Comunicadores del Sur

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Cada vez menos camas disponibles en los hospitales de Flores

2.6.2020

Por Melisa Vittoni y Luciana Mena

Los hospitales porteños empiezan a ver casi todas sus camas ocupadas, áreas que se reconvierten para atender pacientes Covid, por falta de infraestructura, y dejan así miles de pacientes sin posibilidad de hacerse atender por otras patologías, investigadores del Conicet empiezan a estimar cual será la fecha del colapso del sistema de salud.

El investigador del CONICET, Rodrigo Quiroga, publicó una serie de proyecciones según la cual, si en la ciudad de buenos aires se mantiene el ritmo actual, se saturarán las camas el 21 de junio.
Esto preocupa a muchos trabajadores de los hospitales, ya que los ritmos son extenuantes y los recursos escasos. Los reclamos por falta de EPP (equipos de protección personal), información y protocolos claros, entre otros aún continúan, y explican la alta tasa de contagios entre trabajadores de la salud.
En los hospitales Piñero y Álvarez, de la zona Flores, uno de los barrios más afectados por el Covid-19 de toda la Ciudad de Buenos Aires, las salas de clínica médica y guardia empiezan a llenarse de casos positivos o sospechosos de coronavirus.
Una instrumentadora quirúrgica del Piñero contaba a La Izquierda Diario, que tuvieron que empezar a derivar pacientes al Ramos Mejía, porque ya no había dónde alojarlos.
Una residente del mismo hospital contaba que las UFU (Unidades Febriles de Urgencia) del hospital, una vez que cierran a las 00:00hs los pacientes que llegan para hisopar, son derivados a la guardia externa del hospital y alojados en los boxes del sector, por lo que la guardia también está a su máxima capacidad.
En el hospital Álvarez, un médico cuenta en una entrevista radial, que tanto las unidades 8 y 9 que eran de cirugía, actualmente están completas con pacientes de covid o sospechosos. Al igual que la unidad 2, de clínica médica. Menciona que todas las camas asignadas para tratar el virus ya están cubiertas.
A la par, un médico del Piñero también nos cuenta que se van cerrando sectores para armar nuevas áreas de aislamiento y así van convirtiéndose poco a poco en hospitales de covid casi exclusivamente, dejando de atender las cientos de patologías por las que acude normalmente la población.
Esta realidad se combina con la de los barrios más vulnerados. En el Bajo Flores, cerca del Álvarez y del Piñero se encuentra el barrio Ricciardeli (Villa 1-11-14) esta es la villa de emergencia más grande en cuanto a territorio de la Ciudad de Buenos Aires y una de las mayores en cuanto a población, contándose 40.059 habitantes a 2018 (Censo Instituto de Vivienda de la Ciudad), desde allí, no paran de llegar casos nuevos, familias enteras que requieren internación y aislamiento. Allí el Covid-19 vino a sumarse a otras problemáticas como la tuberculosis y el dengue, enfermedades producto de las malas condiciones de habitabilidad. En estos barrios viven hacinados, muchas veces sin agua, como vimos el caso de la villa 31, y algunas manzanas de la 1-11-14, el hambre también es un problema muy sentido. Se cuentan por miles las familias que acuden a comedores a buscar un plato de comida, que no alcanza.
Ningún gobierno, de la Ciudad ni de Nación, da respuestas concretas a estos problemas de raíz, que son los que generan contagios masivos y posible colapso de los hospitales públicos.
El plan Detectar llega tarde al barrio y con muchísimas falencias, como denunciaron públicamente los trabajadores del Piñero, los testeos aún distan de ser masivos y están dando una alta tasa de positividad, y las personas están siendo maltratadas en las UFU, expuestas horas al frío, trasladadas descuidando la exposición entre pacientes sospechosos y confirmados de COVID19, enviadas a sus domicilios en período de contagio o aisladas en hoteles en malas condiciones.

