Comunicadores del Sur

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La Boca: apoyo vecinal al equipo de Cesac Nº 41 por el reclamo al GCBA

31.8.2020

Agrupaciones barriales llevaron adelante esta tarde “un abrazo al Cesac” para reclamar por la falta de seguridad brindada. La medida se concretó con extremas medidas de distanciamiento social.

Este lunes a las 13:30 el equipo del CeSAC Nº 41 del barrio de La Boca llevó adelante “un abrazo colectivo” para reclamar por la falta de seguridad. La medida se concretó con extremas medidas de distanciamiento social. El equipo de salud postergó el regreso al trabajo hasta tanto la Justicia y el Gobierno de la Ciudad garanticen condiciones de seguridad para las trabajadores y para quienes asisten al centro de salud.
La difícil decisión de no atender llegó tras la reiteración de amenazas que se viene repitiendo desde hace años y volvieron a repetirse este jueves. Según señalan los vecinos las amenazas vienen de parte de unas pocas personas que “controlan” el predio lindero al centro de salud, que es un terreno que pertenece al Estado porteño pero que no se encuentra en uso.
“En plena pandemia la salita no puede estar cerrada, pero entendemos a las y los médicos. El Cesac es de todo el barrio y por eso vamos a defenderlo. Además, queremos que de una vez por todas el poli se restituya a la comunidad. No puede ser que por unos pocos, se perjudique al barrio”, explicaron los vecinos que expresaron su reclamo por las redes sociales en apoyo al equipo de salud.
“Estamos en medio de una situación de violencia que involucra el uso de las instalaciones del centro de salud, que se reitera y que no está a nuestro alcance poder resolver. No podemos trabajar en estas condiciones que exponen a la población que se atiende en el Cesac y a los trabajadores. El Cesac permanecerá cerrado hasta que quienes tienen responsabilidad tomen medidas para resolver esta situación y garanticen condiciones de seguridad. Sabemos que es un momento especialmente difícil para tomar esta decisión, pero lo hacemos porque es una medida de cuidado para todos”, expresaron los trabajadores del Cesac de La Boca el viernes pasado al comunicar el cierre temporal del lugar.

Por el derecho a vivir dignamente en la Villa 20

29.8.2020

Por Deborah Valado

El vienes 28 finalizó la Campaña “Sacá tu reclamo a la puerta” impulsada por la “Mesa activa por la re-urbanización de Villa 20”. Se realizó un banderazo en Pola y avenida Cruz (Lugano), del cual participaron distintos/as referentes de las organizaciones de la Mesa, trabajadores/as de la salud, agrupaciones que militan en el barrio y vecinos/as. Desde el día 22, se estuvieron visibilizando los derechos vulnerados, principalmente, por parte de la gestión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Las demandas fueron por vivienda, salud, alimentación, trabajo, educación.

La Ley de re-urbanización de la Villa 20 (5705/16) establece que los organismos responsables de la misma son el IVC (Instituto de la Vivienda de la Ciudad) y la SSHI (Subsecretaría de Hábitat e Inclusión). Desde hace cuatro años, se han avanzado en obras, aunque, sin consultar las necesidades particulares de los/as habitantes y, además, hasta la actualidad los servicios de agua potable, electricidad y gas no son suministrados de manera formal. En el contexto de la pandemia, es fundamental el real acceso a los mismos, para no acrecentar las posibilidades de contagio del covid-19.
La salud integral de la comunidad está fuertemente afectada, dadas las falencias en el presupuesto para la atención sanitaria y la ineficacia del sistema para dar respuesta a tal demanda. En ese sentido, el reclamo se hizo por la finalización del Hospital Cecilia Grierson, cuya obra se comenzó hace 15 años. Como así también por la asignación de más camas de internación. Asimismo, se denunció que el barrio se encuentra en emergencia alimentaria. El IVC está entregando en malas condiciones los bolsones de alimentos no perecederos, a la vez que los comedores comunitarios tienen familias en listas espera para recibir un plato de comida.
Por otra parte, se suman las restricciones a los trabajos informales que exponen la precariedad de la situación de muchas familias. En esa línea, pidieron que desde el IVC se formalicen los trabajos de los/as promotores/as que día a día garantizan las necesidades del barrio.
Por último, y no menos importante, el aprendizaje en línea ha expuesto las desigualdades existentes en el acceso a la educación, tras la falta de conectividad, de la mayoría de los niños/as y adolescentes del Sur de la ciudad. Actualmente, gran porcentaje de los/as mismo/as se encuentran desescolarizados/as al no tener vacantes ni posibilidad de realizar sus tareas.

