Lucas González: el fiscal solicita nuevamente la detención de las dos mujeres policías
2.2.2022
En el arma de plástico plantada para desviar la causa hacia la hipótesis del enfrentamiento, se hallaron rastros de las dos oficiales de la policía porteña, Micaela Fariña y Lorena Miño, involucradas en el crimen de Lucas González.
El fiscal Leonel Gómez Barbella solicitó al juez de Instrucción Martín del Viso, la detención inmediata de las dos mujeres acusadas por encubrimiento en el crimen de Lucas González, ya que, en el arma de plástico plantada para desviar la causa hacia la hipótesis del enfrentamiento, se hallaron rastros de las dos oficiales de la policía porteña, Micaela Fariña y Lorena Miño, quienes habían sido liberadas el 12 de enero por la Sala IV de la Cámara de Apelaciones porteña.
La solicitud del fiscal está basada en esta nueva prueba, el análisis del rastreo realizado por una pareja de perros de la policía Federal dio como resultado la presencia de los olores de las dos mujeres, Micaela Fariña y Lorena Miño, además del de Héctor Cuevas, cuya detención había sido confirmada. El dictamen de la fiscalía ya fue presentado en el juzgado, y ahora es el juez del Viso quien debe resolver si hace lugar al mismo.
El 12 de enero, la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional porteña, ordenó la libertad por falta de pruebas de las dos policías de la Ciudad por el crimen de Lucas González, el adolescente de 17 años asesinado a balazos en noviembre pasado en el barrio de Barracas, y mantuvo los procesamientos de otros cuatro miembros de esa fuerza de seguridad.
En un fallo de 17 páginas al que accedió Télam, la Sala IV de dicha Cámara, integrada por los jueces Alberto Seijas, Julio Lucini y Mariano Scotto, revocó el procesamiento de Micaela Fariña y Lorena Miño, dictó la falta de mérito “para procesar o sobreseerlas” y ordenó sus inmediatas libertades. En primera instancia, estas dos policías habían sido procesadas con prisión preventiva junto a los efectivos Roberto Inca, Héctor Cuevas, Fabián Du Santos y Juan Romero.
Sin embargo, el fiscal recibió los resultados de un peritaje de la División Unidad de Búsqueda de Evidencia de la Policía Federal Argentina (PFA), que confrontó las muestras recolectadas sobre la réplica de arma de fuego encontrada dentro del auto en el que iban Lucas (17) y sus tres amigos “con los olores obtenidos” de nueve de los policías imputados, entre ellos, las dos oficiales.
El Ministerio Público Fiscal de la Nación, a través de su página web dio a conocer que “el procedimiento realizado por los agentes policiales junto a perros entrenados permitió que los animales marcaran la correspondencia entre el olor colectado de la réplica del arma y las muestras obtenidas de las dos mujeres y de uno de los imputados” y “Claro está que las nombradas la han manipulado, o al menos, la han tenido a la vista, en contacto y en su poder”, sostuvo el fiscal y consideró que esta prueba “revierte el estado de duda que los integrantes de la Cámara de Apelaciones decretaron cuando formularon la falta de mérito”.
Para la Fiscalía, esta evidencia “conlleva a sostener que formaron parte de todo el entramado corporativo” que se montó el día del hecho, por lo que corresponde “dictar sendos autos de procesamientos con prisiones preventivas”. El requerimiento es de procesamiento por “falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin las formalidades de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave”.
Se trata de la misma Sala que ya confirmó la prisión preventiva para los policías Gabriel Isassi, Juan Nieva y Fabián López, imputados de cometer el homicidio de Lucas y la tentativa en perjuicio de los tres amigos del adolescente asesinado. En tanto, por el caso también permanecen procesados y detenidos por el encubrimiento del crimen el comisario inspector Daniel Santana, el comisario Rodolfo Ozán, el subcomisario Ramón Jesús Chocobar, y los oficiales Sebastián Baidon, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa.
El asesinato de Lucas (17) sucedió cerca de las 9.30 del 17 de noviembre último, cuando la víctima y tres amigos de su misma edad salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Policía de la Ciudad sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.
De acuerdo con las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos. Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien horas más tarde murió.
Cada avance en esta causa, sin dudas es fruto de la movilización callejera en busca de justicia por la vida arrebatada de Lucas González. Pero aún quedan los responsables políticos del gobierno de la Ciudad, que promueven un “control social represivo” sobre la juventud en los barrios por medio del miedo y la persecución, en un contexto social y económico crítico.