Cambiar el rumbo

Esta pandemia deja al descubierto la histórica desfinanciación de la salud pública, la falta de recursos, de personal, de espacios, de presupuesto, etc. Esta es la crónica anunciada de la política neoliberal llevada adelante por sucesivos gobiernos y una situación que para revertirse requiere de medidas radicalmente opuestas.
Desde el inicio de la pandemia, desde este medio, sostuvimos la necesidad de tomar medidas urgentes para abastecer a los hospitales de todos lo necesario, como elementos de protección personal, camas, respiradores, insumos básicos, infraestructura acorde a la pandemia que se fue profundizando.
El gobierno no puede seguir privilegiando la negociación con los especuladores y el pago de una deuda odiosa (porque en pandemia se fueron más de 320 millones de dólares), ni subsidiando empresas millonarias como Techint o Mc Donals para pagar salarios, ya que nadie puede creer que esas empresas tienen algún problema económico para hacerlo.
Ese presupuesto, debería estar destinado a aumentar el presupuesto en salud y emergencia social en los barrios, a otorgar la IFE a todo el que lo necesita. También se podría implementar un impuesto a las grandes fortunas, como propuso Nicolás del Caño y el Frente de Izquierda Unidad y que aún no fue tratado, permitiría cobrar un impuesto extraordinario a los sectores más ricos del país, recaudando aproximadamente U$D15.000 millones. Con ese presupuesto se podría empezar un plan de 100.000 viviendas y dar un ingreso familiar de emergencia de $30.000 a las familias que están sin trabajo o con descuentos, que no pueden sobrevivir con los míseros $10.000 que el Estado ofrece y ni siquiera todos puede acceder.
Complementario a esto, es la necesaria centralización del sistema de salud, donde todo el sector privado se ponga bajo órbita del Estado para poner a disposición todos los recursos.
También deberían ser los sindicatos como Médicos Municipales, SUTECBA, ATE y las centrales sindicales quienes se pongan a la cabeza de estas demandas.
Sin resolver estos problemas de fondo, la situación no puede más que empeorar para los trabajadores de la salud y sus pacientes. El caso de Ramona y tantos otros en las villas, eran evitables. La salud de la población es una prioridad. Nuestras vidas valen más.

En la villa 21-24 exigen declarar la emergencia alimentaria, habitacional y sanitaria

1.6.2020

Este lunes al mediodía organizaciones de la villa 21-24, en conferencia de prensa, denunciaron la falta de agua. Mientras exigieron justicia por la muerte de Ramona Collante y que se declare la emergencia alimentaria, habitacional y sanitaria en las villas, para acabar con los crímenes sociales.

La Red Mujeres y Disidencias y el Comité de Emergencia de la Villa 21-24 y Zavaleta realizaron este lunes al mediodía una conferencia de prensa, donde participaron diferentes organizaciones sociales, sindicales y políticas solidarias.
Justicia por Ramona Collante, militante de la Garganta Poderosa, fue una de las exigencias gritadas desde la entrada a la Villa 21-24. Otra Ramona perdió la vida, otro crimen social.
Digan lo que digan el Gobierno de la Ciudad o el directorio de AYSA, el agua sigue siendo un problema que se repite en todos los barrios vulnerables. En la llamada villa 21-4-24, los sectores con falta de agua ó baja presión en la misma, que impide su recolección, son los barrios Loma Alegre, Pavimento Alegre, Tierra Amarilla y San Blas. Las manzanas 8-11-12-13-14-15-16-18-19-24-25-27-28-29, son las más afectadas, según denunciaron en la conferencia de prensa. Y hasta el extremo de falta de agua en la sala de primeros auxilios del barrio, una desidia estatal absoluta. Por más operativos Detectar que realicen, dicho sea de paso, tardío y escaso, las condiciones sociales, laborales y sanitarias impiden frenar el contagio.
A este reclamo de falta de agua, se le agregan los demás problemas estructurales del barrio, como el hacinamiento, la falta de mantenimiento barrial y los malos accesos dentro del mismo, que impiden que las ambulancias lleguen a tiempo.
Como decían en la conferencia de prensa, “con un impuesto a las grandes fortunas se podría comenzar a solucionar muchos de estos problemas que se acarrean hacen años por el abandono y desidia estatal”.
Hoy ya se contabilizan más de 400 casos positivos de Covid-19 en la villa 21-24, barrio Zavaleta, que son parte de los más de 4000 casos detectados en las villas de la Ciudad, lo que representa el 44% de casos de toda la Ciudad.
La falta de trabajo, la desocupación y la mala alimentación fue otra de las demandas centrales, ya que como denunciaban las viandas escolares son insuficientes y no contemplan las calorías necesarias para enfrentar un brote epidemiológico. Al mismo tiempo, desde los comedores populares del barrio, denuncian la escasez de los bolsones entregados por el Gobierno de la Ciudad, como ya denunciara en la legislatura la diputada del FIT Alejandrina Barry.
Al finalizar la conferencia de prensa, las organizaciones convocantes no descartaron realizar medidas de protesta, ya que, como bien decían: ya pasaron mas de dos meses y seguimos sin tener respuestas favorables en un contexto donde la pelea contra el coronavirus es día a día.