Larreta anunció nuevas aperturas mientras la curva de contagios no baja

28.8.2020

Por Leandro Sorribas

En conferencia de prensa, esta vez sin el presidente ni el gobernador bonaerense, el jefe de Gobierno porteño anunció que están estudiando habilitar la construcción, restaurantes y bares, iglesias y volvió a insistir con la vuelta a “ciberescuelas”.

Este viernes por la tarde Horacio Rodríguez Larreta realizó una nueva conferencia de prensa para dar los pormenores de esta nueva fase de la ASPO, acompañado de su gabinete. Esta fue la primera conferencia de prensa que no realizó junto a Alberto Fernández y Axel Kiciloff. “Trabajamos juntos, pero comunicamos separados”, aclaró Larreta poniendo paños fríos a las preguntas emitidas por los periodistas presentes.
Casi al mismo momento se conocía el nuevo informe epidemiológico donde se contabilizó 1.430 contagios y 21 muertes en este mismo día, contradiciendo los 1.100 contagios promedios que Larreta dio como un hecho para justificar que la Ciudad se encontraba en una meseta alta pero estable.
Así y todo, anunciaron que el gabinete porteño se encuentra estudiando los pormenores de los protocolos para habilitar bares al aire libre, obras de construcción e iglesias. Como así también la habilitación de deportes individuales. Estas serían las nuevas actividades que se suman a las que ya fueron habilitadas. Con frases anti cuarentena, como “estamos recuperando la libertad”, Larreta sigue avanzando en una nueva normalidad “aprendiendo a convivir con el virus”.
Hipócritamente volvió a agradecer a las y los trabajadores de la salud por sus esfuerzos. El esfuerzo es indudable, pero las y los trabajadores de la salud no se toman bien esos falsos agradecimientos porque vienen denunciando y peleando por sus reclamos que nadie escucha. Es tan grande el esfuerzo que más de uno de ellos trabajan 12 o 14 horas de corrido, a lo que el gobierno les paga $130 las horas extras, mientras deben realizar estas horas por lo bajo de sus sueldos.
Volvió a insistir con la vuelta a clases, mientras es completamente repudiado por gran parte de la comunidad educativa que se viene organizando virtualmente. Por el momento el ministro de educación nacional no aprueba los protocolos de la Ciudad para la vuelta a clases. La necesidad de Larreta de avanzar en una “normalidad” a pesar de que sigan los contagios y las muertes y sin tomar medidas claras se encontrara con una comunidad educativa que se apresta a levantar su propio plan para resolver la crisis educativa que impuso la pandemia, pero también el fracaso del sistema educativo de la Ciudad. El reconocimiento mismo de esta necesidad de vuelta a clases, es la demostración que en estos 5 meses estuvieron mintiendo cuando anunciaban con bombos y platillos lo grandioso de la educación virtual.
Otro anuncio de la conferencia fueron las leyes votadas este jueves pasado en la Legislatura porteña, donde se votó una exención tributaria a las constructoras y comercios gastronómicos, como así también el derecho al “último adiós” para que los pacientes críticos con Covid-19 puedan recibir visitas. Estas dos primeras leyes fueron el plafón para los anuncios de hoy, que fueron votados por el oficialismo y por la oposición del Frente de Todos. Mientras como bien denunció la izquierda son leyes que no alcanzan a resolver la crisis de los pequeños comercios y mucho menos resolver el hambre y los altos índices de desocupación que en la Ciudad superan el 14%.
Sin tomar medidas radicales y de fondo ante el alto nivel de contagios y muertes, ni ante el nivel de crisis económica que destruye a los pequeños comerciantes, los trabajadores y ni hablar de los desocupados o barrios vulnerables, se pretenden volver a una nueva normalidad, donde nos acostumbremos a estos graves índices sanitarios y sociales.

Barry: “Hay que unir el reclamo de los trabajadores y pequeños comerciantes contra los poderosos”

28.8.2020

Esta frase la pronunció la diputada del Frente de Izquierda, Alejandrina Barry, ayer jueves en la Legislatura porteña, donde se votó quitar impuestos a las constructoras y negocios gastronómicos. Medida que beneficia a las grandes cadenas y mega constructoras, mientras no soluciona el problema a los pequeños comercios en crisis.

