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Ciudad: ATE Capital le reclama a Larreta el pago de la cláusula gatillo

16.1.2020

El gremio que nuclea a los trabajadores de la Ciudad de Buenos Aires, ATE Capital, le pidió al Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, que abone la cláusula gatillo que estaba pautada tras un 2019 que fue «adverso para los y las empleadas en general».

El sindicato dejó en claro que el año que pasó «particularmente para los que dependen del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde fueron recortados nuestros salarios por el doble efecto de la Inflación y el achatamiento que impone el PRO desde hace 12 años en el distrito quienes desconocen, sistemáticamente, el Derecho a la Carrera y la aplicación genuina de estructuras».
Por eso, piden que este mes de enero se abone la Cláusula Gatillo 2019, que ya estaba pautada. Por otro lado, ATE reclamó que se conforme la Comisión Negociadora Central para discutir las Paritarias 2020 y no dejó pasar la situación de cientos de monotributistas que trabajan para el gobierno porteño, que «no han recibido bono de ningún tipo y a quienes se les incrementó en un 50% su impuesto. Esta modalidad fraudulenta debe ser erradicada y nunca puede ser variable de ajuste o persecución».
Por último, el colectivo gremial exigió «una recomposición salarial urgente y pase a planta del personal contratado, el derecho a la carrera efectivo en escalafón general y de salud y la actualización de asignaciones familiares».

En la Ciudad más rica del país, la indigencia alcanza a 169.000 personas

13.1.2020

En la Ciudad más rica del país, la indigencia alcanza a 169.000 personas
En la Ciudad de Buenos Aires la pobreza alcanza a casi 600.000 personas de las cuales 169.000 son indigentes. Puesto en porcentajes, un 19,1 % de la población porteña se ubica por debajo de la línea de pobreza y un 5,5 no logra siquiera cubrir la canasta alimentaria.

Los datos fueron publicados por la Dirección de Estadística y Censos del Gobierno de la Ciudad. Al mirar la evolución del indicador durante todo el año pasado, el punto más crítico fue el segundo trimestre, cuando la cifra alcanzó al 22 % de la población.
En la clasificación del organismo para el tercer trimestre del año pasado, sobre un total de 3.068.000 habitantes hubo en la ciudad 595.000 personas en situación de pobreza, de los cuales 169.000 revistaban en la indigencia y 426.000 eran pobres no indigentes. La clase media fue el estrato con mayor cantidad de representados, con 1.466.000 casos.
En el análisis de la DGEyC, los hogares en situación vulnerable y el sector medio frágil “aumentan sus porciones en el período fundamentalmente por la merma en la capacidad de compra de los ingresos de los hogares que un año atrás se ubicaban entre los sectores medios y acomodados”
El período julio-septiembre del año pasado se caracterizó por el incremento de la cotización del dólar y de la inflación después de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto, así como el lanzamiento de un paquete de medidas focalizadas en los sectores pobres e indigentes, lo que generó “aumentos dispares en los ingresos de los hogares” que a su vez “determinan cambios en la estratificación”, indicó la DGEyC.
Al respecto, el organismo porteño señaló que “mientras que para algunos segmentos ubicados en la base de la distribución se produce una leve mejora en las condiciones de vida, en otros no logran compensar la suba de precios (51,8%) y se deteriora su condición relativa”.
El relevamiento concluyó que “aún 14,8% de los hogares (191.000 hogares) y 19,4% de las personas (595.000 personas) se encuentran en situación de pobreza por ingresos”, en una clasificación que incluye a indigentes (4% de los hogares y 5,5% de las personas) y pobres no indigentes (10,8% y 13,9%, respectivamente).
La comparación interanual muestra una “leve mejora”, ya que en el tercer trimestre de 2018 el porcentaje de hogares indigentes también fue del 4% pero el de pobres 11,2%, es decir que hubo una reducción de 0,4 punto porcentual.
En la medición por personas, la mejora se dio en los dos estratos: entre el tercer trimestre de 2018 y el mismo período de 2019, la proporción de indigentes en el total de la población de la ciudad bajó de 6,6% a 5,5%, en tanto la de “pobres no indigentes” se redujo de 14,7% a 13,9%.
A diferencia del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), su homólogo porteño reconoce seis estratos en su clasificación social por nivel de ingresos. Además de indigentes y pobres, hay cuatro más entre los “no pobres”: no pobres vulnerables, sector medio frágil, clase media y sectores acomodados.
Dentro de esos cuatro estratos superiores de la pirámide, los datos de la DGEyC muestran un aumento interanual de la proporción de la clase media y los sectores acomodados, así como un estancamiento de los no pobres vulnerables y el sector medio frágil, que a juicio del organismo “no logran compensar la suba de precios y se deteriora su condición relativa”.
La clasificación muestra en el tercer trimestre que los no pobres vulnerables representaron el 11% de los hogares y el 11,4% de las personas, en tanto en el mismo período de 2018 fueron respectivamente el 11,5% y el 11,4%.
En cuanto al sector medio frágil, fueron el 9% del total de hogares y el 10,2% de las personas, con una mejora respecto del tercer trimestre de 2018 (11,1% en ambos casos).
La clase media constituye el estrato más numeroso de la ciudad, con el 51,5% de los hogares y el 47,8% de las personas, con mejoras interanuales en las dos clasificaciones (51% y 47%, respectivamente. Por último. los sectores acomodados también aumentaron su posición relativa: en la clasificación por hogares, pasaron del 11,3% a 13,7% y por personas del 9,3% al 11,2%.