“No hay un protocolo hecho a medida y pensado para las necesidades que tienen nuestros vecinos.

31.5.2020

Distintas organizaciones de docentes, vecinos y trabajadores de la salud del Bajo Flores, CABA, realizaron un corte de calle el día martes a mediodía para visibilizar las problemáticas que han venido denunciando desde el inicio de la cuarentena. Problemáticas relacionadas a la falta de políticas públicas que resuelvan la emergencia sanitaria y alimentaria que atraviesa el barrio Ricciardelli, antes conocido como villa 1-11-14. Las últimas semanas manzanas enteras del barrio padecían falta de agua y recortes en el servicio de luz. Hablamos con Carolina, Promotora de Salud del CeSaC 20 e integrante de la Red de Docentes, Organizaciones y Familias del Bajo Flores, quien nos cuenta las exigencias de políticas públicas que tengan en cuenta las necesidades de los vecinos.

Vecinos denunciaron la ineficacia del Programa Detectar y el maltrato que ofrece y demandan un protocolo de salud integral que tenga en cuenta a las organizaciones sociales y a los trabajadores territoriales para prevenir y tratar el virus Covid 19 en el barrio. Este martes y ante la llegada del ejército a las calles del barrio en un plan de contención que suscitó muchas dudas, los vecinos expresaron que no se puede exigir el aislamiento obligatorio conociendo las condiciones de hacinamiento y hambre que se padecen en el barrio.
Las organizaciones de docentes, vecinos, trabajadores y trabajadoras de la salud se manifestaron en la esquina de Av. Cobo y Curapaligüe, cruce de relevancia en la zona. Entre las distintas intervenciones del acto habló la vicedirectora de la escuela número 3 quién recordó que el barrio también está afectado por una pandemia de dengue, “algo absolutamente evitable, pero que nunca se tomaron en ningún momento las medidas sanitarias necesarias para evitar el contagio masivo de dengue”. En el acto se remarcó que no hay ningún esquema desde la ciudad o la nación para que la comida llegue a las familias. El relevamiento que están llevando junto a la UTEP dejó constancia de muchas familias sin acceso a la comida y que de las 450 familias entrevistadas solamente tres pudieron acceder al Ingreso Familiar de Emergencia.
En comunicación con Carolina, Promotora de Salud del CeSaC 20 del Bajo Flores, nos contó sobre la tarea de una promotora de salud y las dificultades que están transitando durante la pandemia.
“El rol del promotor dentro es el de ser el nexo entre la comunidad y el centro de salud debido a que antes se pensaba que un médico o un enfermero tenía que estar esperando que vaya la persona a presentar sus dolencias, pero con el cambio de paradigma esto cambió y justamente nace la figura del Promotor de Salud o Agente Sanitario cómo se conoce en los barrios. Como promotora de salud del CeSaC 20 nos encargamos de hacer trabajo territorial junto con un equipo de profesionales. Esto no funciona en todos los CeSaC del Bajo Flores, excepto el 19 y el 31, en el 40, 20 y el 48 tienen promotoras de salud. Se trabaja desde lo territorial, cada equipo debería estar conformado por un médico, un pediatra, un enfermero, un promotor de salud y un asistente social, pero no todos los equipos territoriales cuentan con todos los profesionales designados. Lo que se hace son postas sanitarias, se va a vacunar y se facilita el servicio de la salud que es un derecho. Se facilita que la familia tenga acceso a un médico en el caso de que haya familiares con enfermedades crónicas, o personas con discapacidad o postradas que no puedan movilizarse a los centros de salud.
A partir del 11 de mayo con toda esta epidemia nosotras fuimos sorprendidas y violentadas con una orden que venía desde el ministerio de seguridad y la gente que está a cargo de salud comunitaria avisándonos como media hora antes de ese mismo lunes dándonos la orden de que ese día iba a empezar el operativo Detectar. Nos presentamos en el club San Lorenzo, nos dijeron que iba a haber una capacitación y no hubo tal cosa, solamente nos proveyeron ese día de la máscara y de un barbijo. Fue muy precario el equipo y la información que recibimos. Quedamos con muchas dudas.
