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Transporte urbano en el AMBA: la fragmentación al servicio de las empresas concesionarias

20.6.2021

Por Iván Baigún

La desorganización de un sistema mixto que combina competencias de Nación, provincia, municipalidades y Ciudad de Buenos Aires, en el marco de un crecimiento demográfico esencialmente a nivel extensivo que no ha sido acompañado por ningún tipo de transformación sustancial en el sistema público de movilidad, da origen a problemas de tipo estructural basados en el colapso de diversos medios de transporte y un acceso desigual a los mismos en relación al tiempo y las distancias espaciales.

El tránsito en el Área Metropolitana de Buenos Aires, aún en pandemia, es un factor que compete a un gran porcentaje de los más de 4 millones que ingresan desde el conurbano Bonaerense a la Capital Federal por día, a lo que también hay que sumarle los 11 millones que realizan movimientos distritales o interdistritales por fuera de la CABA.
Dicho caudal, que representa más del 33 % nacional nos obliga a preguntarnos cómo es que se mueve la fuerza laboral, en qué condiciones, cuánto tiempo pierden en llegar a sus trabajos y cuáles son las consecuencias de que el aumento poblacional sea mucho mayor que la inversión estatal en los medios de transporte público de masas.

Transformaciones estructurales y décadas de desinversión

En un estudio realizado por Arturo Muller en el año 2013, este analizó de forma comparativa las inversiones realizadas en la ampliación de la red vial del AMBA entre 1970 y 2006. La inversión realizada en red vial (4703 millones de dólares) fue más de 6 veces mayor que la realizada en ferrocarriles (730 millones) [1], un medio mucho que debería conservar un rol central en el entramado de la movilidad y logística para la planificación de las rutas de transporte producto de su rapidez y menor utilización energética [2].
Dicho dato es significativo en tanto refleja la transformación organizada a nivel productivo y habitacional Argentina de los últimos 40 años. La entrega de los ferrocarriles en los años ‘90 a empresas concesionarias fue acompañada de la destrucción casi absoluta del servicio de larga distancia bajo el lema “ramal que para, ramal que cierra”. Por este motivo la inversión vial para transporte de cargas pasó principalmente a las rutas y autopistas (de concesión privada en el AMBA).
Las consecuencias de la inversión en transporte vial terrestre y la poca y nula inversión en vías férreas y la degradación en las condiciones de transporte colectivo van a tener como resultado el impulso de la utilización del automóvil individual frente a los transportes públicos colectivos.
El alto crecimiento de la utilización del automóvil [3] en un contexto general de bajo crecimiento de la actividad económica fue ayudado esencialmente por esta reconversión de la red vial, dejando como consecuencia una ocupación más severa del espacio y un riesgo ambiental mucho mayor producto de la emanación de dióxido de carbono. Es claro que un sector significativo de clase trabajadora utiliza el transporte automotor como forma de desplazamiento a nivel laboral, sin embargo esto no está desligado de un transporte público que no acompañó el crecimiento urbano generado en gran medida por las propias necesidades del capital. Este crecimiento por el cual se desarrolla un empeoramiento general de las condiciones de movilidad de la clase trabajadora es bajo esa forma desigual, mientras que en algunos sectores esto influye como un alto componente incluido en las remuneraciones salariales, en otros casos se transforma en un aumento elevado del tiempo de tránsito urbano producto del alargamiento de distancias dentro de la cada vez más extendida franja urbana del AMBA.
Como dato relevante de ello, según un informe de la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires un nada desdeñable 31,3 % de los usuarios de transporte público (del cual para el 50 % es utilizado como móvil hacia el trabajo) demoraba más de 60 minutos en su recorrido cotidiano a destino [4], mientras que de los datos relevados también surge que el 65,7 % no tiene otra opción de movilidad que esta.

