Vidal presentó sus “propuestas”: facilidades para empresarios y demagogia hacia la juventud
25.8.2021
Por Nicolás Milli
En el acto estuvieron Larreta, Bullrich y Lousteau. A Macri prefirieron no mostrarlo. Apuntó hacia los bolsillos del empresariado e inversores, simuló empatía por la difícil situación laboral de los jóvenes y confrontó con el oficialismo alrededor de los privilegios, de los que ella y su clase social también gozan.
A menos de 20 días de las primarias legislativas, Vidal se mostró este miércoles encabezando un acto en Parque Patricios. Habló de impuestos, de la situación de los jóvenes y polarizó con el Gobierno, hablando de privilegios, libertad y súper poderes. También hizo demagogia con la apertura de escuelas, prometió derogar la Ley de alquileres y recuperar los fondos de coparticipación que se disputan con el gobierno nacional, entre otras cosas.
En lo que fue un discurso para distintos sectores del electorado de la Ciudad de Buenos Aires, “la leona” intentó diferenciarse del gobierno nacional pero también de las otras listas que competirán dentro de Juntos por el Cambio. Buscando capitalizar los años de ese espacio político siendo oficialismo en el distrito, le pidió a los porteños que con su voto “acompañen esa forma de ser y de trabajar que va más allá de un apellido”. Sobre su discurso, varios señalaron un tono más duro y de menor moderación que el que venía ensayando.
Podría decirse que fueron dos los ejes principales del acto. Uno, las 23 “propuestas” que su espacio plantea para llevar al Congreso, y el otro, la confrontación con el Gobierno nacional alrededor de los tópicos de siempre, como los privilegios, los muertos en pandemia, la apertura de escuelas y la “libertad”.
Algunas de las propuestas de campaña incluyen distintos tipos de exenciones impositivas para quienes “creen” empleo, sobre todo para los empresarios que contraten jóvenes. Es decir, fondos estatales para los “costos” empresarios a la hora de contratar jóvenes. Vale tener en cuenta que más del 70 % de les jóvenes trabajan en condiciones de precarización en el país. El gobierno de Juntos por el Cambio y el de Vidal entre 2015 y 2019 no solo no revirtieron esta realidad estructural sino que la profundizaron. También prometió que promovería una exención del monotributo para este sector, como si fuera una solución para quienes cobran salarios por debajo de la línea de pobreza y se encuentran muchísimas veces en una relación de dependencia velada.
En el mismo tono planteó que buscará que en el Congreso se sancione una normativa que otorgue más “garantía de estabilidad fiscal” a inversores. Esto es, medidas que garanticen una mayor rentabilidad para los sectores del capital financiero que especulan y exigen reformas estructurales en contra de las mayorías trabajadoras y pobres.
Citó al economista Martín Tetaz para promover “independizar el Banco Central”, como supuesta medida para “bajar la inflación”, una muestra clara de demagogia, siendo parte de una fuerza política que prometió bajar la inflación y se fue con uno de los picos de los últimos años.
Apuntó también contra la Ley de Alquileres, prometiendo derogarla y demostrando que no solo tiene demagogia para los sectores populares, sino también muestras de pleitesía a los más poderosos de la burguesía. La propuesta de derogar una ley que, con todas sus limitaciones implicó algunas mejoras para millones de inquilinos, siempre rehenes de las grandes inmobiliarias, deja en claro la orientación política de Vidal.
Además de estos ejes, gran parte del discurso se ocupó a confrontar con el gobierno nacional. El escándalo en la quinta de Olivos y el debate en torno a la presencialidad escolar fueron algunos de los temas elegidos para polarizar. Volvió también sobre la discusión con el oficialismo por la coparticipación de los fondos de Ciudad, denunciando que fueron “sacados de manera injusta e intempestiva”.
La ex gobernadora optó por hacer énfasis en los privilegios ligados a la política: “Siempre que miramos para el lado de los privilegios, está la política” señaló, intentando hacerle el daño restante al gobierno nacional por el escándalo del festejo de cumpleaños de Fabiola Yáñez.
La crítica a Alberto Fernández es válida: mientras hacía eje en la responsabilidad individual y empoderaba a las policías en el peor momento de la pandemia, gozaba del privilegio de poder incumplir las medidas de aislamiento (que a muchos jóvenes les costó la represión, el verdugeo e incluso la desaparición, como en el caso de Facundo Castro, entre otros más).
Pero Vidal habla como si no perteneciera a la misma casta política que representa los intereses de los dueños del país y las multinacionales, al tiempo que recibe sus “vueltos” y prebendas, a través de todo tipo de negociados pero también de los altos salarios y dietas que nada tienen que ver con la de cualquier trabajador. Habla como si no hubiera salido a la luz que una dirigente de su espacio, Elisa Carrió, también hizo un cumpleaños con 70 personas en plena pandemia.
El uso de un tono más confrontativo con el oficialismo, de grieta, Vidal apunta a consolidar a su núcleo duro de votantes además de tratar de contener lo que pueda escapársele por la vía de López Murphy en la interna, o con los candidatos con un discurso más de derecha como Milei.