Eduardo López: “El jefe de Gobierno utiliza a la educación para hacer campaña”
21.8.2019
Por Josefina Figueroa
El secretario general de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación describió diferentes aspectos del sistema de educación pública de la CABA. "La proporción de lo que se destina a educación bajó de 30 por ciento a 17 por ciento sobre el total del presupuesto", afirmó.
El jefe de Gobierno anunció que se crearon 54 escuelas nuevas en la Ciudad. ¿Cuál es el estado del sistema educativo en cuanto a infraestructura?
Eduardo López:El jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta utiliza a la educación para hacer campaña con una desfachatez sorprendente. En lugar de invertir en educación, invierte en publicidad sobre obras que no existen. De esas 54 supuestas nuevas escuelas, sólo 4 se encuentran en condiciones de habitabilidad. Dos de ellas son directamente terrenos baldíos. Del resto, muchas no deberían estar abiertas por sus condiciones de seguridad. Por otra parte, 21 escuelas tienen graves problemas de infraestructura. Además, en muchos casos no se trata de nuevas escuelas, sino de la mudanza de escuelas preexistente. Este no es un dato menor porque cuando se muda una escuela no crea ni una sola nueva vacante, simplemente se trasladan los alumnos y docentes de un edificio a otro. Presentarlas como escuelas creadas es una estafa a la opinión pública.
Por eso queremos escuelas dignas, seguras y en cantidad, para que entren en ellas los 32 mil chicos sin vacantes. Y también los miles que pierden días de clases por los problemas de infraestructura que causan inundaciones, desperfectos eléctricos, falta de agua o calefacción, invasiones de ratas, etcétera. Doce años de desinversión educativa, donde la proporción de lo que se destina a educación bajó de 30 por ciento a 17 por ciento sobre el total del presupuesto dejaron este cuadro lamentable en infraestructura y falta de vacantes. Larreta quiere asociar la escuela pública a toda esta precariedad, a todas estas falencias; nosotros queremos que la escuela esté asociada al conocimiento, al arte, a la igualdad de oportunidades, a la formación ciudadana. Por eso hay que terminar con este proyecto decadente en la ciudad de Buenos Aires.
Semanas atrás se dio a conocer el incremento de las personas en situación de calle en la Ciudad. ¿La educación pública ha tenido que modificar su rol en un contexto de crisis? ¿Cómo se conjugan estas dos realidades?
E.L: La escuela siempre está permeada por la situación social. Quienes vivimos la crisis de los años ’90 y su eclosión en 2001 sabemos que en esos momentos la escuela es el último lugar del Estado que le queda a los sectores más castigados por la políticas neoliberales, por esa miseria planificada en planillas de Excel. Por eso para que la escuela pueda tener su centro en el conocimiento, las alumnas y los alumnos tienen que tener cubiertas sus necesidades alimenticias, sanitarias y habitacionales. Los estudiantes de la zona sur de la ciudad lo resumieron en pleno apogeo macrista con una frase sencilla y a la vez contundente: “Con hambre no se puede estudiar”.
Nuestra aspiración es que todas las familias tengan trabajo y todas las comidas diarias puedan hacerse en la casa, pero cuando hay un gobierno que destruye el empleo, rebaja el salario, dispara los precios de los alimentos ahí estamos los maestros y las maestras, exigiendo la mejor comida en raciones suficientes en los comedores escolares. Porque para que las cabezas estén abiertas al conocimiento, las panzas tienen que estar llenas. La realidad del hambre no se conjuga con nada, es a lo que como sociedad no podemos acostumbrarnos nunca. Queremos que nuestros pibas y pibas sueñen con ser campeones o campeonas del mundo, astronautas o estrellas de rock o youtube, pero no queremos que sueñen con comer al día siguiente.
UTE formó parte de una campaña solidaria por el frío. ¿Como vivieron esta experiencia?
E.L: “Un abrigo contra el ajuste” fue una campaña que hicimos junto a organizaciones políticas y sociales de la ciudad alarmados por las muertes por hipotermia que se sucedieron en pocos días al comenzar este invierno. Tuvimos dos sorpresas. Una positiva y una negativa, lástima que la mala vino después de la buena. Lo primero que nos sorprendió y nos alegró fue la inmensa solidaridad en los vecinos y vecinas de la ciudad. Así como se manifestó en clubes que abrieron sus puertas, se mostró también en miles y miles de anónimos y anónimas que acercaron abrigos, frazadas, alimentos.
Esa necesidad de ayudar al que más lo necesita que la ideología individualista del neoliberalismo no puede destruir. Y lo malo fue la rapidez con la que todo lo recolectado fue entregado a esos otros vecinos con necesidades extremas. Pensamos que como era una movida que no tenía gran publicidad no iba a ser tan inmediata la reacción. Sin embargo, en una tarde se entregó todo. Lo que muestra una vez más que para terminar con el hambre y con el frío se necesita un cambio de política rotundo y eso lo expresó la ciudadanía de una forma clarísima en elecciones primarias diciéndole al macrismo: basta, hasta acá llegaron, se acabó este tiempo de ajuste y de saqueo en la Argentina. Señor Macri, a usted que defiende los despidos sin causa, esta vez el pueblo, por muchísimas causas y a través del voto democrático, le dice: está despedido!
Teniendo en cuenta los números crecientes de inflación y cómo afectan en los sueldos docentes, ¿cómo continúan las negociaciones paritarias en lo que queda del año?
