Comunicadores del Sur

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Inventarle una música al mar

12.3.2022

Por Ramiro Giganti

El grupo Pasa la Rompiente se presentó en el centro cultural El Surco, en el barrio de Boedo. Allí mostraron su repertorio dedicado mayoritariamente al mar y su entorno. Un recorrido por su propuesta y la necesidad de tener una música que se identifique con los miles de kilómetros de territorio costero que hay en Argentina.

“Tenemos un regalito para hacerles”, dice Lucía, vocalista de la banda, ya cerca del final de la presentación. El regalo son caracoles. Lucia baja del escenario y empieza a repartir los obsequios. Mientras eso sucede Diego empieza a tocar los primeros acordes y cantar la canción que le da el nombre a la banda. El sonido es relajado. Ya habían pasado por gran parte de su repertorio: algunas canciones más movidas, otras más calmas, como presentando ese viaje por el mar donde los momentos de festividad alternan con la calma de océano: como un ola que irrumpe. Los acordes recuerdan a Breathe o The Great Gig In The Sky, de Pink Floyd, pero con un sonido acústico y mas «criollo». De algún modo, cantarle al mar o al cielo parece enfrentar desafíos y paisajes similares. “El tiempo vuelve a hablar su idioma… sin palabras”, repite la letra. Todavía quedan algunas canciones pero ya es el tramo final del concierto: son “los últimos días del viaje”.
La propuesta se había puesto en marcha seis años antes cuando dos amigos que habían hecho música juntos en otros proyectos decidieron materializar una idea: inventarle una música al mar.
“Desde el sur de la provincia de Buenos Aires hasta Tierra del Fuego, toda la zona costera, no conocemos las músicas. No tenemos registro. Y así como otras partes del país, como el centro, Cuyo, el Noroeste, el Litoral, tienen su propia música: la baguala, la vidala, y el chamamé… en toda esta franja larguísima que son 3000 kilómetros, como que no hay música. Como si hubiera algo en la presencia del mar. Entonces inventémosle música al mar, cantémosle al mar. Invitemos a la gente a hacer un viajecito “, explica Andrés, percusionista de la banda que inició junto a Diego, guitarrista y cantante, este recorrido al que luego se sumaron nuevos integrantes. Así fue como en 2016 esta propuesta nació de la confianza en la música como el lenguaje más directo entre las personas y las regiones.
El primer álbum del grupo, 38° Latitud Sur, fue publicado en 2018. Las canciones están disponibles tanto en Youtube, como en Spotify o Bandcamp. También tienen una cuenta en Instagram.
Por un lado la música da una respuesta a esa preocupación por la desertización del país, pero en paralelo busca recrear ese momento de alegría cuando alguien tiene la posibilidad de viajar y visitar alguna localidad costera. Recordar, para quienes tuvieron esa posibilidad en su infancia, la alegría de las vacaciones en la costa, pero sumar ese festivo recuerdo a esa intención de hacer sonar en su música algunos territorios de los que sólo nos queda el canto del viento y de la soledad, como lo es toda la franja con más de 3000 kilómetros de costa que unen la orilla bonaerense con Tierra del Fuego.
En 2020 realizaron una gira por diversos balnearios del partido de la costa, y planean otra por el interior del país para mediados de este año. “Nos gustaría hacer presentaciones en pueblos o pequeñas ciudades del interior de la Provincia de Buenos Aires. Tenemos esa idea para este año: ir con el auto, tocar y volver”.
Buscar un estilo para cometer la herejía de catalogar a un artista es un viaje aparte con Pasa La Rompiente. “Si me apurás un poco lo que te diría es que es una banda de ritmos”, responde Andrés manteniendo la intriga. Pero la música deja pistas. Hay una conexión con la música uruguaya ineludible: canciones con ritmos de candombe o macha camión delatan la relación con nuestros vecinos orientales cuya vida también se desarrolla en las costas. Andrés admite la influencia de No Te Va A Gustar en el grupo, además de esa continuidad costera. El recorrido se puede extender, entonces, desde Tierra de Fuego hasta las costas del departamento de Rocha.
El recorrido musical ofrece distintos momentos rítmicos y va variando en sus texturas. La presentación de este día no tiene mucha rotación de instrumentos, como en otras presentaciones de la banda, a excepción de Santiago, quien alterna el bajo con la guitarra, como en la Chacarera/Malambo Del Mar. También hay un momento donde la música acompaña un recitado: una poesía al mar.
El concierto está terminando. Diego mira de reojo el cesto que hace de “gorra”, ya que la entrada eses libre, con el aporte voluntario de cada concurrente. “Lo que puedan aportar nos va a servir para poder seguir haciendo música” explica. También recuerda que se van a presentar en ese mismo lugar el segundo viernes de cada mes.. El grupo está preparando su segundo álbum. Allí el viaje se amplía con nuevos estilos y recorridos. La presentación termina con unas cumbias interpretadas de una manera particular por el grupo. ¿Abandonarán al mar? Difícilmente eso suceda. Nada tiene de extraño escuchar una cumbia en la playa.

