Peligra la celebración del Inti Raymi en Buenos Aires
18.6.2019
Por Valentín Callamullo
Ante los rumores de que el Gobierno de la Ciudad no permitiría el fogón en la Wak’a del Parque Avellaneda para festejo del Año Nuevo andino, las agrupaciones de sikuris y activistas quechua-aymara están en estado de alerta. Pues ya ocurrieron hechos de tensión el año pasado cuando por una denuncia anónima por “ruidos molestos”, la policía y los bomberos acudieron al lugar con prepotencia. Actitud provocadora que supo ser esquivada por los paisanos que celebraban en retorno del Tata Inti.
Ante esta amenaza se realizo una asamblea de emergencia en la Wak’a los hermanos definieron evaluar sumarse activamente a la Mesa de Coordinación, para hacer respetar su derecho a ejercer sus prácticas culturales como lo garantiza el convenio 169 de la OIT, ratificado por el Estado argentino, cuando señala en su artículo 5º que al implementarse esta norma jurídica por los estados “deberán reconocerse y protegerse los valores y prácticas sociales, culturales, religiosos y espirituales propios de dichos pueblos…”
Por sus dimensiones, el parque cuenta con un frondoso pulmón verde de varias hectáreas, siendo administrado de manera democrática por la Mesa de Trabajo y Consenso. Una herramienta de administración participativa para dicho parque, creada luego de dos leyes especiales logradas por los vecinos y su lucha en las calles y la Legislatura de la ciudad.
Al ser lindero con Floresta, Flores, Villa Soldati, Villa Lugano y Mataderos, o sea, la zona de la ciudad con mayor presencia de vecinos kollas. Sería oportuno que el Estado acompañe la realización de estas costumbres. Pero la realidad es que el gobierno porteño ya reprime y prohíbe estas tradiciones, como sucede cada 2 de noviembre cuando las fuerzas policiales no permiten que se ingrese libremente al cementerio de Flores para el Aya Markay Quilla, ceremonia que celebra a los difuntos; o como ocurrió con la feria de Alasitas que se realizaba en enero en el Parque Avellaneda, también erradicada por el gobierno con la excusa de el exceso de alcohol.
Lamentablemente el gobierno de la ciudad, solo permite actividades de tipo folclórico o puestas escénicas que se adaptan a los requerimientos de la foto con los funcionarios oficiales o de la curiosidad turística. Tal es el caso Asociación Civil Hatun Ayllu, que este domingo 23 al mediodía realizara una actividad con el acompañamiento y auspicio de la Subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural. En un claro ejemplo de la doble vara del gobierno, donde el que se amolda al lavado y domesticación de sus tradiciones cuenta con apoyo y acceso al espacio público, pero quienes no negocian ni maquillan sus rituales, son censurados y reprimidos.
No solo se le robó las tierras en Buenos Aires a los querandíes, sino que los indígenas que actualmente viven en el lugar no tienen ni la posibilidad de hacer sus prácticas en los espacios públicos.
De todas formas, sin amedrentarse por el intento de censura espiritual, muchos vecinos quechua-aymaras del AMBA -Area Metropolitana de Buenos Aires- se preparan para despedir el año 5526 y recibir un nuevo ciclo solar. Sera durante el solsticio de invierno del jueves 20 al viernes 21 de junio.
El evento que consiste en una vigilia nocturna hasta saludar al primer Inti-sol del año, es una práctica cultural llamada Intejpa Raymi por los quechuas, Willka Kuti en aymara o We Tripantu para el pueblo mapuche, no más por nombrar a tres de las decenas de pueblos y naciones preexistentes al orden territorial y espiritual impuesto con la invasión de la cruz y la espada. Cruz hoy representada por el Papa Francisco Bergoglio, oriundo del barrio de Flores y conocedor de la diversidad cultural que enriquece esa zona de la Ciudad.
Este encuentro nutrido con tijtincha hecha a leña, abundante en maíz, zapallos y tal vez charqui si las distancias y la devaluación monetaria argentina lo permiten. Y cómo es ley, buñuelos con api bien caliente infaltables ya llegando el alba.
Cuentan los mayores que en esta noche también se suele planificar el trabajo de siembra que inicia en el mes de agosto con la ofrenda a la Pachamama.
Aquí en la ciudad seguramente la planificación no será tanto sobre la agricultura y mas sobre la producción textil, el comercio, salud, construcción y los diferentes espacios donde se desenvuelve la numerosa y pujante población kolla del Río de la Plata.
En este tinku-encuentro, no faltan nunca las melodías y vientos de las agrupaciones sikuris que se dan cita; así como hace 20 años 4 grupos iniciaron la celebración en este espacio. Fue allá por el año 1999 que la comunidad de sikuris Wayna Marka, arribó al Parque Avellaneda. Al poco tiempo se les sumaron Ayllu Sartañani, Mallku Katari y Chaski Wayra. Dando inicio a lo que se convertiría luego en un espacio de referencia de la espiritualidad andina en la ciudad.
En un comienzo se instalaron en un sector del parque sobre la calle Bilbao, invitando a que se sumen como integrantes a los participantes del campeonato de futbol que se reunían en otro extremo del parque. Por esos cuatro pioneros, es que en la Wak’a se hacen cuatro fuegos que antes del amanecer se unen en uno.
También se sumo por esos años Alex Cuellar, hermano aymara y docente ceramista. De quien surgió la iniciativa de hacer una Wak’a en ese espacio energético. Sera quien guíe la ceremonia de saludo al amanecer junto con Frida Rojas, fundadora de Chaski Wayra.
Jaime, integrante de Wayna Marka comenta, “Costó muchísimo porque tenían mucha vergüenza nuestros paisanos, a veces nos tildaban de locos porque andamos con ponchos, cabello largo, con los bombos cargando y todo eso. Pero así lo hemos remado durante tres años hasta que ahora ya se han incluido nuestros paisanos en el parque.”
Si bien en la década del 90, el Intejpa Raymi era celebrado en pocos lugares de la ciudad, como Plaza Congreso, la Reserva Ecológica Sur, la Plaza de las Naciones Unidas en Recoleta y Parque Lezama. Este encuentro kolla floreció en los últimos 20 años y se expandió por decenas de espacios, a pesar de la intolerancia y persecución del Gobierno porteño hacia este tipo de celebraciones.