Comunicadores del Sur

www.comunicadoresdelsur.com.ar

 

Festival en defensa de la Educación Especial

23.10.2022

El domingo por la tarde, en Parque Patricios, familias, docentes y estudiantes de Educación Especial realizaron el segundo festival contra el ajuste en el sector. Exigen mayor presupuesto y la derogación de una resolución que recorta 8 años la formación integral.

Hace tiempo, quienes forman parte de la comunidad educativa de Educación Especial de la Ciudad de Buenos Aires vienen alertando sobre el ajuste que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta junto a la ministra de Educación Soledad Acuña viene haciendo sobre el sector, en el marco del recorte a nivel nacional en discapacidad. Es que a la falta de servicios como el de transporte y de comedor, no restablecidos luego de la pandemia, el desmantelamiento de talleres para las y los estudiantes y el incumplimiento del cupo laboral para personas con discapacidad, se suma la imposición de una resolución, N°155, que establece que la formación integral ya no será hasta los 30 años, sino hasta los 22, recortando 8 años de formación para las personas con discapacidad.
Ante esta situación, la comunidad educativa se encuentra organizada, llevando adelante diferentes medidas para visibilizar su reclamo y exigir sus demandas. Marisa, mamá de una estudiante con discapacidad señaló: “este es el segundo festival que hacemos. En noviembre del año pasado, cuando nos enteramos de que iban a aplicar esta resolución, mandamos cartas, solicitamos entrevistas, realizamos cortes de calle y semaforazos”. También agregó que le escribieron una carta a la vicepresidenta Cristina Fernandez de Kirchner que no contestó y que, si bien el gobierno nacional los recibió, tampoco les dieron ninguna respuesta.
El festival contó con música en vivo, murga y free style a cargo de estudiantes de las escuelas en lucha. Acompañaron la jornada docentes de los sindicatos porteños Ademys y UTE, docentes de la agrupación 9 de abril-PTS y vecinos del barrio que se acercaron a apoyar y colaborar. También hubo un espacio en el que familiares y docentes tomaron la palabra para compartir con los y las presentes la pelea que vienen llevando adelante. Eliana, otra mamá presente, expresó: “queremos la formación permanente del adulto con discapacidad, queremos el cupo laboral, queremos que nuestros hijos tengan los mismos derechos que todos. Se lo merecen, son personas. Es desgarrador golpear puertas y que nadie nos reciba”. Al respecto de los dichos de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, agregó: “no pueden decirnos que queremos usar las escuelas como depósitos. Queremos que nuestros hijos estén en las escuelas y no en otro lugar porque así les quitan oportunidades”.
Las familias también hicieron referencia a la unidad de la comunidad educativa en esta pelea: “queremos agradecer a los y las docentes de Educación Especial. Son una extensión nuestra, nosotros dejamos felices a nuestros hijos en las escuelas y nuestros hijos también se quedan felices en ellas. Los docentes nos acompañan un montón y sin ellos no hubiese sido posible todo esto. Si hay algo que tiene esta lucha es encontrarse con gente que vale la pena y que lucha por los derechos de nuestros hijos a la par nuestra”, señaló también Eliana.
El festival refleja con fuerza la poderosa unidad desde abajo entre familias, docentes y estudiantes. La organización del mismo, las diferentes actividades que se llevaron adelante y las palabras de quienes intervinieron con el micrófono son una expresión del potencial de esta unidad para luchar y conquistar sus demandas. Desde este medio, continuaremos visibilizando las diferentes iniciativas que lleven a cabo en el marco de esta pelea.

Piden elevación a juicio de seis procesados por el crimen de Victoria Walsh

22.10.2022

Por Rosa D’Alesio

La abogada Myriam Bregman, junto a su colega Matías Aufieri, querellantes en la causa que investiga la Masacre de la Calle Corro, pidieron elevación a juicio de 6 genocidas procesados por la muerte de Vicki Walsh: Viola, Godoy, Grisolía, Orihuela, Montell y González Ramos.

