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En la Ciudad más rica del país, la indigencia alcanza a 169.000 personas

13.1.2020

En la Ciudad más rica del país, la indigencia alcanza a 169.000 personas
En la Ciudad de Buenos Aires la pobreza alcanza a casi 600.000 personas de las cuales 169.000 son indigentes. Puesto en porcentajes, un 19,1 % de la población porteña se ubica por debajo de la línea de pobreza y un 5,5 no logra siquiera cubrir la canasta alimentaria.

Los datos fueron publicados por la Dirección de Estadística y Censos del Gobierno de la Ciudad. Al mirar la evolución del indicador durante todo el año pasado, el punto más crítico fue el segundo trimestre, cuando la cifra alcanzó al 22 % de la población.
En la clasificación del organismo para el tercer trimestre del año pasado, sobre un total de 3.068.000 habitantes hubo en la ciudad 595.000 personas en situación de pobreza, de los cuales 169.000 revistaban en la indigencia y 426.000 eran pobres no indigentes. La clase media fue el estrato con mayor cantidad de representados, con 1.466.000 casos.
En el análisis de la DGEyC, los hogares en situación vulnerable y el sector medio frágil “aumentan sus porciones en el período fundamentalmente por la merma en la capacidad de compra de los ingresos de los hogares que un año atrás se ubicaban entre los sectores medios y acomodados”
El período julio-septiembre del año pasado se caracterizó por el incremento de la cotización del dólar y de la inflación después de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto, así como el lanzamiento de un paquete de medidas focalizadas en los sectores pobres e indigentes, lo que generó “aumentos dispares en los ingresos de los hogares” que a su vez “determinan cambios en la estratificación”, indicó la DGEyC.
Al respecto, el organismo porteño señaló que “mientras que para algunos segmentos ubicados en la base de la distribución se produce una leve mejora en las condiciones de vida, en otros no logran compensar la suba de precios (51,8%) y se deteriora su condición relativa”.
El relevamiento concluyó que “aún 14,8% de los hogares (191.000 hogares) y 19,4% de las personas (595.000 personas) se encuentran en situación de pobreza por ingresos”, en una clasificación que incluye a indigentes (4% de los hogares y 5,5% de las personas) y pobres no indigentes (10,8% y 13,9%, respectivamente).
La comparación interanual muestra una “leve mejora”, ya que en el tercer trimestre de 2018 el porcentaje de hogares indigentes también fue del 4% pero el de pobres 11,2%, es decir que hubo una reducción de 0,4 punto porcentual.
En la medición por personas, la mejora se dio en los dos estratos: entre el tercer trimestre de 2018 y el mismo período de 2019, la proporción de indigentes en el total de la población de la ciudad bajó de 6,6% a 5,5%, en tanto la de “pobres no indigentes” se redujo de 14,7% a 13,9%.
A diferencia del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), su homólogo porteño reconoce seis estratos en su clasificación social por nivel de ingresos. Además de indigentes y pobres, hay cuatro más entre los “no pobres”: no pobres vulnerables, sector medio frágil, clase media y sectores acomodados.
Dentro de esos cuatro estratos superiores de la pirámide, los datos de la DGEyC muestran un aumento interanual de la proporción de la clase media y los sectores acomodados, así como un estancamiento de los no pobres vulnerables y el sector medio frágil, que a juicio del organismo “no logran compensar la suba de precios y se deteriora su condición relativa”.
La clasificación muestra en el tercer trimestre que los no pobres vulnerables representaron el 11% de los hogares y el 11,4% de las personas, en tanto en el mismo período de 2018 fueron respectivamente el 11,5% y el 11,4%.
En cuanto al sector medio frágil, fueron el 9% del total de hogares y el 10,2% de las personas, con una mejora respecto del tercer trimestre de 2018 (11,1% en ambos casos).
La clase media constituye el estrato más numeroso de la ciudad, con el 51,5% de los hogares y el 47,8% de las personas, con mejoras interanuales en las dos clasificaciones (51% y 47%, respectivamente. Por último. los sectores acomodados también aumentaron su posición relativa: en la clasificación por hogares, pasaron del 11,3% a 13,7% y por personas del 9,3% al 11,2%.

