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Masiva marcha de la comunidad educativa de Barracas: «Con hambre no se puede estudiar»

22.8.2022

Docentes, estudiantes y familias marcharon desde la escuela primaria N°11 de Barracas hasta la Jefatura de Gobierno porteño. Ante la muerte de una alumna por falta de respuesta estatal en medio de situaciones de desnutrición participan organizaciones sociales, barriales, políticos y sindicales en solidaridad con los reclamos de la comunidad educativa.

Desde las 17:00. se realizó una masiva caravana que organizó el cuerpo docente de la escuela primaria N° 11 del barrio de Barracas, “República de Haití”, en común con organizaciones barriales, sociales, políticas y sindicales para manifestarse contra la falta de respuesta de un Estado ante el fallecimiento, la semana pasada, de una alumna de 11 años con problemas de nutrición.
La movilización masiva marchó a Jefatura de Gobierno, responsabilizando al Gobierno porteño de la falta de respuesta ante lo que los docentes denuncian “con hambre no se puede estudiar”.

Familias movilizadas contra la directora de escuela porteña que golpea y amenaza a estudiantes

20.8.2022

Por Martín Suárez

La acusada, Mónica Casalini, tiene varias denuncias en su contra y podría recibir una pena de hasta 10 años de prisión. Ante la protección de Soledad Acuña, las familias volvieron a pedir su remoción del cargo.