“La Policía de la Ciudad mata en la provincia de Buenos Aires”

9.3.2022

Por Diego Moneta

La Asociación Contra la Violencia Institucional realizó un pedido de acceso a la información pública para indagar en el uso del arma reglamentaria que hace la Policía de la Ciudad. La mayoría de los casos ocurren fuera de servicio o jurisdicción. Dialogo con Natalia D´Alessandro, presidenta, y Matías Busso, integrante de la Asociación.

El caso de Lucas González, joven jugador de Barracas Central, ubicó en el centro del debate nuevamente, al menos por un tiempo, el accionar de las fuerzas de seguridad, en particular la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. En ese marco, la Asociación Contra la Violencia Institucional (ACVI) buscó indagar sobre los patrones de su forma de actuar, interesándose en la portación, tenencia y uso de las armas de fuego.
Al principio del año presentaron una solicitud de acceso a la información pública al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA). Matías Busso, integrante y uno de los fundadores de la Asociación, aclara que “está previsto en la Ley 5.688 -Sistema Integral de Seguridad Pública- que esa información se produzca y sea pública, pero nunca fue publicada”. La organización, que patrocina y acompaña a víctimas de violencia institucional, logró acceder a los registros en los que la fuerza intervino usando el arma reglamentaria en 2019 y 2020, esperando que en breve puedan pedir el de 2021.
Según los resultados comunicados, de la información brindada surge que, de un total de 236 hechos del bienio, 178 fueron en la provincia de Buenos Aires (PBA), o lo que es lo mismo, un 75 por ciento se dio fuera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Ello indica que sucedieron cuando estaban fuera de su jurisdicción o fuera de servicio, ya sea de franco, en momentos de descanso o camino al trabajo, según explica la Asociación.
La organización entiende que se relaciona directamente con dos factores. Primero la condición jurídica definida como “estado policial” que alcanza a todo el personal. Refiere a un conjunto de derechos y obligaciones entre las que se halla el deber de intervenir ante los delitos de los que tengan conocimiento. Por otro lado, como derecho y no obligación, la posibilidad de portar el arma todo el día, sin importar horario de servicio. “La combinación de estos elementos trae como consecuencia directa” que ante cualquier conflicto personal, vecinal, familiar puedan utilizarla, afirma la ACVI y por eso Busso cree que “se debe limitar”.
Además, remarcan que la forma de portación difiere de la habilitada para el resto de la ciudadanía que no se desempeña como uniformado. En concreto, pueden trasladar su arma cargada, “incrementando notablemente la posibilidad de uso”, señala el informe. En el bienio analizado 43 particulares y seis funcionarios policiales fallecieron, demostrando que el accionar “resulta una práctica más lesiva” para los y las ciudadanas. A su vez, la totalidad de los particulares fallecidos fueron masculinos -nueve menores-, corroborando criterios de selectividad en la forma de actuar de la fuerza, basados en la estigmatización de jóvenes.
Por otro lado, hay un elemento particular que cabe destacar. La información brindada por el GCBA categoriza a los hechos como “enfrentamientos”. Sin embargo, es muy dispar la relación entre particulares y funcionarios policiales y son “pocos los casos en los cuales se encuentran en una situación en la que realmente peligre su vida” o la de terceros, señala la ACVI. Para Busso, en lugar de ese término, hablamos de “abuso, uso indiscriminado de la fuerza o, al menos, negligente de la misma”. Revela la “falta de capacitación y ausencia de criterios de intervención basados en el principio racional”, puntualizan. La fuerza letal debería configurar la última de las opciones y la información brindada lo contrasta.
Al mismo tiempo, se sostiene que, de los hechos en los que participó la Policía de la Ciudad en 2019, existieron 61 en los cuales no se realizó el informe sobre lo ocurrido, por lo que se desconoce la información. Por lo tanto, ACVI infiere que el “número de particulares fallecidos y heridos podría ser mayor al informado”. Por su parte, Natalia D´Alessandro, presidenta de la Asociación, también en diálogo con APU, sostiene que desde el vamos “es una falencia que falten datos” y que, por consiguiente, “no se puede hacer un análisis completo de la situación”. La información faltante -identificación de la víctima o resultado de la intervención- se “podría reconstruir fácilmente si se pidieran los antecedentes de las actuaciones policiales que se labraron en ocasión de los hechos”, argumenta.
Para D´Alessandro “cualquier política vinculada al control del uso de la fuerza” debería tener un “sistema de seguimiento e identificación de todas las partes involucradas” y toda intervención policial “un registro de los participantes del hecho más allá del resultado”. Vale mencionar también que, desde la organización, no han analizado la posible repercusión del aislamiento preventivo por la pandemia en los registros. “Hay un leve ascenso de los muertos en casos de gatillo fácil y puede preverse, entre otras, al nivel de conflictividad social desatado o a una mayor represión”, explica Busso.
La Asociación Contra la Violencia Institucional concluye que resulta “necesario avanzar en un debate serio sobre la reforma de las leyes orgánicas de las fuerzas policiales y de seguridad”, contemplando la limitación del “armamento reglamentario” al momento en el que se están cumpliendo funciones. Desliza, además, que los resultados se ven, por ejemplo, en la Policía de Seguridad Aeroportuario (PSA), que “registra los índices más bajos de letalidad policial”. “Sólo en este sentido podremos desarrollar una verdadera política contra la violencia institucional”, cierra el informe.
Con ese objetivo trabajan en una iniciativa legislativa y buscan el acompañamiento no sólo de organizaciones de la sociedad civil y de derechos humanos, sino también de la esfera política. “Reduciría gran parte del número de casos de violencia policial”, cree Busso. Es una discusión que “debe estar presente en cualquier debate sobre violencia institucional”, así como la “limitación del horario de ‘estado policial’”, dice D´Alessandro, y agrega que no tiene que estar “sólo el poder punitivo como único modo de intervención estatal frente al conflicto”. “Hay una necesidad de pensar la perspectiva de las políticas de seguridad en una sociedad enmarcada en el respeto irrestricto por los derechos humanos”, finaliza.

