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Violación grupal en Palermo: uno de los detenidos publicó una carta donde se declara inocente

15.3.2022

El día lunes se dio a conocer una carta donde Thomas Domínguez, uno de los que actuaban como “campanas” fuera del auto, se declara inocente y “sin ápice de arrepentimiento”.

Thomas Domínguez, uno de los seis detenidos por la violación a una chica de 20 años en Palermo, escribió una carta de forma manuscrita que se hizo pública el día lunes, donde trata de justificar su inocencia.
En la carta comienza relatando como una “bitácora de viaje” lo que sucedió según sus propias “vivencias”, a lo que continúa describiendo como “una experiencia más entre tantas otras en mi vida”, “en especial negativa, angustiante y traumática para mí”.
En la carta, el acusado también invoca a Dios, “aceptando que considera esta batalla y otras favorables para mi persona”, y señala que se encuentra “fuerte pese a ser inocente”.
Luego se hace preguntas en relación a por qué se encontraba allí y no se fue antes, por qué se acercó a “desconocidos”, tratando de eximirse de toda responsabilidad frente al hecho aberrante del que son directamente responsables o cómplices con la misma gravedad los seis acusados.
Thomas Domínguez desde el inicio contó con abogados defensores particulares e hizo el pedido de excarcelación, aunque le fue negado. También fue uno de los cuatro que se negaron a declarar el pasado viernes en la ampliación de indagatoria (otros dos sí lo hicieron, Franco Lykan e Ignacio Retondo, señalando que tuvieron un “mínimo contacto con la víctima”).
El juez Marcos Fernández ubicó a Thomás Domínguez por fuera del auto, considerando que actuó como “campana” junto a Ignacio Ritondo.
Mientras tanto, frente a este hecho que causó tanta conmoción e indignación se continúa exigiendo justicia para la víctima.
La carta completa:
“Desde hoy y con previas ganas de hacerlo pero sin disponer momento, yo, Thomas Fabián D., me propongo así como una ’bitácora de viaje’ a redactar mis vivencias con respecto a lo acontecido: un hecho que a pesar de su relevancia y significación, es una experiencia más entre tantas otras en mi vida, siendo esta en especial negativa, angustiante y traumática para mí. Que a pesar de su carácter y connotación no deja de ser rica en aprendizaje y conocimiento.
He de admitir que no lleva a lugares muy favorables de mis facetas y pone a prueba casi al límite mi psiquis; siempre fui alguien fuerte en este aspecto, entendiendo que todo pasa por algo y aceptando que Dios considera esta batalla y otras favorables en algún punto para mi persona. Y por mucho que me cueste me encuentro siendo fuerte pese a ser inocente, entendiendo los tiempos de la Justicia y disponiéndome a esta con paciencia en virtud de descubrir la verdad.
Más allá de lo legal que excede mis horizontes de conocimiento y dejando esto en manos de profesionales, me encuentro por demás indignado, frustrado y lleno de cuestionamientos, por lejos y sin ápice de arrepentimiento, no dejo de preguntarme: ¿Por qué a mí? ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué no me fui antes? ¿Por qué me acerqué a desconocidos? ¿Por qué confiaba en personas ajenas a mi vida, a mis valores e ideales? Con acciones lejos y maneras aún más lejanas de las que yo considero nobles y humanas.
Sin ánimos de victimizarme y siendo consciente siempre de lo que hice así como de lo que no hice, fuera del marco legal mantengo tranquila mi consciencia por nunca haber rebasado los límites de un prójimo y siempre haber actuado considerando su disposición.
Hoy estoy encerrado y esta es solo una parte de mi angustia, siendo está rebasada por el hecho de no estar con mis seres queridos, familia y amigos, lejos de mis proyectos personales y grupales, triste profundamente porque no solo me afecta a mí sino a todos aquellos que confían en mí y están poniendo su fuerza y voluntad para que recupere mi libertad y así juntos seguir adelante con todo lo que hoy por lo que una injusticia está pausado”.