Desde ese día hasta hoy estamos haciendo visitas en los domicilios detectando más que nada casos de personas que hayan tenido contacto estrecho con personas con Covid 19. El programa Detectar fue a pedido de las organizaciones sociales y de la iglesia, debido al avanzado número de casos que se presentaron en el vecindario. Fue a partir de una reunión que pidieron dos días antes del operativo donde estuvieron presentes las organizaciones sociales, los vecinos y también la iglesia. A nosotros y a los centros de salud no nos convocaron, por eso también el desorden y la desprolijidad del programa.
Detectar está compuesto en la zona por siete grupos que tenemos llegada a San Lorenzo actualmente. Hay una promotora de salud, dos personas de Visitas de Inspección, Vigilancia y Control (IVC), a uno se le dice caminador que es quien traslada al sospechoso de covid 19 y un referente barrial. Salimos todas las mañanas desde San Lorenzo. La primera semana estuvimos buscando direcciones de casas de gente que había tenido contacto estrecho con enfermos del virus.
Esta segunda semana fue diferente porque no hay un protocolo hecho a medida y pensado para las necesidades que tienen nuestros vecinos. No es lo mismo un protocolo general para todo CABA, que un protocolo especial para los barrios vulnerables que no tienen luz, que no tienen agua, y que ahora con la falta de trabajo están a un paso de ser desalojados, donde se vive con hacinamiento, con dengue, con sarampión, etc. Hay familias que viven en condiciones se podría decir de extrema pobreza.
Sucede con los aislamientos obligatorios que muchas veces la persona aislada es jefa de familia y la internan o la mandan a un hotel y no se piensa en los hijos. La familia sufre una desmembración muy difícil, no todas las familias están compuestas por otros parientes como abuelos, tíos o tías; hay familias que no tienen otra contención, ni siquiera de los vecinos porque también está la estigmatización. No todos, pero hay vecinos que apuntan y dicen cosas por desinformación.
Otra cuestión es que hay personas internadas, incluso en terapia intensiva, que nadie levantó un teléfono y llamó al familiar para contarle cómo es la evolución del paciente día a día. Después de una semana o dos semanas de aislamiento, los familiares no saben cómo está la señora o el marido.
Todo lo que se pudo hacer, lo hicieron las organizaciones sociales. Fueron ellas las que llevaron comida, asistencia y de tejer redes entre nosotras, entre los médicos que son copados y tienen una mirada más integral, una mirada con empatía, con humanidad. Se pudieron tejer redes en los hospitales para que alguien llame a los familiares.
Son cosas que parecen pequeñas pero son importantes porque no nos olvidemos que según la OMS no se trata sólo de la salud fisiológica sino también de la salud mental. Hay enfermedades que están relacionadas directamente con la pobreza, con la falta de trabajo y la falta de inclusión. Creo que todos son derechos y que con el tiempo siguen siendo olvidados.

P: ¿Cómo es el trato a la vecina o al vecino que recibe la notificación de visita del Detectar?
En un inicio era bastante hostil para los vecinos. El número de personas que iban y la forma en la que llamaban, o en la que se presentaban. Esa primer semana estuvimos hablando con la coordinadora y fue mejorando, ahora estamos muchísimo mejor.

P: En los medios de comunicación masiva se habla de coronavirus con cifras de contagiados y de testeos realizados, ¿hay alguna estrategia o esquema para evitar que se propague?
Se podría frenar con el testeo pronto a toda aquella familia que haya tenido contacto estrecho con algún covid-19 positivo. En los inquilinatos más que nada porque comparten baño, cocina, etc. Es lo que no se está haciendo. También a los asintomáticos. Otro punto importante sería garantizar a las familias aisladas las cuatro comidas de cada día, para evitar que salgan a buscar, que vayan al comedor o que vayan a comprar