Docentes de la Ciudad paran y convocan a familias a movilizar contra el acuerdo con el FMI

8.3.2022

A través de una carta enviada desde el sindicato Ademys, explican los motivos del paro e invitan a las familias de las escuelas a participar de la convocatoria este jueves. Remarcan la necesidad de la unidad entre trabajadores, desocupados y estudiantes.

Docentes reunidos en la última asamblea convocada por Ademys votaron parar y movilizar el día que el gobierno decidiera proponer a votación el acuerdo con el FMI.
Además, decidieron realizar una carta explicando a las familias de las escuelas el motivo de la medida de fuerza, las implicancias que el acuerdo tiene sobre los trabajadores y los niños e invitarlos a movilizarse en unidad para rechazar de manera contundente la legalización de la estafa macrista. “La verdadera deuda es con la educación, con los y las estudiantes y sus familias”, afirman.
A continuación reproducimos el texto:
Carta a las familias
¡No al acuerdo del gobierno con el FMI!
Escribimos esta carta mientras vemos cómo la suba de los precios en los alimentos impacta en nuestras vidas. Escribimos con gran preocupación por los altos niveles de pobreza, ¡más del 60% de las infancias es pobre! También nos alerta la terrible situación de la educación: luego de dos años de pandemia, volvemos a las escuelas con pésimas condiciones de infraestructura, falta de vacantes y salarios docentes por debajo de la línea de pobreza.
Queremos hacerles llegar estas palabras para manifestar otra preocupación: esta semana el gobierno nacional quiere votar el acuerdo con el FMI. Pretenden profundizar un ajuste que ya venimos sufriendo hace años: quieren volver a endeudarse y organizar toda la economía nacional para pagar una deuda ilegítima e ilegal que dejó Macri, y que el actual gobierno viene pagando, a costa del hambre y las penuarias de nuestro pueblo.
El actual acuerdo implica volver a recibir un préstamo, endeudando a nuestro país y a las futuras generaciones, para pagar por los dólares que se llevaron los ricos, empresarios y banqueros, porque ni un peso de esa deuda fue para vivienda, salud o educación. Por eso las y los docentes creemos que la verdadera deuda es con la educación, con los y las estudiantes y sus familias.
El FMI es un organismo que las grandes potencias mundiales utilizan como instrumento para someter económica y políticamente a países pobres o en crisis y ¿saben quién tiene poder de veto en la toma de decisiones? El gobierno de los Estados Unidos. Éste, mediante su intervención directa, determina los planes y medidas que considera necesarios para recaudar los dólares que irán a los prestamistas.
Esto significa aumento de servicios básicos como la luz y el gas, mayor suba de precios en alimentos, en alquileres, en transporte….todo lo que va a impactar directamente en nuestros bolsillos. También significa un recorte al ya bajo presupuesto educativo y que la vida de las familias se precarice aún más con rebajas de salario, pensiones y jubilaciones. Significa más saqueo de nuestros recursos y más contaminación. Presentan ese acuerdo como la “mejor solución” a las penurias que ya estamos viviendo. ¡Nos mienten!
