Comunicadores del Sur

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Ataque de odio: quisieron incendiar el bar Maricafé

16.1.202

Por Tomás Máscolo

El hecho fue registrado por las cámaras de seguridad del lugar que también funciona como librería y es un espacio abierto para toda la comunidad LGTBI.

“Recuerden que cuando alguien pregunte por qué el orgullo: es por esto y mucho más”, dijeron los dueños del lugar en la cuenta de Twitter.
El café está ubicado en la zona de Palermo y es un espacio para la visibilización de la diversidad sexual. “Estos dos atacantes antes de marcharse se quedaron observando por segunda vez y se retiraron. Ningún otro local de la zona padeció algo parecido”, dijeron en un comunicado.
Estos ataques encuentran su voz en sectores anti derechos que se envalentonan e instituciones que generan el odio hacia la diversidad como la Iglesia que sigue siendo financiada por los Gobiernos. Todo el repudio a este ataque y también llamar a no dejar las calles para defender nuestros derechos, por los que faltan y en defensa de los ya conquistados.

Lucas González: la Cámara ordenó la libertad de dos policías y confirmó la prisión de cuatro

12.1.2022

Lo resolvió la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional porteña, que revocó el procesamiento de Micaela Fariña y Lorena Miño y les dictó la falta de mérito.

La Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional porteña ordenó la libertad por falta de pruebas de las dos policías de la Ciudad detenidas por el encubrimiento del crimen de Lucas González, el adolescente de 17 años asesinado a balazos en noviembre pasado en el barrio de Barracas, y mantuvo los procesamientos de otros cuatro miembros de esa fuerza de seguridad.
En un fallo de 17 páginas al que accedió Télam, la Sala IV de dicha Cámara, integrada por los jueces Alberto Seijas, Julio Lucini y Mariano Scotto, revocó el procesamiento de Micaela Fariña y Lorena Miño, dictó la falta de mérito “para procesar o sobreseerlas” y ordenó sus inmediatas libertades.
En primera instancia, estas dos policías habían sido procesadas con prisión preventiva junto a los efectivos Roberto Inca, Héctor Cuevas, Fabián Du Santos y Juan Romero.
Todos fueron imputados como coautores del delito “de falsedad ideológica y encubrimiento agravado por la condición de funcionario público por ser el delito precedente especialmente grave”, y en el caso de los cuatro primeros también se los acusó de “falso testimonio”, todos en concurso ideal.
A su vez, la Cámara confirmó los procesamientos de Inca, Cuevas, Du Santos y Romero “sin perjuicio de la calificación que en definitiva corresponda”.
Se trata de la misma Sala que ya confirmó la prisión preventiva para los policías Gabriel Isassi, Juan Nieva y Fabián López, imputados de cometer el homicidio de Lucas y la tentativa en perjuicio de los tres amigos del adolescente asesinado.
En tanto, por el caso también permanecen procesados y detenidos por el encubrimiento del crimen el comisario inspector Daniel Santana, el comisario Rodolfo Ozán, el subcomisario Ramón Jesús Chocobar, y los oficiales Sebastián Baidon, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa.
“Es posible sostener, prima facie, la responsabilidad de Roberto Orlando Inca, Héctor Claudio Cuevas, Alberto Du Santos y Juan Horacio Romero en los hechos, pues conscientes de la ilegalidad del procedimiento que protagonizaron Isassi, Nieva y López, su actuación se enderezó con un claro rumbo a la alteración de la escena del crimen y con el preciso objetivo de encubrir el delito cometido, ayudando de ese modo a sus protagonistas a eludir la ley”, sostuvo la Cámara en su fallo de hoy.
Respecto de Miño y Fariña, los camaristas recordaron que al dictar el procesamiento de ambas, el magistrado de primera instancia “ponderó que fueron las primeras en llegar al lugar, que los menores les pidieron auxilio atemorizados y en estado de shock, todo lo cual no se compadecía con el hecho de enfrentamiento anunciado” por los otros efectivos.
A su vez, en su apelación, las defensas alegaron que “la actuación de las funcionarias se ciñó al cumplimiento de su deber, en lo que a la aprehensión inicial de los jóvenes refiere” y que “inmediatamente después se abocaron al resguardo del perímetro”.
Para la Cámara, “la prueba recabada al menos hasta el momento no permite afirmar con convicción, a diferencia de lo sucedido con Cuevas, Inca, Du Santos y Romero, que estuvieran en conocimiento de lo realmente ocurrido y del plan urdido posteriormente por ellos y que así sus acciones -aprehender a los jóvenes y realizar el resguardo de la zona- estuvieran dolosamente dirigidas a colaborar en el teatro urdido”.
Y agregaron que “no se vislumbra ni ha sido ponderado ni alegado por las partes, la existencia de una comunicación que las relacione con el despliegue realizado por sus coimputados, ni que permita afirmar que hayan tenido el conocimiento que ellos sí tenían de que no había ocurrido un enfrentamiento armado como se había informado instantes antes”.
El asesinato de Lucas (17) sucedió cerca de las 9:30 del 17 de noviembre último, cuando la víctima y tres amigos de su misma edad salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Policía de la Ciudad sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.
De acuerdo con las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos.
Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien horas más tarde murió.
Cada avance en esta causa, sin dudas es fruto de la movilización callejera en busca de justicia por la vida arrebatada de Lucas González. Pero aún quedan los responsables políticos del gobierno de la Ciudad, que promueven un “control social represivo” sobre la juventud en los barrios por medio del miedo y la persecución; en un contexto social y económico crítico.
Lo denuncian los mismos jóvenes que se movilizan contra el gatillo fácil: “la brigada actúa siempre de civil, nos persiguen por tener una gorrita y amedrentan todo el tiempo por ser morochitos. No queremos terminar asesinados como Lucas”.
No está demás repudiar también a los funcionarios y políticos que en campaña pedían mano dura y bajar la edad de imputabilidad, como los Espert, Bullrich y Berni con discursos que envalentonan a la policía.

