21.12.2022
Por Lucas Bo
Los presidenciables del PRO y la UCR se muestran juntos en las puertas de un año electoral y le suman tensión a la interna. Es el primer proyecto de ley del programa de Gobierno de Juntos por el Cambio.
En sintonía con el discurso de la “mafia” y la “industria” de los juicios laborales, Juntos por el Cambio presentó un proyecto de ley que busca modificar el sistema de multas que los empresarios deben pagar a los trabajadores por deficiencias en la contratación. La iniciativa, que se traducirá en una reducción de la indemnización que cobre un empleado “en negro”, será presentada en un acto que tendrá la presencia de Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, dos de los presidenciables del PRO y la UCR. Se trata del primer proyecto que presenta la alianza opositora en el marco de su plan de gobierno si ganan las elecciones, como la excusa de una foto política de alto impacto para las internas de cada partido y que alienta la hipótesis de fórmulas mixtas.
“El actual sistema de sanciones fracasó”, concluyó el análisis de Juntos por el Cambio para argumentar la presentación del proyecto de “Ley de Registración de la Relación Laboral y modificaciones del sistema de certificado de trabajo y remuneraciones” por lo que advirtieron: “No hay más empleo registrado, no hay menos litigiosidad, no contribuyó con el Sistema Único de la Seguridad Social (SUSS)”. La iniciativa fue una promesa que Rodríguez Larreta y Morales hicieron ante empresarios en IDEA y UIA para dar respuesta ante el reclamo por los “costos laborales”. También “acusó recibo” del proyecto la CGT, aunque todavía sus dirigentes no dieron respuesta.
El proyecto será presentado en la sede de la Coalición Cívica y además de Larreta y Morales también estará la otra presidenciable del PRO, María Eugenia Vidal, los jefes de bloque de JxC en el Congreso, los referentes de las fundaciones de los partidos que integran la alianza opositora y la encargada de ir buscando los acuerdos entre ellas, Julia Pomares. La también jefa de asesores de Larreta participó de las reuniones con la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) quienes aportaron ideas para la elaboración del texto.
En el articulado se definen la relación laboral correctamente registrada y la remuneración no registrada, como también se describe el cálculo de las sanciones por incumplimiento. El objetivo es reducir y redireccionar las sanciones judiciales por trabajo no registrado o mal registrado. El monto de las multas pasará de estar atado al salario denunciado y se vinculará al Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM). Además, no lo percibirá más el trabajador sino que pasará a ser recaudado por la AFIP y de ahí a la ANSES “con la intención de fortalecer su naturaleza solidaria”. Para ello, proponen cambios y derogación de artículos en las leyes Nacional de Empleo, Indemnizaciones Laborales y de Prevención de la Evasión Fiscal.
La ley reducirá el monto de la indemnización que el trabajador o la trabajadora recibe ante un despido y en el que reclama por la falta o mala registración. Un caso práctico de un trabajador registrado que es despedido y hoy cobra 100 mil pesos con un año de antigüedad, por distintos conceptos (preaviso, vacaciones, SAC, entre otros) cobraría casi 369 mil pesos de indemnización. Si se suman multas por falta de registro y por distintos incumplimientos, el monto se eleva a 1.268.721 pesos. De cumplirse lo que busca JxC (derogar y reducir multas y redireccionarlas al Estado), un trabajador total o parcialmente “en negro” pasaría a cobrar 658.221 pesos. Un recorte del 48,1% de la indemnización.
Pero no solo impactará en el bolsillo, sino que también en un juicio los trabajadores perderán una herramienta de negociación con el empresario para conseguir mejores condiciones de pago. Sobre esto último, JxC considera que la actual legislación “desalienta” los acuerdos conciliatorios por la “especulación” del trabajador de obtener un mayor monto al final del juicio.