Mónica Casalini, golpeadora de alumnos, sigue gozando de la impunidad que le da la defensa por parte de la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña.
A pocas horas de celebrarse el Día de las Infancias en nuestro país, el abandono y la desidia del Estado porteño en niñas y niñas no es una sensación, y la comunidad educativa es uno de los sectores más castigados. Esta semana se conoció el caso de la menor de 11 años que se descompensó en una escuela de Barracas y que falleció este lunes. Una historia de vida llena de vulneraciones, el llamado de urgencia al SAME y una ambulancia que nunca llegó; la mala alimentación de los estudiantes con viandas escolares reducidas en cantidad y de baja calidad; el cierre de hogares en CABA por falta de recursos y presupuesto; y la violencia física y psicológica contra chicos y chicas en manos de la directora de una escuela de Retiro, entre los hechos más conocidos. Las familias piden mayor acompañamiento de la oposición en la Legislatura porteña, que se sumen al reclamo y acompañen el pedido de la comunidad educativa.
El 1 de julio Tiempo sacó a la luz una ola de agresiones físicas, psicológicas y el constante amedrentamiento que sufren estudiantes y docentes de la Escuela Primaria Común Nº 25 Bandera Argentina de Retiro, más conocida como “La Banderita”. Los hechos son perpetrados por la directora del lugar, Mónica Casalini, acusada de golpear a los estudiantes que integran una de las comunidades educativas más vulnerables. La acusada, golpeó fuertemente a un chico de 10 años que estuvo desaparecido varias horas luego de haber escapado de la escuela, tras ser amenazado con ser internado; también golpeó e internó a dos hermanitos en un instituto de menores que vivían con su abuela, y que los vecinos lograron que vuelvan a su casa; insulta a las familias y les prohíbe el ingreso a la escuela en los actos oficiales. Por estos hechos, las familias se movilizaron exigiendo la renuncia de Casalini y que la ministra Soledad Acuña la remueva de su cargo.
A casi dos meses de que estos graves hechos salieran a la luz, Casalini sigue en su lugar con un apoyo manifiesto de la propia ministra Acuña que visitó la escuela de la Villa 31 y se sacó fotos con la acusada. Este viernes las familias volvieron a movilizarse para exigir la renuncia de Casalini, y pidieron que toda la comunidad educativa se sume a este reclamo al igual que los diferentes espacios políticos de la oposición.
“Ya estamos cansadas de esta señora que se cree que puede andar golpeando a nuestros hijos cuando se le cante. La queremos presa, pero antes que la aparten de su cargo porque esto no da para más”, exclama a Tiempo Norma, que lleva a sus dos hijos de 8 y 11 años a La Banderita. Las familias afirman que Casalini provoca constantemente a la comunidad educativa y está buscando que “todo explote, no podemos seguir dejando a nuestros hijos en este lugar si esta señora sigue como directora. No le pedimos, le exigimos a Soledad Acuña que la renuncie”, agrega.
Como lo denunció la comunidad educativa en reiteradas ocasiones, la directora de La Banderita cuenta con protección política. La propia Casalini hace alarde de esa situación frente a familias, docentes y estudiantes, gritando que nadie la mueve de ahí porque tiene amigos en el ministerio de Educación. Pero la agresión no es solo contra niños, niñas y las familias, también persigue a maestras y ejerce violencia psicológica: “Después de varias denuncias Casalini sigue estando en el cargo. Y son muchas las denuncias que tiene no solo administrativas, también policiales y penales”, explica a Tiempo Florencia Diasprotti, maestra y delegada de la Escuela Mugica. La docente recuerda que tras una movilización de las familias donde exigían la renuncia de Casalini, al otro día la Ministra Soledad Acuña se acercó a la escuela y se sacó fotos con la directora acusada. «Más que una señal de apoyo esas fotos son una amenaza de la ministra hacia la comunidad educativa, pero estamos acostumbradas a que el gobierno de la Ciudad no escuche a la comunidad educativa de la Villa 31, que ahora sostiene en su cargo a una directora que golpea a estudiantes y violenta a las familias», suma Diasprotti.
Raquel Saravia, abogada de varios integrantes de la escuela La Banderita que judicializaron la situación, aseguró a Tiempo en su momento que los delitos que varios testigos le atribuyen a la directora Mónica Casalini están contenidos en el artículo 91 del Código Penal, y que “podría recibir una pena que va de los 3 a 10 años de prisión efectiva”. La letrada pide la separación del cargo de Mónica Casalini por torturas psicológicas y violencia agravadas, ya que es la persona encargada de la guarda de los estudiantes.
“Parece una película de terror esto, pero es verdad. Yo tengo a mis tres hijas acá y no voy a permitir que Casalini ni nadie maltrate a mis hijas, ni yo les grito en mi casa y mucho menos les levanto la mano. Queremos que renuncie esta mujer”, señala Lucía, mamá de tres nenas que envía a sus hijas a la escuela. Las familias no se sienten acompañadas por los espacios políticos opositores al gobierno porteño y reclaman mayor apoyo en el pedido de renuncia de Casalini. “En todos lados nos boludean”, cuenta Lucía, cuando vamos al ministerio a denunciar la violencia de Casalini nos atienden psicólogas, como si nosotras fuéramos las locas y no esta mujer que golpea a los pibes”, remata.

Se suman denuncias de violencia infantil contra la directora protegida por Soledad Acuña

Mónica Casalini, de la Escuela La Banderita, fue acusada de maltrato físico y psicológico a un nene de 10 años. La abuela de otros dos chicos afirma que los mandó a internar. Para Ciudad es una «mujer que inspira».