“Las estadísticas muestran que los siniestros viales son una pandemia tan grande como el COVID”

11.1.2022

Por Fabiana Montenegro

Dialogo con Marcelo Calderón, de Masa Crítica Buenos Aires, a raíz de la ciclista que fue atropellada en Palermo hace unas semanas. “Hay que cambiar la cultura vial”, aseguró.

El domingo 9 de enero, una multitud se sumó a una bicicleteada para homenajear a la ciclista Marcela Bimonte, quien fue atropellada la semana pasada junto a otras cinco personas, en los Bosques de Palermo. La movilización fue convocada por el grupo de ciclistas “Masa Crítica Buenos Aires” bajo el lema “El domingo todos somos Marcela”. A las 16.30 partieron desde el Obelisco hasta el cruce de la avenida Figueroa Alcorta y Dorrego, lugar del siniestro vial. Allí, junto a familiares y amigos de la víctima, colgaron una bicicleta blanca en su honor y una placa con su nombre.
Conversamos con Marcelo “Chapu” Calderón, uno de los organizadores del homenaje, para reflexionar sobre este hecho.
Masa Crítica se caracteriza por colocar una bicicleta blanca para recordar a los ciclistas que murieron en un accidente de tránsito. Dónde surgió esta idea.
Marcelo Calderón: La movida de la bicicleta blanca se hace en otras partes del mundo, se hace en el día mundial. Acá se hace desde el 2014. Creo que también fueron las primeras que se hicieron en Argentina. Son alrededor de 11 o 12 personas, hay tres bicicletas que no se colgaron. Puedo nombrar a Julián Partonelo, Magdalena, Ramiro, Sofía, Franco, Isabel, Susana, Silvina, Dimiti, Mariano, Marcela.
¿Se puede seguir hablando de accidente vial?
MC: No, ya no se puede hablar más de accidente. El accidente está visto desde el lado del automovilista, como que le pasó algo al automovilista y bueno… es un accidente. Y nada es así. Una cosa es que se te corte el cable de freno del auto y no puedas frenar y otra cosa, es que se maneje alcoholizado, o drogado, o se maneje imprudentemente, negligentemente, o sacado, o sin dormir y se produzca un siniestro. Creo que no se puede hablar más de accidente vial, hay accidente viales obvio, porque yo no soy mecánico y no sé lo que le puede pasar a mi auto o mi moto, en los cables internos o en el motor, y puede ser que se rompa en algún momento como cualquier artefacto mecánico, que se pueda romper, inclusive en la bici a uno se le corta el freno de repente y uno no sabe en qué momento se le va a cortar. Entonces sí hay accidentes. Pero hay otros que no son accidentes, que son siniestros, y éstos son perfectamente evitables, con un poco de prudencia, que no dependen de lo que le pase al automóvil sino que depende de la actitud de la persona, del comportamiento y la conducta.
Durante el homenaje a Marcela Bimonte mencionaste que hay un modo machista en la forma de conducir.
MC: El tránsito es muy machista. De hecho, uno escucha siempre que las mujeres son pésimas en el tránsito y sin embargo, los que más producen accidentes y más matan personas en el tránsito son hombres. Entonces hay algo que falla en ese concepto, en ese razonamiento, en ese argumento que nos hace repensar un poco la historia. Eso de medirse el miembro para ver quién corre más, para ver quién tiene el auto más grande o más lindo, es una cuestión plenamente machista. Hay que cambiar esa cultura vial para que esto sea diferente. Si dejamos de tener una cultura machista en el tránsito las cosas van a ser mucho pero mucho más pacíficas, y menos violentas.