En 2020, 25.000 niñes no tendrán lugar en el sistema porteño

13.1.2020

Por Eduardo López*

Larreta vulnera un derecho humano reconocido en la Constitución de la Ciudad que establece la obligación del Estado de garantizar el acceso a la escolaridad desde los 45 días de vida.

La falta de vacantes es el resultado del vaciamiento educativo de Larreta. La semana pasada el vicejefe de Gobierno Diego Santilli dijo en una entrevista radial: “La Ciudad garantiza el acceso a la Educación privada, perdón, a la educación pública”. No es necesario haber estudiado psicología para comprender que ese acto fallido es el sinceramiento de una política de vaciamiento que lleva más de una década reduciendo el presupuesto educativo en el distrito más rico del país.
Doce años de Macri y Larreta al frente de la Ciudad nos ubican hoy en el peor momento respecto de la falta de vacantes y, aunque se empeñen en esconder los datos oficiales, se sabe que en 2020 serán alrededor de 25.000 las niñas y los niños que no tendrán lugar en el sistema estatal.
Desde la Unión de Trabajadores de la Educación denunciamos que el Jefe de Gobierno consolida así su decisión cerrar la puerta en la cara a las miles de familias que eligen la Escuela Pública.
Larreta vulnera así un derecho humano reconocido en la Constitución de la Ciudad que establece la obligación del Estado de garantizar el acceso a la escolaridad a lxs niñxs desde los 45 días de vida. Las filas interminables en las puertas de los distritos escolares pugnando por una vacante exponen la vulneración de ese derecho.
La situación es generalizada pero se observa de manera más profunda en los barrios del Sur donde el abandono es mayor. A eso se suma la crisis económica nacional que llevó a muchas familias que habían optado por establecimientos de gestión privada y hoy no pueden hacer frente al pago de las cuotas.
Está claro que la Ciudad tiene un gobierno al que no le interesa la Educación y eso se expresa en el modo en que adjudica los recursos. Así como en el Presupuesto 2019 Larreta destinó para cambiar baldosas el doble de fondos que para arreglar escuelas, en 2020 piensa gastar un 20 % más en comisarías que en establecimientos educativos.
Ante este panorama la lucha debe ser colectiva porque la problemática es generalizada. La falta de vacantes se inscribe en la línea de desescolarización que promueve el neoliberalismo y que para Larreta es religión.
En ese marco no nos sorprende el intento de cerrar escuelas, una amenaza que afecta tanto a niñxs del Lactario del Jardín del Ramos Mejía como a jóvenes y adultos que concurren a secundarias nocturnas. En ambos casos, con la acción sindical y la participación activa de la Comunidad Educativa, pudimos impedir esas políticas de desguace.
Las y los docentes de la Ciudad tenemos claro que luchar tiene sentido. Lo ratificamos en las aulas y en las calles cada vez que el Gobierno de la Ciudad arremetió contra los derechos de estudiantes y trabajadorxs de la Educación. En 2020 seguiremos movilizadxs para que respeten la Constitución y las leyes.

* Eduardo López es secretario General de Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y Gremial de CTERA.