Lo sabemos por nuestra historia reciente: nada bueno viene de la mano del FMI. Este acuerdo implica someter a nuestro país a las decisiones de ese organismo, como ya ocurrió antes del 2001. Pagarle es no asistir a las miles de problemáticas que a diario enfrentamos en las escuelas: ¡La deuda es con la educación! Está en juego el futuro de las juventudes.
Son las familias de nuestras escuelas junto a los y las docentes quienes venimos poniéndole el cuerpo a esta situación, construyendo lazos de solidaridad, y es sobre nosotrxs que quieren descargar la crisis. Por todos estos motivos estaremos parando el día que se trate en el Congreso, y las invitamos a movilizarse junto a nosotras y nosotros contra el acuerdo del gobierno con el FMI.
¡Plata para educación, no para la deuda!

Cien editoriales argentinas se preparan para salir a la calle

7.3.2022

Esta segunda edición contará con la participación de cien editoriales independientes y las presentaciones de Enrique Medina, Leonardo Oyola, Helena Silvestre, Marcelino Freire, Enrique Viale, Verónica Gago, Alexandre Roig, Enrique Martínez, Guillermo Folguera, Dina Sánchez, Rosalía Pellegrini, y Nicolás Pousthomis, entre otros. Además, habrá música en vivo con Luciana Jury, Juan Pablo Fernández (Acorazado Potemkin) y OPV Orquesta.

La Feria del Libro de Flores se propone como una articulación barrial para discutir temas centrales como los modos de habitar la ciudad, la economía popular, los feminismos, la agenda ecosocial y el rol del arte, entre otros temas, al mismo tiempo que pone al descubierto y en la calle un ecosistema del libro autogestivo.

*

Ensayos, novelas, cuentos, cómics y fanzines salen a la calle y se ofrecen al encuentro de su público; libros vivos, orgánicos y mutantes, que disparan relaciones, alimentan redes y prosperan en ecosistemas autogestivos.
Volvemos a ocupar el espacio público con alegría y organización; con los cuidados necesarios, pero con la convicción intacta de que sin encuentros no hay posibilidad de nada. La cita es en el barrio de Flores: nos sumamos a la ya tradicional Feria de Artigas para conformar una cuadra de proyectos comunitarios con propuestas editoriales, de artesanías, indumentaria y gastronomía.
Editoriales: Alcohol y fotocopias / Alto Pogo / Ambulantes / Añosluz / Archivida / Astier / Audisea / Azogue libros / Bajo la luna / Bajo tierra / Cactus / Caja Negra / Casagrande editorial / Cascada de letras / CFP 24 Ediciones / Club5 / Conejos / Corazón de Perro / Crack up / Crisis / Cuenco de Plata / Chirimbote / Del Inquisidor / Del Signo / Document/a Escénica / El cuervo / Ediciones del Dock / Editorial Clara Beter / El Colectivo / Espacio Hudson / Estudio Mafia / Fera / Godot / Gourmet musical / Gualambao / Hekht / Hwarang / HyA ediciones / La Cebra / La Docta Ignorancia / La libre / La Periférica / La ventana / Las Cuarenta / Las Furias / Leteo / Letra Sudaca / Lom Llanten / Madreselva / Mágicas naranjas / Mandacarú / Marat / Mariposa y la iguana / Mil boltellas / Milena Caserola / Muchas nueces / Nocturna / Nudista / Puntos suspensivos / Pupek / RAGIF / Rara Avis / RGC / RyR / Santos locos / Sigilo Sudestada / Sorojchi / Tercero Incluido / Tiempo Robado / Tinta Limón / Traficantes de Sueños / Tren en movimiento / Ubu / Último recurso colectivo editorial / UNR editora / Virus.