Otra cuestión a la que hiciste referencia es a la necesidad de una cultura vial. Y que el Estado es responsable. ¿Cómo lo estás pensando?
MC: Sí, hay una cultura vial, la cultura vial del más fuerte, del que se impone más, del que más tiene, del más poderoso. En Argentina y en otros lugares más, el auto es un bien de lujo. No todos tienen la posibilidad de comprarse un auto. Hoy por hoy, cualquier auto sale más de dos millones de pesos. En cambio la bici es de más fácil acceso, hay bicis de ocho mil o diez mil pesos. Me parece que hay una gran diferencia entre un vehículo y otro, entre un actor y el otro. Hay que cambiar un poco la cultura del automóvil. Las leyes de tránsito se hicieron por los automovilistas para poder ordenarlos y controlarlos porque llegó un momento, a partir del surgimiento del auto, en que se descontroló la calle.
Antes, en la calle andaban carreras, caballos o sulkies. Cuando andaba la gente en bici, caminando o en carretas, empezaron a andar autos que iban a velocidad mayor y empezaron a matar gente, y por eso, empezaron a haber leyes de tránsito para poder ordenar el tránsito. Pero esa calle es espacio público, y ese espacio público es de todos: tanto del automovilista, como del motociclista, como del camionero, como del ciclista, como del peatón. El peatón es el más vulnerable y es el que más hay que cuidar en el espacio público. Es como cuando se va a una plaza, y hay un tipo musculoso de dos metros, que está ahí parado y pasa un nene de dos años y el tipo musculoso no le pega un cachetazo. Es más, si el pibe ese se llega a ir, se le escapa de los padres y se va a la calle y seguro el tipo musculoso va a ver si lo puede rescatar y salvar. De eso se trata, de proteger al más vulnerable. No tirarle el camión encima, el colectivo encima. No sirve. Hay que cambiar esa cultura de imposición. Es muy loco porque uno va a Europa, mucha gente va de viaje, y se maravilla del ordenamiento del tránsito y cómo un peatón pisa la calle y se paran todos los autos, y vienen acá, y cruzan por la mitad de la vereda. No es una cuestión de educación solamente hacia los automovilistas y hacia ciclistas, es para todos, para los peatones también. Entonces hay que cambiar la cultura. La cultura es la educación. La educación siempre tiene que ser una inversión, no es un gasto. Si nosotros invertimos en educación y en información lo que vamos a lograr es que cada vez haya menos muertos. Hay más o menos, nueve mil muertes por año en Argentina en accidentes de tránsito. La mayor causa de muerte de jóvenes de 18 a 40 años son los siniestros viales. Entonces, llegó un momento en que tenemos que cambiar eso. Y para cambiar eso, tenemos que cambiar nuestra cultura y nuestra educación y fijarnos dónde poner los puntos en la íes, ¿dónde están los problemas? Porque el problema no son los ciclistas como dicen un montón de medios gráficos, cuando sacan notas de ciclistas cruzando en rojo, los ciclistas no matamos a nadie. El problema de la muerte radica al lado, en aquellos que van a alta velocidad, hay que bajar la velocidad. En aquellos que manejan, y manejan mirando el celular. Un ciclista mirando el celular choca contra un auto, se muere el ciclista y el auto al otro día va al chapista y chau problema, en cambio, el ciclista tiene que elegir si va a ir a tierra o va a ir a un nicho.