La ciudad de la furia

La CABA fue de los pocos distritos que mantuvo casi igual su población durante estos último 50 años, sin embargo más allá del número estadístico eso no quita que haya habido determinados fenómenos político-demográficos como las topadoras de Cacciatore, el desplazamiento de trabajadores al conurbano como producto del aumento del valor inmobiliario y la inmigración continua por parte de trabajadores pobres de países limítrofes a villas y asentamientos. El transporte en la misma si bien es de las zonas más cubiertas por la presencia de más de 180 líneas de ómnibus, 6 líneas de subte y los recorridos finales de las líneas ferroviarias, no deja de ser desigual y limitada para los sectores que viven en la misma y, sobre todo las 4 millones de personas que ingresan por día a la Ciudad.
La extensión de la red de subterráneos, sobre la cual Macri en campaña en 2007 había hablado de “10 kilómetros de subte por año” al momento de la fecha no ha llegado ni a completar una sola línea de subte, haciendo que todavía no tengan acceso directo a la Línea “H” barrios en los que estaba planificada como Nueva Pompeya o Villa 31. El Ferrocarril Belgrano Sur, que atraviesa La matanza desde Gonzáles Catán hasta la Estación Buenos Aires, no cuenta con ninguna combinación con el subterráneo hasta el momento.
El problema de la no extensión del subte y el acotado espacio de estacionamiento de coches en cabeceras resulta uno de los principales focos de colapso (hasta en algunas circunstancias de pandemia) dentro de la trama urbana, en circunstancias no excepcionales un promedio de 1 millón trescientos mil pasajeros [5] por día para solamente 53,6 km de subterráneo.
El subte resulta un vehículo absolutamente necesario para escapar de la congestionada trama del tránsito urbano, sin embargo, su carácter acotado de vagones y la poca extensión de la red subterránea dan como resultado un medio de los más colapsados en tiempos no excepcionales.
Es importante tener en cuenta esta red dentro del AMBA en una visión integral, dado la conexión con las líneas de tren provenientes del conurbano que atraviesan distritos de alta densidad poblacional mediante estaciones de transbordo como lo son la zona Norte con la línea D y el FF. CC. Mitre (los 3 ramales), la Línea B con el FFCC Mitre (Suárez) y Lacroze, La Línea C que une las terminales de retiro y constitución y la línea A con el FF. CC. Sarmiento. Estos centros de transbordo dan muestra de que en el ingreso trabajadores a la CABA por día dan cuenta de que si bien “nadie está salvado del COVID”, algunos lo están menos que otros.
A su vez, dentro de las comunas periféricas pobres de la CABA donde suele haber mayor concentración de villas, asentamientos y dormitorios obreros como la Comuna 8 (Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo) y 9 (Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda), ni siquiera están contemplados en el trazo de las próximas líneas del subte. El argumento para ello, al igual que lo fue para la creación del premetro (una especie de tranvía con mucha menor frecuencia) en lugar del subte, fue la escasa movilidad y población dentro de esas zonas, lo que, a confesión de partes, transforma los trayectos de accesibilidad en transporte en una cuestión ligada a las ganancias concesionarias de Metrovías.
Por último dentro de las transformaciones existentes en la estructura de movilidad de masas de la CABA el factor más “revolucionario” de los últimos años fue la creación del Metrobús, extendido ahora a algunas localidades del conurbano. La propuesta de carriles únicos para el tránsito de colectivos si bien produce un acortamiento de los tiempos de viaje no logra generar grandes efectos porque es con los mismos medios que se contaba anteriormente sin sumatoria de flota, viendo limitada su capacidad de desplazamiento.