El 29 de setiembre de 1976, meses después del golpe militar que instauró una de las dictaduras más sangrientas de la historia del país, un operativo conjunto entre fuerzas armadas y de seguridad, dispararon con artillería pesada la casa donde se encontraban cinco militantes montoneros, entre ellos una de las hijas del periodista Rodolfo Walsh, María Victoria.
Myriam Bregman y Matías Aufieri son representantes legales de las querellantes Patricia Walsh y Lucía Coronel en la causa que investiga la Masacre de la Calle Corro.
La causa se inició en mayo de 2015, cuando Patricia Walsh se presentó como querellante exigiendo justicia por el asesinato de su hermana María Victoria Walsh, con la representación legal de abogadas y abogados del CeProDH: Myriam Bregman, Matías Aufieri, Liliana Mazea y Lilén Reyes. Meses después se presentó Lucía Coronel, hija de José Coronel -otro de los militantes asesinados en el operativo-, y de María Cristina Bustos desaparecida en la ESMA, donde Lucía estuvo secuestrada siendo bebe.
Esta querella, en diciembre del 2021, logró que detuvieran a diez genocidas que participaron en el operativo llevado adelante en el barrio porteño de Villa Luro. Se trata de Carlos Alberto Orihuela, Ricardo Grisolía, Gustavo Antonio Montell, Hugo Eduardo Pochón, Guillermo César Viola, Domingo Armando Giordano, Héctor Eduardo Godoy, Gustavo Gilberto Tadeo Juárez Matorras, Danilo Antonio González, Abel Enrique Re.
El 26 de septiembre de este año, la Cámara Federal confirmó el procesamiento de seis genocidas, de los diez imputados. A tres les dictó falta de mérito, y uno fue sobreseído.
Este viernes 21 de octubre, los representantes legales de la querella presentaron el requerimiento de elevar a juicio a seis de los imputados detenidos en esta causa: Carlos Alberto Orihuela, es un militar (RE) del Ejército Argentino; Ricardo Grisolía, militar (RE) del Ejército Argentino; Gustavo Antonio Montell, militar (RE) del Ejército Argentino; Guillermo César Viola, militar (RE) del Ejército Argentino; Héctor Eduardo Godoy, militar (RE) del Ejército Argentino; Danilo Antonio González Ramos, militar (RE) del Ejército Argentino.
Se trata de genocidas que no habían sido procesados ni encausados en ninguno de todos los procesos de lesa humanidad abiertos hasta ese momento.
Myriam Bregman, diputada nacional del PTS-FIT, sostuvo que para llevar adelante esa masacre, a los genocidas “se les ocurre nada más y nada menos que llevar conscriptos a participar de este terrible operativo represivo en una casa donde había niños y niñas” y agregó que “es un hecho que se reconstruye y que se construye memoria a partir de todos estos ex soldados que prestan su testimonio” que, además, permitieron detener a los militares imputados por la masacre.
Matías Aufieri, en tanto, subrayó la inquebrantable lucha que familiares y víctimas llevan adelante para terminar con tantos años de impunidad. “Cuesta, porque son juicios segmentados, mientras el reclamo de los organismos de derechos humanos y familiares, es realizar juicios por circuito y que se abran los archivos de la dictadura”.