En 2020, 25.000 niñes no tendrán lugar en el sistema porteño

13.1.2020

Por Eduardo López*

Larreta vulnera un derecho humano reconocido en la Constitución de la Ciudad que establece la obligación del Estado de garantizar el acceso a la escolaridad desde los 45 días de vida.

La falta de vacantes es el resultado del vaciamiento educativo de Larreta. La semana pasada el vicejefe de Gobierno Diego Santilli dijo en una entrevista radial: “La Ciudad garantiza el acceso a la Educación privada, perdón, a la educación pública”. No es necesario haber estudiado psicología para comprender que ese acto fallido es el sinceramiento de una política de vaciamiento que lleva más de una década reduciendo el presupuesto educativo en el distrito más rico del país.
Doce años de Macri y Larreta al frente de la Ciudad nos ubican hoy en el peor momento respecto de la falta de vacantes y, aunque se empeñen en esconder los datos oficiales, se sabe que en 2020 serán alrededor de 25.000 las niñas y los niños que no tendrán lugar en el sistema estatal.
Desde la Unión de Trabajadores de la Educación denunciamos que el Jefe de Gobierno consolida así su decisión cerrar la puerta en la cara a las miles de familias que eligen la Escuela Pública.
Larreta vulnera así un derecho humano reconocido en la Constitución de la Ciudad que establece la obligación del Estado de garantizar el acceso a la escolaridad a lxs niñxs desde los 45 días de vida. Las filas interminables en las puertas de los distritos escolares pugnando por una vacante exponen la vulneración de ese derecho.
La situación es generalizada pero se observa de manera más profunda en los barrios del Sur donde el abandono es mayor. A eso se suma la crisis económica nacional que llevó a muchas familias que habían optado por establecimientos de gestión privada y hoy no pueden hacer frente al pago de las cuotas.
Está claro que la Ciudad tiene un gobierno al que no le interesa la Educación y eso se expresa en el modo en que adjudica los recursos. Así como en el Presupuesto 2019 Larreta destinó para cambiar baldosas el doble de fondos que para arreglar escuelas, en 2020 piensa gastar un 20 % más en comisarías que en establecimientos educativos.
Ante este panorama la lucha debe ser colectiva porque la problemática es generalizada. La falta de vacantes se inscribe en la línea de desescolarización que promueve el neoliberalismo y que para Larreta es religión.
En ese marco no nos sorprende el intento de cerrar escuelas, una amenaza que afecta tanto a niñxs del Lactario del Jardín del Ramos Mejía como a jóvenes y adultos que concurren a secundarias nocturnas. En ambos casos, con la acción sindical y la participación activa de la Comunidad Educativa, pudimos impedir esas políticas de desguace.
Las y los docentes de la Ciudad tenemos claro que luchar tiene sentido. Lo ratificamos en las aulas y en las calles cada vez que el Gobierno de la Ciudad arremetió contra los derechos de estudiantes y trabajadorxs de la Educación. En 2020 seguiremos movilizadxs para que respeten la Constitución y las leyes.

* Eduardo López es secretario General de Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y Gremial de CTERA.

Senegaleses: la represión de cada día

11.1.2020

Ciudad de Buenos Aires. Jueves 9 de enero. Otra vez el barrio de Once amanece militarizado. Un colectivo, cinco camionetas, más de 100 efectivos policiales, y otros tantos inspectores del Ministerio de Ambiente y «Espacio Público» de la Ciudad. Casi nadie puede vender. Muchos y muchas deciden irse. Ibra, un muchacho senegalés que hace poco llegó a Argentina, se queda. Junto a sus compañeros, se va moviendo a medida que la policía e inspectores los corren para robarles la mercadería. Cuando parece que todo está en calma, es porque comienza la razzia.

