11.3.2014
Soy Ernesto Angel Abus, empleado público, y siendo menor de edad me tocó en suerte sufrir persecución y exilio político con mi familia.
Desde 2009 me desempeño como programador y analista de sistema en la Dirección General de Estadística y Censos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En el corriente, las autoridades deciden regularizar mi situación laboral a través de un concurso público que contempla mi puesto específico, para lo cual debo completar los formalismos del caso y presentar la documentación requerida. Este trámite evidencia mi particular situación y las autoridades, a través de un comité evaluador formado para la ocasión e integrado exclusivamente por funcionarios de la gestión, deciden declinarme la posibilidad de concursar por el puesto en el que, de forma real y concreta, me vengo desempeñando ininterrumpidamente desde hace 5 años.
Absurdos tecnicismos contradictorios y el resquicio encontrado en baches legales existentes en la problemática de exilio, situaciones de clandestinidad e identidades alteradas sucedidas en épocas oscuras de nuestra historia, son excusas que esconden revanchismos y claros posicionamientos ideológicos, en el marco de un concurso paralelamente denunciado gremialmente por otras graves irregularidades.
Ante mi recurrencia y mis reclamos a las autoridades lo que recibí fueron comentarios soeces sobre mi país anfitrión y mi origen familiar, además del retiro progresivo de tareas y el traspaso de funciones y responsabilidades. En un área sensible como sistemas esta situación me hace presuponer que, para mi alarmante futuro profesional, preparan el terreno para prescindir de mis servicios, agravando aún más este caso puntual de discriminación.
A título informativo hago notar que, si bien la mayor parte de los casi dos centenares de cambios de identidad a causa directa del terrorismo de Estado se ubican en el aún más aberrante caso de “apropiación de niños”, es este el primer caso donde, tanto en el ámbito privado como público, se declina la documentación o se la da por inválida. Ello pese a existir, y estar en poder del mentado comité evaluador, un fallo de la Corte Suprema donde el propio Estado me reconoce la condición de exiliado y un juicio sumarísimo donde se justifica el cambio de identidad.
Entiendo que esto no es, en todo caso, un ataque personal sino que me excede, siendo un claro intento de avasallar los logros conseguidos a lo largo de nuestra historia para subsanar los daños causados en la sociedad producto del Terrorismo de Estado.
Es por ello que quiero denunciar ante la sociedad, la grave situación en la que me encuentro sometido por un reducido grupo de personas que, bajo ningún aspecto forman parte del sentir mayoritario, pero sí influyen, fuertemente, dados los cargos en los que se desempeñan en funciones tan importantes, como son las públicas.
Ernesto Angel Abus DNI 21.820.326 ernestoaabus@gmail.com