Elevación a juicio

La querella, en el escrito donde requieren la elevación a juicio, siguiendo el marco establecido en el sumario de instrucción, sostienen que “se ha podido determinar en las presentes actuaciones que en el marco del plan de represión mencionado, el 29 de septiembre de 1976, personal del Ejército Argentino específicamente perteneciente al Grupo de Artillería de Defensa Aérea 101 “Teniente General Ricchieri”, en conjunto con personal de la Policía Federal y Gendarmería Nacional, intervino en el operativo ilegal realizado en el domicilio de la calle Canónigo Miguel Calixto del Corro 105 del barrio de Villa Luro de la Ciudad de Buenos Aires”.
Asimismo, en el escrito añade que cuatro personas resultaron asesinadas en el domicilio y sus alrededores, “otra persona se habría quitado la vida al verse completamente rodeada por el personal interviniente, si es que no fue directamente ultimada por sus atacantes, y cuatro personas fueron privadas ilegalmente de su libertad y conducidas a diversas dependencias del circuito de represión clandestino hasta que fueron finalmente liberadas tiempo después”.
Las personas que resultaron fallecidas a raíz del operativo desplegado fueron Alberto José Molina Benuzzi, María Victoria Walsh, Ignacio José Bertrán, Ismael Salame y José Carlos Coronel, todos integrantes del Secretariado Político Nacional de Montoneros.
Las cuatro personas detenidas fueron Lucy Matilde Gómez de Mainer, Juan Cristóbal Mainer, Maricel Marta Mainer y Ramón Alcides Baravalle, quienes fueron mantenidos en cautiverio en diversos sitios, y posteriormente liberados.
Patricia Walsh sostuvo en la presentación de su querella -que dio inicio a esta causa por la que se pide elevación a juicio de seis de los imputados- que en nuestro país tuvo lugar un genocidio, un plan sistemático de exterminio que implicó la comisión de múltiples y variados delitos contra un grupo específico de personas, determinado por su identificación política y también por su pertenencia social.
Por lo cual, los crímenes ejecutados durante la última dictadura militar no son la sumatoria de hechos aislados, sino un plan genocida. En ese marco, lo sucedido con María Victoria y con su padre, el escritor Rodolfo Walsh, forma parte de ese plan genocida.
Tanto los hechos anteriores, los simultáneos y los posteriores a la muerte de María Victoria Walsh, el secuestro de su cadáver, y la retención durante días de su hijita Victoria María Costa, involucran -al menos e incuestionablemente- a integrantes del Primer Cuerpo del Ejército, del G.A.D.A 101 (Grupo de Artillería de Defensa Aérea) de Ciudadela, de la Policía Federal, y como ha surgido de la instrucción, también de miembros del Batallón 141 de Córdoba, del Batallón 601, y de Gendarmería Nacional.
Al constituirse en querellante, Patricia Walsh se refirió al relato militar sobre los hechos ocurridos y sostuvo: “no figuraban los nombres de los cuatro detenidos ilegalmente, y ni siquiera se hacía mención de las y los menores secuestrados que habitaban la vivienda al momento del operativo. No mencionaban a Juan Cristóbal Mainer, de 16 años, que sería secuestrado, ni a María de los Milagros Mainer, de 9 años, que sería retirada de la escuela cercana y llevada a la Comisaría, ni a Victoria María Costa, hija de Vicki Walsh, de un año y dos meses de edad, que también fue retirada de la casa de Corro 105, y llevada a la Comisaría de la Policía Federal de la zona”.
Y, agregaba, que ello se debe a que no se trataba de una mera crónica policial publicada por los periódicos, “sino de una operación de propaganda psicológica y política, con objetivos aún pendientes, en torno al “grupo” perseguido”.
Myriam Bregman y Matías Aufieri, en su escrito donde solicitan la elevación a juicio de los seis imputados, vuelven a citar, como en la presentación inicial, la célebre Carta Abierta a la Junta Militar difundida por Rodolfo Walsh en el día previo a su desaparición:
“Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror. Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio”.

En medio de la noche y la lluvia la Ciudad desalojó bebés, niñas, niños y jóvenes de una casa de La Boca

21.10.2022

Por Martín Suárez

Seis familias fueron echadas de su vivienda sin una orden judicial. El argumento fue un supuesto “peligro de derrumbe” del inmueble.