Mónica Casalini es la directora de la Escuela Primaria Común Nº 25 Bandera Argentina de Retiro, ubicada en las inmediaciones de la Villa 31. Su presencia en “La Banderita” causa temor en docentes, estudiantes y familias, y acumula denuncias por “maltrato infantil”, una figura que incluso puede contemplar prisión efectiva. Como reveló Tiempo, días atrás fue acusada de agredir verbal y físicamente a un niño. La comunidad educativa se movilizó para pedir su renuncia o remoción, pero la respuesta de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, no solo fue sostenerla sino que exhibió gestos desafiantes, como el jueves pasado cuando visitó el establecimiento y se mostró junto a Casalini para brindarle su apoyo. No solo eso. En la web oficial del Gobierno de la Ciudad la rectora es destacada como una “mujer que inspira” y que a “su compromiso pedagógico también le suma la contención social”.
Días atrás, A. un alumno de 10 años, estuvo desaparecido varias horas tras haber escapado de la escuela, luego de ser golpeado y recibir amenazas con que iba a ser internado. A raíz de este hecho, la familia denunció a la directora en el Ministerio Público Fiscal por “violencia física y psicológica”. En el texto, al cual accedió Tiempo, se detalla que A. terminó con el labio ensangrentado en el ensayo del acto por el Día de la Bandera, después de recriminarle a Casalini que anteriormente había golpeado contra la pared a un amigo suyo y le había roto un zapato. «Dijo que él se tiró solo y después empezó a gritar y me empezó a amenazar en frente de todos», relata el niño en la causa. «Me empujó contra la pared y me rompí el labio». Cuando le levantó la mano para golpearlo fue frenada por una docente. Después se lo llevan a las oficinas de dirección. Aparecen tres maestras a defenderlo, «y les dijo: retírense porque no es su alumno». Y le advierte al chico: «No le digas nada (a tu mamá) o vas a ver». Cuando A. intenta irse, la directora (según el relato de testigos, incluidos docentes) le exige al profesor de inglés que lo agarre, y llama al SAME porque “se tenían que llevar al chico porque estaba loco”, “que había un chico especial”, de acuerdo a la denuncia. Finalmente A. logra escapar. Por temor no va a su casa. Termina deambulando por el barrio hasta la noche.
“Cuando Casalini dice que va a internar a un estudiante lo cumple”, advierte una maestra de La Banderita. Así lo hizo con dos hermanos de 8 y 7 años, según denuncia su abuela, Noemí Medina, que hoy está al cuidado de ellos. “Los fui a buscar a la escuela como todos los días y no salieron, los esperé como 20 minutos en la puerta y luego entré”, revela. Al ingresar reclamó dónde estaban sus nietos. Nadie respondía. “Me metí en la dirección, pregunto por Facundo y Zoe y alguien me dice que estaban encerrados en un aula. La veo a la directora y le pregunto por qué, y me dice que los chicos estaban sucios y que los iba a internar”, agrega. “Es mentira, los envío todos los días bañados y con el guardapolvo blanco. Después la directora me dijo que los interna en el correccional porque se portaban mal”. Los chicos estuvieron dos semanas alojados en el Centro de Atención Transitoria N° 2 de Chacarita. Luego de varios trámites, volvieron con su abuela, que anticipa: “Voy a denunciar penalmente a Casalini”.
“Nuestros niños y niñas necesitan mucha ocupación. Hay que restituirles derechos, los cuales no tuvieron durante mucho tiempo, y el derecho principal es el de la educación”, asegura Casalini en la página de Ciudad. Allí se relata que la directiva participó de la Escuela de Verano. “Desde chiquita, ya cuando estaba en el jardín, jugaba a ser maestra. Considero que para que todo suceda tenemos que accionar, no tener miedo, animarnos”, continúa Casalini, quien además trabaja de asesora pedagógica en el programa Centros de Acompañamiento a las Trayectorias Escolares (CATE). Quienes trabajaron con Casalini marcan determinados momentos en los que se la ve «sacada», desbordada, agresiva: “una persona que está continuamente al borde del colapso”, la definieron.
“Puteadora, autoritaria». De los golpes a niños delante de todos «testigos sobran, pero tenemos miedo porque el día de mañana nuestro trabajo puede depender de esta mujer y esta gente con poder es muy peligrosa”, explica una maestra que trabajó con ella en la Escuela Primaria N° 14 Capitana María Remedios del Valle, en Villa Soldati: «entró como secretaria suplente y se quedó en ese puesto casi tres años”. Cuenta que el rasgo más saliente «es el desprecio profundo a la comunidad educativa y las poblaciones con bajos recursos con frases como ‘Mirá, se lleva la leche a la casa pero tiene zapatillas nuevas’ o ‘estos planeros de mierda ignorantes’”.
“Una vez citamos al papá de un nene que casi no hablaba en clases, y cuando nos pusimos a dialogar con él tenía un dialecto muy cerrado, ellos en la casa hablaban en quechua o aymará. Y Casalini de manera despectiva le dijo que hablaba peor que su hijo”, recuerda la docente. Rodrigo es facilitador pedagógico digital en la Escuela 14 DE 19 de Soldati y también trabajó con Casalini: “Siempre buscó lo mejor para ella. En mi escuela hizo ‘equipo’ con la vice y le movían el piso a la directora”. Y recuerda: “Había un estado de urgencia que generaba. Si estabas dando clases y Casalini no podía imprimir una hoja, te hacía parar la clase para que le soluciones el problema. Debíamos parar todo porque la señora lo decidía. Ningún capricho está por arriba de una clase”.
Las fuentes consultadas sostienen que su ingreso como directora de La Banderita «fue turbio». Una persona allegada que hizo el curso de conducción junto con ella afirma que no lo aprobó. Lo que sí parece probado es su cercanía con las autoridades ministeriales.

