El peronismo de la Ciudad volvió a “situación Filmus”
16.9.2021
Luego de conquistar un 32% en las presidenciales del 2019, el peronismo de la Ciudad volvió a sus números habituales. La caída muestra la debacle que se vio a nivel nacional entre las expectativas con las que votaron sectores de masas en el 2019 para revertir el desastre macrista y la realidad del gobierno de Fernández. Perdieron 175.000 votos y un 13%. El dato clave es que de la ilusión se pasó a la decepción y la bronca.
No sirvió la estrategia de elegir como candidato a Leandro Santoro, jugándose a mantener ese espacio más amplio con una figura proveniente del radicalismo y un discurso que buscaba empatizar con parte de ese histórico sector de la Ciudad. Tampoco mostrarse amigable con los medios ligados a la derecha y levantar un discurso a favor de darle Taser a la policía de la Ciudad (destacada por infiltrar y reprimir protestas, o sectores populares como los manteros), apoyar la baja en la edad de imputabilidad, saludar los “códigos” de Patricia Bullrich y hablar de su cercanía con Sergio Berni.
Un peronismo que en la Legislatura ha ayudado a que el macrismo saque cada ley que quiso sin oposición y cuyas conducciones sindicales han optado por la tregua. Que Alejandro Amor, histórico dirigente de Sutecba, encabece la lista de legisladores fue un dato tan relevante como la bronca de quiénes confiaron en que habría “representantes populares” en esta lista.
El modelo del peronismo porteño es cogobernar con Cambiemos en la Ciudad todo el año y por eso cada dos años elige un candidato con “obsolescencia programada” (mientras siguen los negocios de Larreta). Ni Fimus, ni Lammens, ni Santoro han sido elegidos por su peso orgánico en algún sector de la ciudad, ni por estar referenciado con alguna lucha o reclamo importante. En el caso de Santoro fue elegido por su verba encendida que antes apuntaba contra Cristina para luego convertirse (no se sabe hasta cuándo) en espada mediática de Alberto. Está claro que ninguno de ellos puede expresar una voluntad de enfrentar a la derecha, más bien lo contrario.
De hecho, si la primera respuesta al resultado electoral fue ensayar un discurso de “más unidad del peronismo” para enfrentar a la derecha queda demostrado que la “unidad” es solo un eslogan electoral y abren una duda en sus votantes ¿a quién fortalecen votando al peronismo en la ciudad? ¿Para qué bando jugarán los Tombolini, las Marziotta, los Amor?
La izquierda ante una oportunidad
La gran elección de la izquierda es la otra parte de una tendencia a la polarización que se ve a nivel nacional y también en la CABA. Los grandes medios le dan aire al 13% de Milei pero no tanto al 11% que la izquierda saca de conjunto, con el Frente de Izquierda siendo por lejos el principal espacio del sector con más del 6% y metiéndose en la pelea por la conquista de una de las 13 bancas que se disputarán para el Congreso. El Frente de Izquierda aumenta sus porcentajes y crece en votos absolutos, de 72.000 en las PASO de 2017 a casi 109.000. También ha sido un reconocimiento a la pelea por la unidad de toda la izquierda clasista por la que venimos peleando desde hace años.
Quienes llamaron a no votar a la izquierda para sumar algún punto más al peronismo porteño o a dispersar el voto dentro de la izquierda deberían (deberán) pensar qué hubiera pasado si en este escenario el Frente de Izquierda no hubiera hecho una gran elección negándose a entrar en el juego de la derechización de la agenda.
Porque esta elección también expresa el trabajo cotidiano en sectores como educación, en salud peleando junto a las enfermeras, en los barrios populares, en estatales, en transporte, en telefónicos, en las luchas contra el extractivismo urbano, en la enorme lucha de las mujeres y a la histórica pelea contra la represión y la impunidad. Estas luchas tienen nombres concretos LATAM, Garbarino, EMA, ferroviarios, donde al igual que en enfermería el rol de las conducciones sindicales peronistas fue de entrega lisa y llana.
El apoyo expresado particularmente en la candidatura de Myriam Bregman ha reflejado el rol de la izquierda en estas luchas, al igual que en el terreno de la cultura, los derechos de las mujeres, la diversidad, contra la represión y hasta el deporte.
Pero no solo ha sido un reconocimiento, también fue un “shock de fuerza” para esos sectores que ven la gran elección de la izquierda como contrapeso a la derecha y que también fortalece sus luchas. Cientos de mensajes llegaban desde el domingo a la noche expresando este ánimo.
Un balance distinto será si en noviembre la izquierda entra al Congreso e incluso aumenta su votación. Frente a un congreso que se preparara para votar los ajuste del FMI y la presencia de una derecha desfachatada en búsqueda de girar todo debate a la derecha, la asunción de Myriam Bregman es una respuesta concreta y totalmente distinta a si quien logra ingresar es Tombolini, hablar Fernando Iglesias u otro pseudo libertario (quienes competirán por esas bancas). Mucho más si pensamos en la posibilidad de que la asunción de Bregman se dé junto a la de nuestro compañero de Jujuy Alejandro Vilca, Nicolás del Caño y Romina del Plá. Por eso mismo también es necesario redoblar el llamado a la unidad, es un hecho que Luis Zamora no compite hoy por ingresar al Congreso aunque sí puede obstaculizar nuevamente el ingreso del FIT. Necesitamos concentrar el voto en el Frente de Izquierda Unidad, que es quién puede ingresar al Congreso y plasmar esa fuerza también en las calles. Quien plantea un programa de conjunto para una salida a esta crisis en favor de las mayorías trabajadoras.
Hay fuerzas dispuestas a enfrentar la derechización y un fortalecimiento del FIT será el único dato a la izquierda que podría marcar esta elección en la ciudad y a nivel nacional. Si la bronca por ahora se ha expresado más en las urnas que en las calles no hay dudas que frente al desembarco del FMI y la voluntad de avanzar contra los derechos de los trabajadores es en las calles donde la izquierda se propone hacer sentir la fuerza que haya acumulado.
La tarea está planteada, salir ofensivamente a dar la pelea y todas las fuerzas son necesarias, empezando por ayudarnos a discutir estas ideas con muches más.