La ola de desalojos en la Ciudad de Buenos Aires no para. Seis familias fueron echadas de su vivienda sin una orden judicial, argumentando un supuesto “peligro de derrumbe” del inmueble. El hecho ocurrió alrededor de las 22:30 de anoche, en medio de la lluvia y en el barrio de La Boca, uno de los sectores más postergados de la Ciudad. En el edificio ubicado en la calle Suárez al 200, habitaban alrededor de 20 personas de las cuales 12 eran menores, entre los que se encontraban bebés, niños, niñas y adolescentes. Quién determinó sacar a las familias fue la Dirección General de Guardia de Auxilio y Emergencias, a cargo de Walter Gómez Diz; organismo dependiente del ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires.
“Este desalojo está por fuera de causas judiciales porque fue uno de tipo administrativo, que se da producto de una clausura que hace la ‘guardia de auxilio’ en el lugar, y argumentando un inminente riesgo de derrumbe”, contó a este medio Natalio Quinto, referente del movimiento La Boca Resiste Y Propone (LBRP), una organización que nuclea a varias agrupaciones barriales que luchan por mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas del barrio.
“Ese inminente peligro de derrumbe el gobierno porteño lo conoce desde por lo menos hace 3 o 4 años, aproximadamente, cuando intentaron hacer este desalojo a plena luz del día y no pudieron. Esto quiere decir que el gobierno de la Ciudad tuvo todo ese tiempo para hacer un desalojo ordenado y reubicar a las familias en diferentes lugares. Pero la decisión fue sacarlos de un momento a otro”, agrega Quinto.
Finalmente, la administración porteña concretó anoche el desalojo de las familias, y fue cerca de las 23 horas en horario nocturno, situación que no les permitió a las familias poder acceder a cobrar el subsidio habitacional para pasar la noche en algún hotel. Muchos de los vecinos y vecinas de la zona, aseguran que el gobierno porteño quiere tirar abajo ese inmueble para construir un nuevo edificio y volcarlo al negocio inmobiliario.
“El desalojo comenzó con un supuesto allanamiento que tenía como objetivo buscar a dos personas y, según la fiscalía, en dos hechos que son aislados pero coincidentes en el tiempo. En el momento que transcurre el allanamiento se hace presente la guardia de auxilio para verificar las condiciones de habitabilidad, declara que están en un alto peligro de derrumbe y ordena la clausura del inmueble y el desalojo de las familias”, detalla la referente social.
Las familias desalojadas no podían asistir a los paradores de la Ciudad por dos razones: estaban colapsados y, además, debían despojarse de sus pertenencias y dejarlas en la calle, dado que sólo podían ingresar con una bolsa con ropa. Estos operativos se realizan sin depositarios, por lo que las familias no tienen dónde dejar sus objetos personales, muebles, mascotas, etc.
“Nosotros en el año 2019 empezamos una acción de amparo, donde la justicia porteña el mes pasado, ordenó al gobierno de la ciudad presentar un protocolo para los casos de desalojos con programas específicos para el barrio de La Boca, porque está declarado en emergencia ambiental y urbanística, en lo que hace a vivienda y hábitat”, cuenta Quinto. La líder social señala que la justicia ha dado claras indicaciones sobre que es necesario generar un protocolo para acompañar a las familias, porque La Boca se encuentra en una situación de emergencia, en comparación a otros barrios del distrito. “Pero el gobierno porteño lo que ofrece es un subsidio habitacional como única herramienta de acompañamiento a las familias desalojadas”.
Recién en horas de la tarde de este jueves, las familias fueron llamadas para ir a buscar el subsidio de desalojo: “les dieron un cheque fuera del horario bancario, quiere decir que esta noche van a volver a dormir en las calles”, termina Quinto.

Casi doscientas familias podrían terminar en la calle

La semana pasada, Tiempo alertó que en los próximos días, más de 100 familias podrían ser desalojadas de un edificio de Parque Patricios. Son un total de 106 familias que viven en un inmueble ubicado de Parque Patricios sobre la calle Santa Cruz 140, en la unidad funcional 15 de la manzana de la ex fábrica Selsa, una hilandería abandonada que fue transformada en una cooperativa de viviendas. La justicia determinó que el gobierno porteño tenía 90 días para ofrecerles una alternativa habitacional a las familias, pero jamás lo hizo. Esta situación se suma a las 70 familias de un hotel de Constitución ubicado en la calle Solís, un desalojo que, por ahora, la justicia porteña suspendió.

#C40: Al Greenwashing le ganamos en las calles

20.10.2022

La cumbre se realiza entre el miércoles y el viernes de esta semana en el Centro de Convenciones de Buenos Aires (CEC) del barrio de Recoleta. La reunión de alcaldes encabezada por Rodríguez Larreta y el alcalde de Londres, Sadiq Khan, presidente de C40, será la actividad central de la cumbre y se realizará el día inicial entre las 8 y las 17. Allí, más de cien alcaldes del mundo discutirán «medidas urgentes para enfrentar la crisis climática» con el objetivo de «ser carbono neutrales a 2050» y de «limitar el aumento de temperatura a 1,5°C», en correspondencia con el Acuerdo de París de la COP21 de 2015.