Cronograma de presentaciones

14:15 hs. Presentación de “Uno a uno”, un ejercicio de memoria sensible y edición colectiva que reúne imágenes del menemismo con fotografías de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001. Con Nicolás Pousthomis de Cooperativa Sub.

15 hs. Presentación de “¿Qué es la economía popular? Experiencias, voces y debates” (Editorial El Colectivo). Con Dina Sánchez (Frente Popular Darío Santillán) y Rosalía Pellegrini (Unión de Trabajadores de la Tierra). Modera: Luci Cavallero.

15:45 hs. Guillermo Folguera presenta “La ciencia sin freno. De cómo el poder subordina el conocimiento y transforma nuestras vidas” (CFP24 Ediciones). Modera: Enrique Viale.

16:30 hs. Juan Pablo Fernández (Acorazado Potemkin) comparte canciones y presenta su libro “Peluca” (Tinta Roja Ediciones del Sur Siglo XXI).

17 hs. Performance poética de autoras de Viajera Editora.

17:15 hs. Entrevista pública con Helena Silvestre, militante y poeta brasileña, autora de “Notas sobre el hambre” (Mandacaru) y parte de la compilación “Quilombo” (Tinta Limón). Modera: Verónica Gago.

17:45 hs. Intervención del escritor brasileño Marcelino Freire.

18:10 hs. Presentación del libro “Picando el trabajo” (CFP24 Ediciones) con Enrique Martínez, Virgina Manzano, Alexandre Roig, Ricardo De Gisi y Verónica Gago.

19 hs. Música en vivo con Luciana Jury

19:45 hs. Enrique Medina presenta “Relatos breves” (Editorial Catalpa) en diálogo con Leonardo Oyola.

20:40 hs. OPV Orquesta

LA FERIA DEL LIBRO DE FLORES, DE INTERÉS COMUNAL.
Por UNANIMIDAD, La Junta Comunal N° 7 declaró de interés de cultural de la Comuna la tradicional Feria de Artigas y Feria del libro de Flores.La feria del libro de Flores se realiza en el marco de la «Feria de Artigas», que es una feria, valga la redundancia, artesanal, organizada por el Centro de Formación Profesional (CFP) N° 24.
La misma se desarrolla en la calle Morón al 2500, entre Estado Plurinacional de Bolivia y Artigas, Flores, Comuna 7. La primera edición del corriente año tendrá lugar el sábado 12/03/2022 de 14 a 20 Hs.
Por iniciativa del Comunero Julián Cappa, del Frente de Todos, quien está a cargo del Área de Cultura de la Junta Comunal N° 7, la feria ha sido declarada, por unanimidad, de «interés cultural» de la Comuna 7.
Historia de la «Feria de Artigas».
Corría el año 2010 y la Asociación Cooperadora del Centro de Formación Profesional N° 24, ubicado en las calles Morón y Artigas, del barrio de Flores, empezó a realizar muestras de los productos elaborados por las y los estudiantes en los talleres de la institución.
Esto provocó un impacto inmediato sobre el aprendizaje y también en la comunidad educativa en general, por la calidad de los productos ofrecidos, por un lado, y ante la posibilidad también concreta de generar recursos económicos para los estudiantes, por medio de los oficios.
Los cursos que comenzaron ofreciendo sus productos eran: gastronomía, cerámica, carpintería, serigrafia, herrería Artística y esmaltado en metales; todos tenían producciones tanto artesanales como artísticas y la manera de hacer conocer esos artículos era siempre a través de una feria.
A medida que pasaron los meses, esa feria fue transformándose y comenzaron a incorporarse estudiantes de otras áreas y vecinos que también eran artesanos.
En mayo de 2011 tuvo lugar la primera “Feria de Artigas” como proyecto institucional del CFP24 que, por sus características y su heterogeneidad, fue muy bien acogida en el barrio.
Desde ese entonces, durante 10 años, todos los primeros sábados de cada mes, el Centro de Formación N°24 se transforma: cooperadores, estudiantes y vecinos se reúnen para compartir un día repleto de arte, cultura, música y alegría.
La apuesta de la escuela en ampliar la experiencia hizo que se fueran integrando otros talleres: peluquería, masaje linfático y corporal, son sólo algunos de los servicios que se brindan a la comunidad.
Esto generó que con otras organizaciones del barrio se fuera construyendo un entramado social que aporta más energía a lo construido.
La feria es un espacio amplio y diverso, pleno de potencialidad, por el cual han pasado en estos años diferentes artistas, músicos, payasos, malabaristas, poetas, y cientos de artesanos y artesanas que con sus obras logran dar a conocer no solo al barrio sino a la ciudad, la producción solidaria, autogestiva, artesanal y comunitaria.
Recientemente, se ha incorporado la dimensión de la circulación literaria, conformándose la “Feria del libro de Flores”, con la participación de escritoras y escritores del barrio, y editoriales independientes que editan sus obras.

