesta frente a la intervención de los delegados sindicales frente a los despidos fue su detención a través de una denuncia falsa. Fue el mismo 29 de marzo del corriente año, donde “sin ninguna comunicación previa, se le impidió el ingreso al Laboratorio a 47 trabajadores y trabajadoras, quienes fueron notificados/as en ese mismo instante por el personal de seguridad, de que habían sido “despedidos”.

Despedidos en los que “el 70% son mujeres, madres que sostienen un hogar con su trabajo. Muchas de ellas con más de 10 años dentro de la empresa, otras a tan sólo dos años de jubilarse”, lo que agrava más aún las cosas.

A través del comunicado ATSA denuncia además “vulneración de las normas de seguridad e higiene y violación del Convenio Colectivo de Trabajo que rige la actividad”. Más aún, el desprecio del empresario hacia los trabajadores/as es tan grande, que incluso, añadieron,  “ha rechazado la amplia batería de paliativos que se le ofrecen desde el Estado, agotando todas las instancias de negociación con el mismo, y con nuestra organización”.

Desde el gremio también descartan motivos económicos aduciendo que la empresa “ganó dos licitaciones por 6.3 millones de dólares, con productos que se comercializan fácilmente en farmacias” y lo atribuyen a una mera “intención de precarizar las condiciones con contratos a plazo fijo y constante rotación de personal, evitando así que acumulen antigüedad”.

Diez años para dos kilómetros: finalmente la Línea E llega a Retiro

3.6.2019

Desde la mañana de este lunes la línea E de subterráneo cuenta con tres nuevas estaciones, extendiendo su recorrido hasta Retiro. El Gobierno de la Ciudad se tomó nada más que 10 años para finalizar las obras, que no casualmente se inauguran meses antes de las elecciones.

Horacio Rodríguez Larreta, junto al ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, fueron los encargados de inaugurar este lunes las tres nuevas estaciones de la línea E, que habilitan la combinación con la línea B. Ya funciona el recorrido completo desde Plaza de los Virreyes hasta Retiro.

El Gobierno de la Ciudad demoró poco más de diez años en realizar la obra que agrega solo dos kilómetros a su recorrido, lo que deja en evidencia que el transporte público "para los gobiernos y las empresas concesionarias solo tiene que ver con garantizar un negocio privado en contra del interés de los millones de usuarios y trabajadores que necesitamos del servicio para llegar a nuestros trabajos, lugares de estudio, para movernos por la ciudad" denunció en diálogo con este medio Claudio Dellecarbonara, miembro del Secretariado Ejecutivo de AGTSyP (sindicato del subte) y militante de la Agrupación Bordó (PTS + independientes).

El referente de la Línea B agregó "obviamente esta extensión no está planificada en función de brindar un mejor servicio porque se hace en el caso de la línea E con una flota que tiene más de 60 o 70 años, y sin la cantidad de trenes necesarios para las personas que lo utilizan. Y sin tener en cuenta tampoco la forma, la calidad, las condiciones de los trabajadores del subterráneo".

La construcción de las nuevas estaciones (Catalinas, Correo Central y Retiro) empezó en 2009, bajo la administración kirchnerista de Cristina Fernández, por entonces el subte dependía del Gobierno nacional. En 2012, el servicio pasó al Ejecutivo porteño. La extensión debió inaugurarse entonces, pero lo que había era un túnel pelado: sin vías ni señales, tampoco mobiliario ni escaleras mecánicas.

Como denunció Dellecarbonara, la inauguración actual es con el único fin presentar alguna obra "por parte de un Gobierno que viene en picada merced de las políticas anti obreras de ajuste, de persecución, de represión que vienen tomando en todo su gobierno tanto el nacional como el de la ciudad" y agregó "nosotros hace años que venimos denunciando las pésimas condiciones en las que tenemos que trabajar y las pésimas condiciones del servicio, no por una cuestión de ’incomodidad’, sino de inseguridad y riesgo de vida".

"Nosotros ya hemos pagado ese afán de lucro, esa desidia, esa complicidad de los gobiernos con la empresa concesionaria, con más de ocho compañeros fallecidos en sus lugares de trabajo y también están en riesgo la vida de los usuarios" continúo el referente de la Línea B.

Hace un poco más de un año los trabajadores denunciaron la presencia de asbesto en diferentes flotas, estaciones, y túneles. "en la línea B con trenes que compraron en España, en lo que fue un gran negociado, trenes que era chatarra y que los trajeron aquí y los presentaron como trenes nuevos. Esta es la realidad cotidiana que tenemos que vivir trabajadores y usuarios, por eso para nosotros esta inauguración esta extensión tiene que ver con seguir garantizándole a la empresa Metrovías el negocio de la explotación del servicio" resaltó Dellecarbonara.

Y para finalizar explicó que "desde la agrupación Bordó y el PTS en el Frente de Izquierda venimos planteando que la única salida en beneficio de usuarios y trabajadores, es la re-estatización del servicio bajo gestión de sus propios trabajadores con control de usuarios, para que sea realmente un servicio público, que sea cómodo, eficiente y seguro y deje de ser un negocio para las empresas privadas a costa de nuestras vidas".

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