El derecho a la ciudad como negación

La transformación de la trama urbana en los años 90 dejó una huella significativa que se mantiene en rasgos generales hasta el día de hoy basada esencialmente en el fenómeno en la transformación económica por la privatización del sistema de transporte de pasajeros y cargas, donde los camiones pasan a ocupar un lugar central en desmedro del ferrocarril.
La construcción de autopistas bajo concesionarias privadas y el sistema privado de líneas nacionales de ómnibus (que se concentró en pocas manos y grandes monopolios a partir de la modificación del régimen de empresas en 1994) produjo un fenómeno basado en el lucro capitalista donde el acceso al trabajo, a la educación y la salud representaron temas tratados con absoluta indiferencia. El contacto directo de la CABA con dichos lugares de la mancha urbana mediante el transporte público puede resultar una absoluta pesadilla, más allá de que existan más de 100 líneas de colectivos nacionales que hacen el recorrido CABA-Conurbano hacia los distintas localidades, en muchos casos sus rutas son similares y en los lugares más periféricos el transporte pasa principalmente a órbita municipal con las líneas de colectivos 500.
La única autopista que cuenta con paradas de ómnibus intermedias es la Panamericana, sin embargo sólo 2 líneas de ómnibus (60 y 194) llegan al partido de Escobar (un distrito industrial de mediana población en el tercer cordón), el cual tampoco tiene acceso directo desde el tren, dado que su estación es parte de un servicio diferencial.
En la autopista a Ezeiza es mucho más paradigmático, dado que solo existe una línea de colectivos que realiza ese trazo (86), pero lo hace teniendo sólo la parada del Mercado Central antes de llegar a la Capital, todos los barrios linderos pasan inadvertidos.
Es en el conurbano donde se produjo la principal variable de aumento demográfico, que es la que da origen a la utilización del concepto de Región Metropolitana de Buenos Aires, concentración que nuclea al 33 % de la población Argentina extendiendo las fronteras del AMBA hasta La Plata al sur, Luján al oeste y Zárate al norte [6]. El crecimiento demográfico sin embargo concentra esencialmente 2 tipos de variables, en primer lugar cada vez es más periférico dentro de las localidades en relación a las estaciones de tren, lo que conduce a la utilización de vías alternativas que alargan los tiempos de viaje [7].
En segundo lugar también se produjo una extensión de la mancha urbana integrando a localidades como Escobar, Presidente Perón y Pilar que no formaban parte del AMBA pero que dentro del fenómeno de extensión urbana ya se presentan como una continuidad de hecho (Fernández). Esto da como resultado el aumento de la participación porcentual demográfica de lo que se conoce como “tercer cordón”, un aumento menor pero en zonas más periféricas del segundo y una reducción porcentual del primer cordón, más allá que a diferencia de Capital Federal todas aumentaron su caudal poblacional.
Este crecimiento no vino acompañado de una transformación urbana integrada .La integración al ámbito metropolitano en décadas de estancamiento o bajo crecimiento económico produjo que sean zonas de mayores necesidades básicas insatisfechas, precarización laboral y desocupación que el resto del AMBA. Las consecuencias sociales de dicho proceso son una menor movilidad en términos de desplazamiento de estos sectores dentro del ámbito metropolitano, donde la escasez y lejanía de caminos en zonas que antes eran terrenos abandonados, baldíos y semi-rurales y la distancia con los principales medios de transporte a la Capital Federal producen un acotado derecho a la ciudad. Es así que pasan a ser en gran parte “ciudadanos de segunda” que forman parte de un considerable 8 % relevado del AMBA donde la distancia hacia una parada de transporte urbano es de 10 cuadras o mayor (Defensoría del Pueblo de Buenos Aires, 2019).
El ferrocarril como medio de transporte no fue tomado en cuenta para la integración metropolitana de estos sectores y la red vial se mantuvo casi inmutable, con una disminución general de la frecuencia y sin la incorporación de nuevos trazos de red ferroviaria, más allá de algunas contratendencias luego de la masacre de Once con la cancelación de las concesiones privadas a nivel de aumento de frecuencia y desarrollo del tendido eléctrico en algunos ramales. Sin embargo si vemos la integralidad del servicio ciertos ramales de carácter más periférico como Puente Alsina-Aldo Bonzi siguen aún sin funcionamiento por problemas de tipo operacional en la estructura de rieles o también el Haedo-Temperley que tuvo varios cierres y aperturas por ese mismo problema.

