14.7.2019
Por Sol Bajar
A excepción de la izquierda, todas las listas de la Ciudad de Buenos Aires integraron a su armado a los "pañuelos celestes". El lobby de las cúpulas clericales en el terreno electoral. ¿Quién es quién en las elecciones porteñas?
En 2018, cuando el llamado “poroteo” parecía ser un asunto de cálculos e incertidumbre, para los partidos mayoritarios no hubo grandes sorpresas. Cuando llegó la hora de votar en la Cámara alta, los senadores “celestes” del oficialismo, de la oposición del PJ-FPV y de sus bloques aliados, actuaron como lo hicieron durante más de una década de presentaciones sucesivas del proyecto de la Campaña por el Derecho al Aborto.
En definitiva, complotaron para impedir que la interrupción voluntaria del embarazo
no deseado sea un derecho reconocido por el Estado, en primer lugar, para que no mueran más mujeres jóvenes y pobres ni miles sigan sufriendo las consecuencias que la clandestinidad impone sobre la salud.
Cual orquesta, ejercieron su papel para que no sea ley, como exigía públicamente la cúpula del Vaticano y las jerarquías de las Iglesias. De hecho, sólo el Frente de Izquierda mantuvo sin fisuras, en el Congreso y en las calles, su apoyo a la iniciativa.
Hoy, marea verde de por medio, el tema del aborto es ineludible en la campaña electoral, y saber qué piensa cada candidato y quiénes son los que se alían al conformar una lista, no es un detalle. Habla incluso de mucho más que del derecho a decidir por el que estamos luchando.
El análisis es complejo, porque las operaciones y maniobras son muchas. Pero veamos rápidamente qué pasa por ejemplo en la Ciudad de Buenos Aires, donde a excepción de la izquierda, los candidatos y candidatas que se pronunciaron por la legalización del aborto, como Ofelia Fernández o la reconocida feminista Dora Barrancos, comparten lista con candidates que preferirían volver al siglo XIX antes que concedernos el derecho a decidir y a no morir producto de la clandestinidad.
Hay sumas que suman… y hay sumas que restan
Si hablamos de coaliciones políticas, sólo el Frente de Izquierda Unidad, que viene de ampliarse con la incorporación de nuevas fuerzas y lleva como candidatos presidenciales a Nicolás del Caño y Romina del Plá, promueve en su plataforma el aborto legal, la educación sexual integral, la anticoncepción gratuita y la exigencia de separación de las Iglesias del Estado.
Eso también distingue a la fuerza que en la Ciudad apuesta con Myriam Bregman, como primera candidata a diputada nacional, a llegar al Congreso. La referente del movimiento de mujeres y de la lucha contra la impunidad apoyó en reiteradas ocasiones, junto a los restantes diputados y referentes del PTS y el FIT, al proyecto de la Campaña, siendo además una activa impulsora de este reclamo.
Que ninguna otra coalición tenga en su programa esta demanda, llegando a casos en que candidatas que se definen como feministas suscriben plataformas que no mencionan ni por asomo al aborto legal, la anticoncepción gratuita, la educación sexual, ni mucho menos a la separación de las Iglesias del Estado, no es un dato menor para la lucha de las mujeres y de la diversidad sexual, y eso ya abre polémicas y debates.
Pero independientemente de la cantidad de "celestes" que integran las listas mayoritarias, la simple unión de esos pañuelos (que simboliza una comunión materialmente imposible, entre el derecho a decidir y la prohibición de hacerlo) ya expresa un intento de condicionar la agenda del debate, y en consecuencia también las perspectivas del movimiento, que se desarrolla de manera sostenida desde 2015, con el primer Ni Una Menos.
Si se mira de conjunto, y si se observa también con la perspectiva del tiempo, se nota que estas sumas, más que sumar, restan. Para hacerlo más concreto, veamos qué sucede con el resto de las listas en la Ciudad de Buenos Aires.
·Frente de Todos
La lista porteña que integran kirchneristas y massistas, puso a la cabeza a un hombre de confianza del papa Francisco: el empresario y presidente de San Lorenzo de Almagro, Matías Lammens, quien estaría acompañado por la periodista Gisela Marziotta. Sus declaraciones transfóbicas, contra la comunidad LGTBI, y el vínculo político que mantiene con el presidente del PJ-Capital, el empresario, sindicalista y propietario del diario Págína/12, Víctor Santa María, son aspectos muy cuestionados de su candidatura.