El agravante de ser la que debe cuidar a los niños

La directora de La Banderita cuenta con protección política. Así lo denuncia la comunidad educativa. Ella misma hace alarde de esa situación frente a familias, docentes y estudiantes. “En primer lugar lo que pido es la separación del cargo de Mónica Casalini. Hice una ampliación de una denuncia penal, porque las torturas psicológicas y violencia física que hace esta mujer tienen un agravante: es la persona encargada de la guarda del niño, por eso son delitos agravados”, explica a Tiempo Raquel Saravia, abogada de la familia de A., el niño de 10 años golpeado, y de varios integrantes de la escuela La Banderita. Los delitos que varios testigos le atribuyen a la directora Mónica Casalini están contenidos en el artículo 91 del Código Penal. “Esta mujer podría recibir una pena que va de los 3 a 10 años de prisión efectiva”, advierte la abogada. La letrada, además, denuncia que a su representado legal le están ofreciendo una vacante en otra escuela. “En estos casos el Ministerio de Educación de la Ciudad debe separar al docente violento, no al alumno, como quieren hacer con el niño”.

Movilizamos por nuestrxs pibxs, el ajuste es un crimen social

19.8.2022

Debido al fallecimiento de una niña de 11 años por desnutrición, la cual estudiaba en la escuela 11 DE 5, las docentes y la comunidad educativa de la Villa 21-24 convocan este lunes a las 17hs. A una caravana educativa por las niñeces dignas, que será desde el colegio hasta la jefatura de gobierno. No es un caso aislado, se marcha contra el ajuste y el hambre y las condiciones de vida de lxs pibxs.

Estos días se difundió la peor de las noticias: la muerte de una niña de 11 años. Docentes, estudiantes, y familias conmovidas. Una vez más la crisis la pagamos nosotros. Hoy nos falta una nena por responsabilidad del gobierno de la Ciudad y el hambre que pasan las familias por el ajuste del gobierno Nacional comandado por Massa, y los Fernández.
Las docentes de la escuela 11 DE 5 y la comunidad educativa de la Villa 21-24 convocan este lunes a las 17hs. a una caravana educativa por las niñeces dignas, que será desde la escuela hasta la jefatura de gobierno.
Hoy, les niñes pasan hambre en todo el país y los números son alarmantes: uno de cada tres menores de 17 años son pobres en la Ciudad de Buenos Aires. En el distrito más rico del país hay 186.000 personas, que equivale al 6% de su población, que en el último trimestre de 2021, sus ingresos no les alcanzaron para comer y 665.000, el 21,6%, que viven en situación de pobreza. Esta situación la vemos todos los días en las escuelas.
Pero a pesar de estos datos que exponen brutalmente la situación en la CABA, en el resto del país las infancias padecen condiciones similares o aún peores. Como lo muestran las marchas de desocupados cada semana. Hay gobiernos preocupados por sancionar a las familias y quitarles ayudas sociales del Estado, donde haya menores que no concurran a la escuela. Abonan a la persecución de los más pobres, pero callan ante la durísima realidad que muestra este informe de UNICEF: “1 de cada 3 hogares no puede cubrir sus gastos corrientes y el 50% no puede solventar los gastos escolares, entre ellos la compra de libros y útiles”.
En estos días la legisladora Alejandrina Barry del PTS en el Frente de Izquierda Unidad, presentó un pedido de interpelación a Soledad Acuña para que responda ante los múltiples reclamos que se llevaron adelante por la niña antes de que éste fuera el desenlace. En la Ciudad de Buenos Aires, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta tiene que cumplir urgente el fallo que hemos conseguido con Myriam Bregman, Alejandrina Barry junto con el CEPRODH, docentes y familias, por una alimentación saludable en todas las escuelas porteñas.
Además, en estos días, se presentó un proyecto de ley para eliminar las trabas burocráticas del refuerzo alimentario en escuelas porteñas.
Exigimos más comida y de mejor calidad en todas las escuelas porteñas y en todo el país.

