30.7.2014
LA RETAGUARDIA
El juez Francisco Ferrer, del Juzgado 23 Secretaría 46 del Fuero Contencioso Administrativo y Tributario, hizo lugar a tres recursos de amparo presentados por vecinos y comuneros de la ciudad de Buenos Aires y suspendió el decreto 251/2014 firmado por Mauricio Macri, que disponía la creación de nuevos cargos de “gerentes” y “subgerentes” para las 15 comunas. Martín Iommi, de la Comuna 6, explicó la importancia de esta decisión de la justicia y se refirió a las trabas que coloca el gobierno porteño para lograr una verdadera descentralización del poder y un buen funcionamiento de las comunas.
“Mauricio Macri hizo un decreto, el 251 de 2014, por el cual podía definir cuáles eran las estructuras organizativas dentro de las comunas, es decir qué gerente, subgerente, qué personal de las comunas o que ellos designen y qué funciones iba a tener cada uno. Eso es una atribución de la junta comunal, y por eso se presentó un recurso de amparo con un bloque de comuneros de 14 de las 15 comunas de la ciudad y se ha conseguido poder avanzar en este sentido porque ya salió la suspensión del decreto por una sentencia del juez Ferrer. Estamos contentos con esa situación porque hemos logrado frenar una embestida del jefe de gobierno en su intento de que las comunas no funcionen”, afirmó Martín Iommi, integrante de la comuna 6, durante el programa radial Sueños Posibles.
Para Iommi, la única forma de que funcionen correctamente las comunas es que haya organización hacia adentro: “es imposible funcionar en un organismo del gobierno donde uno entra y no sabe qué rol tiene cada una de las personas que están, esto genera conflictos de cualquier índole, a nadie se lo ha nombrado jefe ni gerente, ni director, ni ninguna figura que se aproxime a eso, por lo tanto termina siendo un caos y lo que termina sucediendo es que las comunas no funcionan”.
El hecho de que las comunas no puedan ejercer sus funciones favorece directamente a las empresas que cumplen con estas tareas de manera tercerizada. Así lo explicó Iommi: “las comunas intervienen en todo lo que tiene que ver con el mantenimiento del espacio público, veredas, podas, pavimento, aceras, etc., lo que hace el gobierno central es centralizar eso y transferírselo a empresas que vienen funcionando desde hace muchísimos años en la ciudad, que son las que hacen grandes negocios con esas inmensas licitaciones, que son las que concentran el dinero de los impuestos. Obviamente lo que nosotros queremos es que las juntas comunales que fueron electas ya en el 2009, tengan esa función para que de esa forma el consejo consultivo del que pueden participar todos los vecinos del barrio puedan decidir qué se hace con los impuestos que pagan, a dónde va esa plata, cómo se ejecuta”. Para Iommi está claro que detrás de estas facultades que el jefe de gobierno porteño no quiere transferir se esconden negocios millonarios con estas empresas.
La ciudad de Buenos Aires está dividida en 15 comunas, en cada una trabajan entre 30 y 80 personas en función del barrio. A su vez, las juntas comunales tienen siete miembros, que son elegidos por votación directa por los vecinos. Según explicó Iommi, cada comunero cobra el 60% de lo que significa el sueldo de un legislador, mientras que el presidente de la junta recibe un 10% más. En cuanto al dinero que reciben, las comunas deberían tener el 5% del presupuesto de la ciudad de Buenos Aires, montos que no son transferidos por el gobierno porteño.
“En realidad la discusión no es cuánto gana un gerente sino cuánto le sale al Estado contratar esos servicios –señaló Iommi–, y por otro lado cuánto le sale al Estado contratarlo a través de una empresa privada y cuánto le saldría hacerlo por su propia cuenta. Obviamente si el Estado funcionara de una forma eficiente, los recursos saldrían mucho menos. En nuestra área, que sería la de veredas y pavimento, si tuviéramos el control de eso podríamos reducir un tercio del presupuesto que se gasta en este momento. Además, se destruyen más veredas de las que se reparan y el Estado tiene responsabilidad de reparar solo aquellas veredas que son por causa de reparación o por el arbolado público. En definitiva nosotros estamos en esta situación, aunque existimos es como si no existiéramos, es decir no podemos existir realmente porque hay una gran intención del gobierno central de concentrar la caja”.
En cuanto al posible funcionamiento futuro de las comunas, Iommi reflexionó: “en la ciudad de Buenos Aires hay una experiencia muy fuerte que son las asambleas populares en 2001. En todos los barrios donde hubo esa experiencia en 2001-2002 se está viendo cada vez más que cuando hay un problema la gente se moviliza y se organiza, tal como sucedió con los inundados en Saavedra, como sucede ahora con los cortes de luz en Caballito. Hay un sector de la sociedad que siempre es minoritario pero que busca participar, y canales de participación, y creo que las comunas realmente son una gran herramienta para eso, lo que pasa es que existe un problema que es que el poder del Estado no se quiere descentralizar porque hay montones de intereses atrás de ese poder. Obviamente uno confía, o por lo menos cree que va a ser posible, que todo lo que estamos haciendo en algún momento se concrete, vamos dando pasos cada uno de nosotros en los lugares donde estamos, ya no por nosotros quizás porque nos queda menos de dos años, pero quizás para los que sigan. Esperemos que la participación popular sea la que en definitiva logre torcer esta situación en la ciudad”.
Las comunas y una lucha ya histórica por lograr funcionar tal como lo indica la Ley de Comunas que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se niega sistemáticamente a cumplir. Las comunas y su pelea por conseguir la descentralización del poder ante un Ejecutivo porteño que parece sentirse más cómodo con un formato de estado empresario, que con uno donde las comunas sean una realidad que rompa con la burocracia administrativa.