Asbesto, un balance necesario
9.1.2020
Por Claudio Dellecarbonara
Miembro del Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP (Subte)
Publicamos la posición de la agrupación Bordó del subte respecto de la crisis del asbesto, con sus propuestas y polémicas con la dirección mayoritaria del sindicato y la agrupación Naranja (PO).
Desde que se hizo pública la denuncia originada en España por la presencia de asbesto en los trenes CAF que circulaban allí, y que el otrora jefe de Gobierno Mauricio Macri compró (en una operación absolutamente fraudulenta) y puso a circular en la línea B, ha pasado mucha agua bajo el puente. O, mejor dicho, mucho ruido y pocas nueces.
Ahora SBASE confirma lo que sabíamos, que el material cancerígeno está presente también en las flotas de la E y la C (Nagoya de la C, General Electric Y FIAT de la E). Esto reconfirma nuestra denuncia: Metrovías y los gobiernos nacionales antes, y de la Ciudad ahora, nos expusieron al asbesto, a pesar de la prohibición del uso de este material desde principios de siglo.
Es cierto, y hay que destacarlo, que durante el 2019 se consiguió el ingreso al RAR (Relevamiento de Agentes de Riesgo) de cierta cantidad de trabajadores y la consiguiente realización de estudios médicos para todos ellos y se retiraron algunas piezas contaminadas, por caso las estufas en las cabinas de la flota Mitsubishi, pero lamentablemente esto no modificó de fondo la crisis sanitaria abierta con el asbesto en el subte de Buenos Aires.
De hecho el panorama se ensombreció aún más que en años anteriores por la confirmación de casos de compañeros afectados con engrosamiento pleural en sus pulmones debido al asbesto, además del caso extremo de un compañero con cáncer incipiente en uno de sus pulmones, que afortunadamente pudo ser extirpado con éxito.
Fue un año de mucho debate frente a un peligro que se cierne sobre todos aquellos que trabajamos en la red de subtes y nuestras familias, pero también sobre los millones de usuarios que cotidianamente usan este transporte público.
Las acciones y los debates
Frente a esta realidad los trabajadores del taller Rancagua de la línea B iniciaron una retención de tareas sobre los trenes afectados (avalada en legislación vigente) para salvaguardar su salud. Ya esa primera respuesta de los trabajadores estuvo cruzada por la polémica de las diferentes orientaciones en el seno de nuestra organización.
Desde las asambleas iniciales que votaron la medida hasta finales del 2019 los compañeros de la agrupación Roja y Negra, (mayoría del Secretariado Ejecutivo), con Beto Pianelli a la cabeza, intentaron disuadir a los trabajadores de esa medida.
Estos compañeros de la dirección del sindicato se han caracterizado por sostener un discurso que plantea ” Vamos bien, hicimos más que en cualquier otro lugar y no hay apuro”.
Para ellos, el reconocimiento con dos años de atraso de la presencia de asbesto en todas las flotas viejas, los estudios médicos a menos de un 20 % de todo el personal y el plan para retirar algunas piezas con asbesto, son un logro satisfactorio. Sin despreciar que todo avance es importante, tenemos que señalar que nada ha cambiado respecto al origen del problema, que sigue siendo justamente que el asbesto sigue presente en los mismos trenes y en las mismas estructuras desde hace años. Aquellos que son responsables de esta gravísima situación y quienes deben dar soluciones, Metrovías y el Gobierno de la Ciudad siguen sin dar respuestas de fondo.
Todavía seguimos esperando los estudios médicos específicos para el conjunto de los trabajadores y sus familias, los proyectos de cambio de las flotas contaminadas y la desabestización integral de los ambientes de trabajo.
Es lógica la falta de respuesta de las empresas concesionarias y de los gobiernos, solo concentrados en garantizarse negocios fraudulentos que tantas vidas obreras han costado ya. Ejemplo de esto es que el Gobierno de la Ciudad extiende más allá de los límites que impone la ley la concesión a los Roggio. Una empresa que ha reconocido que se repartía los subsidios con el Gobierno anterior, mientras prestaba el peor servicio y mataba trabajadores.
Lo que no tiene lógica desde los intereses de los trabajadores, es la pasividad frente a esta realidad por parte de nuestra organización. Frente a la desidia manifiesta, ante cada respuesta negativa, dilación, promesa o maniobra presentada por la empresa concesionaria y/o SBASE (Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado) la respuesta de la dirección del sindicato fue: “VAMOS BIEN”.
