31.5.2021
Por Liliana Urruti
Natalia es una persona con discapacidad visual y visceral, a causa de una patología atípica de nacimiento. Trabaja en el Gobierno de la Ciudad, donde la obligaron a participar de la campaña del macrismo. Su historia en primera persona.
Natalia es una persona con discapacidad visual y visceral, a causa de una patología atípica de nacimiento: Trisomía del IX Par. Desde que nació, y durante sus primeros años de vida, fue sometida a cirugías, hasta que llegó un momento en que manifestó no deseaba continuar. Natalia trabaja en el Gobierno de la Ciudad desde hace 10 años. Fue obligada a pintar paredes y a repartir globos para la campaña de Juntos por el Cambio del 2011. Milita por derechos de las personas con discapacidad. Más puntualmente, en la inclusión laboral de “nuestro colectivo”. Es una de las tantas personas con discapacidad que, después de muchos años de trabajo precario, pide el pase a la planta permanente, del Estado. Su historia, en primera persona.
La discapacidad
“Las operaciones me angustiaban mucho, y la crueldad de mis compañeros, pero fue algo que he ido aprendiendo a sobrellevar y ya de adulta no me conflictúa. La sociedad discrimina, se vive en un mundo muy superficial en el que el envase es todo y son pocas las personas que no se dejan llevar por lo externo. También pasé varios años en un hogar de niños en el partido de Tigre. Las cosas cambiaron mucho, cuando pude ingresar a la Escuela de Educación especial Nro. 35, J. M Estrada. Tengo recuerdos muy bellos de esos años compartidos con compañeros y docentes. Hasta que, en una plaza cercana de casa, conocimos con mi mamá a una maestra de ciegos, que sugirió un colegio con escolaridad común, lo que implicaba un mundo totalmente desconocido ya que a comienzos de los 90 se hablaba poco y nada de inclusión escolar. Fue un desafío enorme para mí, ya que hice mi ingreso en 3° grado, y rendí segundo grado libre. Logré culminar el secundario en el año 2001, quince días antes de que explote socioeconómicamente el país. Desde ese momento siempre continué formándome”.
La militancia
“Poco tiempo después de haber ingresado a trabajar en COPIDIS (Comisión para la Plena Participación e Inclusión de las Personas con Discapacidad), me afilié a ATE. Hasta que se me despertó un interés muy fuerte por la militancia política y me uní al MST-Movimiento Socialista de los Trabajadores, y fui precandidata a comunera, por la comuna 12, en el año 2015. Claramente, me identifico y me siento a gusto lejos de la derecha. Mi militancia es nacional y popular, la que apoya a los trabajadores, los obreros, los docentes, el personal de salud, jubilados, pensionados, personas con discapacitados”.
La trayectoria laboral
“Mi experiencia laboral, comenzó en el año 2007, con la ayuda de la Prof. Graciela Muñiz, en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. Colaboré en su despacho durante un año y medio. Me encontraba muy a gusto, pero me ofrecieron un contrato en COPIDIS (Comisión de Discapacidad del Gobierno de la Ciudad). Fue el inicio de todos mis problemas. La pasé muy mal. Fueron 10 años de trabajo precario, ilegal, y en un ambiente de mucho estrés. Motivo por el que no dudé en hacer denuncias públicas por la infinidad de irregularidades en el área y por los actos discriminatorios recibidos. Me acusaban de no querer trabajar y de que me molestaba todo. Paradójicamente fui yo quien me vi obligada a adaptarme”, contó.
Natalia siguió: “Me llevé hasta el lector de pantalla y los auriculares (para que no protesten por la voz sintética del mismo). Me han obligado a llamar telefónicamente a personas sordas, y sabiendo mi discapacidad visual me daban material inaccesible para leer. En el año 2011, el jefe de personal de ese entonces, Marcelo Cano, ‘me invitó’ a pintar paredes para la puesta en valor de un edificio de la Ciudad de Buenos Aires, y a repartir globos y volantes, pretendiendo que me instale bajo las sombrillas para la campaña política de ese año. En 2012, logré que me dieran un pase en comisión en ATE Capital, pero, en 2014, debí retornar a COPIDIS. En el año 2016, Agustina Señorans, hija y sobrina de Damasia e Iván Pavlovsky, estrena el cargo como Presidenta de COPIDIS, y da de baja mi contrato. Alejandro Bodart lo levantó, y me gestionó otro pase en comisión a la CTA Capital Autónoma. Otra experiencia laboral muy buena, fue en el año 2015. Pude pasar a la Legislatura Porteña como asesora en temas de discapacidad y salud del Diputado Alejandro Bodart”.
La realidad
“Juan Manuel Valdés, quien preside la Comisión Especial de Personas con Discapacidad en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, me abrió las puertas, muy generosamente, me permitió trabajar con ellos: Lo conversé con mis delegados de la CTA Capital Autónoma, Juan Manuel habló con las autoridades de COPIDIS y gestionó otro pase en comisión, esta vez, para el parlamento porteño, que es donde estoy en la actualidad. No obstante, esto es solo una nueva medida paliativa más hasta que logre insertarme laboralmente en planta permanente”
Es fundamental para mí, resaltar que valoro profundamente la labor de Juan Manuel por lo expeditivo y como gestionó mi incorporación en su equipo. Es muy importante ya que me permitirá aprender, trabajar y aportar mi experiencia y conocimientos dentro del bloque del FDT (Frente de Todos): Me llena de orgullo trabajar en este bloque porque creo y apuesto al proyecto Nacional y Popular. Por la pandemia, estoy llevando adelante mis tareas, en forma remota, con los pocos recursos informáticos y tecnológicos con los que cuento.