El jueves 27 de agosto se votó entre otros proyectos, un proyecto de exención de ingresos brutos al sector gastronómico y a la construcción. Esta medida impulsada por el oficialismo del PRO, encontró el acompañamiento del Frente de Todos.
La diputada Alejandrina Barry argumentó el voto en contra del bloque del Frente de Izquierda, ya que la ley beneficia una vez más a las mega constructoras y cadenas gastronómicas multinacionales, mientras que deja de lado a los pequeños comerciantes que tanto sufren la crisis económica, agudizada por la pandemia y los trabajadores. “Decenas de proyectos están presentados para beneficio de los pequeños comerciantes y los trabajadores, pero acá ni llegan al recinto”, denunció.
Haciendo un racconto de la crisis en el sector gastronómico, Barry declaró: “Tan solo el año pasado en la Ciudad se cerraron 600 comercios, con la pérdida de 15.000 puestos de trabajo. Eso fue por el ajuste del macrismo y los tarifazos que pulverizó el poder adquisitivo del pueblo y la opción de ir a comer afuera quedó en el pasado. Mientras fueron proliferando las grandes cadenas como Mc Donalds, Burger, Starbucks, multinacionales que gozan de todo beneficio, y sobre todo tienen abaratado sus costos por la precarización y la súper explotación a sus trabajadores”, señaló la diputada.
Este año, con la pandemia del Covid-19, esta crisis que el sector venía arrastrando del período anterior, se profundizó, teniendo que cerrar 19.000 comercios, según datos del Indec, y 23.000 según la Cámara de Comercio. Y sin embargo, la ley en cuestión no soluciona el problema de los pequeños comerciantes, porque es insuficiente la exención impositiva, ya que no resuelve el gran problema del crédito para financiamiento. Algo que si tienen resuelto las multinacionales gastronómicas.
Estas mismas multinacionales de comidas rápidas son las que precarizan a nuestra juventud, como denunció Barry “los jóvenes trabajadores de comidas rápidas, que comienzan a trabajar a los 16 o 17 años son súper explotados: no tienen ART, ni obra social, y tampoco les otorgan las licencias y el aislamiento por casos sospechosos de Covid-19. A pesar de que están en blanco, desde el comienzo de la pandemia las grandes cadenas les bajan los sueldos o no les pagan el aguinaldo, a pesar de recibir el ATP del Gobierno Nacional. En Wendy por ejemplo, llegaron a pagarles 0 pesos de aguinaldo a los pibes”.
En una asamblea de jóvenes precarizados de comidas rápidas realizada recientemente, las y los jóvenes trabajadores denunciaron que además de incumplir con sus derechos laborales, no respetan los protocolos para cuidar de su salud y los persiguen sindicalmente si reclaman o quieren organizarse. Por eso estos jóvenes dicen que “la pandemia son los empresarios”: no solo no respetan sus derechos laborales ni sindicales sino tampoco el mínimo derecho a la salud.
Barry reivindicó que estos jóvenes, pibas y pibes se estén organizando para reclamar y pelear por sus derechos, a pesar de los dueños de las empresas y el gobierno que avala.
Respecto a los pequeños comerciantes, Barry remarcó la necesidad de que haya políticas que los favorezcan, a través del otorgamiento de créditos accesibles por parte de los bancos: “¿Por qué no estamos discutiendo créditos a tasa cero, por ejemplo? Los grandes ganadores, como en toda crisis, siguen siendo los bancos. Este año con la pandemia, en abril, en el momento en donde estos comercios cerraron, los bancos quintuplicaron sus ganancias con relación a marzo. Pero eso no se discute. Tampoco la ley de endeudamiento que votó esta legislatura por u$ 150 millones, que todavía no sabemos a dónde fueron, y los únicos que votamos en contra fuimos del Frente de Izquierda”.
¿Por qué tampoco se discute un impuesto a las grandes fortunas? Ese impuesto que está cajoneado hace meses, que el gobierno viene amagando pero nunca presenta, mientras los únicos que lo presentaron fueron las bancas del FIT con Nicolás Del Caño. “Un impuesto a los grandes bancos, a las grandes constructoras, al juego, de donde se podría sacar plata para ayudar a los pequeños comerciantes y trabajadores”.
Por último, respecto a la crisis y el cierre de los restaurantes y bares de barrio, Alejandrina Barry marcó una paradoja que se da en este momento de crisis: en una Ciudad donde la desocupación alcanzó el 14%, y en la zona sur el 21%, y prolifera el hambre, se cierran los locales de comida. Citando al geógrafo y teórico social marxista británico David Harvey, finalizó: “Estamos discutiendo que se cierran locales de comida cuando hay hambre. Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York varios sistemas de restaurantes han permanecido abiertos, y gracias a las donaciones, están proporcionando comidas gratuitas a la masa de la población que ha perdido sus trabajos y no puede desplazarse. En lugar de decir, ‘bueno, está bien, esto es lo que hacemos en una emergencia’, por qué no decimos: ‘este es el momento en que podemos empezar a decir a esos restaurantes que su misión es alimentar a la población, para que todo el mundo tenga una comida decente al menos una o dos veces al día’, que tanto falta en esta ciudad más rica del país”.
Una vez más en nombre de la “reactivación económica” se vuelve a beneficiar a las mega construcciones y a las cadenas multinacionales de comidas rápidas. Estos ambos sectores son los beneficiarios de la mayoría de las políticas del PRO porteño, es el modelo de Ciudad que viene imponiendo Larreta. En esta oportunidad acompañado por el Frente de Todos.
Un impuesto a las grandes fortunas de la Ciudad, permitiría poder otorgar créditos a tasa cero por intermedio del Banco Ciudad a todos los pequeños comercios, como un paliativo. Pero el destino de los pequeños comercios está atado al de sus clientes que son el pueblo trabajador que debe pelear por no perder su poder adquisitivo. Por eso fue tan justa la frase de la diputada Barry “Hay que unir el reclamo de los trabajadores y los pequeños comerciantes contra los poderosos. Para que la crisis la paguen las multinacionales y no el pueblo trabajador”.