“En la Enfermería de CABA no sobra nadie”

15.3.2022

Lo afirman desde la Asociación de Licenciadxs en Enfermería en una carta abierta dirigida al jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. “Desde el año pasado, y ahora en las últimas semanas de forma más acelerada y extendida, su gobierno despide enfermeras/os de los hospitales públicos de esta Ciudad”, aseguran.

Compartimos la carta:
Nuevamente, desde su entorno, instalan la idea de que “pasó la pandemia, el refuerzo de enfermería ya no se necesita”, y despiden trabajadores esenciales que ya necesitábamos en el sistema de salud desde antes de la pandemia. Mientras, inician el proceso de cierre y desmantelamiento en las Unidades Febriles de Urgencia (UFU) prematuramente. Tal como pretendieron llevarlo a cabo en diciembre 2021, a pesar de todas las advertencias que hicimos acerca de la llegada de la 3° ola, que finalmente puso en pausa sus planes. En esta ocasión deciden llevar a cabo estos cierres justamente con el reciente inicio de las clases en todos los niveles educativos y a la vez que continúan llegando alertas internacionales (aislamiento en China de toda una ciudad, nuevas cepas en Ucrania, etc.).
Estas decisiones de cierre prematuro y despidos masivos las justifican con argumentos directamente falsos, anticientíficos, y sin el más mínimo fundamento sanitario, y tienen como objetivo achicar el presupuesto en salud basado en otros intereses que no son las necesidades de la población. Frente a eso, queremos expresarle, una vez más, nuestras razones:
En el sistema de salud de los Hospitales, CESaC y Hogares de adultos mayores de CABA, se necesita estructuralmente más personal de enfermería. Ahora, ante el salto de la propagación viral de enfermedades respiratorias (más allá de la pandemia), pero incluso desde mucho antes ya se encuentran trabajando distintos servicios de internación con altos niveles de sobrecarga de trabajo sobre el plantel de Enfermería. Basta como ejemplo visitar una sala de Clínica Médica con 40 pacientes (dependientes en su mayoría), siendo atendidos por solo 3 enfermeras en un turno de 12 hs cualquier fin de semana. Además, sabemos que, en pocos días, se lanza una ambiciosa campaña de vacunación en los colegios de la Ciudad. Resulta evidente que hace falta más enfermería para eso y no seguir sobrecargado una enfermería extenuada que ha hecho una gran labor en la primera línea contra la pandemia.
La enfermería, con un plantel global cercano a 10 mil, adolece de falta de licencias, está obligada a jornadas extenuantes y pluriempleo por los magros salarios, su propia capacitación no es política pública, sino un sobre-humano esfuerzo individual que además se costea del propio bolsillo, y todo eso redunda en deterioro físico del colectivo e impacta sobre el servicio social de salud. Durante la Emergencia Sanitaria se han reducido y suspendido todo tipo de licencias, y es común que se nieguen las mismas por “falta de personal y necesidad de servicio”. El pase a planta permanente de toda la enfermería contratada en pandemia, sería un refuerzo cualitativo de esta estructura sanitaria.
El personal contratado durante la pandemia, atravesó una dura capacitación por la realidad: formarse en términos prácticos durante los picos de contagios de COVID. Esa acumulación no puede ser dilapidada por su gobierno. Es una barbaridad desde el punto de vista de la política pública.
Con más personal en los servicios (obviamente en la planta permanente), con mejoras salariales al conjunto de la enfermería y reconocimiento de nuestra profesión (discriminada y excluida de la Ley N° 6035 que incluye 24 profesiones), todo el sistema público de salud de la CABA se robustecería enormemente: podría habilitarse capacitación en horario de servicio a cargo del Estado de la Ciudad, garantizar los descansos necesarios y equipar derechos con el resto de profesionales, al mismo tiempo que se reduciría el pluriempleo. Esto, impactaría positivamente para toda la población que se atiende en nuestros hospitales.
Desde nuestro sindicato independiente, la Asociación de Licenciados/as en Enfermería (ALE), volvemos a plantearle la urgencia de incorporar de forma inmediata a planta permanente a todo el personal de Enfermería contratado en pandemia. Al mismo tiempo, y aprovechando, este medio le volvemos a solicitar de forma pública una audiencia con nuestra organización para abordar todos los temas de nuestro colectivo y especialmente el Reconocimiento Salarial, Profesional y Laboral, que sigue siendo la principal deuda de su gobierno con la Enfermería que dejó todo en pandemia.
Asociación de Licenciados/as en Enfermería