“Con hambre no se puede estudiar” no es una metáfora, es la cruda realidad

Los alimentos se encarecieron muchísimo en los últimos meses, haciendo cada vez más difícil acceder a la canasta básica para los sectores populares. Pero las empresas alimenticias, lejos de verse afectadas por la crisis, son las que reportaron ganancias multimillonarias. Solo en el segundo trimestre de 2022, el emporio de Molinos Río de la Plata presentó un balance en el que asume haber obtenido ganancias por más de 5 mil millones de pesos. Su dueño Luis Pérez Companc, pertenece a la familia que posee la cuarta fortuna más grande de Argentina, calculada en 2.700 millones de dólares. Probablemente no haya mesa en Argentina, en la que no se sirva con algún producto del imperio de Pérez Companc que reúne las marcas más conocidas de fideos, harina, arroz, aceite, etc. todos aquellos alimentos que abundan en las dietas pobres en proteínas y abundantes en hidratos de carbono, que son las que resultan más accesibles para millones de familias empobrecidas.
En este marco y las flamantes políticas del super ministro Sergio Massa, que anuncian más ajuste, un brutal tarifazo con aumentos en luz, agua y gas, muchas de las familias de nuestras escuelas no pueden prender una hornalla para hacer una comida caliente a sus hijos e hijas por no poder pagar los servicios básicos. Están echando más leña al fuego de la inflación.
Mientras, en el campo los empresarios retienen las silobolsas en grandes cantidades, presionando a la devaluación para ganar más, en los barrios se siente el ajuste. El gobierno del superministro Massa junto a Alberto Fernández y Cristina Kirchner profundizan el plan de ajuste beneficiando a los mismos que siempre ganan a costa de la devaluación de nuestros salarios y la degradación de nuestras condiciones de vida. El objetivo: pagarle al FMI y que sigan ganando los de siempre.

Hay que organizar la bronca

En este contexto donde todos sabemos que no hay casos aislados, consideramos urgente que UTE-CTERA convoquen a asambleas distritales, un plan de lucha y organizar un gran paro educativo por las condiciones de vida de las niñas, niños y adolescentes. Poner todo el sindicato al servicio de esta pelea, en cada una de las escuelas y de los barrios de la Ciudad. Mucho dicen de enfrentar al gobierno de Larreta, pero son cómplices de esta situación política, que no hace más que empeorar las condiciones de las familias trabajadoras que asisten a la escuela pública.
Es urgente duplicar las raciones de comida que se entregan en los comedores populares de los barrios y en las escuelas y que sea de la calidad necesaria para la alimentación y desarrollo de nuestros estudiantes y sus familias. Tenemos que movilizarnos por nuestros pibes y pibas.
Les docentes la semana pasada salimos a las calles. La rebelión se extendió en varias provincias con grandes movilizaciones porque el ajuste se siente y los salarios son de hambre y en las escuelas la situación es acuciante. En Mendoza se hacen asambleas de familias junto a las docentes y votan planes de lucha. En Neuquén son las familias en asambleas con sus docentes las que votan que las familias desocupadas sean quienes refaccionen las escuelas. En Santa Fe, se movilizan junto a la juventud que pelea por el medio ambiente. Es un camino necesario, unir lo que por arriba dividen burocracias y gobiernos.
Tenemos que movilizarnos en forma urgente y organizarnos desde abajo en cada escuela, con las familias en asambleas y acciones comunes y luchar por todas las demandas de la comunidad educativa por alimentación, salud, trabajo, educación y vivienda.