Un servicio a la necesidad de los grandes grupos económicos del transporte

El transporte público a nivel general en el AMBA tuvo un recorrido en consonancia con lo que fue la situación general desde los años ‘90 hasta acá. La privatización del servicio ferroviario si bien en un inicio generó determinado impacto en la frecuencia y en nuevas estaciones este efecto se vio mitigado por el aumento de tarifas en el marco de un aumento de la desocupación y la precarización laboral que generaron una caída en términos absolutos del 26,7 % de pasajeros en el binomio 2001-2002 [8].
El trazado y confección de autopistas durante ese mismo período dio lugar a nuevas conexiones urbanas pero donde el factor tiempo se volvió una condición diferencial. La inversión en ese tipo de estructuras bajo el concesionamiento privado (a grupos como SOCMA-Macri) produjo una diferenciación importante dentro de la clase obrera entre quienes podían acceder a ese acceso a la Capital bajo el alto costo del automóvil y el combustible y un transporte público que no acompañó dichos recorridos generando efectos de gentrificación y aislamiento en urbanizaciones del segundo y tercer cordón.
De esta forma la fragmentación en profundo que atravesó la clase obrera desde los ‘90 entre ocupados, precarizados y desocupados tiene su huella en el transporte urbano, estratificando sus posibilidades de acceso a la movilidad y la proporción entre esta y el tiempo.
Bajo los gobiernos kirchneristas hubo una política general de subsidios a partir de la cual se mantuvo integralmente bajo concesiones privadas durante 8 años. Más allá de las enormes ganancias solventadas con fondos públicos estas empresas continuaron sin desarrollar inversiones en el sector generando una bomba tiempo que estalló con la masacre de once. Luego de dicho hecho varios ramales pasaron a administración estatal, sin embargo, el transporte público a nivel mayoritario sigue administrándose bajo esta forma, manteniéndose concesiones privadas en el FF. CC. Urquiza y Belgrano Norte y en las líneas de ómnibus que concentran aproximadamente el 75 % de los pasajeros totales del transporte público.
Los aumentos tarifarios durante la era Macri influenciaron como un golpe directo al bolsillo de la clase obrera con aumentos del 1.118 % en peajes, 601 % en el boleto del tren, 494 % en colectivos de corta distancia y un 322 % en subtes [9]. Cabe aclarar que dicho “sinceramiento” donde hubo una concentración ganancial de los grandes dueños de las empresas del transporte frente al impacto negativo en la canasta familiar no fue acompañado tampoco de obras de una transformación ni en extensión ni en calidad de la flota del transporte público urbano, mostrando así el carácter parasitario de quienes actualmente lucran con la movilidad de masas.
El congelamiento tarifario por parte del gobierno actual marcó un retroceso en el impacto sobre la canasta familiar de este rubro, pero con el alto costo de haber aceptado el aumento descomunal durante la era macrista y preparando el terreno para futuros aumentos, alegando el alto costo que cubren actualmente las compensaciones tarifarias.
Durante todo este tiempo la subinversión absolutamente dispar con las transformaciones demográficas en la población del AMBA dificultan, obstaculizan e impiden la la libre movilidad de masas trabajadoras y el ejercicio del derecho a la ciudad. Varias décadas de creciente desorganización y degradación de la infraestructura del transporte muestran que la ganancia empresaria no puede ser el criterio que organice el sistema de transporte metropolitano. La conformación de un sistema público integrado, anulando las concesiones y mediante la estatización es la única forma de revertirlo y empezar a devolver este derecho a la ciudad negado a la clase trabajadora.

NOTAS AL PIE

[1] Arturo Muller, El transporte en la Región Metropolitana de Buenos Aires: ¿hacia el “colapso”?, Centro de Estudios de la Situación y Perspectivas de la Argentina, Facultad de Ciencias Económicas- UBA. Marzo 2013.

[2] Pablo Anino y Verónica Zaldívar, “Transporte público y lucro empresarial: fines irreconciliables”, IdZ 4.

[3] “Entre 2003 y 2013, el sistema de transporte público de pasajeros metropolitano sumó cerca de un millón de pasajeros por día; el automóvil particular pasó de explicar menos de la mitad a cerca del 60 % de los viajes en el AMBA, y el tráfico en los accesos a la Ciudad de Buenos Aires (CABA) creció más de 80 %”. Paula Sznekman, Menos autos y más y mejor transporte público para la Región Metropolitana de Buenos Aires, Programa de Integración global y desarrollo productivo, CIPPEC, 2015.

[4] Informe transporte público 2019, Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, disponible en https://www.defensorba.org.ar/.

[5] Pasajeros pagos transportados por línea de subterráneo y premetro. Ciudad de Buenos Aires. Enero de 2010/abril de 2021. Dirección de Estadísticas y Censos GCABA.

