Ya son 124 los casos de Covid-19 en villas de CABA: siguen sin agua ni luz
1.5.2020
Por Patricio Abalos Testoni
Se calcula que un 10% de los contagiados de la Ciudad se encuentran en villas y asentamientos. Hay 57 casos en la Villa 31 y otros 48 en la 1-11-14. En el Barrio Mugica hace días que no tienen agua, algo esencial para prevenir los contagios. La situación se agrava con la situación económica, con comedores colapsados, situaciones de hacinamiento, falta de luz y de recolección de basura.
La situación en las villas, asentamientos y barrios populares se está tornando alarmante, con un número de contagiados por el virus Covid-19 que empieza a crecer de forma exponencial. La pobreza en que viven millones en el país los deja vulnerables frente al avance de la pandemia, ya que ni pueden contar con las condiciones para hacer un lavado de manos mínimo, porque no cuentan con agua potable.
En la Ciudad de Buenos Aires el número de casos en villas y asentamientos pegó un salto en estos días y ya llegan a 124 los contagiados. Principalmente en el Barrio Mugica (Villa 31) con 57 casos y en la 1-11-14 con 48 casos. El resto de los casos se encuentran: 3 en la Ciudad Oculta, 2 en Barrio Fátima, 1 en la 21-14 y 1 en el Barrio Mitre.
Los datos que informó el Ministerio de Salud afirman que un 10% de los contagiados de la CABA son de asentamientos o villas. Y hay que tener en cuenta que una de las demandas históricas de estos barrios es el acceso a la salud, ya que no llegan los médicos, ni pueden movilizarse muchas veces hasta un centro sanitario y los establecimientos de salud que se encuentran cercanos están colapsados. En consecuencia también vienen reclamando que se realicen testeos masivos, porque entre ellos estiman que los contagiados son muchos más que el número oficial, ya que las personas no tienen acceso para comprobar el contagio y si llaman al 147 les dicen que los protocolos se activan solo si hay síntomas. Incluso afirman que la Secretaría de Integración Urbana que se encuentra en estos barrios registrando los casos, no les informan los números a los vecinos, sino que terminan enterándose por los medios.
En la Villa 31 ya hace días que vienen reclamando que directamente no tienen agua. Pero el gobierno de Rodríguez Larreta se declaró “incompetente” para solucionar esta situación, al rechazar un amparo colectivo presentado por organizaciones sociales, sindicales y académicas que trabajan en estos barrios. La imagen que se ve en el Barrio Mugica, de cientos de personas haciendo la cola para poder cargar litros de aguas en tachos, es totalmente lo contrario a las recomendaciones de los especialistas para enfrentar la propagación del virus.
Vecinos de este barrio relataban que entre los que viven en las zonas donde llega el agua le pasan con baldes a los que no les llega para paliar el faltante. También nos resaltaban que la luz es un problema que están sufriendo miles que no tienen el servicio. Y por si esto fuera poco los notificaron que los camiones que retiran la basura del barrio, ya no van a entrar. “No nos olviden a nosotros, también somos seres humanos. Necesitamos una respuesta inmediata a todo lo que estamos pidiendo” contaba angustiada una vecina del barrio. Realmente criminal.
El cinismo de Larreta entre folletos y megáfonos
Consultado por el crecimiento de casos en las villas, el Jefe Porteño Horacio Rodríguez Larreta afirmó que el incremento de contagiados va a llegar y que “necesitamos que nos sigan acompañando con el uso de barbijos, el aseo, distanciamiento social y salir lo mínimo indispensable y apelamos a la responsabilidad individual”. Y también se informó que se están repartiendo folletos “bajo puerta”, se envían mensajes por WhatsApp y hay recorridas barriales con megáfonos para difundir las recomendaciones necesarias.
Realmente indigna escuchar estas afirmaciones cuando solo hace falta asomarse a uno de estos barrios para ver que el problema es estructural y por falta de políticas y no por irresponsabilidades individuales. Todas las medidas de aseo e higiene personal son imposibles sin agua, pero además la cuarentena en estos barrios tiene otro carácter con las condiciones de hacinamiento. Según datos del Observatorio Villero se calcula entre 4 y 10 personas en cada hogar, y ni hablar de que la mayoría no tiene la posibilidad de ventilar los ambientes, como se recomienda frente al virus. Para estas familias el #QuedateEnCasa tiene otro sentido que para el resto de la población ya que el distanciamiento social es casi una utopía. Y a esto hay que sumarle que si tienen que salir para buscar agua a un camión cisterna, la cuarentena queda en segundo plano.