Senegaleses: la represión de cada día

11.1.2020

Ciudad de Buenos Aires. Jueves 9 de enero. Otra vez el barrio de Once amanece militarizado. Un colectivo, cinco camionetas, más de 100 efectivos policiales, y otros tantos inspectores del Ministerio de Ambiente y «Espacio Público» de la Ciudad. Casi nadie puede vender. Muchos y muchas deciden irse. Ibra, un muchacho senegalés que hace poco llegó a Argentina, se queda. Junto a sus compañeros, se va moviendo a medida que la policía e inspectores los corren para robarles la mercadería. Cuando parece que todo está en calma, es porque comienza la razzia.

Entre motos, golpes y encerronas, agarran a Ibra y hacen que este se golpee contra un poste de luz. El impacto se escucha, se siente doloroso. El joven alto y fuerte, cae como una pluma y se desploma. No puede levantarse. Se marea. Se le doblan las piernas. Amigos llegan a socorrerlo. Que se calme, que se siente, le dicen para calmarlo. Piden agua para mojarle la cabeza y bajarle la inflamación. En su cabeza, el chichón avanza y crece en tamaño.
Mientras esperan la llegada del SAME, los policías arman un cordón. No quieren que nadie vea mucho. «Es solo gente que está laburando», grita un vecino que paseaba a su perro. La ambulancia llega sospechosamente rápido. Los «paramédicos» bajan y hablan primero con la policía. «Se golpeó con el poste cuando intentaba llevarse la mercadería», le dice uno de los policías a la chica del SAME. Sin siquiera intentar tocar a Ibra, le dicen a sus compañeros que lo paren, que lo lleven a la ambulancia. Sin cuello y sin camilla, luego de haber sufrido daño en la cabeza y el cuello. Quizás el SAME olvidó primeros auxilios básicos. O quizás trabajan con la policía.
Ibra logra subirse a la ambulancia con ayuda de sus compañeros. Un civil que parece policía y también lo es intenta hablar con el paramédico. Insiste con su versión: que Ibra «se lastimó solo». Los chicos le dicen que no habla con la verdad, que se lastimó porque él lo perseguía y lo agarró. Pero no importa. La policía y los inspectores ya consiguieron lo que querían: que la mercadería quede bajo llave en la camioneta.

Incendios en Australia: denunciaron en Buenos Aires los efectos de la crisis climática

10.1.2020

Por Valeria Foglia

Organizaciones ambientalistas y de izquierda protestaron en la Embajada de Australia en Buenos Aires.

Cientos se congregaron este viernes en la Embajada de Australia en Buenos Aires para denunciar lo que consideran un nuevo crimen socio-ambiental del capitalismo: los incendios voraces que azotan el país de Oceanía desde hace más de cuatro meses, cuando la recurrente temporada de incendios se vio agravada por los efectos extremos de la crisis climática.
Organizaciones como Extinction Rebellion, PTS, Partido Obrero, Izquierda Socialista, MST y Nuevo MAS, entre otras, se hicieron presentes en la sede diplomática ubicada en el barrio de Belgrano para denunciar el rol desastroso por parte del primer ministro Scott Morrison, aliado de la industria de combustibles fósiles que contamina y recalienta el planeta, que no oculta su negacionismo climático toda vez que intenta atribuir los incendios forestales a la acción de individuos aislados.
Con pancartas y carteles que reclaman “Emergencia climática mundial”, “Transición energética y acción climática ya”, “Por un plan de reducción de emisiones de carbono”, a la vez que denuncian que corporaciones y Gobiernos son responsables, la concentración reunió a cientos de personas que, como en otras partes del mundo, extienden su solidaridad con los miles que debieron huir de sus casas devastadas, perdieron familiares o experimentan condiciones extremas sin luz ni agua.
Para Brenda Hamilton, “los jóvenes tenemos que salir a dar una pelea contra el capitalismo, que está destruyendo nuestro planeta”, remarcando el ejemplo del triunfo popular en Mendoza, que logró la derogación de la “ley cianuro” con la que el Gobierno de la UCR y el PJ pretendían avanzar con la megaminería contaminante. Agustín Bustos, obrero de Madygraf especializado en eficiencia energética, sumó la denuncia a Scott Morrison, que, “como Trump y Bolsonaro, descree del cambio climático”.
Tras un año de inmensas e intensas movilizaciones contra la crisis climática global, la juventud sigue estando en primera línea a la hora de denunciar al capitalismo y su lógica de destrucción del planeta, que en Australia significó además una pérdida irreparable para la biodiversidad.

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