La mitad de la población de la ciudad más rica del país gana $ 27.000
19.2.2020
Por Leandro Sorribas
La canasta básica, es cada año, una ilusión inalcanzable con un solo trabajo. Según datos aportados por Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, la mitad de la población con trabajo, gana en promedio por mes $27.000 o menos en su ocupación principal.
Este dato surge del análisis de ingresos de la ciudad de Buenos Aires, realizado por la Dirección Gral. de Estadísticas y Censos de la ciudad, tomando el tercer trimestre del 2019.
El análisis da cuenta que la mitad de la población ocupada percibe ingresos en su ocupación principal de $27.000 o menos.
Si tenemos en cuenta los datos aportados por el Indec, que estipulan que, en el mes de enero de este año, una familia tipo, necesitó un ingreso no menor de $40.373 para no quedar debajo de la línea de pobreza.
Esto significa que la mitad de los hogares es pobre en la ciudad más rica del país; incluso en los casos donde los dos adultos del “hogar tipo” tengan trabajo.
Según la rama de trabajo, la población ocupada se divide: Las ramas de servicios concentran el 74,7% que trabaja en servicios, obteniendo en la actividad principal un ingreso promedio de $40.510. Solo un 12,2% que trabaja en la industria y la construcción percibiendo ingresos promedios por $28.725. Y en al final del mismo se encuentran los empleados de comercio que en la ciudad son el 11,7% de la población ocupada y donde sus salarios son los más bajos, llegando al promedio de $28.725.
En estos datos no se contemplan los millones de trabajadores que se trasladan día a día desde el Gran Buenos Aires para trabajar en la ciudad y que son los que perciben los menores ingresos y consiguen los trabajos más precarios.
El 32% de los hogares tienen un trabajo y además realizan changas para acercar un mango más al hogar. Y la friolera cifra de un 21,1% solo consigue ingresos por changas, es decir venta ambulante, cartoneo, etc.
El 15% de la población ocupada de la ciudad tiene que tener dos ocupaciones y así y todo, no llegan a los ingresos para superar el índice de pobreza. En los casos de los que tienen más de un trabajo, llegan a trabajar más de 45 horas semanales.
Como dice el mismo cuadro, otorgado por Estadísticas y Censo, la diferencia de horas trabajadas entre varones y mujeres, no perjudica el análisis por horas trabajadas.
Así el informe indica que la desigualdad entre varones y mujeres se mantiene. Entre los varones se promedian ingresos en su ocupación principales de $39.455, con la mitad ganando hasta $30.000. Mientras que las mujeres, llegan a ganar 10.000 pesos menos incluso por tareas iguales o similares. En el caso de las mujeres los salarios promedio que perciben son de $29.364 y la mitad ellas reciben $25.000 o menos.
Estos datos dan cuenta de la situación en la que se encuentran los trabajadores de la ciudad más rica del país. La era Macri pulverizó los ingresos de las y los trabajadores y la inflación hizo y hace estragos en el bolsillo de las familias.
Que los mismos dirigentes sindicales hablen de que “el aumento desmedido de los salarios, generaría una mayor inflación”, no es más que el triunfo del macrismo en imponer su neoliberal forma de pensar a quienes hasta hace poco se decían combativos.
Esta situación laboral contrasta con las siderales ganancias de los bancos en la era Macri. Si se tiene en cuenta solo lo ganado por los mismos en el 2019, lo mismo equivaldría a 600.000 sueldos promedio. Si a esto le sumamos que todo está por verse, en medio de las negociaciones por el pago de deuda externa y el FMI, lo que tendremos los trabajadores no será más que seguir perdiendo poder adquisitivo y ver empeorar la educación y salud de nuestra familia.
Ante esta situación hay que fortalecer a los sectores clasistas y a la izquierda en los sindicatos, donde para las próximas paritarias deberemos imponer, como mínimo, un salario igual a la canasta familiar, recuperando lo perdido el año pasado y aumentos salariales con cláusulas gatillo para no seguir perdiendo por la inflación.
Y si queremos seguir teniendo educación y salud para nuestras familias, no queda otra que enfrentar el pago de la deuda odiosa, ilegítima e ilegal. Es el FMI y los acreedores privados o son nuestras necesidades. Nos quieren hacer creer que las únicas alternativas son pagar contante y sonante la deuda o un default caótico. Y hay otra opción clara, donde priorizar las necesidades de todo el pueblo trabajador.
Todos los índices de los trabajadores se encuentran por el piso, no podemos seguir siendo los que paguemos los costos de la crisis económica y la fiesta de los acreedores, bancos y grandes empresas.