El acto del domingo fue muy numeroso. Esperaban que se sumara tanta gente. ¿Se está gestando un cambio?
MC: El acto fue muy numeroso. Yo era uno de los organizadores, fuimos tres: José María Blassi, Nicolás Vigo y yo. Cada uno tiene un rol, José se encarga más de la seguridad de la gente cuando va transitando, de organizar los cortes, Nico se encarga más del armado de las bicis y yo me encargo más de los medios y de ponerle la cara y de ser la cara visible de un conjunto de gente que viene detrás. No solamente somos los tres, yo soy uno más, por ahí algún día yo me retire de la movida de Masa Crítica y haya otra gente. Antes que entre yo a Masa Crítica, había otra gente, referentes que eran parte del movimiento y que también han logrado cosas: que haya más bicisendas, que tengamos más visibilidad en el tránsito. El cambio se va generando de a poco, lo que pasa que la gente que andamos en bicicleta somos gente pacífica, es la revolución silenciosa, no generamos violencia. Cuando alguien no mata es pacífico. La violencia se genera cuando hay muerte, heridos, por negligencia. Cuando no hacemos las cosas que tenemos que hacer, generamos en un tercero un acto en el que cortamos algo, cortamos la vida, la salud. Ahí es cuando ya hay una violencia. Nosotros no generamos violencia. Mayormente cuando se ve a gente andando en bicicleta, se la ve contenta, escuchando música. Y uno puede decir “no se puede usar auriculares”, pero igual siempre decimos lo mismo, el ciclista se pone en riesgo a sí mismo, en todo caso. No pone en riesgo a otras personas, no hay estadísticas que demuestren lo contrario, más allá de casos puntuales.
En cambio, las estadísticas muestran, y lo dijo la OMS, que los siniestros viales son una pandemia tan grande como la que estamos viendo con el covid, porque si estamos diciendo que la mayoría de los jóvenes que mueren en Argentina son por siniestros viales, es que está pasando un problema gigante. Y eso, se resuelve con educación, con inversión, con cultura. Y ni siquiera estoy hablando de grandes cuestiones sino de información, de llegar a la gente. Hace más de 30 años que nadie recuerda una campaña de educación vial para toda la gente de parte del Estado ¿Qué pasó, la culpa es de los ciclistas, de los automovilistas, de los demás actores en el tránsito? No, la culpa es del Estado que está ausente y eso es lo que Masa Crítica intenta cambiar.

El plan de Larreta para lxs pibxs: más comisarías, menos escuelas

11.1.2022

Por CORREPI

El jefe de gobierno tiene aprobado su Presupuesto 2022, en el que planea destinar más fondos a la construcción de comisarías que a la infraestructura escolar o de salud. Al mismo tiempo, impulsa un proyecto para que lxs estudiantes de quinto año vayan a trabajar gratis. Para Larreta, el destino de lxs pibxs es el calabozo o la precarización laboral.