Exigen interpelar a Soledad Acuña por el fallecimiento de una alumna que sufría desnutrición

17.8.2022

La legisladora del Frente de Izquierda Alejandrina Barry con el acompañamiento de la diputada Myriam Bregman, presentaron este pedido de interpelación en la Legislatura porteña. “No puede ser que una niña con desnutrición en la escuela 11 de la villa 21-24 haya fallecido en la ciudad más rica del país”, advirtieron.

Frente al hecho relatado en el comunicado que difundieron a través de las redes sociales las y los docentes de la alumna de 11 años de la escuela 11 D.E. 5 de la villa 21-24 de la Ciudad de Buenos Aires, que falleció y padecía desnutrición, la legisladora porteña del PTS en el Frente de Izquierda, Alejandrina Barry, acompañada de la diputada nacional Myriam Bregman presentaron un pedido de interpelación a la ministra de educación Soledad Acuña. “Debe dar explicaciones de este aberrante hecho que sacude a la comunidad educativa”, resaltaron.
Alejandrina Barry, quien fuera operadora social con niños, niñas y adolescentes en la villa 21-24 por 20 años antes de ser legisladora, aseguró que “la situación que se vive en la Escuela 11 de Barracas de la villa 21-24, llena de dolor y de bronca. La ministra de Educación Soledad Acuña tiene que dar explicaciones. El problema de la alimentación es gravísimo y se acrecienta en forma dramática en la Ciudad y el país”.
Por su parte, la diputada nacional por la Ciudad, Myriam Bregman, agregó que “es un caso que refleja el conjunto de derechos vulnerados a la niña. Sus docentes relataron cómo el viernes pasado se descompensó en la escuela y tras una hora de esperar a la ambulancia del SAME que nunca llegó, fue retirada del establecimiento. El lunes ingresó al hospital Penna, donde ya nada pudo hacerse”.
Bregman también afirmó: “Los índices de la pobreza infantil aumentan en la Argentina, más de un millón de niñas y niños en todo el país se saltean una comida diaria. Logramos en 2020 un fallo que le ordenaba al Gobierno de la Ciudad mejorar la calidad de la comida otorgada, pero se siguen negando a cumplirlo. Las infancias están excluidas y los únicos privilegiados son los de siempre. Acompañamos a la familia y a la docencia en esta situación, y redoblamos nuestro compromiso en pelea para que las prioridades se reviertan”.
Para finalizar, la legisladora Barry concluyó: “Este hecho aberrante se da en medio del ataque de Acuña a las familias de las y los alumnos más humildes, ya que amenaza con quitar los planes sociales a quienes no logren cumplir con el 85 % de la asistencia de sus hijos e hijas. La ministra está en campaña, no le importa ni la escolaridad ni la calidad de la alimentación”.
Y afirmó: “Como contaron los y las maestras de la escuela, los recursos y las herramientas que debería haber proporcionado el Gobierno de la Ciudad para acompañar a la niña y a su familia, nunca fueron suficientes. En la Ciudad más rica del país, las viandas que ofrecen Larreta y Acuña en las escuelas son de pésima calidad nutricional”.
Recordemos que Alejandrina Barry y Myriam Bregman fueron las promotoras de un amparo por la alimentación saludable para las escuelas porteñas. A pesar del fallo favorable de parte de la Justicia, Larreta y Acuña buscaron los vericuetos legales para no cumplirlo. Hoy vuelve a ser una problemática aguda, mientras siguen las denuncias por la mala alimentación en las escuelas porteñas.