Los principales nombres detrás de la redacción de esta ley son Ezequiel Jarvis y Horacio Barreiro. El primero es el subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio de la ciudad de Buenos Aires, hombre clave en el vínculo de Larreta con los gremios e integrante de la Fundación Pensar (PRO). El segundo es un dirigente histórico del radicalismo bonaerense, que formó parte de la cartera de Trabajo en el gobierno de Vidal e integra la Fundación Alem (UCR). Ambos están en la mesa de legislación laboral de Juntos por el Cambio junto a las fundaciones de la Coalición Cívica y del partido de Miguel Ángel Pichetto. La Coalición Cívica, cuyo representante en esa Mesa es el exdiputado Javier Campos, también participó en la elaboración.
Según sostienen en el proyecto, “el empleo formal registrado no crece desde 2011” y la informalidad en el mundo del trabajo “fluctúa desde hace décadas alrededor de un 30 al 40%”. Por lo que creen que, de aprobarse la ley, generará una reducción de la litigiosidad y un incentivo para que los empresarios formalicen trabajadores. Por el contrario, abogados laboralistas consultados por El Destape ya están en alerta y aseguran que es “un incentivo a no registrar” por el ahorro que implican las multas más baratas.
Una fuente consultada de JxC al tanto de la propuesta aseguró a este medio que lo que se busca es hacer “más previsible” el sistema laboral. “Contratás a alguien y no tenés idea de cuánto vas a tener que pagar si lo despedís porque no sabés cuáles son las multas que vas a tener por una defectuosa registración”, explica. “El empresario no sabe los riesgos que tiene al contratar a un trabajador”, resume al referirse a “los riesgos” de invertir para el empresario.
Como anticipó El Destape en mayo, Larreta no busca una “reforma laboral profunda” sino “modernizar” la legislación laboral y este proyecto es solo una parte de su plan de Gobierno. Según supo este portal, la agenda laboral en la que trabaja también contempla crear un fondo de cese por sector para reemplazar las indemnizaciones, el fomento de la formación y capacitación laboral, y regímenes simplificados para la economía popular para reducir los planes sociales.
Tras un año en el que Juntos por el cambio atravesó distintas tensiones entre los partidos que lo integran, como también dentro de estos, una de las variantes que hay sobre la mesa de discusión acerca de la estrategia electoral son las “fórmulas mixtas”, es decir, cruzar los candidatos de distintos partidos para fortalecer la unidad de la coalición y evitar que se repita lo de 2015 cuando un PRO puro se impuso en las PASO.
“No descarto una fórmula cruzada, por partido. No descarto ninguna alternativa”, había analizado Rodríguez Larreta en una entrevista con TN a comienzos de noviembre. Por su parte, en diálogo con Perfil, el gobernador de Jujuy había afirmado: “Tenemos que garantizar un gobierno de coalición y las fórmulas integradas formalizan esa situación y marcan un camino”.
El larretismo es uno de los principales impulsores de esta idea para mantener el sistema de alianzas que construyó el jefe de Gobierno porteño en la Ciudad y mantener a la UCR contenida. Con la excusa de este proyecto, que es el primero del programa de gobierno que Juntos por Cambio prepara para aplicar si gana en 2023, Larreta termina el año junto a un socio político y presidente del Comité Nacional de la UCR, ferviente crítico de Mauricio Macri.
No es la primera vez que Larreta y Morales se muestran juntos. Además de visitas del jujeño a la Ciudad y del porteño a Jujuy, la última vez que se los fotografió a ambos fue a fines de octubre en un acto en homenaje a Raúl Alfonsín. Allí hubo duras críticas a Mauricio Macri, quien días atrás había embestido contra la UCR al definir como “populista” a Hipólito Yrigoyen.
Antes de la decisión sobre las fórmulas mixtas, Larreta y Morales deberán oficializar sus candidaturas presidenciales. En paralelo, tendrán que resolver sendas internas en el PRO y la UCR ante los competidores de lo que se llama “el ala dura”. En frente, la otra hipotética fórmula cruzada podría ser Patricia Bullrich y Alfredo Cornejo. En el medio, Mauricio Macri analiza si va o no por su segundo tiempo.