Hace unos días, desde CORREPI denunciábamos el incremento de recursos destinados a la represión para el ministerio de Seguridad bonaerense a cargo del funesto Sergio Berni, en medio de la crisis social, económica y habitacional que atraviesa la provincia de Buenos Aires. Del otro lado de General Paz, en la Ciudad, la situación no es para nada distinta. En esto, pareciera no existir grieta.
El 9 de diciembre se aprobó en la Legislatura porteña la ley de presupuesto enviada por el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta. Un presupuesto que él mismo definió “de contingencia”, a partir de la disputa que sostiene con el gobierno nacional por la distribución de la coparticipación federal. Esta excusa no tiene un mínimo de validez. El 90% de los recursos de la Ciudad son propios (de lo que el 70% corresponde al impuesto a los ingresos brutos de actividades instaladas en CABA) y, además, prevé un superávit de $181.085 millones para 2022.
Amparado en esto, el gobierno porteño decidió, por ejemplo, aumentar la partida destinada a salud en un 28%, llevándola a un 16,4% sobre el total del presupuesto, permeable a la posibilidad de perder peso específico ante el aumento inflacionario, que con certeza estará ampliamente por sobre ese número. Pero para que queden claras cuáles son sus prioridades, Larreta decidió sostener, en términos porcentuales, su “inversión” para la cartera de Seguridad en un 15,9%. Casi 6% más que, por ejemplo, lo destinado a Promoción Social. Es decir, en la ciudad más rica del país, donde enfermerxs no son reconocidxs como personal de salud y médicxs ganan salarios de miseria, el gobierno del PRO (que ya lleva 14 años al frente de la gestión), decide destinar prácticamente la misma cantidad de recursos a la salud que a la represión.
Pero peor es aún la situación si se pone la lupa sobre algunos reflejos centrales en el desglose de estos números fríos. La remuneración básica de un miembro de la Policía de la Ciudad, incluyendo ítems suplementarios, se encuentra en torno a los $90.000. Es decir, la fuerza más letal del país, que lleva 121 asesinatos a punta de pistola desde su creación, y que este año se cobró, entre otras víctimas, la vida de Lucas González de dos tiros en la cabeza, percibe un ingreso mayor al del 80% de los trabajadores del país y casi el doble del 60% que apenas llega a los $50.000, según cifras del INDEC. Ni hablar si comparamos con unx enfermerx, aquellxs que continúan poniéndole el cuerpo a la pandemia, que con suerte llega a los $45.000. Para el jefe de gobierno porteño parece ser más importante aleccionar a lxs pibxs a punta de pistola, que salvar vidas en una sala de terapia intensiva.
Si volvemos al presupuesto, también podemos ver que Horacio Rodríguez Larreta planea gastar más en construcción y refacción de comisarías que en infraestructura escolar, y casi el triple que en infraestructura de hospitales públicos. El gasto destinado a la infraestructura represiva alcanzará este año los $3.161 millones, mientras que a las escuelas irán destinados $3.021 millones y para hospitales apenas $1.124 millones.
Esto tiene total coherencia, si tomamos en cuenta la ley recientemente impulsada por el PRO en la Ciudad, bajo la premisa de “Secundarias del futuro”. Este proyecto busca obligar a lxs alumnxs de quinto año de los colegios secundarios a realizar 120 horas de “prácticas profesionales” en el sector privado y algunas dependencias públicas, más 30 horas de espacio de capacitación sobre educación financiera y “habilidades blandas” para el trabajo. Actualmente esto se lleva adelante en 91 instituciones escolares, y la ley busca extenderlo a un total de 442, alcanzando así a 29.400 estudiantes. A pesar del enorme maquillaje con el que esta iniciativa fue presentada y el interminable blindaje mediático a base de pauta que sostiene el gobierno porteño, es imposible esconder lo que realmente significa: precarización laboral sobre menores, pura y dura. Esto implica menos estudiantes en las aulas, mientras son explotadxs por empresas privadas, no solo a costo cero (las “pasantías” son no remuneradas) sino también subsidiadas por el propio gobierno porteño. Mano de obra gratis y transferencia de recursos del estado al sector privado. El destino de lxs pibxs en la Ciudad de Buenos Aires para 2022 está escrito: la precarización laboral o el calabozo.
Estas medidas constituyen una muestra de lo que Larreta proyecta de cara a su candidatura presidencial. La Ciudad de Buenos Aires en particular, y el país en general, se encuentran subsumidos en una crisis económica, social y habitacional de magnitudes astronómicas. La debacle macrista, la deuda y la decisión política de todos los sectores políticos hegemónicos de “resolverla” acordando con el Fondo Monetario Internacional, y la pandemia agravada a partir de una gran cantidad de malas decisiones por parte del gobierno nacional y los gobiernos locales, constituyen un yunque sobre la cabeza de un pueblo trabajador que no resiste una sola medida más en su contra. Cualquier intento de ajuste en el corto plazo no pasa, como ocurre siempre, sin represión. Y, como vemos, la derecha rancia, representada, entre otros, por Horacio Rodríguez Larreta, ya proyecta a nivel local el modelo de país que buscará llevar adelante desde 2023.
La única salida que tenemos para hacerles frente y evitar estas avanzadas, es con mayor organización y unidad, dando la lucha donde históricamente lo hemos hecho: en las calles.