Ejemplo de esta política fue el anuncio de una medida de fuerza en el mes de octubre, exigiendo el cambio de las flotas contaminadas, que levantaron luego sin consulta en asambleas, a cambio de un acta dónde SBASE escribe que “se encuentra buscando financiación para la renovación de la flota completa de la línea B”. Sin embargo, en las semanas siguientes quedó claro que Metrovías y SBASE no tenían ninguna intención en cumplir lo firmado, que el acta era solo una mentira.
¿Esta mentira provocó el inicio de un plan de lucha y medidas de fuerza?. No, como siempre el discurso fue “vamos bien”.
Después de eso los trabajadores de tráfico de la línea B votamos poner en práctica un plan de lucha sostenido en el tiempo, realizando paros de 24 horas mensuales. Este mandato fue comunicado al conjunto del Secretariado Ejecutivo en una reunión del mismo y también en diferentes reuniones gremiales. Sin embargo, durante semanas posaron de indiferentes frente al mandato, para luego acusar a los trabajadores de tráfico de la línea B de “extorsionadores” por querer avanzar en medidas concretas para el cambio de flota. Finalmente, y luego de un plenario de “urgencia” a causa de los “extorsionadores de la B”, los compañeros de la Roja y Negra “autorizaron” la realización de un paro de las 6 líneas de 3 horas de duración. A pesar de las maniobras y presiones de la dirección de AGTSyP, fue un paro contundente que expreso la voluntad de lucha de los trabajadores y volvió a poner en la agenda política la problemática del asbesto en el subte con una gran repercusión mediática.
Lamentablemente, y producto de la línea política de la dirección mayoritaria del sindicato, no existió, ni existe, un verdadero plan de lucha sostenido en el tiempo que nos permita presionar a Metrovías y a SBASE a dar respuestas concretas a nuestro pliego de reclamos. De un paro de tres horas en todas las líneas, pasamos a una marcha a SBASE, a mediados de diciembre, sin ningún esfuerzo para que tenga trascendencia ni impacto público. Los dirigentes de la Roja y Negra convocaron en un mal horario, sin invitación a ningún aliado a una movilización que no cubrió ningún medio de prensa y sin resultados a la vista. Todo para mostrar que hacen algo, sin hacer nada que tenga impacto y le pueda incomodar a Metrovías y a SBASE. Y de la marcha sin impacto pasaron ahora a votar “una jornada de reflexión”, de movilización de los compañeros de los talleres a las cabeceras. Ni siquiera asambleas, sino jornadas de reflexión… Esperemos que la próxima propuesta no sea una misa.
El resultado fue que en las últimas semanas del 2019 SBASE salió a hacer publicidad en los diarios de su plan, que en lugar de ser recambio de la flota Mitsubishi (infestada de asbesto en toda su estructura), iniciaría una “desabestización parcial” para que continúen en servicio. Este plan además de sumamente irresponsable es extremadamente peligroso y totalmente contrario a las indicaciones del equipo técnico de AGTSyP. A pesar de que este plan es de conocimiento público y ya se ha puesto en marcha, ni la dirección del sindicato ni la Secretaria de Salud Laboral han dicho, ni han hecho, ni han propuesto nada en su contra ni a favor de defender lo recomendado por los técnicos que fue refrendado en diferentes plenarios y asambleas.
Frente a este panorama los trabajadores que integramos la Agrupación Bordó hemos propuesto poner en marcha un proceso para comenzar a realizar retención de tareas sobre la flota Mitsubishi, para que se inicie un recambio de flota en lo inmediato. Como mecanismo propusimos la realización de un plebiscito de la línea B para promover la participación de todos los compañeros de la línea. Ya comenzado el 2020 seguimos esperando respuestas…
En resumen, este pasado 2019 dejó claramente demostrada la línea político-sindical de los compañeros de la Roja y Negra, su actitud sectaria con todo aquel que tenga ideas diferentes, intentando silenciar la palabra de compañeras y compañeros que fuimos elegidos por el voto de los trabajadores, ignorando propuestas y mandatos que no comparten, entre otras muchas actitudes que están en las antípodas de la idea de un sindicato democrático, plural, combativo y antiburocrático con la que iniciamos nuestra organización hace 25 años.