Inventarle una música al mar

12.3.2022

Por Ramiro Giganti

El grupo Pasa la Rompiente se presentó en el centro cultural El Surco, en el barrio de Boedo. Allí mostraron su repertorio dedicado mayoritariamente al mar y su entorno. Un recorrido por su propuesta y la necesidad de tener una música que se identifique con los miles de kilómetros de territorio costero que hay en Argentina.

“Tenemos un regalito para hacerles”, dice Lucía, vocalista de la banda, ya cerca del final de la presentación. El regalo son caracoles. Lucia baja del escenario y empieza a repartir los obsequios. Mientras eso sucede Diego empieza a tocar los primeros acordes y cantar la canción que le da el nombre a la banda. El sonido es relajado. Ya habían pasado por gran parte de su repertorio: algunas canciones más movidas, otras más calmas, como presentando ese viaje por el mar donde los momentos de festividad alternan con la calma de océano: como un ola que irrumpe. Los acordes recuerdan a Breathe o The Great Gig In The Sky, de Pink Floyd, pero con un sonido acústico y mas «criollo». De algún modo, cantarle al mar o al cielo parece enfrentar desafíos y paisajes similares. “El tiempo vuelve a hablar su idioma… sin palabras”, repite la letra. Todavía quedan algunas canciones pero ya es el tramo final del concierto: son “los últimos días del viaje”.
La propuesta se había puesto en marcha seis años antes cuando dos amigos que habían hecho música juntos en otros proyectos decidieron materializar una idea: inventarle una música al mar.
“Desde el sur de la provincia de Buenos Aires hasta Tierra del Fuego, toda la zona costera, no conocemos las músicas. No tenemos registro. Y así como otras partes del país, como el centro, Cuyo, el Noroeste, el Litoral, tienen su propia música: la baguala, la vidala, y el chamamé… en toda esta franja larguísima que son 3000 kilómetros, como que no hay música. Como si hubiera algo en la presencia del mar. Entonces inventémosle música al mar, cantémosle al mar. Invitemos a la gente a hacer un viajecito “, explica Andrés, percusionista de la banda que inició junto a Diego, guitarrista y cantante, este recorrido al que luego se sumaron nuevos integrantes. Así fue como en 2016 esta propuesta nació de la confianza en la música como el lenguaje más directo entre las personas y las regiones.
El primer álbum del grupo, 38° Latitud Sur, fue publicado en 2018. Las canciones están disponibles tanto en Youtube, como en Spotify o Bandcamp. También tienen una cuenta en Instagram.
Por un lado la música da una respuesta a esa preocupación por la desertización del país, pero en paralelo busca recrear ese momento de alegría cuando alguien tiene la posibilidad de viajar y visitar alguna localidad costera. Recordar, para quienes tuvieron esa posibilidad en su infancia, la alegría de las vacaciones en la costa, pero sumar ese festivo recuerdo a esa intención de hacer sonar en su música algunos territorios de los que sólo nos queda el canto del viento y de la soledad, como lo es toda la franja con más de 3000 kilómetros de costa que unen la orilla bonaerense con Tierra del Fuego.
En 2020 realizaron una gira por diversos balnearios del partido de la costa, y planean otra por el interior del país para mediados de este año. “Nos gustaría hacer presentaciones en pueblos o pequeñas ciudades del interior de la Provincia de Buenos Aires. Tenemos esa idea para este año: ir con el auto, tocar y volver”.
Buscar un estilo para cometer la herejía de catalogar a un artista es un viaje aparte con Pasa La Rompiente. “Si me apurás un poco lo que te diría es que es una banda de ritmos”, responde Andrés manteniendo la intriga. Pero la música deja pistas. Hay una conexión con la música uruguaya ineludible: canciones con ritmos de candombe o macha camión delatan la relación con nuestros vecinos orientales cuya vida también se desarrolla en las costas. Andrés admite la influencia de No Te Va A Gustar en el grupo, además de esa continuidad costera. El recorrido se puede extender, entonces, desde Tierra de Fuego hasta las costas del departamento de Rocha.
El recorrido musical ofrece distintos momentos rítmicos y va variando en sus texturas. La presentación de este día no tiene mucha rotación de instrumentos, como en otras presentaciones de la banda, a excepción de Santiago, quien alterna el bajo con la guitarra, como en la Chacarera/Malambo Del Mar. También hay un momento donde la música acompaña un recitado: una poesía al mar.
El concierto está terminando. Diego mira de reojo el cesto que hace de “gorra”, ya que la entrada eses libre, con el aporte voluntario de cada concurrente. “Lo que puedan aportar nos va a servir para poder seguir haciendo música” explica. También recuerda que se van a presentar en ese mismo lugar el segundo viernes de cada mes.. El grupo está preparando su segundo álbum. Allí el viaje se amplía con nuevos estilos y recorridos. La presentación termina con unas cumbias interpretadas de una manera particular por el grupo. ¿Abandonarán al mar? Difícilmente eso suceda. Nada tiene de extraño escuchar una cumbia en la playa.