P: La semana pasada bajaron a militares del ejército para empezar a hacer las tareas que estaba haciendo un comedor justamente porque se contagiaron todos. ¿Qué te genera la aparición de la fuerza en el barrio?
Me genera un signo de interrogación porque ellos tendrían que estar en la frontera. Se supo de casos que fueron contagiados en el comedor pero es otra consecuencia de la falta de garantía de parte del estado para que las familias puedan aguardar en aislamiento. Si bien en un principio era de 14 días ahora sólo es de 10 días, dentro de los cuales la persona sigue teniendo las características y los síntomas del Covid 19 con lo cual es probable que siga contagiando. Por eso es importante el testeo rápido a las familias que hayan tenido contacto estrecho con covid-19 positivo y que esas familias sean asistidas.
Si bien este comedor u otros comedores son asistidos hace mucho por las organizaciones sociales, porque vuelvo a aclarar que son las organizaciones quiénes sustentan de forma diaria la comida de las familias que están sin trabajo o que están aisladas. Puntualmente sobre la Iglesia Madre del Pueblo no solamente daba comida a las familias sino también a las personas que viven en la calle y duermen en la calle o bajo el puente. Hay muchas familias de Caballito, de Flores, de Palermo que llegan hasta estos lugares para comer.

Casi feliz: crecer en Villa Crespo

31.5.2020

Por Santiago Gómez

La serie de Sebastián Wainraich en Netflix muestra la clase media porteña que creció en el punto central de la ciudad. Cuenta la historia de una separación con hijos, pasados los treinta y cinco. Un gran reflejo de ese sector social.

Quizá por haberme separado hace poco. Quizá por la saudade del humor judío. Quizá por haberme reído durante muchos años escuchando la Metro, superada la resistencia Peña, cuando vi el adelanto de la serie Casi feliz, de Sebastián Wainrich, supe que le daría una oportunidad. Lo que no imaginé es que vería tan bien reflejada la clase media porteña. La media media, la que crecimos en Villa Crespo, en el punto central de la ciudad, o así me enseñaron en la Tomasa, la escuela de Corrientes y Malabia. Esa clase media que pasa por cheta por usar ropa de marca, la misma que usan entre Santa Fe y el río, pero comprada por laburantes.
La serie cuenta la neura de un judío exitoso por su humor, que la mujer lo deja porque perdió interés por la monotonía de la relación criando mellizos. Sebastián es un reconocido conductor de la radio Urbana, en la serie actúan varios de los compañeros de radio de Wainraich. Muestra esos personajes siniestros que pululan alrededor de famosos, que se presentan con un fanatismo que asusta, que lleva pronto a pensar en posibles asesinos seriales. Una gran actuación de Pilar Gamboa, sino la mejor de la serie, interpretando una compañera de primaria de Sebastián, que se presenta pidiendo favores, ofendida si Sebastián no concede. Se destacan las actuaciones de Hugo Arana y Adriana Aizemberg, como padres de Sebastián.
Sebastián encarna a la perfección los Danieles, los Arieles, que más de uno tuvo como compañero en la primaria, la secundaria. Al menos los que crecimos en Villa Crespo tuvimos muchos. La serie también muestra esa fauna desagradable de la clase media porteña: el escritor que pasó veinte años en la vida académica y reniega de ella, que no falta a cuanto evento social de caretas hay. Los músicos que entraron en agencias de publicidad para ganar un mango y salieron espantados por la lógica financiera.
Los ambientes en los que se desarrolla la serie no son departamentos despampanantes, sino típicos departamentos de la clase media de la ciudad. Claro que con algunos toques modernos, con artículos comprados en Palermo, en la casa de los cuarentones. Pero la casa de los padres de Sebastián es una de esas en las que parece que no pasó el tiempo. Simplemente, se ve el cuidado por algo que se pudo comprar en una mejor época. Muestra los espacios en los que algunos consiguen celebrar fiestas y los métodos para hacerlos: videos familiares, contratación de animadores.
La historia es veloz, los capítulos cortos. No se caracteriza por el relleno. Es divertida. Es un buen reflejo de nuestra clase media urbana.

Lucran con las canastas escolares

29.5.2020

Por Jonatan Baldiviezo (ODC), María Eva Koutsovitis, (CLIC / IPYPP), Alejandro Volkind (ODC / IPYPP), Myriam Leonor Godoy Arroyo (ODC / IPYPP) y Magali Zirulnikoff (ODC).

Desde el Observatorio por el Derecho a la Ciudad, la Cátedra Libre de Ingeniería Comunitaria, y el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas denunciaron un nuevo negocio de los intermediarios en la Ciudad de Buenos Aires.

