7.12.2022
Por Flavia Gregorutti
Las mujeres de la Villa 31 siguen resistiendo ante más amenazas de desalojo por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien continúa invisibilizando y vulnerando el derecho a la vivienda. Ya concretó desalojos, dejando desamparados a niños, niñas y adolescentes. El Ministerio de Mujeres, ni noticias.
A días de las movilizaciones a nivel internacional en conmemoración del “Día contra la violencia hacia la mujer”, una de las vecinas de la Villa 31 y madre de tres niños, alumnos de la Escuela “Banderita’’, habló para comentarnos la situación que está atravesando.
Daiana Arias es madre de tres niños de quinto y tercer grado de la escuela y un niño que asiste al jardín en el Polo Educativo Mugica. Daiana vivía “Bajo Autopista”, como muchas otras familias que fueron afectadas por decisiones del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
Ella fue desalojada durante el censo llevado adelante por el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC), empujada a vivir de casa en casa entre amigos y familiares, ya que no conseguía alquiler, porque es muy difícil poder encontrar quien alquile a mujeres con hijos.
Cabe aclarar que por la propia operatoria que rige en el barrio Padre Carlos Mugica, a partir de la ley de urbanización, están prohibidos los desalojos forzosos y las relocalizaciones debían realizarse a todos los vecinxs que residían en el sector del “bajo autopista”, que fueron los primeros en ser relocalizados. Por este motivo, Daiana vio la posibilidad de encontrar un hogar en uno de los departamentos vacíos en el sector “Edificios Nuevos” frente al Ministerio de Educación de la Ciudad ante la diletancia en acceder a las viviendas que le hubiera correspondido como un derecho.
Al día de hoy, muchos de esos departamentos se encuentran desocupados y no han sido asignados a las vecinas y los vecinos censados, dejando viviendas ociosas, en uno de los barrios con mayor problemática de vivienda de la Ciudad de Buenos Aires. Es un caso testigo pero refleja una situación que es moneda corriente en todos los barrios populares de la Ciudad de Buenos AIres:
El pasado lunes 5 de diciembre, la madre de los estudiantes de primaria de la Escuela Banderita mantuvo una reunión virtual de mediación con funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, presentándose una mediadora del Consejo de la Magistratura porteña, dos abogadas por la parte denunciante del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, y una abogada integrante de la Dirección de Asistencia a la Mediación. En dicha reunión, Daiana nos cuenta que le informaron que se llevará a cabo un desalojo inminente, en el marco de una denuncia penal de usurpación iniciada por el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, contra Daiana.
“Durante toda la reunión me amenazaban con la gravedad de permanecer en la vivienda. Que me iban a quedar antecedentes penales, y que eso iba a afectar directamente en mi trabajo. Que nunca iba a poder conseguir un trabajo en blanco y no me iban a contratar. También me decía que no importaba que yo tuviera tres hijos en edad escolar, ni cuántos hijos a cargo tenía, ni que si alguno de ellos tenía alguna discapacidad, que me iban a desalojar de todas formas. Que acá no importa los derechos del niño, que lo que importaba era que yo estaba ocupando una vivienda que no me corresponde. Que podía elegir un desalojo pacífico e irme en 15 días o un mes, podía elegir un desalojo compulsivo y que la policía me iba a sacar todas las cosas a la calle y que ahí las iban a dejar.” Y agregó: “En un momento, la mediadora me dice que el derecho indica que yo no puedo habitar este departamento, y me pregunta ¿Quién te hizo creer que vos tenés derecho a la vivienda digna?, a lo que le respondo que la Constitución Nacional, ya que ahí dice que todos tenemos derecho al acceso a la vivienda digna, que eso es lo que dice el derecho. Fue ahí que me terminó diciendo que busque un defensor contencioso”. No es la primera vez que funcionarios o representantes del gobierno y sus organismos “competentes” recurren a estos argumentos para hostigar y amedrentar a los vecinos en situación de vulnerabilidad social.
Pero Daiana no bajó los brazos y a pesar de la angustia que sentía pidió la palabra y les dijo a los funcionarios que estaban en la reunión: “Ustedes pretenden que yo llegue al acuerdo de quedarme en la calle, pero yo no quiero que me regalen nada, simplemente quiero poder pagar mi vivienda y el hogar de mis hijos. Yo quiero poder pagar esta casa, no quiero que me desalojen, yo quiero pagar. Tengo trabajo y puedo hacerlo. Y yo también vivía en “Bajo Autopista”. También sé que a muchas de las mujeres que desalojaron de estas viviendas, habían sido censadas y las desalojaron igual”. A pesar de la propuesta de Daiana, la mediadora rechazó la propuesta, como así también rechazó la posibilidad de otorgarle unos días para resolver y que se pueda comunicar la propuesta que estaba haciendo y resolver en una nueva mediación. Por lo que la mediación cerró sin acuerdo, y con la angustia de saber que en cualquier momento podían llegar a desalojarla a días de las fiestas.
Daiana recuerda el momento de la mediación y nos dice: “Esta mediación no pretendía llegar a ningún acuerdo conmigo, no aceptaron siquiera la posibilidad de que yo pueda pagar la vivienda, sólo me querían sacar y darme un subsidio para que me vaya a alquilar. Esos subsidios no alcanzan ni para alquilar una habitación, y tampoco te alquilan cuando tenés hijos. El acuerdo para ellos es que yo firme para quedarme con mis hijos en la calle”.
Las mujeres de la Villa 31 viven estas situaciones casi a diario. Como le tocó vivir hace un mes a Elizabeth, madre también de la Escuela Banderita, que luego de amenazas, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires concretó un desalojo violento.
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Por el caso de Elizabeth, la legisladora Alejandrina Barry llevó el hecho a la Legislatura porteña y visibilizó, una vez más, la problemática de vivienda en los sectores populares como la Villa 31.
Es por todos estos casos que las mujeres y vecinos de la Villa 31 se vienen organizando en Asamblea Permanente para luchar por una vivienda digna. Las vecinas de Fuerza de Mujeres de la Villa 31 conocen muy bien este tipo de problemáticas. Ellas sufrieron la represión y el desalojo violento por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y ante la total inactividad del Ministerio de Mujeres, y el pasado 29 de octubre se solidarizaron y acompañaron a la Asamblea Permanente de Guernica en la pelea por la vivienda.
Desde las Asambleas Permanentes y también en la Villa 31 con la Asamblea “Tierra, Libertad y Futuro” las mujeres se organizan por el derecho a la vivienda digna y trabajo con derechos y fortalecen la unidad ante los reclamos, en un territorio que debería declararse en emergencia habitacional en donde sigue vigente el reclamo por una urbanización real y realmente participativa.