[6] Leonardo Fernández, ¿Qué es el AMBA? (III y última) Región, regionalización y conurbación de Buenos Aires, en cafedelasciudades.com.ar.

[7] Muller, 2013.

“Uno de cada cuatro habitantes de la Ciudad pasa hambre”

18.6.2021

Por La Retaguardia

Este dato se desprende de un informe elaborado desde Observatorio por el Derecho a la Ciudad. En diálogo con el programa radial Sueños Posibles, María Eva Koutsovitis, arquitecta e integrante del Observatorio brindó más detalles e hizo un repaso por problemas estructurales que van en aumento como el hambre, la indigencia, el desempleo, la brecha digital, entre otros. Todo esto se da en el distrito más rico del país, y al mismo tiempo uno de los más desiguales, la Ciudad de Buenos Aires.

La arquitecta e integrante del Observatorio por el Derecho a la Ciudad, Eva Koutsovitis, comenzó describiendo una serie de estadísticas que ayudan a entender mejor un listado de problemas estructurales que van en aumento en la Ciudad de Buenos Aires: “El último informe que elaboró el Instituto de Políticas Públicas a partir de información oficial de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires correspondiente al último trimestre del 2020, evidenció datos sumamente preocupantes. En el distrito más rico del país, 312 mil personas pasan hambre, es decir que tenemos más de un 10% de indigencia. Por otro lado, 455 mil si bien superan la línea de indigencia son pobres. Por lo tanto, entre la indigencia y la pobreza uno de cada cuatro porteños y porteñas se encuentran alcanzados. También a tener en cuenta es que más de 630 mil personas superan el valor de la canasta básica total que define el umbral de pobreza, pero lo hacen con muy poco margen y entran en lo que se denomina el sector frágil. En definitiva, uno de cada dos habitantes se encuentran en situación de pobreza, indigencia o fragilidad”, explicó.

Desempleo en aumento

“Estamos también ante un escenario crítico en relación a los datos de desempleo. La tasa de desocupación en la Ciudad se ubica en el 10,1% (unas 90 mil personas). En realidad está enmascarando que muchos y muchas que perdieron su empleo durante la pandemia no han vuelto a demandarlo. Si esto no hubiese sucedido, la tasa hoy alcanzaría un 15%. Otro dato es que ha habido un aumento de la tasa de subocupación en más de un 4%. Este modelo urbano propuesto da cuenta que prioriza el hambre y la precariedad”, continuó Koutsovitis.

Inquilinización y agua para pocos

“De la década del 90 a la fecha, se ha aumentado en un 4% el porcentaje de inquilinos. Por encima del 40% de la población hoy es inquilina. Esto también se traslada en la desigualdad de acceso al agua potable, uno de cada siete porteños y porteñas no acceden, significa un 15%. En el 2001 solo era el 4%. Lo que pasó es que hoy Buenos Aires es de las ciudades en el mundo que más retrocedió en materia de acceso al agua potable”, aclaró.
La integrante del Observatorio por el Derecho a la Ciudad hizo referencia también a lo que se conoce como brecha digital: “A todo esto se le suma la brecha cada vez más marcada en relación a la conectividad, el 40% de los y las estudiantes no tiene una acceso a una computadora en el hogar”.
Por último, Koutsovitis denunció: “Este escenario de precariedad en aumento tiene una contracara, que es intermediar con empresas las políticas públicas que generan por otro lado un enorme sobrecosto al Estado. En esta línea se puede trasladar un ejemplo con camiones transportan agua, pero no se hacen las obras de infraestructura necesarias en las villas y barrios populares. Otro caso clave es lo que pasa con la prestación privada alimentaria en las escuelas públicas, el negocio de las viandas destinado a alumnos y alumnas. Las cooperadoras han denunciado la poca calidad nutritiva, y el Gobierno de la Ciudad impunemente ha hecho negocios con 19 empresas, garantizándoles la permanencia en cada renovación de la concesión. Ahora, en contexto de pandemia, el Gobierno reparte las denominadas canastas alimentarias nutritivas con sobreprecios”.