Entre motos, golpes y encerronas, agarran a Ibra y hacen que este se golpee contra un poste de luz. El impacto se escucha, se siente doloroso. El joven alto y fuerte, cae como una pluma y se desploma. No puede levantarse. Se marea. Se le doblan las piernas. Amigos llegan a socorrerlo. Que se calme, que se siente, le dicen para calmarlo. Piden agua para mojarle la cabeza y bajarle la inflamación. En su cabeza, el chichón avanza y crece en tamaño.
Mientras esperan la llegada del SAME, los policías arman un cordón. No quieren que nadie vea mucho. «Es solo gente que está laburando», grita un vecino que paseaba a su perro. La ambulancia llega sospechosamente rápido. Los «paramédicos» bajan y hablan primero con la policía. «Se golpeó con el poste cuando intentaba llevarse la mercadería», le dice uno de los policías a la chica del SAME. Sin siquiera intentar tocar a Ibra, le dicen a sus compañeros que lo paren, que lo lleven a la ambulancia. Sin cuello y sin camilla, luego de haber sufrido daño en la cabeza y el cuello. Quizás el SAME olvidó primeros auxilios básicos. O quizás trabajan con la policía.
Ibra logra subirse a la ambulancia con ayuda de sus compañeros. Un civil que parece policía y también lo es intenta hablar con el paramédico. Insiste con su versión: que Ibra «se lastimó solo». Los chicos le dicen que no habla con la verdad, que se lastimó porque él lo perseguía y lo agarró. Pero no importa. La policía y los inspectores ya consiguieron lo que querían: que la mercadería quede bajo llave en la camioneta.

Incendios en Australia: denunciaron en Buenos Aires los efectos de la crisis climática

10.1.2020

Por Valeria Foglia

Organizaciones ambientalistas y de izquierda protestaron en la Embajada de Australia en Buenos Aires.

Cientos se congregaron este viernes en la Embajada de Australia en Buenos Aires para denunciar lo que consideran un nuevo crimen socio-ambiental del capitalismo: los incendios voraces que azotan el país de Oceanía desde hace más de cuatro meses, cuando la recurrente temporada de incendios se vio agravada por los efectos extremos de la crisis climática.
Organizaciones como Extinction Rebellion, PTS, Partido Obrero, Izquierda Socialista, MST y Nuevo MAS, entre otras, se hicieron presentes en la sede diplomática ubicada en el barrio de Belgrano para denunciar el rol desastroso por parte del primer ministro Scott Morrison, aliado de la industria de combustibles fósiles que contamina y recalienta el planeta, que no oculta su negacionismo climático toda vez que intenta atribuir los incendios forestales a la acción de individuos aislados.
Con pancartas y carteles que reclaman “Emergencia climática mundial”, “Transición energética y acción climática ya”, “Por un plan de reducción de emisiones de carbono”, a la vez que denuncian que corporaciones y Gobiernos son responsables, la concentración reunió a cientos de personas que, como en otras partes del mundo, extienden su solidaridad con los miles que debieron huir de sus casas devastadas, perdieron familiares o experimentan condiciones extremas sin luz ni agua.
Para Brenda Hamilton, “los jóvenes tenemos que salir a dar una pelea contra el capitalismo, que está destruyendo nuestro planeta”, remarcando el ejemplo del triunfo popular en Mendoza, que logró la derogación de la “ley cianuro” con la que el Gobierno de la UCR y el PJ pretendían avanzar con la megaminería contaminante. Agustín Bustos, obrero de Madygraf especializado en eficiencia energética, sumó la denuncia a Scott Morrison, que, “como Trump y Bolsonaro, descree del cambio climático”.
Tras un año de inmensas e intensas movilizaciones contra la crisis climática global, la juventud sigue estando en primera línea a la hora de denunciar al capitalismo y su lógica de destrucción del planeta, que en Australia significó además una pérdida irreparable para la biodiversidad.

Asbesto, un balance necesario

9.1.2020

Por Claudio Dellecarbonara
Miembro del Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP (Subte)

Publicamos la posición de la agrupación Bordó del subte respecto de la crisis del asbesto, con sus propuestas y polémicas con la dirección mayoritaria del sindicato y la agrupación Naranja (PO).