Ese mismo día también habrá un «Foro Urbano Federal», donde 150 intendentes argentinos presentarán una «declaración de ciudades» relacionada a política climática.
Viernes 21 la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones convoca frente al CEC Centro de Convenciones Buenos Aires donde se realiza la Cumbre Mundial de Alcaldes:
16 hs – Acción en Av. Pueyrredón y Libertador
19 hs – Difusión en el Festival de Cierre del #C40Summit en el Planetario

Más Verde Menos Cemento
No a las torres en #Costanera
Por un Parque Público Costero
Por un Código de Planeamiento Urbano elaborado por les vecines
Protección del patrimonio histórico y cultural de los barrios
Por un Parque Público en los ex playones ferroviarios
Contra la especulación inmobiliaria y por la vivienda social
La Deuda es con el Pueblo y la Naturaleza, no con el FMI
La Cumbre ha invitado también a activistas medioambientales de todo el mundo, que han reclamado medidas urgentes. “Estas reuniones aumentan, pero la calidad de las ciudades se deteriora”, ha denunciado sobre el escenario del Centro de Convenciones de Buenos Aires Hilda Flavia Nakabuye, referente de la ONG Fridays for Future en Uganda. Nakabuye ha pedido a los líderes mundiales que dejen de hacer promesas y actúen.
Otros activistas se han negado a participar del evento y han organizado protestas y acciones paralelas por toda la ciudad. “En el C40 no se habla ni del verde vegetal vivo ni del suelo absorbente mientras se cementan las plazas, se las llena de plástico y los pocos árboles que quedan están destrozados”, dijo la titular de la organización argentina Basta de mutilar nuestros árboles, María Angélica di Giacomo, en una protesta realizada el martes detrás de la Casa Rosada.
“Los playones ferroviarios, los bajo viaductos y la costa del río son nuestras últimas posibilidades de aumentar el suelo absorbente por habitante y los estamos perdiendo por proyectos inmobiliarios en beneficio de unos pocos”, agregó Di Giacomo.

Matías Aufieri: “El homicidio de Mariano fue condenado en amplias manifestaciones populares”

20.10.2022

Por Rosa D’Alesio

La lucha de los tercerizados, el asesinato del joven militante del Partido Obrero, y la mirada de los abogados clasistas en la lucha contra el fraude laboral. Una herencia del menemismo que perdura hasta hoy.

Este 20 de octubre se cumple un nuevo aniversario de aquel crimen político que conmocionó al país en 2010. Una patota de la Unión Ferroviaria, en ese momento dirigida por José Pedraza, en medio de una zona liberada por la policía, asesinó al joven militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra y dejó decenas de heridos. La militante del Polo Obrero, Elsa Rodríguez, recibió un disparo en la cabeza que la dejó postrada en una silla de ruedas.
Fue en medio de la lucha por el pase a planta que daban en ese momento miles de tercerizados ferroviarios.
Matías Aufieri, abogado y miembro del CeProDH, participó activamente en la lucha de los trabajadores tercerizados del Ferrocarril Roca. El 20 de octubre acompañaba la movilización que fue atacada por la patota de Pedraza. Con él hablamos sobre la lucha de los tercerizados y el crimen de Mariano.

-La lucha por el pase a planta permanente bajo convenio ferroviario tuvo distintos momentos, ¿contanos cuál era el rol de los abogados en este proceso?
El rol de los abogados fue desde un primer momento dar asesoramiento legal a los trabajadores para que supieran en qué derechos podían apoyarse para sus reclamos; además de la defensa ante traslados, despidos o sanciones a activistas con los que las patronales buscaban disciplinar y frenar la organización.
Los acompañamos en todas las medidas de acción directa que votaban ya sea en las vías, como cuando realizaban bloqueos de boleterías o se manifestaban en el hall de la Estación de Constitución. Así como en cada negociación que se abría en el Ministerio de Trabajo o ante la Secretaría de Transporte.
Un acompañamiento que duró más de un año hasta que se consumó el último ingreso de tercerizados a planta permanente, no sólo de la línea Roca, sino del Belgrano Sur y el San Martín, a quienes tuvimos el orgullo de representar junto a Gabriela Campos y Agustín Comas.
Después de acompañar los ingresos de las y los compañeros en cada línea ferroviaria, tuvieron lugar las elecciones de delegados que acompañamos ayudando a organizar y validar las listas de la oposición a la conducción Verde. También defendimos penalmente en los tribunales federales de Quilmes y La Plata a decenas de tercerizados criminalizados por sus medidas de lucha durante el conflicto.
Y en 2012, cuando comenzó el juicio oral por el homicidio de Mariano, acompañamos las audiencias de ese juicio, colaborando para posibilitar el testimonio clave de algunos tercerizados que habían encabezado la protesta en la mañana del 20 de octubre y fueron heridos por las balas de la patota.