A 10 años de la Sala Alberdí: “La libertad artística era nuestra bandera”

28.8.2020

El 17 de agosto del 2010, en un contexto latinoamericano de fuerte ebullición social, se toma la Sala Alberdi, una sala de teatro ubicada en el sexto piso del Centro Cultural San Martín (CCSM), en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Con una fuerte impronta privatista propia de los 90′, la gestión del centro cultural comenzó a cerrar los espacios de formación y las funciones abiertas al público. Frente al vaciamiento, como justificación y antesala de la injerencia de empresas privadas en la cultura, estudiantes y talleristas de la Sala Alberdi comenzaron por tomar el hall de entrada del sexto piso. Luego de dos años y medio de Toma y Autogestión, el 13 de marzo del 2013 la Policía Metropolitana (hoy Policía de la Ciudad) desalojó el acampe que se había establecido en la plaza seca del CCSM, reprimiendo violentamente e hiriendo a tres personas con balas de plomo. Para hablar acerca de esta experiencia, entrevistamos a Lucía, quien participó de aquel proceso y afirmó: “nuestro discurso era que era un teatro para los que no tenían teatro. Era un espacio abierto para la expresión del arte y la cultura. La premisa de libertad artística era nuestra bandera”.

“Estábamos en un conflicto de mucha revuelta de la juventud, no sólo en Buenos Aires y el conurbano bonaerense, sino que se fue expandiendo lo que se llamó ‘el estudiantazo’ en todo el país, donde la juventud se fue levantando en otros lugares de América Latina, y muy emblemáticamente para nosotros en Chile y Colombia. En ese momento de ebullición se toma la Sala Alberdi, y que ingresamos muchos estudiantes del antiguo Instituto Universitario Nacional del Arte, que hoy es la Universidad del Arte, desde la segunda semana de la toma. Obviamente que quienes habían arrancado con la toma fueron alumnos y ex alumnos de talleres que se dictaban ahí, y que denunciaban el proyecto de vaciamiento”, recuerda Lucía.
En la misma línea, amplía: “acá en Argentina ese plan de vaciamiento fue bajado por IRSA y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para trasladar todo lo que era la cultura estatal hacia un proceso de privatización y darle muchísima entidad a las artes multimediales, desplazando a las demás expresiones artísticas, que son las teatrales, musicales, de danzas, o expresiones escénicas, para darle principal lugar a las nuevas tecnologías”.
También detalló los ataques y amenazas diarias que fueron sufriendo, por lo cual decidieron, finalmente avanzar con la toma del espacio: “como desde el primer momento tuvimos no sólo problemas con la amenaza de desalojo en términos legales, sino también con la patota de la burocracia sindical que estaba en el CCSM, bajo el gremio del SUTECBA , el mismo que el 23 de julio cagó a palos a trabajadores esenciales que fueron a reclamar condiciones dignas de trabajo al Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, que era el que generaba aprietes para que se levante la toma. Fue en ese contexto que nos instalamos en la sala. Vimos que tenía al menos 200 butacas, y consideramos que lo teníamos que empezar a autogestionar como trabajadores de la cultura, y vamos a abrirlo para el pueblo dijimos. Y así empezamos a hacer ciclos de arte. Entonces, venían las compañeras que estudiaban danza y hacían el ciclo de danza. Los compañeros y compañeras de cine hacían el ciclo de cine debate. Quienes estudiaban artes visuales, armaban los murales. Y nosotres que éramos estudiantes de teatro, armábamos distintas varietés y ciclos de teatro”, rememora.
