Con la Legislatura vallada aprobaron la ley para que empresas se instalen en barrios populares
2.6.2022
Se aprobó con el voto del oficialismo porteño, el FdT y el Frente de Izquierda votaron en contra, mientras afuera se encontraba una nutrida movilización. Los barrios alcanzados son Rodrigo Bueno, Villa 20, Playón de Chacarita y Padre Mugica.
Con la Legislatura porteña, una vez más, vallada ante miles de organizaciones sociales de los barrios populares protestando y con críticas de la oposición, el interbloque oficialista de Juntos por el Cambio aprobó este jueves la ley del “Distrito de Integración Productiva e Impulso al Trabajo” en cuatro barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires: Rodrigo Bueno, Villa 20, Playón de Chacarita y Padre Mugica – Villa 31.
La misma contempla beneficios impositivos a empresas que inviertan en instarse en dichos barrios, con un descuento de hasta un 80% en Ingresos Brutos. Favoreciendo así a las grandes cadenas comerciales y en detrimento de los comercios de barrio. Por eso esta ley es conocida como “Ley Farmacity”.
La iniciativa quedó aprobada con 32 votos a favor, 21 en contra y 4 abstenciones. Donde los bloques oficialistas que integran JxC -Vamos Juntos, UCR-Evolución, Republicanos Unidos y Partido Socialista- votaron a favor de la ley. En contra se pronunciaron los bloques opositores del Frente de Todos y el Frente de Izquierda, mientras La Libertad Avanza se abstuvo.
Algunas de las “actividades promovidas” por la ley son: verdulerías, panaderías, ferreterías, servicios financieros y bancarios, farmacias, centros médicos, establecimientos educativos, lavanderías, veterinarias, venta y confección de textiles, supermercados y minimercados, kioscos y polirrubros, hoteles y garajes.
La sesión transcurrió en medio de griteríos entre los vecinos de los barrios presentes y los legisladores del oficialismo y las chicanas entre los bloques. Una vez más, como cuando fuera la reforma del estatuto docente, Horacio Rodríguez Larreta garantiza una Legislatura que sesiona vallada y rodeada por la Policía de la Ciudad.
La presidenta de la Comisión de Desarrollo Económico, Gimena Villafruela (oficialista de Vamos Juntos) presentó la ley con el objetivo de “la radicación de empresas privadas en los barrios populares, que viene a fomentar la integración económica y principalmente la generación de empleo, lo cual representará sin lugar a dudas un aumento significativo de las fuentes de trabajo, y también una mayor oferta de bienes y servicios que incluso atraerá nuevos consumidores a los barrios”.
Suena hermoso, pero la realidad es resistida por los vecinos de los barrios y la oposición legislativa que entienden que lo que realmente se está beneficiando es a las grandes cadenas de comercios que son las que pueden sostener una importante inversión a la espera del beneficio impositivo. Así lo expresaba la legisladora del FIT, Alejandrina Barry “¿Es un chiste? ¿Hay muchos vecinos que tengan plata para invertir?, ¿Y si en vez de esta ley buscamos ayudar a las cooperativas y pequeños comercios que ya existen? El proyecto también habla de que se promueven la instalación de clínicas cuando a los barrios ni siquiera se les garantiza el acceso a la salud pública. ¿No es esto una provocación?”.
Otro de los temas donde se puede encontrar la trampa de la Ley es que crea un registro de las empresas que busquen adquirir el beneficio impositivo, donde los descuentos serán del 80% para las primeras 15 empresas empadronadas, de un 65% para las estén en del puesto 16 al 30 y para las restantes desde la empresa 31, el descuento será del 50%. Más beneficios para los grandes comercios que tengan la logística para participar de la inscripción, y una vez más en detrimento de los comercios barriales.
A su vez la ley promueve el empleo, sin embargo, su articulado establece que al menos un 30% del personal a contratar deberían ser trabajadores residentes de los barrios, pero agrega que las empresas podrán presentar un “plan alternativo” si “acreditan” la “falta de disponibilidad de trabajadores con experiencia en los rubros requeridos”. Una zanahoria que no logró convencer a nadie.
La promulgación de esta ley incumplió las normas que establecen que los temas referidos a la urbanización de los barrios deben ser tratados en las Mesas de Gestión Participativa donde se encuentran incluidos los vecinos. Al mismo tiempo también incumple la norma que establece que cualquier modificación tributaria debe contemplarse como ley de “doble lectura” con audiencia pública mediante. Sin embargo, Larreta avanzó de la noche a la mañana, en beneficio de sus amigos empresarios, en búsqueda de nuevas zonas de inversión con beneficios impositivos, sin mediar las verdaderas necesidades de los vecinos de los barrios.