-¿Participaban otras organizaciones del conflicto, de las asambleas? ¿Cómo se tomaban las resoluciones?
Fueron muchas las organizaciones sindicales, de izquierda, y movimientos sociales, que se acercaron a apoyar la lucha, con distintos métodos y posiciones. Entre ellas, la entonces Agrupación Bordó del Roca (hoy Naranja Nacional) impulsada por el PTS, que nos puso a disposición de la asamblea como abogados.
Esta agrupación impulsó la lucha desde el primer momento, o incluso antes, ayudando a organizarla al advertir el fenómeno extendido de los miles de tercerizados diseminados por todo el ferrocarril. Y continuó apoyando hasta que el último tercerizado de aquel momento ingresó a planta, ya sea cuando nuestras opiniones coincidían con la mayoría de la asamblea y también cuando eran votadas otras posiciones.
Con el transcurso del conflicto comenzaron a expresarse en la asamblea sectores más corporativistas, y otros que apelaban a ganar el conflicto con medidas poco preparadas -llevadas adelante con pocos trabajadores e influenciadas por distintas organizaciones-.
Más allá de esa amplitud de posiciones, fuimos refrendados durante meses como los abogados de la asamblea, ya que nos manejamos siguiendo la misma lógica de la agrupación, y por ello tuvimos la confianza de esos compañeros en cada etapa de la lucha, incluyendo a los compañeros que se acercaron de otras líneas para iniciar allí también la pelea.
Esa quizás sea una definición central que nos guio: dar nuestra opinión legal y política con total franqueza, pero nunca actuar de manera autónoma. La última palabra la tenía la asamblea.
En algunas etapas del conflicto se sumaron a colaborar más abogados a instancias de otras organizaciones, que la asamblea luego excluyó por firmar actas con el Ministerio de Trabajo donde quedaban marginados de la planta permanente la enorme mayoría de los tercerizados sin su conocimiento.

-¿Cómo comenzó y evolucionó el conflicto hasta el crimen de Mariano?
A principios de 2010 comenzaron las primeras reuniones entre trabajadores tercerizados -principalmente de limpieza- del Ferrocarril Roca organizados por la agrupación Bordó. Se organizaban trabajadores en actividad, así como aquellos que eran despedidos por la flexibilidad en la contratación que tenían las empresas. Los trabajadores de vía y obras, por ejemplo, eran contratados por el régimen de la construcción, la ley 22.250 y eran afiliados compulsivamente a la UOCRA. A la primera lesión producto de ese trabajo, con un convenio mucho más flexible e inestable que el ferroviario, los despedían bajo la figura de “finalización de obra”.
En base a esa realidad, además que cobraban la mitad o menos que un trabajador efectivo bajo convenio ferroviario, comenzaron a organizarse. No fue el primer proceso de organización de los tercerizados, lo hubo años anteriores, bajo las concesiones de Metropolitano, del empresario Sergio Tasselli.
La diferencia de este proceso es que abarcaba numerosas empresas, con lo cual la cantidad de trabajadores tercerizados que finalmente pasarían a planta permanente eran superiores a los 1.500, solamente en la línea Roca. Esto se hizo extensivo a otras líneas, administradas ya por el Estado que había “heredado”, tras la caída de las desastrosas concesiones de Sergio Tasselli, las líneas Roca, Belgrano Sur y San Martín. El total de tercerizados que pasaron a planta permanente fue de más de tres mil, en los primeros meses de 2011.
Ante esta organización embrionaria de los compañeros, la primer medida que tomaron entre las empresas y la burocracia sindical, cuyo accionar veríamos en toda su magnitud ante el crímen de Mariano, fue el de trasladar a Andrés Padellaro, que era el activista más notorio de los tercerizados, de la seccional Avellaneda a Constitución para que no pudiera presentarse como delegado de sección. Además de esto, fue despedido otro activista, Walter Quinteros, que trabajaba junto a Andrés.
Entonces se hizo más grande el proceso, se acercaron otros trabajadores despedidos. Comenzaron a organizarse en el local del PTS en la calle Boedo de Lomas de Zamora. Votaron medidas como crear el fondo de lucha, la comisión de mujeres, así como el bloqueo de boleterías y actos en la Estación Constitución, sin obtener ninguna respuesta por parte de UGOFE, que era la operadora del ferrocarril compuesta por el Estado Nacional y las concesionarias privadas de las otras líneas urbanas (Roggio, Cirigliano, y Romero).
La asamblea seguía creciendo, por lo cual se propuso que se traslade a la sede de ATE Sur en Lomas de Zamora. Allí se votó la primer medida de corte de vías para el 21 de julio de 2010 con más de 500 ferroviarios tercerizados arriba de las vías que pusieron durante horas sobre la mesa las reales condiciones del trabajo precario en el ferrocarril y en Argentina. Era tan contundente la denuncia y la medida, que no pudieron desalojarlos con la Policía, pese a las muchas amenazas que hubo durante toda esa jornada.