Mujeres se abren camino en fábrica cooperativa

3.3.2022

Por Daniel Gutman

“Empezamos a hacer champús y jabones en la cocina de la casa de una compañera en 2017. Éramos cinco o seis chicas sin trabajo, buscando una salida colectiva, y hoy estamos acá”, dice Letsy Villca, entre las paredes blancas del amplio laboratorio de Maleza Cosmética Natural, una cooperativa que reúne en la CABA a 44 mujeres que apenas superan los 20 años.

Maleza ha recorrido un largo camino en poco tiempo y actualmente produce 400 champús y 600 pastillas de jabón semanales, además de cremas faciales y óleos para sacar el maquillaje, entre otros artículos. Se venden por toda Argentina a través de una plataforma digital propia y de otros canales de comercialización alternativos.
El Ministerio de Desarrollo Social, como parte del programa de ayuda social focalizado en el apoyo a la economía popular, dio un subsidio a Maleza que le permitió comprar los tubos de vidrio, termómetros, extractores de aceite, mesas de acero y el equipamiento de oficina que hoy ocupan lo que era un galpón desmantelado de una antigua fábrica.
El lugar tiene 213 metros cuadrados y las chicas lo alquilaron en enero de 2021.
Al salir de la cocina de una casa y llegar a un lugar espacioso, bien acondicionado y propio, lograron aumentar la producción en 500 % debido a las mejores condiciones de trabajo y a la posibilidad de acopiar materia prima.
Para ello, durante tres meses de tarea de albañilería, las propias jóvenes reciclaron y reformaron la propiedad, que hoy tiene una sala reuniones, oficinas, baños, vestuarios y un gran laboratorio.
“La maleza es la planta que se arranca del suelo y vuelve a crecer. Lo que es rechazado, pero resiste, porque es fuerte y siempre está surgiendo otra vez. Por eso elegimos el nombre”, explica Brisa Medina, de 22 años.
Es que el proyecto va más allá productivo: el laboratorio de la cooperativa es también un espacio de encuentro social y comunitario para pelear por derechos y generar conciencia colectiva.
La instalación de Maleza está en el sur de la ciudad de Buenos Aires, en Villa Lugano, un barrio de fábricas y viviendas populares, lejos de las zonas más cotizadas de la capital argentina.
Las y los integrantes de la cooperativa –también hay dos varones- viven a unas 25 cuadras (unos 2,3 kilómetros) de la planta, en la Villa 20, uno de los asentamientos informales más grandes de la ciudad, con más de 30 000 habitantes.
La mayoría de quienes viven en la Villa 20 son inmigrantes bolivianos y paraguayos que trabajan como costureros para fabricantes de ropa en talleres precarios montados en sus propias viviendas.
El oficio se transmite de generación en generación, igual que las duras condiciones de trabajo, a cambio de una retribución que es fijada de manera unilateral por los compradores, sin derecho a la negociación.
“Nosotras queríamos hacer otra cosa: tener un proyecto que fuera propio, que nos gustara, con un lugar de trabajo digno, que nos permitiera estudiar y en el que pudiéramos aprovechar nuestros conocimientos, porque muchas fuimos compañeras en una escuela técnica química, pero es casi imposible conseguir trabajo”, cuenta Letsy, de 22 años.
Al conocimiento técnico, que creció a través de distintos cursos después del colegio, las chicas de Maleza agregaron los saberes ancestrales transmitidos por sus familias, para fabricar cosméticos que no tienen químicos contaminantes y son producidos de manera amigable con el ambiente.
“Yo veía desde chica que mi mamá preparaba y vendía yuyos medicinales y productos naturales. Ahí empecé a aprender”, recuerda Ruth Ortiz, que tiene 23 años y una hija de 4.
Ruth agrega que el objetivo era fabricar un producto con el que se pudiera soñar con un horizonte de ventas masivas, ya que muchos en la Villa suman algunos ingresos cocinando pan o comidas, pero los venden solamente a los vecinos.