Desde que se hizo pública la denuncia originada en España por la presencia de asbesto en los trenes CAF que circulaban allí, y que el otrora jefe de Gobierno Mauricio Macri compró (en una operación absolutamente fraudulenta) y puso a circular en la línea B, ha pasado mucha agua bajo el puente. O, mejor dicho, mucho ruido y pocas nueces.
Ahora SBASE confirma lo que sabíamos, que el material cancerígeno está presente también en las flotas de la E y la C (Nagoya de la C, General Electric Y FIAT de la E). Esto reconfirma nuestra denuncia: Metrovías y los gobiernos nacionales antes, y de la Ciudad ahora, nos expusieron al asbesto, a pesar de la prohibición del uso de este material desde principios de siglo.
Es cierto, y hay que destacarlo, que durante el 2019 se consiguió el ingreso al RAR (Relevamiento de Agentes de Riesgo) de cierta cantidad de trabajadores y la consiguiente realización de estudios médicos para todos ellos y se retiraron algunas piezas contaminadas, por caso las estufas en las cabinas de la flota Mitsubishi, pero lamentablemente esto no modificó de fondo la crisis sanitaria abierta con el asbesto en el subte de Buenos Aires.
De hecho el panorama se ensombreció aún más que en años anteriores por la confirmación de casos de compañeros afectados con engrosamiento pleural en sus pulmones debido al asbesto, además del caso extremo de un compañero con cáncer incipiente en uno de sus pulmones, que afortunadamente pudo ser extirpado con éxito.
Fue un año de mucho debate frente a un peligro que se cierne sobre todos aquellos que trabajamos en la red de subtes y nuestras familias, pero también sobre los millones de usuarios que cotidianamente usan este transporte público.