-¿Cómo respondió el gobierno y la empresa a estos reclamos?
Se abrió una instancia de negociación ante la Secretaría de Transporte, a partir de la cual se prometió un aumento salarial para algunos sectores tercerizados, y la apertura de audiencias para analizar la situación de cada despedido. El reclamo de pase a planta permanente, quedaba para un futuro incierto.
De esa manera los reclamos eran divididos y enfriados al mismo tiempo, pero era una experiencia que evidentemente los trabajadores tenían que atravesar, y los acompañamos en ese largo proceso. Los despedidos fueron llevados a decenas de reuniones en el Ministerio de Trabajo, separados por empresa, que no llegaban a nada, consumiéndose todo el mes de agosto.
En septiembre de 2010, cuando los trabajadores que permanecían despedidos vuelven a realizar un bloqueo en el hall de Constitución, fueron atacados junto a quienes los acompañábamos, por una patota de la Unión Ferroviaria. Esto fue transmitido en vivo por TV, donde aparecía en primera plana Pablo Díaz, que luego fue condenado por comandar la patota que atacó y asesinó a Mariano Ferreyra. Fue muy “didáctico” ese debate entre Díaz y Pablo Villalba (activista de los tercerizados), quien mostraba el carnet de afiliado a la Unión Ferroviaria, en tanto integraba una empresa cooperativa, Unión del Mercosur, creada por la burocracia de la Unión Ferroviaria. Díaz gritaba a viva voz que esos trabajadores eran como albañiles que tras una obra en una casa, pretendían quedarse a vivir allí. Ese era el rol del sindicato. A ese tenso debate sobrevino un ataque junto a la Policía que nos sacó a empujones de la estación Constitución, quedando de manifiesto que el reclamo necesitaba recobrar la unidad con la gran mayoría que continuaba en actividad, incluidos los efectivos de planta.

-Luego de esto vino la acción de los trabajadores del 20 de octubre de 2010, vos estuviste en esta acción, ¿contamos cómo fue esa jornada?
Los trabajadoras despedidos, que acumulaban impotencia, no veían ninguna solución a su situación, esto llevó a la acción del 20 de octubre en Avellaneda, que generó arduos y públicos debates previos. Ese día la patota esperaba apostada en las vías para impedir que cualquier medida siquiera comenzara.
Ante ese panorama, los trabajadores y el grueso de las organizaciones políticas y sociales que se solidarizaban con el reclamo, decidieron marchar en paralelo a las vías en dirección a Constitución, para hacer una nueva denuncia allí en el hall. Desde lo alto, en las vías, la patota seguía la movilización de manera cada vez más hostil hasta que cruzando el Riachuelo hacia Barracas, algunos tercerizados y militantes que acompañaban sacaron unos metros de ventaja a la patota y ganaron el terraplén, llegando durante algunos segundos a las vías.
Desde las vías fuimos agredidos a piedrazos por la patota y con balas de goma por la Policía Bonaerense, que incluso cruzó el puente atrás de nuestra columna ingresando a Capital. Eso implicó el final de la acción y la dispersión de la columna. También nos atacaba la Policía Federal, que más tarde protegería a la patota, incluso dejando de filmar el operativo, para que emprenda impunemente contra los trabajadores y las organizaciones que se habían quedado por la zona almorzando y debatiendo. En ese ataque, fue asesinado Mariano Ferreyra, fue gravemente herida Elsa Rodríguez y Nelson Aguirre, militantes del Polo Obrero, y Ariel Pintos, tercerizado ferroviario que se encontraba despedido.

