16.3.2021
Metrovías intenta quitarles los fueros a 5 delegados por hacer un paro, para luego despedirlos. En asamblea se votó hacer una campaña, “Llamamos a repudiar este atropello y que termine la persecución y la judicialización de los conflictos”, nos decían Daniel Erviti, Mariela Caipo, Sebastián Carrizo y Leonardo Saraceni, delegados de la línea B, que junto con Diego Gavela son los cinco compañeros atacados.
Los ataques a los trabajadores son en respuesta al paro de línea B del subte del 4 de marzo que tuvo el objetivo de impedir el avance de la empresa concesionaria sobre las condiciones sanitarias de trabajo. La misma, envió telegramas a 5 delegados de base de la línea B, informándoles que les iniciaba un proceso judicial de desafuero con la finalidad de despedirlos. Una violación inconstitucional al derecho a huelga. Los trabajadores de la línea B, en asamblea y en un plenario de delegados de la AGTSyP de todo el Subte, votaron comenzar una campaña contra la persecución y judicialización de la protesta.
Entrevistamos a continuación a Daniel Erviti, Mariela Caipo, Sebastián Carrizo y Leonardo Saraceni, delegados de la línea B, para que nos relaten los pormenores de este ataque al derecho a la protesta.
Queríamos que nos contaran brevemente cómo se inicia el actual conflicto, que derivó en las sanciones persecutorias.
Leonardo: Metrovías, desde hace unos meses, viene tratando de normalizar el servicio. Al igual que muchas otras empresas, están presionando para terminar con las medidas que conseguimos para cuidarnos del Covid-19, tanto a pasajeros como nosotros. En este caso, pretenden que desarmemos las burbujas que reducen los contactos entre compañeros y que se abran aquellas instalaciones que estuvieron todo el año cerradas. Según todos los especialistas, serían posibles focos de contagio entre los trabajadores, y por esa vía hacia los pasajeros. Dicho sea de paso, ya tienen que viajar sin distanciamiento social.
Sebastián: Se supone que el subte es para trabajadores esenciales y ahora para estudiantes y docentes. Pero desde hace meses, viene creciendo la cantidad de pasajeros sin que haya nadie que controle ni el distanciamiento en los andenes, ni la cantidad máxima en los vagones. Si no hacen nada, va a ser cada vez peor. Se va a transformar en un gran lugar de contagio para los miles de usuarios y trabajadores.
Mariela: Pero no es el primer conflicto. Después de casi un año de licencia, quisieron obligar a los mayores de 60, a volver a trabajar violando las normativas sanitarias emitidas por el Ministerio de Salud nacional. No lo pudieron conseguir, pero metieron presión para llevarse el aval por parte de la directiva de nuestro sindicato para que puedan trabajar “voluntariamente” quienes se sometan a exámenes. Una concesión que alienta a la empresa a seguir presionando y rompiendo los protocolos sanitarios. Por esta ofensiva irresponsable, también hubo conflictos en otras líneas.
¿Y ustedes respondieron con un paro, haciendo valer el derecho constitucional a la protesta?
Leonardo: No directamente, primero intentamos negociar con la empresa, pero ellos nos impusieron las modificaciones en forma unilateral, sin siquiera escucharnos. Solo cuando fracasaron todos nuestros intentos de que nos explicaran cómo iban garantizar las condiciones de bioseguridad, que se negaron a hacer, recurrimos a una medida. Recién en ese momento, la empresa aceptó una recorrida en común con la directiva del sindicato y los profesionales que nos asesoran. Ahí surgió también un primer informe con todos los puntos que deberían cumplir para garantizar una apertura de segura de los espacios comunes. A su vez, se determinó el máximo de compañeros que pueden permanecer en el lugar. Es claro que Metrovías no tenía las condiciones de trabajo garantizadas y reconoció en los hechos que nuestro reclamo era justo.
¿Y cómo se llegó de una medida de fuerza, por un tema que hasta la empresa aceptó como justo y que tomó medidas para resolver, a que les manden telegramas pidiendo desafuero y eventualmente el despido?
Mariela: Este fue un paro votado y realizado por los compañeros. Luego, la empresa montó operativos de propaganda, provocaciones como tratar de mover un tren con todas las estaciones cerradas y sin ningún trabajador de base cumpliendo sus funciones. Nosotros nos opusimos a estas provocaciones y por eso inventaron los argumentos para intentar judicializarnos.
Sebastián: Metrovías apela a los juicios por desafuero para chantajear a los trabajadores. Después de alguna medida de fuerza, te los inicia diciendo que cometiste algún delito, que ellos inventan. Luego, te propone dejar el delito sin efecto a cambio de que aceptes ceder derechos. Un verdadero chantaje que el gobierno deja correr y que claramente hay que enfrentar.
Daniel: Sí, y lo tenemos que enfrentar entre todos los trabajadores. Porque no somos los únicos a quienes las empresas quieren hacer retroceder acusando de criminales, ya vimos en la televisión la campaña contra activistas o delegados llamándolos “lacras” o “mugres”. Y seguramente vamos a ver muchos más casos. Por eso es necesaria una gran campaña de repudio a este accionar y en defensa de todos los compañeros perseguidos.
Ahora que la campaña contra la persecución fue votada en todo el Subte: ¿Cómo piensan llevarla adelante?
Leonardo: En la asamblea de tráfico de la línea B, con la presencia de varios miembros del Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP, se votó impulsar una gran campaña contra la persecución y el pedido de desafueros. Además, esta votación se ratificó en el plenario de delegados de todo el Subte. Por eso, llamamos a todos los sindicatos, a las comisiones internas combativas, activistas, organismos de DD HH y organizaciones sociales y políticas, a realizar pronunciamientos de repudio. Queremos que se oiga fuerte el rechazo a esta actitud de las patronales.
Daniel: Sí, y les pedimos a todos los compañeros del subte que nos pongamos en movimiento para realizar esta campaña. Que junten firmas, se saquen fotos con carteles de repudio, consigan apoyos. Tenemos que ponernos en movimiento para fortalecer esta pelea. No podemos permitir que cada vez que peleamos por un reclamo justo, pretendan que lo dejemos de lado a cambio de levantar las amenazas de despido contra nosotros. Tenemos que derrotar a Metrovías e impedir que siga este método de chantaje.