Las acciones y los debates

Frente a esta realidad los trabajadores del taller Rancagua de la línea B iniciaron una retención de tareas sobre los trenes afectados (avalada en legislación vigente) para salvaguardar su salud. Ya esa primera respuesta de los trabajadores estuvo cruzada por la polémica de las diferentes orientaciones en el seno de nuestra organización.
Desde las asambleas iniciales que votaron la medida hasta finales del 2019 los compañeros de la agrupación Roja y Negra, (mayoría del Secretariado Ejecutivo), con Beto Pianelli a la cabeza, intentaron disuadir a los trabajadores de esa medida.
Estos compañeros de la dirección del sindicato se han caracterizado por sostener un discurso que plantea ” Vamos bien, hicimos más que en cualquier otro lugar y no hay apuro”.
Para ellos, el reconocimiento con dos años de atraso de la presencia de asbesto en todas las flotas viejas, los estudios médicos a menos de un 20 % de todo el personal y el plan para retirar algunas piezas con asbesto, son un logro satisfactorio. Sin despreciar que todo avance es importante, tenemos que señalar que nada ha cambiado respecto al origen del problema, que sigue siendo justamente que el asbesto sigue presente en los mismos trenes y en las mismas estructuras desde hace años. Aquellos que son responsables de esta gravísima situación y quienes deben dar soluciones, Metrovías y el Gobierno de la Ciudad siguen sin dar respuestas de fondo.
Todavía seguimos esperando los estudios médicos específicos para el conjunto de los trabajadores y sus familias, los proyectos de cambio de las flotas contaminadas y la desabestización integral de los ambientes de trabajo.
Es lógica la falta de respuesta de las empresas concesionarias y de los gobiernos, solo concentrados en garantizarse negocios fraudulentos que tantas vidas obreras han costado ya. Ejemplo de esto es que el Gobierno de la Ciudad extiende más allá de los límites que impone la ley la concesión a los Roggio. Una empresa que ha reconocido que se repartía los subsidios con el Gobierno anterior, mientras prestaba el peor servicio y mataba trabajadores.
Lo que no tiene lógica desde los intereses de los trabajadores, es la pasividad frente a esta realidad por parte de nuestra organización. Frente a la desidia manifiesta, ante cada respuesta negativa, dilación, promesa o maniobra presentada por la empresa concesionaria y/o SBASE (Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado) la respuesta de la dirección del sindicato fue: “VAMOS BIEN”.
Ejemplo de esta política fue el anuncio de una medida de fuerza en el mes de octubre, exigiendo el cambio de las flotas contaminadas, que levantaron luego sin consulta en asambleas, a cambio de un acta dónde SBASE escribe que “se encuentra buscando financiación para la renovación de la flota completa de la línea B”. Sin embargo, en las semanas siguientes quedó claro que Metrovías y SBASE no tenían ninguna intención en cumplir lo firmado, que el acta era solo una mentira.
¿Esta mentira provocó el inicio de un plan de lucha y medidas de fuerza?. No, como siempre el discurso fue “vamos bien”.
Después de eso los trabajadores de tráfico de la línea B votamos poner en práctica un plan de lucha sostenido en el tiempo, realizando paros de 24 horas mensuales. Este mandato fue comunicado al conjunto del Secretariado Ejecutivo en una reunión del mismo y también en diferentes reuniones gremiales. Sin embargo, durante semanas posaron de indiferentes frente al mandato, para luego acusar a los trabajadores de tráfico de la línea B de “extorsionadores” por querer avanzar en medidas concretas para el cambio de flota. Finalmente, y luego de un plenario de “urgencia” a causa de los “extorsionadores de la B”, los compañeros de la Roja y Negra “autorizaron” la realización de un paro de las 6 líneas de 3 horas de duración. A pesar de las maniobras y presiones de la dirección de AGTSyP, fue un paro contundente que expreso la voluntad de lucha de los trabajadores y volvió a poner en la agenda política la problemática del asbesto en el subte con una gran repercusión mediática.
Lamentablemente, y producto de la línea política de la dirección mayoritaria del sindicato, no existió, ni existe, un verdadero plan de lucha sostenido en el tiempo que nos permita presionar a Metrovías y a SBASE a dar respuestas concretas a nuestro pliego de reclamos. De un paro de tres horas en todas las líneas, pasamos a una marcha a SBASE, a mediados de diciembre, sin ningún esfuerzo para que tenga trascendencia ni impacto público. Los dirigentes de la Roja y Negra convocaron en un mal horario, sin invitación a ningún aliado a una movilización que no cubrió ningún medio de prensa y sin resultados a la vista. Todo para mostrar que hacen algo, sin hacer nada que tenga impacto y le pueda incomodar a Metrovías y a SBASE. Y de la marcha sin impacto pasaron ahora a votar “una jornada de reflexión”, de movilización de los compañeros de los talleres a las cabeceras. Ni siquiera asambleas, sino jornadas de reflexión… Esperemos que la próxima propuesta no sea una misa.
El resultado fue que en las últimas semanas del 2019 SBASE salió a hacer publicidad en los diarios de su plan, que en lugar de ser recambio de la flota Mitsubishi (infestada de asbesto en toda su estructura), iniciaría una “desabestización parcial” para que continúen en servicio. Este plan además de sumamente irresponsable es extremadamente peligroso y totalmente contrario a las indicaciones del equipo técnico de AGTSyP. A pesar de que este plan es de conocimiento público y ya se ha puesto en marcha, ni la dirección del sindicato ni la Secretaria de Salud Laboral han dicho, ni han hecho, ni han propuesto nada en su contra ni a favor de defender lo recomendado por los técnicos que fue refrendado en diferentes plenarios y asambleas.
Frente a este panorama los trabajadores que integramos la Agrupación Bordó hemos propuesto poner en marcha un proceso para comenzar a realizar retención de tareas sobre la flota Mitsubishi, para que se inicie un recambio de flota en lo inmediato. Como mecanismo propusimos la realización de un plebiscito de la línea B para promover la participación de todos los compañeros de la línea. Ya comenzado el 2020 seguimos esperando respuestas…
En resumen, este pasado 2019 dejó claramente demostrada la línea político-sindical de los compañeros de la Roja y Negra, su actitud sectaria con todo aquel que tenga ideas diferentes, intentando silenciar la palabra de compañeras y compañeros que fuimos elegidos por el voto de los trabajadores, ignorando propuestas y mandatos que no comparten, entre otras muchas actitudes que están en las antípodas de la idea de un sindicato democrático, plural, combativo y antiburocrático con la que iniciamos nuestra organización hace 25 años.
Una vez más se demuestra cómo las condiciones materiales definen la conciencia de los hombres. Compañeros que han obtenido privilegios por sobre el resto de los trabajadores como recibir el sueldo completo sin trabajar un solo día al mes en los túneles, que hacen ingresar familiares y amigos por fuera de la bolsa de trabajo (que tanto nos costó tener) puede explicar, por lo menos en parte, por qué están más pendientes de los tiempos y las propuestas de Metrovías que de las necesidades de los trabajadores.