-¿Qué pasó luego del crimen de Mariano Ferreyra?
El homicidio de Mariano fue condenado en amplias movilizaciones populares. El mismo día más de 60.000 personas se reunieron frente al Congreso Nacional para repudiar el hecho y reclamar justicia. El día después, el 21 de octubre, se movilizaron más de 100.000 personas. En todos los centros de estudiantes, lugares de trabajo, se realizaban campañas para repudiar el accionar de la burocracia, que contaba con el silencio cómplice del gobierno, y exigir justicia. Estas movilizaciones llevaron a juicio a algunos de los responsables del joven militante del Partido Obrero. Fueron condenados los autores materiales, y el secretario general José Pedraza, y su adjunto, el Gallego Fernández, que murieron cumpliendo condena. También fueron condenados varios miembros de la Policía Federal como partícipes necesarios del crimen.

-¿Cómo siguió la lucha de los trabajadores tercerizados por el pase a planta?
En noviembre de ese año, tras el crimen de Mariano y las contundentes movilizaciones en las calles y las vías, el gobierno se comprometió a otorgar el pase a planta de los miles de compañeros. El entonces secretario de transporte Juan Pablo Schiavi, que poco después fue encarcelado como uno de los responsables por la masacre de Once, firmó en aquel momento delante nuestro el pase a planta permanente en todas las líneas que operaba UGOFE -desde la caída de la concesión de Taselli-Metropolitano en 2007-, pero de ahí a la concreción, se necesitaron más meses de lucha.
Además del rol de la empresa dirigida por el gobierno nacional, que armó la patota y durante meses rechazó y desvió el justo reclamo de los trabajadores, el Poder Ejecutivo jugó un rol notorio con el inefable Aníbal Fernández al mando de las fuerzas de seguridad federales, y con el Ministerio de Trabajo de Carlos Tomada que continuaba conspirando con José Pedraza aún después del crimen, poco antes de su detención, para evitar el ingreso a planta de cuanto trabajador pudieran.
Surgieron a su vez reclamos en muchos sectores de servicios, privatizadas como Edesur, telefónicos y otras, que comenzaron a acercarse a las asambleas del Roca.
Así como la enorme lucha que se desató poco después del homicidio de Mariano: un reclamo de miles de personas sin vivienda que ocuparon el Parque Indoamericano en el sur de la ciudad. Se ponía de manifiesto de manera revulsiva otro de los enormes problemas estructurales que, como la precarización laboral, hace décadas se mantiene vigente y en ascenso con el paso de los gobiernos.
En diciembre de 2010, después de un acto en el hall de Constitución en que homenajeamos la lucha de Mariano con la inauguración de un mural de la gestión obrera de Zanón, emprendimos hacia la toma del Indoamericano junto a trabajadores ferroviarios, del subte, de la alimentación y de numerosos gremios para expresar apoyo a su reclamo por vivienda y seguir mostrando el camino de la unidad de las filas obreras. Esa bandera fue siempre el motor por el que impulsamos y apoyamos esas luchas, la unidad de la clase trabajadora, contra la atomización que el neoliberalismo impuso separando entre efectivos, contratados, tercerizados, e informales.
Ese reclamo del Indoamericano también fue encarado por aquel gobierno peronista, que presidía Cristina Kirchner, con la represión junto a la flamante Policía Metropolitana de Mauricio Macri, dejando un saldo de tres muertos. Tras esas dos luchas paradigmáticas, se creó el Ministerio de Seguridad que hasta el día de hoy es tribuna para campañas derechistas y de mano dura. Una salida claramente reaccionaria.
Como decía antes, las medidas en el ferrocarril se extendieron a 2011, y pese al paso del tiempo, la división en muchos sectores y empresas contratistas, la movilización y la fuerza de la asamblea -que pasó a llamarse “Mariano Ferreyra”-, garantizó una unidad que aseguró el ingreso de hasta el último compañero de ese proceso.
Fue una lucha testigo que, sin dudas, marcó con fuerza la época, exponiendo las contradicciones de los gobiernos reformistas, que no daban solución ni respuesta a los problemas estructurales de la población pobre y trabajadora, y dejó en claro que las grandes conquistas, derechos y cambios en las condiciones de vida, se logran luchando.

Usted es el visitante N°