* 1. Se publicó en el Boletín Oficial la Resolución N° 90/2020 que establece que el GCBA paga $1.575 por cada una de las Canastas Escolares Nutritivas (desayuno y almuerzo) que se reparten en las escuelas cada 10 días hábiles (2 semanas).
* 2. En la resolución, el propio GCBA reconoce que el costo real de la canasta, a precio minorista, no supera los $750. Algo que venimos afirmando hace dos meses (https://buff.ly/2R92366). El resto se va en costos de distribución, de mano de obra y en ganancias de las empresas.
* 3. El GCBA paga $1.575 por canasta, pero las familias reciben efectivamente la mitad de dicho valor en comida.
* 4. ¿Quién se queda con la otra mitad? Las 19 empresas concesionarias que desde hace 30 años lucran con la comida de los estudiantes.
* 5. Para terminar con este negocio y sistema ineficiente, en este contexto de pandemia del coronavirus Covid-19, hay que eliminar a los intermediarios.
* 6. Por este motivo, venimos proponiendo que el GCBA directamente transfiera los $1.575 a cada familia. Se eliminan los intermediarios y las familias van a poder duplicar la cantidad de alimentos que reciben actualmente.
* 7. En esta línea, a mediados de abril, el legislador Santiago Roberto, conjuntamente con otros legisladores, presentó el Proyecto de Ley N° 1017-D-2020 (https://buff.ly/3dapVQ4) para que el monto destinado a la compra de estas canastas sea directamente entregado mensualmente a las familias mediante una tarjeta magnética.
* 8. En esta última entrega quincenal de la canasta existen numerosas denuncias de que muchos productos no fueron entregados.
* 9. El GCBA informó que la entrega de la canasta ahora será mensual. Nos lleva a pensar que la cantidad de alimentos que reciben las familias disminuirá.
* 10. En las villas de la Ciudad, el GCBA está entregando bolsones de alimentos, ya no por estudiante sino por familia, con menor cantidad de productos que la Canasta Escolar Nutritiva, para dos semanas. El GCBA aún no comprende que estamos en crisis sanitaria y económica.

Trabajar sin protección es una condena silenciosa

Este viernes 29 de mayo, a las 9.30, auxiliares de la Educación realizarán una conferencia de prensa en la Escuela Mariano Acosta, ubicada en Urquiza 277 de la Ciudad de Buenos Aires para denunciar que a más de dos meses de haber comenzado el aislamiento social obligatorio y la suspensión de clases presenciales, “el Gobierno de la Ciudad continúa haciendo oídos sordos a los reclamos de lxs trabajadorxs esenciales”.

Reproducimos comunicado:
Lxs trabajadorxs Auxiliares de la Educación nucleados en ATE, dependientes del Ministerio de Educación de la C.A.B.A. no contamos con los insumos necesarios y suficientes para garantizar nuestra propia seguridad cuando somos convocadxs para la entrega de bolsones de mercadería para los niños y las niñas que asisten a las escuelas.
Todos los días, concurrimos a cumplir nuestras funciones, a colaborar y mantener las instalaciones higienizadas y desinfectadas, pero no contamos con los insumos necesarios para garantizar la limpieza ni nuestra protección personal frente a la pandemia. Razón por la cual ya tenemos un compañero participo de la entrega de bolsones y ahora se encuentra aislado en un hotel tras dar positivo su test de Covid 19.
La desidia del Gobierno porteño es la principal causa de la cantidad de casos positivos y de las muertes que azotan la ciudad. La falta de protocolos y capacitación para lxs trabajadorxs esenciales de todas las áreas y el reconocimiento institucional y económico de estas tareas son urgentes. La ausencia de controles sanitarios y testeos para todxs lxs trabajadorxs, es criminal.
Exigimos al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que disponga a los técnicos del área de Mitigación de Riesgo para la elaboración de planes que resguarden a lxs trabajadorxs, y minimicen el riesgo de contagio para ellxs y la comunidad educativa.
Por todo ello, este viernes 29 de mayo a la 9:30 hs en el Mariano Acosta, haremos un llamado de atención a toda la sociedad y en especial a la comunidad educativa, padres, docentes y no docentes, a estar alertas y exigir al Gobierno de la Ciudad las condiciones de higiene y seguridad laboral acordes a los tiempos que corren.

Usted es el visitante N°