Una vez más se demuestra cómo las condiciones materiales definen la conciencia de los hombres. Compañeros que han obtenido privilegios por sobre el resto de los trabajadores como recibir el sueldo completo sin trabajar un solo día al mes en los túneles, que hacen ingresar familiares y amigos por fuera de la bolsa de trabajo (que tanto nos costó tener) puede explicar, por lo menos en parte, por qué están más pendientes de los tiempos y las propuestas de Metrovías que de las necesidades de los trabajadores.
Un papel lamentable
En este marco de situación no podemos dejar de señalar la política que vienen sosteniendo los compañeros de la Agrupación Naranja (PO) del subte. No justamente por ser distinta a la de la dirección mayoritaria de la AGTSyP, sino porque se han convertido en funcional sostén de la de esta última.
Estos compañeros que tienen representación en el Secretariado Ejecutivo del sindicato junto a nosotros por la oposición, en cuerpos de delegados y en comisiones de salud, se han convertido en la pata izquierda de la roja y negra sosteniendo a rajatabla las propuestas presentadas por la dirección y la secretaria de salud laboral. En cuerpos de delegados como el de tráfico de la B, han llegado a negarse por semanas a realizar asambleas resolutivas cuando presentábamos propuestas de plan de lucha, para luego en medio del debate presentar propuestas funcionales a la necesidad de la dirección sindical o divisionistas.
El colmo se dio durante el mes de diciembre, cuando después de mucho debate presentaron una propuesta en relación con la retención de tareas en tráfico para contraponer a la presentada por nuestra agrupación. Cuando públicamente aceptamos acompañar su propuesta y propusimos realizar la asamblea para votarla, oh sorpresa, silencio atroz. Seguimos hoy esperando la asamblea para sostener juntos la propuesta que presentaron.
Para estos compañeros, con la política del oficialismo “vamos bien”, se opusieron a las aperturas de molinetes que realizamos, que colaboraron mucho a difundir por los medios el problema, se opusieron al plan de lucha de la B que terminó en el paro de tres horas de todas las líneas y acuerdan con el oficialismo del sindicato las marchas intrascendentes y ahora también con las “jornadas de reflexión”, mientras se niegan en forma sistemática a tener una política conjunta de los que somos la oposición. Exhortamos a los compañeros, con los que compartimos listas en las últimas elecciones, a que revean su política que se ha demostrado totalmente impotente y útil solamente a los fines de la Roja y Negra.
La pelea de La Bordó, una respuesta para los trabajadores
Desde la agrupación Bordó hemos bregado desde el principio de la crisis del asbesto en el subte por definir un verdadero plan de acción y medidas de lucha para obtener respuestas reales, especificas a nuestros reclamos.
Creemos que la pelea inmediata es por los estudios médicos a todos los trabajadores y sus familias, el cambio de las flotas contaminadas y la desabestización de los ámbitos de trabajo (cuya situación puede estar empeorando por los procesos de retiro parcial del asbesto en flotas viejas y altamente contaminadas).
Para lograrlo, enfrentando los negociados de SBASE y las concesionarias, necesitamos acciones coordinadas, profundas y contundentes. Creemos que hay que seguir el ejemplo de los trabajadores y el pueblo de Mendoza, que derrotaron la ley que permitía la minería contaminante, a pesar de que había sido votada por un amplio acuerdo de las fuerzas mayoritarias de la provincia (tanto la UCR como el Peronismo incluido el Frente de Todos).
Por eso proponemos profundizar una campaña de denuncias que tenga llegada al conjunto de los usuarios. Buscar aliados en los usuarios, en organizaciones obreras y estudiantiles, entre aquellos que militan por el medio ambiente y todo aquel que reclame terminar con el asbesto en el subte entendiendo el peligro que implica para todos los que pasamos parte de nuestras vidas en los túneles de Buenos Aires, como usuario del servicio o como trabajadores del mismo. Proponemos a todos los compañeros discutir las medidas con las que podemos lograr imponer nuestros reclamos.
El derecho de los trabajadores de tráfico a retener nuestras tareas sobre las formaciones contaminadas es parte de una respuesta posible ante la falta de respuestas de los responsables de exponernos al asbesto y enfermarnos. Como queda demostrado en la historia de los trabajadores y en la nuestra propia, solo peleando en forma consecuente e independiente y poniendo en movimiento la enorme fuerza que tenemos, podremos lograr eliminar el asbesto del subte y que los responsables de contaminarnos respondan por su responsabilidad. Desde la Agrupación Bordó estamos convencidos de que ese es el camino.