Misión de solidaridad y observación de DD HH en Colombia

17.6.2021

Este viernes 18 de junio, a las 17:30, se presentará en la Legislatura porteña un Informe Preliminar de la Misión de Solidaridad y Observación de Derechos Humanos en Colombia, realizado por representantes de distintos organismos de DD.HH. y organizaciones sociales. La actividad se podrá seguir a través del canal de YouTube de la Legislatura.

El documento ya fue difundido en conferencia de prensa por la Misión desde la capital colombiana y presentado recientemente ante la Comisión de Paz del Senado colombiano, la representante de la Alta Comisionada en DD.HH. de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
De la presentación en la Legislatura participarán las presidentas de las comisiones de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud, Laura Velasco; de Derechos Humanos, Garantías y Discriminación, Victoria Montenegro; y de Violencia Institucional, Mercedes Mendieta.
También participarán Leonardo Pérez Esquivel, Alicia Montoya, Ismael Jalil y Pablo Garciarena, entre otros representantes de organismos de derechos humanos y organizaciones sociales que integraron la Misión, como CORREPI, Xumek, SerPaJ, Asociación Americana de Juristas, APDH, CADH, ATE, CTA Autónoma y organizaciones integrantes de la UTEP; además de Nora Cortiñas, Abuelas de Plaza de Mayo, CELS, Liberpueblo, Amnistía Argentina, Abofem, Abosex, entre otras personalidades y organismos invitados.
La Misión de Solidaridad y Observación de Derechos Humanos fue convocada por organizaciones sociales, de DD.HH., sindicales y eclesiásticas colombianas para relevar denuncias, con el objetivo de contribuir al resguardo de la vida y la dignidad humana, garantizar la Justicia y el cumplimiento de reglamentos, leyes y tratados internacionales en materia de defensa de los Derechos Humanos. Estuvo conformada por representantes de distintas organizaciones sociales, populares y de derechos humanos de nuestro país, que entre el 25 de mayo y el 3 de junio, recorrieron las ciudades de Bogotá, Cali, Medellín, Pereira y Popayán, donde se entrevistaron con los distintos sectores que sostienen la inmensa movilización popular que desde el 28 de abril se lleva adelante en Colombia.

Concurrentes y residentes denuncian que el gobierno de Larreta quiere cerrar cupos de concurrencias

14.6.2021

Este lunes 14 por la mañana la Asamblea de Concurrentes y Residentes de la Ciudad de Buenos Aires realizó una conferencia de prensa en la puerta del Centro de Salud Mental N°3 Ameghino en rechazo al intento del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta de cerrar 350 nuevos cupos para concurrencias. «Implica un nuevo recorte en el sistema de salud. Les profesionales concurrentes son esenciales y han sostenido la atención de servicios enteros durante la pandemia. La misma ha puesto de manifiesto las condiciones en las que lo hacen, sin salario y sin ART. Si se cierran las concurrencias, se verá restringida la atención de la población y recaerá en una enorme sobrecarga laboral para residentes y personal de planta de los efectores», sostienen.

La conferencia de prensa para denunciar la situación tuvo lugar hoy a las 8:00 en las puertas del Centro de Salud Mental N°3 Ameghino, ubicado en la Avenida Córdoba al 3120. «En los últimos días nos hemos enterado que el GCBA pretende cerrar las concurrencias, lo que implica un nuevo recorte en el sistema de salud – denuncian desde la Asamblea de Concurrentes y Residentes de la CABA – Les profesionales concurrentes son esenciales y han sostenido la atención de servicios enteros durante la pandemia. La misma ha puesto de manifiesto las condiciones en las que lo hacen, sin salario y sin ART. Si se cierran las concurrencias, se verá restringida la atención de la población y recaerá en una enorme sobrecarga laboral para residentes y personal de planta de los efectores«, remarcaron en un comunicado en referencia a los 350 nuevos cupos en peligro.
También agregaron: «ha pasado más de un año de pandemia y el GCBA no se ha dignado a atender y/o escuchar los reclamos que desarrollamos los trabajadores ‘esenciales’. En una situación donde los casos de COVID son altísimos, y el personal se encuentra absolutamente desgastado, un recorte de esta naturaleza es inadmisible», sentenciaron.
Además, señalaron que las conducciones gremiales de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires (AMM) y la Federación de Profesionales de la Ciudad de Buenos Aires «se han reunido con las autoridades sin representar ninguno de nuestros intereses». También remarcan que «cualquier reunión que pretenda abordar el problema debe convocar a esta Asamblea y a les concurrentes en primera instancia».
Por todo lo denunciado, solicitaron «que las asociaciones sindicales se pronuncien en contra del cierre y acompañen nuestras medidas votadas en Asamblea».

