Crónica después del teatro: ser o no ser, esa es la respuesta
25.6.2019
Por Carina A. Brzozowski
Protagonizada por Joaquín Furriel, y con brillantes actuaciones, el complejo teatral de Buenos Aires (ex San Martin) ofrece una oportunidad única para conocer o revisitar este clásico de Shakespeare. Aquí Carina A. Brzozowski comparte su experiencia luego de ver la obra adaptada por Rubén Szuchmacher y Lautaro Vilo.
Un príncipe murió anoche, había neblina, la ciudad resplandecía bajo el rocío, en los balcones, en los techos de los automóviles. Los mendigos, los pobres y los niños que duermen en los umbrales sobre un cartón, también dicen que murió.
Se bajó el telón y ahí quedó él, muerto de una estocada envenenada. Todos murieron.
No pasaba ni un solo colectivo. Unos pibes pintaban el cordón de la vereda.
La madre infiel, cegada. Una reina vestida de rojo oscuro. Bebió de la copa equivocada, bebió la maldad, el despotismo, la miseria, la ambición desmedida del flamante rey.
“A rey muerto, rey puesto”
Murió el príncipe de Dinamarca, me dije esta mañana, mientras me ponía el ambo en el vestuario de la fábrica. A Ofelia la enterraron entre pétalos de rosas, pero la enterraron. Enfermó de tristeza, de locura. La locura de otros. Bella Ofelia y bello él.
El viento hacía remolinos contra las paredes de mi casa, silbaba en las ventanas. Si hubiese mirado hacia afuera, hubiera visto ahí al fantasma. Un rey que ya no era, en las afueras de Elsinore, una aparición tenebrosa, parada sobre un andamio de venganza.
“Ser o no ser, esa es la pregunta” “… Porque en aquel sueño de la muerte, qué sueños pueden sobrevivir…” La pregunta ante lo efímero, ante la injusticia, la del rey que muere en soledad, asesinado, la de los desamparados.
Ser o no ser: si siendo, amás y cuidás a los que te aman, construís para ellos palacios sin calabozos, sin torres, para que no mueran las doncellas cautivas; y no siendo, sos víctima de un duelo inútil, rasgado tu costado por la espada de los traidores.
Murió un príncipe anoche, en el programa del teatro dice su nombre, no que saltó dentro de la fosa de su amada Ofelia, no que le gritó. “¡Al convento! ¡Al convento!” ante la angustia de que ella lo creyera loco.
Sólo dice su nombre: Hamlet, el que habla con los fantasmas. Así lo nombran los desdichados, los obreros, trepados a los andamios de la construcción, así lo nombran los eruditos, hace más de cuatrocientos años; la plebe, cuando él vivía y amaba en los tablados de las aldeas, en el viejo continente.
“Algo huele mal en Dinamarca” Pero no es su piel. Va a bajarse el telón y Hamlet sabe que los espectadores van a aplaudir a rabiar, sabe que en los diarios, al otro día, algo dirán sobre los actores y la puesta en escena.
Pero no sabe Hamlet, de Elsinore, que la obrera de los dulces, escribirá sobre él, le ganará segundos a su máquina para contar que el saludo final la hizo llorar, porque ahí estaban todos, el príncipe mirando al público, fuego en la mirada, desafiando a las intrigas de estado, ya inútiles.
Me incliné hacia adelante y aplaudí a esa corte con todas mis ganas.
Minutos después, quizás Hamlet salió a la avenida Corrientes y vio también a los pibes pintando los cordones de la vereda. Tal vez les dijo: “Ser o no ser, esa es la respuesta”.
Entonces el príncipe, habrá entendido todo.
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FICHA TÉCNICA
HAMLET
Autor William Shakespeare
Traducción Lautaro Vilo
Versión Rubén Szuchmacher y Lautaro Vilo
Elenco
Joaquín Furriel, Luis Ziembrowski,
Belén Blanco, Marcelo Subiotto,
Claudio Da Passano, Eugenia Alonso,
Agustín Rittano, Germán Rodríguez,
Mauricio Minetti, Pablo Palavecino,
Agustín Vásquez, Lalo Rotaveria,
Marcos Ferrante, Fernando Sayago,
Nicolás Balcone, Francisco Benvenuti
Músico Matías Corno
Coordinación de producción Gustavo Schraier, Julieta Sirvén
Producción técnica Isabel Gual
Asistencia de dirección Julián Castro, Ana María Converti, Mauro Oteiza
Apuntadora CTBA Catalina Rivero
Asistencia de escenografía y vestuario Luciana Uzal
Asistencia artística Pehuén Gutiérrez
Maestro de esgrima Andrés D´Adamo
Música original, dirección musical y diseño sonoro Bárbara Togander
Iluminación Gonzalo Córdova
Escenografía y vestuario Jorge Ferrari
Dirección Rubén Szuchmacher