1.10.2020
Por Juana Galarraga
Ninguna casa construida, ningún policía preso. Promesas incumplidas y casi una década de impunidad. En Guernica ¿hay que hacer como en el Indoamericano?
Algunos periodistas y funcionarios sostienen que al reclamo de las 3.000 familias que luchan por vivienda en Guernica, hay que resolverlo como se hizo “en el Indoamericano”.
El parque Indoamericano es un predio de más de 120 hectáreas ubicado en el barrio de Villa Soldati, al sur de la ciudad de Buenos Aires. En diciembre de 2010 miles de familias de distintos barrios precarios de la capital se asentaron allí en busca de un pedazo de tierra para vivir. Días después fueron desalojadas mediante una represión salvaje.
El del Indoamericano es un caso testigo para entender cómo resuelven los gobiernos el reclamo de los sectores más necesitados por vivienda. Lo contamos a partir de algunas cifras.
0 casas construidas en casi 10 años
Luego de varios días de toma, represión y muertes, el gobierno nacional a cargo de Cristina Fernández de Kirchner y el porteño, a cargo de Mauricio Macri, se comprometieron a llevar adelante un plan de viviendas. Cada Ejecutivo aseguró que invertiría un peso por cada peso que pusiera el otro.
Ante esta propuesta y después de una negociación con representantes de organizaciones sociales, las familias que resistían se terminaron retirando.
Pasaron casi 10 años. Según informó a este diario una vecina de la Villa 20 “el plan de viviendas que prometieron quedó en nada. En la villa 20 fueron entregadas entre 2000 y 3000 casas en los últimos años. El resto se está construyendo pero está todo parado. Esto es parte de un plan de urbanización de la villa que fue votado por la Legislatura en 2005, no es el plan que prometieron después del Indoamericano”.
3 personas asesinadas y decenas heridas
“La represión causó las muertes de Rossemary Chura Puña, boliviana, de 28 años, y Bernardo Salgueiro, paraguayo, de 22 años y heridas a Wilson Ramón Fernández Prieto, paraguayo, José Ronald Meruvia Guzmán, boliviano, Jhon Alejandro Duré Mora, paraguayo, Juan Segundo Araoz, argentino, y a Miguel Angel Montoya, también argentino. Dos días más tarde, Emiliano Canaviri Alvarez, boliviano, de 38 años, fue asesinado de un disparo en el pecho, cuando, según su esposa, salía por la puerta del parque y la Policía Metropolitana (PM) comenzó a disparar”, sostiene el CELS en su informe “Indoamericano: un año de Soledad”, de 2011.
16.000 necesidades
Según el mismo informe del CELS, el Gobierno censó a miembros de 4075 familias en el lugar.
“En el Indoamericano me instalé en una carpa con ellos 10 días, viví con ellos, comí con ellos y una noche desalojé a 16 mil personas”, se jactó recientemente el actual secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni. Por entonces tenía un cargo en el Ministerio de Desarrollo Social y fue el interlocutor del Gobierno nacional ante las familias.
“La Villa 20 tiene 25.000 habitantes en un terreno muy reducido. Las condiciones son muy precarias. Si bien hubo un crecimiento edilicio, las casas se fueron para arriba en algo muy particular que es que muchos propietarios en la villa subalquilan como una forma de vivir. Mucha población nueva termina alquilando en cuartos totalmente hacinados y en condiciones de vida no dignas. Hubo un momento en que frente a un espacio abandonado muy grande como el Parque Indoamericano lo fueron ocupando de forma espontánea. Ninguna organización barrial llamó a la toma del parque sino que surge como una necesidad”, relató, vecino de la Villa 20.
Más de 10 días de calor, desesperación y furia estatal
Las familias comenzaron a asentarse en el parque el 3 de diciembre. El día 7 la jueza de la Ciudad, Cristina Nazar, ordenó el allanamiento y el desalojo. Se produjo la represión salvaje que dejó muertos y heridos, a manos de la PM y la Policía Federal (PFA). Al día siguiente miles más volvieron al predio.