Maylén murió por desnutrición en la ciudad más rica

18.8.2022

Por Claudia Rafael

Murió por desidia. Una niña de apenas 11 años fue arrastrada por los ríos de hambre que va legitimando y abonando el Estado. A pocas cuadras del corazón político y económico de un país que suda miserias, Maylén de 4º grado de la escuela primaria, murió el 12 de este agosto cuando ya su cuerpo tenue no era capaz de seguir resistiendo. El mundo sigue girando mientras siete de cada diez niñas y niños están en estos rincones bajo la línea de pobreza. Los gremios y movimientos sociales afines al gobierno salen a las calles para hacer oír su apoyo al Ejecutivo y a sus decisiones, la Tierra sigue dando vueltas pero se murió una niña de 11. El humo y el fuego se van devorando el futuro y este presente de la mano de quienes sólo ponen sus megaganancias en el centro de sus vidas mientras el planeta continúa en su frenesí alocado y Maylén, con sus 11 años, ya no es.
Los docentes de la escuela 11, distrito 5, en una de las villas más populosas de la capital del país, reclamaban desde hace tiempo por esa niña. “Maylén tenía 11 años. Era alumna desde el año 2017 cuando comenzó primer grado. Actualmente era alumna de 4°grado”, escribieron. “Se pidió la intervención del EOE (Equipo de Orientación Escolar) debido a que la niña presentaba bajo peso y se encontraba descendida en su talla, la visión disminuida (de un ojo no veía) y muchas dificultades en su proceso de aprendizaje y para elaborar un discurso organizado”. Cuando la niña estaba en 2º grado, cuatro años atrás, la mamá había presentado un certificado médico para “que se le gestione el refuerzo hipercalórico de vianda. Dicho refuerzo, que era insuficiente, le fue quitado el año pasado a partir de la presentación de un certificado médico que indicaba que la niña supuestamente estaba bien de peso”, relataron los docentes.
Pero el mundo da vueltas todos los días, a cada instante, como siempre. Persistió en su ritmo desenfrenado cuando en abril murió, por desnutrición, una niña sanjuanina de Pocito, en el valle de Tulúm. Una entre nueve hermanos, en un contexto familiar de indigencia y olvidos, de dolores hondos y hambres viejas que no cesan.
Son las muertes por goteo. Tributos al capital en un modelo que edifica sus raíces en la inequidad. No se detienen los ritmos ni siquiera ante el crimen de la infancia. No lo hizo tampoco a las 5.30 del sábado 4 de junio cuando Griselda Tejerina Pérez, con su vidita tenue y sus dos años apenas cumplidos, dejó de respirar para siempre, desnutrida, de bajo peso, olvidada como se olvida siempre a las niñas y a los niños de los márgenes. Pequeña Griselda wichi a la que el Estado municipal de Embarcación humilló también tras su muerte cuando envió un ataúd a la familia dentro del camión recolector de residuos.
Hay un genocidio cotidiano que en los territorios va diseminando altarcitos en los que quedan las vidas de las infancias entregadas como un diezmo a los dioses. Niñas y niños nacidos en un presente que no les deja otear siquiera un pedacito de futuro. Van quedando en el camino, como Maylén, como Griselda Tejerina, como la pequeña del Valle de Tulúm, que estaba extremadamente flaca y con su pancita hinchada. Infancias que no cuentan para el día de las niñeces de este domingo porque nunca son parte de las celebraciones y los oropeles. Llegaron a la vida con un tatuaje indeleble en su propia crónica de los días que les aseguró un sitio preferencial en la cartografía del desconsuelo.
No se trata de rogar al Estado que redistribuya las cartas merced a sus propios designios. Habrá que hacerse del mazo, provocar una huelga de respiros y latidos ante la muerte niña y dejar volar los deseos de una historia nueva en la que la inequidad y el desamparo sean un mero objeto de museo.

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