“La Policía de la Ciudad mata en la provincia de Buenos Aires”

9.3.2022

Por Diego Moneta

La Asociación Contra la Violencia Institucional realizó un pedido de acceso a la información pública para indagar en el uso del arma reglamentaria que hace la Policía de la Ciudad. La mayoría de los casos ocurren fuera de servicio o jurisdicción. Dialogo con Natalia D´Alessandro, presidenta, y Matías Busso, integrante de la Asociación.

El caso de Lucas González, joven jugador de Barracas Central, ubicó en el centro del debate nuevamente, al menos por un tiempo, el accionar de las fuerzas de seguridad, en particular la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. En ese marco, la Asociación Contra la Violencia Institucional (ACVI) buscó indagar sobre los patrones de su forma de actuar, interesándose en la portación, tenencia y uso de las armas de fuego.
Al principio del año presentaron una solicitud de acceso a la información pública al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA). Matías Busso, integrante y uno de los fundadores de la Asociación, aclara que “está previsto en la Ley 5.688 -Sistema Integral de Seguridad Pública- que esa información se produzca y sea pública, pero nunca fue publicada”. La organización, que patrocina y acompaña a víctimas de violencia institucional, logró acceder a los registros en los que la fuerza intervino usando el arma reglamentaria en 2019 y 2020, esperando que en breve puedan pedir el de 2021.
Según los resultados comunicados, de la información brindada surge que, de un total de 236 hechos del bienio, 178 fueron en la provincia de Buenos Aires (PBA), o lo que es lo mismo, un 75 por ciento se dio fuera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Ello indica que sucedieron cuando estaban fuera de su jurisdicción o fuera de servicio, ya sea de franco, en momentos de descanso o camino al trabajo, según explica la Asociación.
La organización entiende que se relaciona directamente con dos factores. Primero la condición jurídica definida como “estado policial” que alcanza a todo el personal. Refiere a un conjunto de derechos y obligaciones entre las que se halla el deber de intervenir ante los delitos de los que tengan conocimiento. Por otro lado, como derecho y no obligación, la posibilidad de portar el arma todo el día, sin importar horario de servicio. “La combinación de estos elementos trae como consecuencia directa” que ante cualquier conflicto personal, vecinal, familiar puedan utilizarla, afirma la ACVI y por eso Busso cree que “se debe limitar”.
Además, remarcan que la forma de portación difiere de la habilitada para el resto de la ciudadanía que no se desempeña como uniformado. En concreto, pueden trasladar su arma cargada, “incrementando notablemente la posibilidad de uso”, señala el informe. En el bienio analizado 43 particulares y seis funcionarios policiales fallecieron, demostrando que el accionar “resulta una práctica más lesiva” para los y las ciudadanas. A su vez, la totalidad de los particulares fallecidos fueron masculinos -nueve menores-, corroborando criterios de selectividad en la forma de actuar de la fuerza, basados en la estigmatización de jóvenes.