En ese contexto, destaca la importancia de la vinculación con los medios comunitarios y alternativos: “desde el primer momento nos vinculamos con los medios alternativos, populares e independientes, para visibilizar el reclamo y también expandir la grilla de actividades lo más que podíamos. Cada vez más se fue sumando gente y llenábamos la sala todas las semanas” afirma Lucha.
Lucía también se refirió a los cambios de estrategia que fueron discutiendo y adoptando para continuar con la medida, la vinculación con trabajadorxs del Centro Cultural, organizaciones y movimientos sociales, además del abanico de tareas que conllevó autogestionar el arte popular, y cómo empezaron a salir a la calle y montar los espectáculos desde múltiples trincheras.
“Siempre las respuestas que tuvo el gobierno fue pelotearse entre sí la Dirección General de Enseñanza Artística y el Ministerio de Cultura. Nadie nos daba una respuesta concreta. Siempre dilataban las cuestiones para avanzar por el lado legal. Y nuestra respuesta política era bien concreta: no nos dan respuestas, vamos y montamos un espectáculo frente a las puertas de los ministerios. ¿No nos daba una respuesta la Dirección de Enseñanza Artística? Armábamos una caravana de payasos y le tomábamos las oficinas a la Dirección. Era concreto, pero directo”, remarca.
“Nuestro discurso era que era un teatro para los que no tenían teatro. Un teatro abierto en todo sentido. Tanto para el público, porque hacíamos espectáculos abiertos y pasábamos la galera. Y también un espacio para que cualquier artista que quisiera desarrollar su oficio lo podía hacer, sin casting ni curaduría. Era un espacio abierto para la expresión del arte y la cultura. La premisa de libertad artística era nuestra bandera. Al público le decíamos que al sentarse en alguna de esas 200 butacas estaba formando parte activa de la toma”.
En cuanto a las influencias que tenía la experiencia de la toma de la Sala Alberdi, Lucía expresó: “nos interesaban mucho las experiencias de las organizaciones artísticas en los 70′, del Frente Antiimperialista de Trabajadores de la Cultura, de Roberto Santoro, Raymundo Gleyzer, del LibreTeatro Libre en Córdoba, o la Revista Barrilete. Y fuimos desentrañando un poco esa historia y encontrándonos con este concepto de trabajadores de la cultura. Y habíamos asumido que teníamos que hacer las tareas de la forma más organizada posible, en comisiones, y actuábamos, de hecho, de una forma cooperativista. Y considerábamos que un artista no tenía que estar desligado de los problemas sociales, y debíamos apropiarnos de todas las herramientas para montar las producciones artísticas estemos donde estemos”.
Finalmente, Lucía recordó la noche del violento desalojo del acampe de la Sala Alberdi por parte de la Policía Metropolitana el 13 de marzo de 2013, y la respuesta: “desalojaron el acampe, pero no pudieron desalojar el sexto piso. Fue una noche de lucha callejera importantísima. Esa anoche se gestó lo que luego fue el juicio a la policía de Macri, porque con todas las detenciones que hubo, la brutalidad de la represión, con personas heridas con balas de goma, una con fractura de cráneo y tres con balas de plomo, uno de ellos vos Polaco, los comunicadores que estaban registrando, esa noche se gestó la respuesta frente a esa represión, porque como no pudieron desalojar ese día el sexto piso, cuando logramos que nuestros compañeros bajen, el gobierno decidió reprimir ese 24 de marzo, cuando el Encuentro Memoria Verdad y Justicia desvió su movilización. Y ahí supimos que no había forma de que nuestros compañeros bajen sin tener causas legales. Nos despojaron finalmente de nuestros medios de producción. Y arrancó el momento de defensa de nuestros compañeros y el juicio a la Policía Metropolitana de Macri, que fueron muchísimos años de coordinación antirrepresiva, de la comunicación y la cultura”.

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