“Apenas nos sentimos listas empezamos a ir a vender en ferias callejeras y fuimos mejorando los productos y el envasado de a poco”, relata.
La cooperativa, reconoce, fue, para muchas, más una necesidad que una elección: “Es muy difícil conseguir trabajo para cualquiera, pero es más difícil para las de la Villa. Cuando una dice dónde vive, no te quieren tomar”.
Ruth es la única integrante de la cooperativa que es mamá. De hecho, empezó a trabajar cuando su hija era un bebe de ocho meses. Muchas veces la lleva el laboratorio y entre todas se turnan para cuidarla, ya que justamente una de las premisas fundamentales de Maleza es que las mujeres puedan trabajar fuera de la casa, generen un ingreso propio y no queden atrapadas en la trampa de las tareas domésticas, sin remuneración.
A Brisa, quien trabajaba como cajera en una peluquería, la dejaron sin trabajo en marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia de covid-19 y se ordenó el cierre de todos los comercios no esenciales en Argentina. “Maleza fue entonces mi salvación”, reconoce.
Luego de la catástrofe socioeconómica del primer año de pandemia, 2021 fue en Argentina un año de recuperación económica, aunque marcada por una alarmante precariedad laboral: los datos oficiales dicen que se crearon el año pasado casi tres millones de puestos de trabajo, pero casi todos son de asalariados no registrados (1 329 000) y cuentapropistas (1 463 000).
Los trabajadores informales o no registrados y los cuentapropistas o autónomos son, además, los más castigados por la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos, en una economía con una inflación que supera 50 % anual
En ese escenario, Maleza busca una salida todavía difícil. Sus ingresos actuales alcanzan para pagar el alquiler del laboratorio más los servicios de electricidad, agua e internet y otros gastos del lugar, pero todavía no para pagar salarios a las integrantes.
“Estamos buscando formas para bajar los costos y aumentar la rentabilidad. Si bien las ventas todavía no llegaron a los niveles que creemos que podrían llegar, estamos avanzando en la promoción y abriendo nuevos canales de comercialización, por lo que esperamos tener ganancias a mediados de este año”, sostiene otra integrante de la cooperativa, Julia Argnani.
Hoy, Maleza está divididas en cuatro áreas de trabajo: administración, producción, comercialización y comunicación, que incluye el diseño y la administración de las redes sociales. Busca ser, además, una herramienta de potenciación de otras cooperativas sociales, ya que, por ejemplo, entrega sus productos en bolsas reutilizables fabricadas por otro grupo de mujeres.
Todas las y los integrantes de Maleza tienen un ingreso fijo gracias a que son beneficiarias de Potenciar Trabajo, un plan para la inclusión socio-productiva y el desarrollo local administrado por el ministerio de Desarrollo Social.
El programa reconoce a inscritos en el Renatep con la mitad del salario mínimo, vital y móvil vigente en Argentina, de 16.500 pesos (equivalente a unos 150 dólares oficiales), a cambio de una jornada laboral de cuatro horas.
El Potenciar Trabajo, lo cobran actualmente 1 200 000 trabajadores informales, según los datos suministrados por el ministerio de Desarrollo Social. Su monto equivalente a 150 dólares cubre apenas la cuarta parte del ingreso que necesita una familia de cuatro personas para no ser pobre, de acuerdo al instituto oficial de estadísticas (Indec).
“Nuestro objetivo es también estar orgullosas de dónde partimos y mostrar que una cooperativa de mujeres como la nuestra puede hacer productos de calidad”, concluye Julia.

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