El 8 de diciembre militantes y organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos se hicieron presentes para solidarizarse y repudiar la represión. La PFA y la PM formaron un cerco para impedir el paso de comida, agua o asistencia médica.
“El jueves 9 a las 20 horas, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habla por cadena nacional y anuncia que Nilda Garré encabezará el nuevo Ministerio de Seguridad. Una evidencia de la crisis del gobierno de los ‘derechos humanos’ que en menos de dos meses acumula más muertes que el gobierno de Duhalde”, informaba el sitio del Partido de los Trabajadores Socialistas, el 16 de diciembre de 2010.
El viernes 10 y sin cámaras en el lugar, empiezan ataques de patotas que queman las carpas de las familias. La crisis obliga a la negociación. El gobierno nacional, el de la Ciudad y representantes de los movimientos sociales se reúnen por la noche en la Rosada.
El sábado 11 cientos de gendarmes y prefectos enviados por Nación rodean el parque que se ha llenado de más familias que se suman al reclamo.
El 16 de diciembre, horas después del acuerdo sellado por el Gobierno nacional y de la Ciudad, las crónicas periodísticas daban cuenta de que durante la madrugada previa se había terminado de completar “el desalojo voluntario” del predio. Macri anunció que le pondría rejas para evitar nuevas ocupaciones.
4 fuerzas represivas y patotas contra las familias
La represión del día 7 se llevó a cabo en un operativo conjunto de 200 efectivos de la PFA y 60 agentes de la PM.
El sábado 11 Nación dispuso la presencia de centenares de efectivos de Gendarmería para rodear el predio. También, efectivos del grupo Albatros de Prefectura empezaron a custodiar los alrededores y los monoblocks de la zona. Según fuentes oficiales arribaron en decenas de vehículos. El operativo incluyó helicópteros y carros hidrantes.
Los medios hablaban de un “fuerte operativo” para evitar los “enfrentamientos” dentro del parque. Las versiones oficiales hablaban de disputas violentas entre las mismas personas ocupantes.
“Ayer, unas 500 personas que se identificaban como vecinos del predio, envueltos en banderas argentinas ingresaron al parque para intentar desalojarlo por la fuerza. Los enfrentamientos se agudizaron con el caer del sol. Hubo combates cuerpo a cuerpo, heridos de bala y un muerto”, informó La Nación el domingo 12. Las patotas paraestatales también actuaron como fuerza de choque. Las fuerzas represivas de ambos gobiernos las dejaron entrar.
0 responsables políticos o materiales enjuiciados
La investigación estableció que los disparos mortales y los que causaron lesiones fueron realizados por un grupo de 15 efectivos de la PM, “pero no se pudo determinar la responsabilidad del tirador individual”, sostiene el informe 2019 del CELS “Derechos Humanos en la Argentina”.
Además “muestra en qué medida la falta de identificación es un obstáculo para investigar las violaciones de los derechos humanos. En primer lugar, algunos federales estaban de civil’”, agrega el informe, entre otras irregularidades de la Policía.
“También se pudo determinar qué agentes de la PFA dispararon a les vecines de la Villa 20 e imputarlos por el delito de abuso de armas. Pero luego, la Cámara del Crimen desconoció las pruebas y consideró que los jefes policiales y el resto de los agentes no tenían ninguna responsabilidad penal; todos fueron sobreseídos. La Cámara sostuvo que las muertes se habían producido por la exclusiva responsabilidad de algunos oficiales y no cuestionó cómo se había ejecutado el operativo ni analizó la cadena de responsabilidades. Más adelante, una resolución de la Cámara de Casación –instancia superior jerárquica a la Cámara de Apelaciones– reabrió la investigación contra los jefes y los agentes. Tanto los autores materiales como los jefes policiales están ahora imputados, pero nueve años después de los hechos aún no se