“Los 80, el rock en la calle” en el Museo Histórico Nacional

9.1.2022

El 21 de diciembre pasado se inauguró esta exposición de instrumentos, vestuarios, fotografías, afiches, diseños y videos de la historia del rock argentino entre 1982 y 1991. Se puede visitar con entrada libre y gratuita hasta el 30 de mayo de 2022.

La muestra “Los 80. El rock en la calle” se inauguró el 21 de diciembre pasado en el Museo Histórico Nacional (Defensa 1600, San Telmo, CABA). Se trata de una exposición con más de 800 objetos entre instrumentos, vestuarios, fotografías, afiches, diseños, videos y memorabilia de la historia del rock argentino entre 1982 y 1991. Se puede visitar de miércoles a domingo y feriados de 11:00 a 19:00 h, y viernes de 11:00 a 22:00 h, en forma libre y gratuita, hasta el 30 de mayo de 2022.
Con el concepto de “la banda de sonido de nuestras vidas” el recorrido de la exposición va desde la guerra de Malvinas en 1982 hasta el multitudinario recital que Soda Stereo dio en la avenida 9 de Julio en 1991.
“Es una época muy potente, de una gran energía que todos comparten, en una sociedad que recién sale de la dictadura. Hay una efervescencia creativa muy notable, con artistas de estilos muy, muy diversos. Con momentos de mucha alegría y de esperanza, con la democracia inicial y después también un gran desencanto, la crisis económica, los Carapintadas, todo lo que ocurrió en los 80”, explicó Gabriel Di Meglio, director del Museo Histórico, en una entrevista realizada por Télam.
En la información publicada en las redes del Museo se describen algunos de los atractivos de la muestra: “La valija con la ropa y los discos con los que Luca Prodan llegó a la Argentina; la letra manuscrita por Spinetta de Rezo por vos, con un dibujo del propio Flaco; un traje de los primeros shows de Los Auténticos Decadentes; el velador del concierto en el que Charly García presentó Clics modernos; una guitarra emblemática de David Lebón, una de Cerati, otra de Gieco; el arte original de Rocambole para las tapas de los discos de Los Redondos; los originales del arte de tapa de Signos y Ruido blanco de Soda Stereo; un saxo de Los Cadillacs; un teclado de Fito y un piano de Miguel Mateos”.
También con la curaduría de Aspix, uno de los fotógrafos emblemáticos de la escena, podrán verse trabajos de Andy Cherniavsky, José Luis Perotta, Alejandro Kuropatwa, Gabriel Rocca, Hilda Lizarazu, Charlie Piccoli, Eduardo Grossman, Claudina Pugliesey el propio Aspix, entre otros.
Además de la muestra propiamente dicha, habrá actividades durante los seis meses que durará la exhibición con ciclos de escucha de discos emblemáticos junto a los músicos, entrevistas públicas a protagonistas y proyecciones de shows, videoclips y materiales inéditos.
“Los 80. El rock en la calle”, también será parte de una movida más grande de intervenciones y actividades dedicadas al rock en otros espacios de la Secretaría de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación, como el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur con la muestra “Malvinas y el Rock”, y la Manzana de las Luces con el ciclo “Manzana Rock”.

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