E.L: Desde la UTE no aceptamos la propuesta salarial del Gobierno de Larreta porque se negaron a reconocer nuestra pérdida de poder adquisitivo del año 2018. Para que se entienda bien, ni siquiera es que no obtuvimos un aumento, sino que no logramos empatar con la inflación. En lo que va del año, si bien hay cláusula de actualización automática, la recomposición del salario siempre va desde atrás del crecimiento de los precios. De manera que también perdemos. Por eso junto a otros sindicatos de la ciudad de Buenos Aires estamos reclamando una reapertura de emergencia de la discusión salarial y un aumento urgente de las asignaciones familiares que Larreta tiene congeladas desde hace más de 7 años en 270 pesos por hijo. Esta suma es altamente progresiva en su distribución porque se paga a quienes tienen hijos. Y en la docencia hay muchas mujeres jefas de hogar.
Con el último aumento por la Ley Nacional de Asignaciones Familiares que se aprobó en 2015, el salario familiar a nivel nacional ya es casi 10 veces superior al que perciben los trabajadores dependientes del Gobierno porteño. Una maestra de grado de Jornada Completa con dos hijos, por ejemplo, si estuviera regida por la legislación general cobraría unos 3.400 pesos mensuales de salario familiar de acuerdo a su nivel de sueldo. Muy lejos de los 540 pesos que recibe en efecto por la normativa porteña.
En el marco de un año electoral, ¿cuáles son los ejes a los que habría que apuntar desde el Estado para mejorar la educación pública de la CABA?
E.L: En primer lugar, un aumento del presupuesto. Los docentes junto a los bloques de oposición, hemos presentado proyectos en este sentido para que, igual que ocurre a nivel nacional con la Ley de Financiamiento Educativo se establezca un piso mínimo de inversión para educación. Pero Rodríguez Larreta y el bloque oficialista se niegan sistemáticamente. Si dicen que les importa la educación, ¿por qué se niegan entonces a ponerse la obligación por ley de una inversión mínima? Muy sencillo, para poder seguir bajando el presupuesto a niveles records. Desde su mayoría automática obturan cualquier debate sobre el financiamiento educativo.
En segundo lugar, debemos encarar un plan plurianual para la construcción de Escuelas Infantiles, Jardines Maternales, de 0 a 3 años y de Infantes, de 3 a 5 años, para cumplir con el artículo 34 de la Constitución de la Ciudad, que establece la universalidad de este nivel. Hoy hay más de treinta mil niños y niñas sin vacante en este nivel. Todo docente que ejerció en primer grado sabe que la diferencia entre un estudiante que ingresa a la primaria después de ir varios años a educación inicial y uno que no tuvo esa posibilidad, es abismal y muy difícil de recuperar a los largo de toda la vida. Por eso es nivel en el que más hay que invertir. Y hay que hacerlo desde la concepción de que un niño cuando nace es sujeto del derecho a la educación y no objeto a ser tutelado. Por eso hay que transformar los Centros de Primera Infancia, basados en el cuidado en Escuelas infantiles, basadas en el derecho a educarse.
¿Cuál es el estado de situación de los programas socioeducativos?
E.L: Hay que reponer todos los programas socioeducativos que fueron ajustados o eliminados en las gestiones del macrismo. Estos programas tienes que funcionar, como dice la Ley Nacional de Educación, como políticas concurrentes al derecho social a la educación. No basta con que una ley diga que la escuela es obligatoria, hay que rodear a la escuela de políticas de apoyo que permitan acceder, permanecer con centro en el conocimiento y egresar con una formación que asegure al menos tres aspectos, la continuidad de los estudios superiores, el ejercicio de la ciudadanía crítica y responsable, y la preparación para el trabajo en un contexto de estabilidad y derechos laborales. Digo esto pensando en la escuela secundaria que Larreta quiso convertir en una agencia de mano de obra barata para empresas que buscan reducir costos laborales con esa supuesta Secundaria del Futuro. La superexplotación y la vuelta a formas de empleo sin ningún derecho no representan ningún futuro para nuestros estudiantes. Esa es una de las grandes mentiras del neoliberalismo. Dicen que eliminando conquistas laborales y sindicatos va a haber más empleo. Sin embargo, los países más desarrollados son los que más protegen al empleo y a los trabajadores. Las inversiones no van a las naciones donde no hay controles estatales, van a donde hay mercados internos fuertes y mucho consumo.
Otra propuesta necesaria pasa por el fortalecimiento de los profesorados e institutos superiores de formación docente, técnica y artística que fueron atacados por el Gobierno de Larreta con la UNICABA y otras medidas. Hay que fortalecerlos dotándolos de recursos y autonomía porque allí se forman docentes y profesionales de alta calidad. En la Ciudad de Buenos Aires, a diferencia de otras provincias del país, faltan docentes. La situación llega a extremos donde no se pueden cubrir las horas o cargos de aquellos docentes que se jubilan. Supervisoras escolares, directores de escuelas ponen en Facebook llamados para que un maestro tome cargos que duran todo un año. Esto afecta directamente el derecho a la educación de nuestros pibes. De manera tal que se debe dar una política activa desde lo salarial, desde las condiciones de trabajo y desde la promoción e incentivo de las carreras docentes para terminar con esa falta de docentes que se convierte en un paro silencioso que parece no importarle al gobierno ni a los medios dominantes.