18.2.2014
—Otras voces… Otras propuestas: ¿Cómo fue la audiencia?
—Beto Pianelli: Como primera instancia, fue una audiencia donde hubo poca gente, porque se encargaron de que nadie se enterara. Si buscás en Internet o en cualquier lugar dónde era la audiencia, iba a ser muy difícil encontrarlo. No lo publicaron ni en el portal del propio Gobierno de la Ciudad.
Las audiencias públicas — establecidas en la Constitución de Buenos Aires— tendrían que ser una herramienta formidable si se utilizara para el espíritu que tiene: que participen los ciudadanos. Si hubieran sacado afiches, se hubieran hecho propaganda por la radio, la televisión, saber cómo inscribirse seguramente, la participación hubiera sido mayor. Desgraciadamente tenías que ser bastante ducho para poder encontrar de qué manera inscribirte y poder participar.
Fue una audiencia que empezó con el presidente de SBASE, Juan Pablo Piccardo, dando un informe bastante bochornoso, en el cual la mayor parte de los datos se miente. Y un informe donde él aparece, o quiere aparecer, diciendo que están abiertos para discutir, y finalizada su intervención, a los 20 minutos se retiró del lugar y no escuchó a nadie.
—OV: ¿No se quedó?
—BP: No. Es más, yo escuché sus declaraciones después en un video grabado por compañeros, porque llegué tarde por la lluvia. Me lo encontré en la puerta, se estaba yendo.
Uno va a esas audiencias por una cuestión formal. Algunos creen que la versión taquigráfica alguien la leerá; yo me encargué de decirlo en la propia audiencia que se olvidaran, eso va a la basura. Porque lo que ha hecho el PRO con las audiencias públicas es hacer de eso una formalidad absoluta, y lo hace simplemente para que no tenga ningún argumento para ir a la justicia cuando la decisión está tomada. No hubo ningún legislador del PRO, que son los que van a tener que votar el aumento. Solamente estaban los legisladores de la oposición.
—OV: ¿Ellos tienen mayoría para poder votarlo?
—BP: Con las alianzas que va a generar el PRO seguramente va a conseguir una mayoría, como la ha conseguido hasta ahora.
—OV: Graciela Ocaña firmó un acuerdo para votar con el PRO
—BP: Ella estaba anotada, la nombraron y entregó un acta para presentarla, un escrito que nadie sabe de qué se trata. Seguramente van a acompañarlo. Ellos tienen un marco de alianza que les permite hacer estas cosas.
Es muy triste lo que están haciendo con el transporte subterráneo. En todo el mundo la tendencia es a desarrollar el subterráneo, porque en las sociedades, sobre todo en las ciudades importantes, el subterráneo pasa a ser un transporte de privilegio, el más recomendado. Porque saca de la superficie medios de locomoción y hace que la gente pueda transportarse por debajo de una forma más ecológica, más rápida y más segura. Acá es todo lo contrario. El diagnóstico que había dado Macri en su primera campaña electoral sobre que había que hacer 10 km. por año para poder llegar a tener un subte acorde a lo que era la ciudad de Buenos Aires, en 7 años de gestión hicieron solamente 5 km. Y la conclusión a la que han llegado, más allá de que no lo digan, es que la única forma de que la gente pueda viajar más o menos bien en subterráneo es reduciendo la cantidad de pasajeros.
—OV: No aumentando la frecuencia
—BP: No, al revés. Yo lo planteé en la propia audiencia. Ese mismo día en la línea D nuestros compañeros estaban hablando con la jefatura, que les estaba informando cómo va a ser el diagrama de invierno. Va a tener 40 vueltas menos que el invierno pasado. Es decir, van a reducir la frecuencia. Esto es algo que ya lo vienen haciendo las líneas A y B, por la falta de trenes. Esas dos líneas se expandieron, se inauguraron dos estaciones en cada una, entonces se necesitan más trenes para aumentar la frecuencia. Acá hay menos trenes que antes, por ende, menos frecuencia.
Ahora en la línea D, sin ninguna necesidad, se va a reducir la cantidad de servicios, y para eso se necesita que viaje menos gente. Ya está saturada la línea, si fuera un transporte popular, donde pudiera viajar más gente, sería imposible llevarla. Esto lo probaron cuando fue el aumento de $1.10 a $2.50: bajaron 400.000 pasajeros por día. Saben que el aumento no tiene un objetivo financiero, no es recaudar más plata. Lo que hace es que se reduzca la cantidad de gente —quizá recauda la misma plata— y, por ende, ellos pueden darse el lujo de reducir la cantidad de servicios, que es lo que van a hacer en este invierno.
El objetivo es claramente expulsar a un sector de los usuarios del subte para que no viaje más y se busque otra manera.
—OV: ¿Cómo reacciona el pasajero que de golpe se encuentra, desde que Macri tomó la conducción del subte hace dos años y triplicó la tarifa?, ¿no protestan?
—BP: Es un problema más largo de hablar y de analizar. Hay protesta, a la gente le da bronca, pero muchos terminan pagándolo y otros viajan por otro lado, perdiendo más tiempo. Porque el tiempo que pierde la persona viajando en otro medio de locomoción —el doble o el triple— es perder tiempo de vida. Si uno trabaja 8 horas, al viajar en colectivo 1 hora de ida y 1 de vuelta, pierde 10 horas dedicadas a la parte laboral. Otros usan la bicicleta, que quizá los favorezca saludablemente, pero no los va a favorecer en relación a retribución de vida, de tiempo libre. Eso es lo que han provocado. Desgraciadamente, en esta ciudad la gente ha acomodado a eso.
—OV: En esta confrontación, le tira la pelota al Gobierno Nacional, porque Macri no tiene potestad sobre el transporte público terrestre, como el colectivo.
—BP: Las cuarenta líneas que tenían que tomar, que son las que circulan en la ciudad, no las aceptó el Gobierno de la Ciudad, todavía las está financiando el Gobierno Nacional. Si no, no se entiende el Metrobús que hicieron en la 9 de Julio. Evidentemente anda mucho más rápido y es más eficaz para quienes usaban el colectivo. Primero, fue un gran negociado, podrían haberlo hecho por las laterales y no hubieran destruido toda la 9 de Julio, pero había que hacer circo. Y el otro tema es que está hecho sobre la línea C. Se podría haber gastado esa plata ampliando la línea, ampliando zonas del túnel, poniendo 4 vías para poder sacar rápidos. Así se podría hacer el recorrido de Constitución a Retiro en dos estaciones.
Hoy ha caído el porcentaje de venta de los usuarios de la línea C que vienen del tren.
El objetivo final es expulsar gente del subte. Han decidido hacer los negocios de los metrobuses, que es mucha menos plata de inversión: se pueden hacer rápido, no demora tanto tiempo como hacer un túnel. Lo puede mostrar en las campañas electorales. Pero a lo que es a contaminar más la ciudad. Y fundamentalmente a desarrollar un medio de transporte que lo único que hace es saturar la ciudad y en forma más insegura que el tren.
—OV: En estos días esto ya se va a aprobar en la Legislatura
—BP: Sé que hoy hubo legisladores, creo que Alejandro Bodart metió un amparo. No sé si va a ser eficaz eso. No veo posibilidad de que en la Legislatura se logre impedir este aumento.
Aun cuando las ciudades más modernas y eficaces son aquellas que pueden unir más puntos de la ciudad bajo tierra, el macrismo parece dispuesto a dar vuelta ese esquema. Si todo se encarrila, como dice Pianelli, hacia la expulsión de la gente de los subtes para subirla a los colectivos, el panorama parece complicado en una ciudad cada vez más agobiante.