Aunque en los primeros lugares del Frente de Todos hay candidatos que usan el pañuelo "verde”, como los también allegados al Vaticano Pino Solanas; Itaí Hagman -cercano además al militante papal Juan Grabois– y la diputada nacional Victoria Donda, que volvió a su alianza con el kirchnerismo y el massismo, el hecho no consigue dar inmunidad contra la influencia celeste.
·Juntos por el Cambio
La lista del macrismo en la Ciudad de Buenos Aires, que busca la reelección para el antiderechos Horacio Rodríguez Larreta, lleva como primer candidato a diputado nacional al actual legislador de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, a favor de la legalización.
En este caso, la definición de la coalición que a nivel nacional terminó uniendo a Macri con Pichetto, fue alternar lugares "verdes" y lugares "celestes". Todo muy "paritario" pero, en síntesis, otra forma de presentar esa amalgama de colores como algo progresivo para las demandas de las mujeres.
En el segundo lugar, así, se puede encontrar por ejemplo a Victoria Morales Gorleri, de pañuelo "celeste" y de activa militancia contra el derecho a decidir. Le sigue Emiliano Yacobitti, que en algunas ocasiones se mostró “a favor”, pero por su "trayectoria" como dirigente juvenil de la UCR, nos permitimos dudar de cuánta convicción podría haber detrás de este anunciado "voto verde".
Mariana Zuvic, muy cercana también a Elisa Carrió, sigue en la lista, pero declaró que no está “ni a favor ni en contra” de la muerte de las mujeres. Álvaro González, Pablo Tonelli y Dina Rezinovsky, son otros de los candidatos “PRO-vida” que integran las listas del macrismo en la Ciudad.
·Consenso Federal
La lista de Roberto Lavagna y del salteño Juan Urtubey, otro gobernador que comulga con la cúpula de las Iglesias -como Manzur en Tucumán o Morales en Jujuy-, compite en las PASO con dos listas para la CABA.
En una, los primeros lugares los ocupan el periodista Carlos Campolongo, que decidió "no opinar" sobre el derecho de las mujeres; la médica feminista Mabel Bianco (UCR), que está a favor; y al abogado Mariano Gendra Gigena, que está en contra.
¿Un dato?Gigena comparte con el candidato porteño del Frente de Todos, Eduardo Valdez, haber firmado esa declaración que nos acusaba de promover una “cultura del descarte”. Esa declaración también la firmaron otros 300 referentes del PJ, como Hugo Moyano y otros dirigentes sindicales que hoy apoyan nuevamente a Fernández-Fernández. Como si fuera “el círculo de la vida”, pero en versión peronismo…
La otra lista de Consenso Federal está encabezada por Marcos Lavagna, que el año pasado votó en contra. Le siguen Maia Volcovisky y Carlos Hourbeigt, que tampoco declararon cuál es su posición.
·Frente Despertar
En la lista del economista liberal José Luis Espert hay candidatos como Nazareno Etchepare que dicen estar a favor. Sin embargo, una de las primeras declaraciones que hizo el polémico candidato, al habilitarse su lista, fue que "el aborto es un tema menor".
Los partidos del Nuevo Mas y de Zamora están a favor y los del Frente Patriota, el Partido Autonomista Nacional y la Democracia Cristiana, en su totalidad, están en contra.
No nos cansamos de decirlo. La vida y los derechos de las mujeres no pueden ser piezas de cambio en el armado electoral. Que no nos digan que nuestros derechos pueden esperar. Que no nos digan que las vidas de las mujeres valen menos que un voto.
Para conquistar el derecho al aborto, nuestra fuerza es la organización, la movilización en las calles, de manera independiente, y al mismo tiempo, sin dudas, el apoyo al Frente de Izquierda Unidad, que es la única alternativa que estuvo siempre del mismo lado, del lado de las pibas, de las jóvenes, de las trabajadoras y pobres que sufren las consecuencias de esta política criminal, sostenida por años.
Para que la voz de las mujeres, les trabajadores y la juventud se imponga hasta dar vuelta todas las prioridades de este régimen social, hay que decir bien fuerte, y apostar a imponer una idea fundamental ¡nuestras vidas están primero!