En lo personal, esta situación laboral me perjudica, enormemente, y deteriora de forma severo de mi calidad de vida. Siempre me fue denegada la pensión y es algo que me enoja terriblemente ya que hay un montón de personas con discapacidad, con mejores niveles económicos, que cobran ese beneficio. Los criterios no son parejos para todos. Por dicho motivo hago tanto hincapié en que el estado debe amparar y garantizar mi derecho a un empleo que me permita vivir dignamente y desarrollarme”.
El reclamo
“Mi reclamo es el inmediato pase a la planta permanente con el reconocimiento salarial y de antigüedad por los casi diez años trabajados, y que se me equipare el sueldo, mucho menor al de otros empleados con la misma antigüedad y tareas. Dichas diferencias yo se las atribuyo, claramente, a una discriminación y persecución ideológica por negarme a realizar trabajos partidarios y no afiliarme a Juntos por el Cambio.
COPIDIS continúa desentendiéndose del problema. La Defensoría del Pueblo de la Ciudad les envió una nota a fines de 2018, a la que respondieron que no depende de ellos mi pase a planta permanente, lo que me recuerda al cuento del gran bonete, y al trámite del arbolito… Entonces, pregunto, ¿de quién depende? ¿Ante quién voy a reclamar? Tal como dijo la vice presidenta Cristina Fernández: ‘Hay funcionarios que no funcionan’, por ello, a quien o quienes dependiere el cumplimiento de la legislación que nos garantiza la protección integral a las personas con discapacidad, los denuncio por incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos.”
Al Gobierno de la Ciudad
“El ámbito donde considero que mejor puedo aportar mi fuerza y conocimientos, para mejorar la vida a la gente, y en especial, al colectivo de personas con discapacidad, así como también, el lugar donde me siento más satisfecha, por todo lo que aprendo y por los lazos de compañerismo e inclusión que allí se generan, es el Poder Legislativo. Pero puedo desempeñarme también con idoneidad en el Poder Judicial, o alguno de los Entes Recaudadores y o Autárquicos/Descentralizados. Fundamentalmente un lugar, donde se me respeten mis derechos como trabajadora, se valoren mis capacidades, conocimientos y donde me paguen como corresponde. No me quiero pelear más con los mamarrachos del gobierno de la ciudad. Llevo casi 13 años de incertidumbre, sufrimiento, no aguanto más, y por un sueldo paupérrimo”.
Su sueño
“Mi gran deseo de poder conocer personalmente al presidente de la Nación, Alberto Fernández, a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y a Máximo Kirchner. Me gustaría contarles mi historia de vida. Además, son la última esperanza que me queda para poder salir adelante. Van trece años de golpear puertas, de lucharla día a día, de pedir atiendan mi reclamo. Jamás cobré subsidio alguno. Lo poco que conseguí, hasta ahora, fue por mi tenacidad e insistencia. Mi familia, solamente me ayuda con lo básico, mínimo e indispensable, como lo es tener un techo y comida, por lo que soy muy agradecida, pero el resto, ahora, al ser ellos mayores, depende pura y exclusivamente de mí y cada vez se me está haciendo más duro e insostenible, lo que perjudica, como dije antes, notoriamente mi calidad de vida”.
La ley: ¿Qué ampara?
La ley laboral marco del GCBA, es la Ley N° 471. Sobre los Derechos y Obligaciones, el Art. 9°establece que los trabajadores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen derecho a: condiciones dignas y equitativas de labor; todas aquellas libertades garantizadas por la Constitución Nacional y la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; desarrollar una carrera administrativa que le posibilite el desarrollo personal y profesional; la igualdad de oportunidades en la carrera administrativa; una retribución justa; la participación en la reglamentación de sus condiciones de empleo por vía de la negociación colectiva; la capacitación técnica y profesional; estabilidad en el empleo, en tanto se cumplan los requisitos establecidos por la presente ley para su reconocimiento y conservación; la libre agremiación, y no discriminación (únicamente) por razones de sexo, dice la ley, que no habla en todo su articulado de las personas con discapacidad.
En el Art. 63, por su parte, se nombra a las “personas con necesidades especiales”. Si damos por sentado que se refiere a las “personas con discapacidad”, el Poder Ejecutivo establecerá los mecanismos y condiciones a los fines de garantizar el cumplimiento del cupo; igualdad de remuneraciones por igual función; labores claras y especificadas; y a tales fines se elaborará un registro por unidad administrativa que contenga el listado de trabajadores con “necesidades especiales”, y las labores que desempeñan o que pudieran desempeñar.
Ley CABA Nº: 1502 / 2004 referida a la Incorporación de personas con “necesidades especiales” (Insistimos, creemos se refiere a las personas con discapacidad) al sector público de la C.A.B.A, en su Artículo 1.- se refiere al cupo no inferior al cinco (5) por ciento, de personas con “necesidades especiales”, al Sector Público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a fin de dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 43 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ley que reviste carácter de obligatoria, cuando se deban cubrir cargos de Planta Permanente.
Respecto de la antigüedad, Art. 17 establece que se toma el tiempo efectivamente trabajado por el trabajador bajo la relación de dependencia.
El incumplimiento de las leyes vigentes, y de la Convención de los Derechos de las Personas con discapacidad, es concluyente, entre todas las razones expresadas porque hablar de “personas con necesidades especiales”, es negar a las personas con discapacidad, que reconoce la Convención.
Es importante destacar que CABA no escapa a la situación general de nuestro país, en su totalidad. Ofrece puestos con sueldos por debajo de la línea de pobreza, incumple el cupo laboral, y la discapacidad se discute, en el caso de CABA en Comisión Especial, que son comisiones menores, desmerecidas por quienes hoy tiene mayoría en el recinto. Sería importante, entonces, como punto de partida, que se la designe como “permanente” cuanto antes.