Un papel lamentable

En este marco de situación no podemos dejar de señalar la política que vienen sosteniendo los compañeros de la Agrupación Naranja (PO) del subte. No justamente por ser distinta a la de la dirección mayoritaria de la AGTSyP, sino porque se han convertido en funcional sostén de la de esta última.
Estos compañeros que tienen representación en el Secretariado Ejecutivo del sindicato junto a nosotros por la oposición, en cuerpos de delegados y en comisiones de salud, se han convertido en la pata izquierda de la roja y negra sosteniendo a rajatabla las propuestas presentadas por la dirección y la secretaria de salud laboral. En cuerpos de delegados como el de tráfico de la B, han llegado a negarse por semanas a realizar asambleas resolutivas cuando presentábamos propuestas de plan de lucha, para luego en medio del debate presentar propuestas funcionales a la necesidad de la dirección sindical o divisionistas.
El colmo se dio durante el mes de diciembre, cuando después de mucho debate presentaron una propuesta en relación con la retención de tareas en tráfico para contraponer a la presentada por nuestra agrupación. Cuando públicamente aceptamos acompañar su propuesta y propusimos realizar la asamblea para votarla, oh sorpresa, silencio atroz. Seguimos hoy esperando la asamblea para sostener juntos la propuesta que presentaron.
Para estos compañeros, con la política del oficialismo “vamos bien”, se opusieron a las aperturas de molinetes que realizamos, que colaboraron mucho a difundir por los medios el problema, se opusieron al plan de lucha de la B que terminó en el paro de tres horas de todas las líneas y acuerdan con el oficialismo del sindicato las marchas intrascendentes y ahora también con las “jornadas de reflexión”, mientras se niegan en forma sistemática a tener una política conjunta de los que somos la oposición. Exhortamos a los compañeros, con los que compartimos listas en las últimas elecciones, a que revean su política que se ha demostrado totalmente impotente y útil solamente a los fines de la Roja y Negra.

La pelea de La Bordó, una respuesta para los trabajadores

Desde la agrupación Bordó hemos bregado desde el principio de la crisis del asbesto en el subte por definir un verdadero plan de acción y medidas de lucha para obtener respuestas reales, especificas a nuestros reclamos.
Creemos que la pelea inmediata es por los estudios médicos a todos los trabajadores y sus familias, el cambio de las flotas contaminadas y la desabestización de los ámbitos de trabajo (cuya situación puede estar empeorando por los procesos de retiro parcial del asbesto en flotas viejas y altamente contaminadas).
Para lograrlo, enfrentando los negociados de SBASE y las concesionarias, necesitamos acciones coordinadas, profundas y contundentes. Creemos que hay que seguir el ejemplo de los trabajadores y el pueblo de Mendoza, que derrotaron la ley que permitía la minería contaminante, a pesar de que había sido votada por un amplio acuerdo de las fuerzas mayoritarias de la provincia (tanto la UCR como el Peronismo incluido el Frente de Todos).
Por eso proponemos profundizar una campaña de denuncias que tenga llegada al conjunto de los usuarios. Buscar aliados en los usuarios, en organizaciones obreras y estudiantiles, entre aquellos que militan por el medio ambiente y todo aquel que reclame terminar con el asbesto en el subte entendiendo el peligro que implica para todos los que pasamos parte de nuestras vidas en los túneles de Buenos Aires, como usuario del servicio o como trabajadores del mismo. Proponemos a todos los compañeros discutir las medidas con las que podemos lograr imponer nuestros reclamos.
El derecho de los trabajadores de tráfico a retener nuestras tareas sobre las formaciones contaminadas es parte de una respuesta posible ante la falta de respuestas de los responsables de exponernos al asbesto y enfermarnos. Como queda demostrado en la historia de los trabajadores y en la nuestra propia, solo peleando en forma consecuente e independiente y poniendo en movimiento la enorme fuerza que tenemos, podremos lograr eliminar el asbesto del subte y que los responsables de contaminarnos respondan por su responsabilidad. Desde la Agrupación Bordó estamos convencidos de que ese es el camino.

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