Por otro lado, hay un elemento particular que cabe destacar. La información brindada por el GCBA categoriza a los hechos como “enfrentamientos”. Sin embargo, es muy dispar la relación entre particulares y funcionarios policiales y son “pocos los casos en los cuales se encuentran en una situación en la que realmente peligre su vida” o la de terceros, señala la ACVI. Para Busso, en lugar de ese término, hablamos de “abuso, uso indiscriminado de la fuerza o, al menos, negligente de la misma”. Revela la “falta de capacitación y ausencia de criterios de intervención basados en el principio racional”, puntualizan. La fuerza letal debería configurar la última de las opciones y la información brindada lo contrasta.
Al mismo tiempo, se sostiene que, de los hechos en los que participó la Policía de la Ciudad en 2019, existieron 61 en los cuales no se realizó el informe sobre lo ocurrido, por lo que se desconoce la información. Por lo tanto, ACVI infiere que el “número de particulares fallecidos y heridos podría ser mayor al informado”. Por su parte, Natalia D´Alessandro, presidenta de la Asociación, también en diálogo con APU, sostiene que desde el vamos “es una falencia que falten datos” y que, por consiguiente, “no se puede hacer un análisis completo de la situación”. La información faltante -identificación de la víctima o resultado de la intervención- se “podría reconstruir fácilmente si se pidieran los antecedentes de las actuaciones policiales que se labraron en ocasión de los hechos”, argumenta.
Para D´Alessandro “cualquier política vinculada al control del uso de la fuerza” debería tener un “sistema de seguimiento e identificación de todas las partes involucradas” y toda intervención policial “un registro de los participantes del hecho más allá del resultado”. Vale mencionar también que, desde la organización, no han analizado la posible repercusión del aislamiento preventivo por la pandemia en los registros. “Hay un leve ascenso de los muertos en casos de gatillo fácil y puede preverse, entre otras, al nivel de conflictividad social desatado o a una mayor represión”, explica Busso.
La Asociación Contra la Violencia Institucional concluye que resulta “necesario avanzar en un debate serio sobre la reforma de las leyes orgánicas de las fuerzas policiales y de seguridad”, contemplando la limitación del “armamento reglamentario” al momento en el que se están cumpliendo funciones. Desliza, además, que los resultados se ven, por ejemplo, en la Policía de Seguridad Aeroportuario (PSA), que “registra los índices más bajos de letalidad policial”. “Sólo en este sentido podremos desarrollar una verdadera política contra la violencia institucional”, cierra el informe.
Con ese objetivo trabajan en una iniciativa legislativa y buscan el acompañamiento no sólo de organizaciones de la sociedad civil y de derechos humanos, sino también de la esfera política. “Reduciría gran parte del número de casos de violencia policial”, cree Busso. Es una discusión que “debe estar presente en cualquier debate sobre violencia institucional”, así como la “limitación del horario de ‘estado policial’”, dice D´Alessandro, y agrega que no tiene que estar “sólo el poder punitivo como único modo de intervención estatal frente al conflicto”. “Hay una necesidad de pensar la perspectiva de las políticas de seguridad en una sociedad enmarcada en el respeto irrestricto por los derechos humanos”, finaliza.

