La masacre de Pompeya
29.12.2020
Por Periódico El Roble
El 25 de enero de 2005 Fernando Carrera fue protagonista de un hecho que marcaría su vida. Conducía su Peugeot 205 y confundió a policías de civil con delincuentes cuando quisieron detenerlo en un control vehicular, por ello se dio a la fuga, según su testimonio, y no se detuvo. Ello provocó que los policías comenzaran a dispararle, generando la embestida de Fernando Carrera contra dos mujeres y un niño en el cruce de Avenida Sáenz y Esquiú, provocándoles la muerte. La versión oficial sostenía que el conductor escapaba de un robo junto a un cómplice, versión totalmente fraguada por los policías.
-El Roble: ¿Qué balance hacés sobre los hechos de la llamada “Masacre de Pompeya”?
-Ravina: Tengo sentimientos encontrados sobre el balance de la causa que nos tocó militar, defendiendo a Fernando Carrera, en la causa conocida como la “masacre de Pompeya”. Por un lado, brotan sensaciones de impotencia ante la impunidad manifiesta de un poder judicial que decidió concluir la causa, absolviendo y liberando a un inocente tras las rejas, dejando impunes a los verdaderos responsables de tanta muerte, sangre y dolor.
Sin perjuicio de esto, rescato el enorme compromiso colectivo que permitió poner en la agenda pública la terrible injusticia que vivía Fernando tras las rejas y la de su familia encerrada en tremendo dolor.
Pudimos, en primer lugar, dar vuelta la condena mediática, para que luego el Poder Judicial (a través de la Corte suprema en dos oportunidades y luego de más de 12 años de lucha), aceptara que se trató de una causa armada policial con complicidades judiciales y de los medios de comunicación.
Rescato el producto audiovisual de la película “El rati horror show”, que puso en evidencia una práctica policial, judicial y mediática, y que trascendía al caso concreto y mostró el funcionamiento corporativo de un poder judicial, alejado de cualquier concepto cercano al de “administrar justicia”.
Lamentablemente, terminando el año 2020, todo sigue igual, pero nos queda la experiencia de saber que se le puede ganar. Está en nosotros.
-El Roble: ¿Qué mirada tiene sobre los casos de Violencia Institucional sucedidos en los últimos tiempos?
-Ravina: La violencia Institucional aumentó exponencialmente durante los 4 años del gobierno neoliberal de Mauricio Macri y sus secuaces. Los medios masivos de comunicación, difundiendo hechos de inseguridad en forma irresponsable, construyeron la respuesta macrista de que está bien primero disparar y después preguntar (gatillo fácil). Se desarticularon las Unidades especializadas del Ministerio Público Fiscal sobre Violencia Institucional y los jueces de nuestro querido país continuaron avalando muchísimas muertes injustas y sus impunidades.
-El Roble: ¿Algún caso que lo haya impactado en particular?
-Ravina: Todos los casos injustos impactan, pero la muerte de Rafael Nahuel, la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado fueron un punto de inflexión. No me puedo olvidar de las terribles imágenes del efectivo policial Chocobar asesinando a un muchacho, tirado en el suelo, desarmado y herido. La responsabilidad de los gobernantes fue determinante.
-El Roble: ¿Cómo ve a la justicia y qué aspectos es necesario reformar?
-Ravina: El poder Judicial Argentino es muy precario e injusto. Es necesario reformular el rol de las fuerzas de seguridad, dentro del organigrama de los jueces. Pienso en una policía judicial y en jueces que trabajen con la responsabilidad y el debido “control “de cualquier funcionario público. Los fiscales deben tener protocolos de investigación cuando intervengan fuerzas represivas del estado en la comisión de cualquier delito. Por supuesto que no me cierra que ningún funcionario tenga cargo vitalicio. No me gustan las monarquías.