Otro punto importante es la situación de los adultos mayores y las personas que se encuentran en el grupo de riesgo por algún problema de salud. Aunque el GCBA planteó medidas, la realidad contada por los vecinos es que están en grave riesgo y que solo las organizaciones sociales están haciendo cosas en los barrios para proteger a este sector. En algunos casos en los pocos espacios con los que cuentan, tratan de ubicarlos, pero si se agrava la situación no va a haber lugar para alojarlos.
En estos barrios las pandemias llegaron hace rato con el Chagas, la tuberculosis, el cólera, pero sobre todo el dengue. En la Ciudad, hasta el último dato oficial de hace una semana, hay 5803 casos, y en todo el país se infectó un 700% más de personas en el último mes. Hay que aclarar que las condiciones de infraestructura son fundamentales en la propagación del dengue, y justamente las villas y asentamiento son los que más lo sufren con estancamiento de agua no potable, falta de fumigación, basura sin recolectar, etc.
El coronavirus avanza, el hambre también.
A todo esto hay que sumarle la situación de hambre que se está agravando en estos barrios con cada día que pasa. La mayoría de los habitantes tienen trabajos informales que se vieron parados con el inicio de la cuarentena, y actualmente no tienen ningún ingreso. El acceso al Ingreso Familiar de Emergencia, fue para la minoría. Como detallaba un informe de La Poderosa: “Seguimos enfrentando diariamente serios problemas para poder acceder al Ingreso Familiar de Emergencia, por cuestiones burocráticas, por nombres inscriptos que no figuran en el registro, por las computadoras que faltan, por el acceso imposible a Internet, por la incompatibilidad con otros parientes, por los trámites del DNI o por no haber cumplido todavía los 2 años de residencia. Y aun en aquellas gestiones que lograron completar el trámite, muchos destinatarios cobrarán ese recurso recién a mediados de mayo, con dos meses de cuarentena cumplidos”.
Los comedores se encuentran colapsados. Muchos ya afirman que la situación es peor que en el 2001. A la gran cantidad de personas que se sumaron para solicitar una vianda o un plato de comida, se viene haciendo cada vez más dificultoso conseguir los alimentos y ni hablar de los elementos sanitarios y preventivos necesarios frente al Covid 19. Incluso en algunos casos hay personas de los comedores que tienen que hacer cuarentena por sospecha de coronavirus o por haber tenido contacto estrecho con algún caso.
En la Ciudad más de tres millones de personas que viven en villas o asentamientos, y específicamente en el Barrio Múgica hay más de 40.000 y en la 1-11-14 más de 53.000, siendo las más grandes. Todo esto demuestra que si el virus se sigue propagando, puede ser una bomba de tiempo en estas condiciones. En la ciudad hay una cantidad de enormes de viviendas ociosas que se podrían poner a disposición, y ni hablar de la cantidad de hoteles que así como se usaron para los que venían del extranjero, se pueden usar para paliar la situación de estas familias o de los adultos mayores.
Frente a toda esta situación lo que si pueden observar los habitantes de estos asentamientos y villas es el aumento en la presencia policial. Ahí sí hay una intervención del estado concreta. Los casos de violencia policial o de alguna otra fuerza de seguridad, es algo habitual. Y frente al crecimiento de los casos de coronavirus también hay cada vez más efectivos rodeando los barrios.
Esta realidad se repite en todo el país y sobre todo en la Provincia de Buenos Aires, con grandes asentamientos y villas que están en las mismas condiciones. El Ingreso de 10 mil pesos para el que lo pudo alcanzar ya se diluyó en una inflación creciente. Mientras se sigue subsidiando a grandes empresas que no tienen problema en despedir trabajadores y rebajar los salarios, y sigue sin salir un impuesto a las grandes fortunas que podrían brindarles un ingreso de 30 mil pesos a las familias más necesitadas. Se torna indispensable dar vuelta esta situación, y que los recursos se vuelquen a los que más lo necesitan.