Docentes de la Ciudad paran y convocan a familias a movilizar contra el acuerdo con el FMI

8.3.2022

A través de una carta enviada desde el sindicato Ademys, explican los motivos del paro e invitan a las familias de las escuelas a participar de la convocatoria este jueves. Remarcan la necesidad de la unidad entre trabajadores, desocupados y estudiantes.

Docentes reunidos en la última asamblea convocada por Ademys votaron parar y movilizar el día que el gobierno decidiera proponer a votación el acuerdo con el FMI.
Además, decidieron realizar una carta explicando a las familias de las escuelas el motivo de la medida de fuerza, las implicancias que el acuerdo tiene sobre los trabajadores y los niños e invitarlos a movilizarse en unidad para rechazar de manera contundente la legalización de la estafa macrista. “La verdadera deuda es con la educación, con los y las estudiantes y sus familias”, afirman.
A continuación reproducimos el texto:
Carta a las familias
¡No al acuerdo del gobierno con el FMI!
Escribimos esta carta mientras vemos cómo la suba de los precios en los alimentos impacta en nuestras vidas. Escribimos con gran preocupación por los altos niveles de pobreza, ¡más del 60% de las infancias es pobre! También nos alerta la terrible situación de la educación: luego de dos años de pandemia, volvemos a las escuelas con pésimas condiciones de infraestructura, falta de vacantes y salarios docentes por debajo de la línea de pobreza.
Queremos hacerles llegar estas palabras para manifestar otra preocupación: esta semana el gobierno nacional quiere votar el acuerdo con el FMI. Pretenden profundizar un ajuste que ya venimos sufriendo hace años: quieren volver a endeudarse y organizar toda la economía nacional para pagar una deuda ilegítima e ilegal que dejó Macri, y que el actual gobierno viene pagando, a costa del hambre y las penuarias de nuestro pueblo.
El actual acuerdo implica volver a recibir un préstamo, endeudando a nuestro país y a las futuras generaciones, para pagar por los dólares que se llevaron los ricos, empresarios y banqueros, porque ni un peso de esa deuda fue para vivienda, salud o educación. Por eso las y los docentes creemos que la verdadera deuda es con la educación, con los y las estudiantes y sus familias.
El FMI es un organismo que las grandes potencias mundiales utilizan como instrumento para someter económica y políticamente a países pobres o en crisis y ¿saben quién tiene poder de veto en la toma de decisiones? El gobierno de los Estados Unidos. Éste, mediante su intervención directa, determina los planes y medidas que considera necesarios para recaudar los dólares que irán a los prestamistas.
Esto significa aumento de servicios básicos como la luz y el gas, mayor suba de precios en alimentos, en alquileres, en transporte….todo lo que va a impactar directamente en nuestros bolsillos. También significa un recorte al ya bajo presupuesto educativo y que la vida de las familias se precarice aún más con rebajas de salario, pensiones y jubilaciones. Significa más saqueo de nuestros recursos y más contaminación. Presentan ese acuerdo como la “mejor solución” a las penurias que ya estamos viviendo. ¡Nos mienten!
Lo sabemos por nuestra historia reciente: nada bueno viene de la mano del FMI. Este acuerdo implica someter a nuestro país a las decisiones de ese organismo, como ya ocurrió antes del 2001. Pagarle es no asistir a las miles de problemáticas que a diario enfrentamos en las escuelas: ¡La deuda es con la educación! Está en juego el futuro de las juventudes.
Son las familias de nuestras escuelas junto a los y las docentes quienes venimos poniéndole el cuerpo a esta situación, construyendo lazos de solidaridad, y es sobre nosotrxs que quieren descargar la crisis. Por todos estos motivos estaremos parando el día que se trate en el Congreso, y las invitamos a movilizarse junto a nosotras y nosotros contra el acuerdo del gobierno con el FMI.
¡Plata para educación, no para la deuda!

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