Concurrentes y residentes de CABA denunciarán recorte de 350 cargos en salud

13.6.2021

Por Melina Michniuk y Sol Valverde

Será en conferencia de prensa el lunes 14 de junio a las 8:00 horas en el Centro de Salud Mental N° 3 Dr. Arturo Ameghino. Allí denunciarán al gobierno de Larreta, con la fuerza de haber derrotado su ley precarizadora en 2019 en unidad con la comunidad.

En las últimas horas continúa peligrando el ingreso a las concurrencias y los 350 cargos para el próximo año, lo que no sólo implica la pérdida de cargos de formación en el sistema de salud sino también el vaciamiento de servicios enteros que se sostienen a partir del trabajo ad honorem, como los servicios de salud mental. Esto además afectará la atención de los usuarios del sistema de salud pública de la Ciudad.
La cita para la conferencia de prensa es en el Centro de Salud Mental N°3 Dr. Arturo Ameghino, uno de los efectores más afectados por esta decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ya que se sostiene a partir del trabajo de los concurrentes.
Este nuevo ataque al sistema de residencias y concurrencias, se gestó contra los más de 1.400 concurrentes y 4.000 residentes de la Ciudad de Buenos Aires que nos ponemos al hombro la atención del sistema público de salud. La Dirección de Capacitación se contactó únicamente con los Comités de Docencia e Investigación (CODEI) de efectores públicos y con sindicatos como la Asociación de Médicos Municipales (AMM). Para este lunes se convocó a una reunión con la Federación de Asociaciones Profesionales (que nuclea a especialidades de salud no médicas) sin convocar al colectivo de residentes y concurrentes para ninguna de dichas instancias. Es por eso que exigimos no solamente ser convocados por el GCBA, sino que además llamamos a que estas asociaciones sindicales se pongan a la cabeza de nuestros reclamos.
Fuimos residentes y concurrentes, autoconvocados, con un amplio apoyo de toda la comunidad, votando delegados de base y movilizados, quienes pudimos frenar en el 2019 la ley de Larreta que buscaba precarizar aún más nuestras condiciones de trabajo y de formación. Lo conseguimos luego de más de una semana de movilización y paros sin toma de guardia en la Ciudad. Venimos exigiendo desde hace años el reconocimiento de salario, ART y obra social para los miles de concurrentes que desempeñamos nuestra labor en los efectores porteños. Esto aún no se ha modificado.
En 2021 continuamos con un régimen de residencias que no contempla nuestras necesidades, que se rige por jornadas extenuantes con más de 60 horas por semana, muchas veces haciéndonos cargo de servicios enteros ante la falta de personal, donde la formación queda en segundo plano ante la demanda de la asistencia y por último, no queremos que el cansancio al que nos encontramos afecte a la calidad de atención de los pacientes.
A este ataque se suma que de acuerdo a un informe de la Universidad de Avellaneda (UNDAV) el presupuesto de salud en CABA para el 2021, sufrirá un ajuste de 9,4%. Esta realidad también la vemos a nivel nacional, en lo que va de 2021 se invirtió en salud unos $87.574 millones, pero se destinaron $116.584 millones del Presupuesto Nacional al pago de intereses de deuda pública. Las prioridades del gobierno nacional también ponen de manifiesto que se prioriza el pago de la deuda por sobre la salud de la población.
La pandemia puso de manifiesto las problemáticas que atraviesa la salud pública mientras unos pocos laboratorios amasan sus fortunas a partir de la venta de las vacunas. No podemos permitir el ajuste en salud pública: el cierre de las concurrencias es un claro ejemplo de esto, de la privatización de la salud a la orden del día. Es por nuestra formación, es por nuestros pacientes que sufren el ajuste de los gobiernos y a nosotros sí nos importan.

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