29.3.2016
Entrevistamos a la escritora y novelista Gabriela Massuh, autora del libro “El robo de Buenos Aires”, a raíz del proyecto que crea la Agencia de Bienes S.E.
¿Qué es la Agencia de Bienes y qué implicancias tiene para los terrenos de la Ciudad?
La Agencia de Bienes S.E. es la creación de un ente autónomo que se adjudica el derecho de vender todos los terrenos y edificios de dominio público de la Ciudad ubicados al norte de la Avenida San Juan. Con este proyecto, sumado al de la Corporación del Sur y la Corporación Puerto Madero, el territorio completo de la Ciudad queda en manos de la voluntad exclusiva del Poder Ejecutivo: cada decisión que se tome respecto de esos predios no pasa por ningún control público, ya sea la Legislatura, las Comunas o cualquier instancia de decisión ciudadana. En el proyecto de ley se esgrime un solo argumento: cualquier bien público puede ser enajenado si el Gobierno de la Ciudad lo considera innecesario para la gestión.
¿Qué quiere decir "innecesario para la Gestión"? Esto es algo ignominioso que no se explica en el proyecto de ley. ¿Es innecesario el Obelisco? ¿Lo es el Teatro Colón? ¿Lo son las plazas?
En este sentido, los autores de la ley están tratando el concepto desde un punto de vista absolutamente economicista, como si gobernar no fuera otra cosa que generar acumulación. En este tipo de pensamiento se dejan afuera todos los factores que hacen a un buen gobierno: el bienestar general, la igualdad de oportunidades, el derecho a la vivienda digna, el derecho a la memoria, al patrimonio histórico, a los espacios verdes, en fin, a la calidad de vida de la ciudadanía en su conjunto.
¿Cuáles son los terrenos que podrían venderse?
La información recabada con dificultad revela más de 2.400 inmuebles que involucran a 12 de las 15 comunas. El mapeo de bienes a enajenar se potencia con las grandes fracciones indivisas de propiedad del Estado Nacional en el territorio de la CABA y revela un cuantioso botín público al servicio de la especulación inmobiliaria de grupos de capital privados. Sin información, planificación, ni control, se pone seriamente en riesgo el futuro urbano-ambiental de una ciudad inundable, con déficit de espacios verdes y desarrollos urbanísticos tipo Puerto Madero en la banda costera del río de La Plata, a la vez que se extingue el potencial de aprovechamiento público de este capital social-urbano.
La lista de predios en vías de privatización de la Agencia no ha sido publicitada oficialmente. Toda información al respecto es difusa. En tratativas de urbanización y venta están, entre otros, el Tiro Federal Argentino en Núñez, el Dorrego en Colegiales, el Cuartel de la Policía Montada en Palermo, el Empalme Ferroviario Norte en Retiro. También el Autódromo, el Centro Cultural Recoleta, el CEMIC, el Distrito Joven Costanera Norte, la Casa Amarilla de la Boca y otros que ya corren por cuerda separada.
Por otra parte, la creación de la Agencia, así como lo fue la creación de la Corporación Puerto Madero y de la Corporación del Sur viola la Constitución de la Ciudad: se trata de una delegación indebida del poder Legislativo y de las Comunas torciendo el mandato constitucional y aboliendo el derecho vecinal a determinar la identidad de su hábitat. El Estado está actuando exclusivamente como promotor de los negocios privados, de la especulación inmobiliaria. En este sentido se violan, entre otros, los Artículos 82, 84 y 89 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.
¿Cuál ha sido en este marco la experiencia con la Corporación Puerto Madero y la Corporación del Sur?
La Agencia de Bienes S.E. está hecha a imagen y semejanza de las dos Corporaciones, si bien hay estatus diferentes, por ejemplo, la Corporación Puerto Madero es, directamente, una Sociedad Anónima en la que intervienen estamentos estatales, pero se maneja como un ente privado. Yo creo que en ningún lugar del mundo se le usurparon 90 hectáreas a una ciudad para que un grupo de funcionarios ponga en venta tierras públicas sin ningún control de la ciudadanía. Puerto Madero no le trajo ningún beneficio a la Ciudad y, se diría, casi no es parte de la ciudad integrada: allí no hay colegios, no hay correos, no hay transporte público y se maneja como un coto de caza o un country privado. Es además el predio menos ocupado de la ciudad: hay un sinnúmero de departamentos vacíos (se estima que el 65%) que fueron adquiridos con el solo fin de especular y acumular capital. En mi libro detallo exhaustivamente el despropósito, el escándalo que significa Puerto Madero como un robo de tierras públicas del que se beneficiaron un grupo de funcionarios y, especialmente, la Sociedad Central de Arquitectos.
En el caso de la Corporación del Sur, fundada durante el gobierno de De la Rúa, se gestó con el propósito de "revitalizar" el Sur de la Ciudad. Nada de eso sucedió. El Sur sigue siendo la zona más desposeída, la que cuenta con mayor cantidad de villas, la de mayor criminalización, mientras que a ultranza se quieren llevar a cabo grandes proyectos como la sede de los juegos olímpicos de la juventud para el 2018, se concedieron cuarenta hectáreas de parque para una estación de transporte de camiones, se planifican hoteles, clubes de golf, etc., pero jamás se ha previsto ninguna solución a los enormes sectores de viviendas carenciadas que viven allí en un estado que da vergüenza ajena. Téngase en cuenta de que hoy el 12% de los habitantes de nuestra ciudad carecen de agua potable. A esta situación solo la empeoran emprendimientos faraónicos de los cuales solamente usufructan los que tienen capital acumulado y quieren invertir.
¿Cómo describiría la política del PRO en lo que hace al uso del suelo en sus 8 años de gestión en la Ciudad?
Esta es una pregunta muy amplia y solamente puedo responderla de una manera simplista: toda la llamada "gestión" del PRO se ha reducido a enajenar tierras públicas, reducir espacios verdes y lo que ellos llaman "poner en valor" los barrios, que no es otra cosa que crear polos para eximir de impuestos a inversionistas y especuladores que terminan por echar a la población de los barrios tradicionalmente de clase media de escaso poder adquisitivo. Esto contribuyó a que la ciudad se hiciera más peligrosa: crear enclaves de riqueza (el distrito de las artes, el polo tecnológico, etc.) junto a sectores más carenciados solo incrementa la población de las villas y libera zonas de delito en toda la ciudad. Frente a esta inseguridad, que debería evitarse con cohesión social, se responde siempre con más vigilancia y más policía. En fin, hay mucho más para decir y, modestamente, solo puedo recomendar que toda la situación está analizada en mi libro. Ojo, no estoy haciendo propaganda…
¿Qué peligros pueden traer al futuro para la Ciudad los proyectos como el del Tiro Federal, el Distrito Joven en la Costanera o la ex Ciudad Deportiva de Boca?
Como decía anteriormente, se trata de enclaves de riqueza generados artificialmente para hacer negocios. Esto genera, una serie de excluidos en materia de vivienda que no pueden costear los barrios en los que vivían y se las tienen que ingeniar como pueden en departamentos miserables o en zonas de la ciudad que todavía no están gentrificadas. Hace veinte años Buenos Aires era una ciudad para todos: no había enclaves y no existían los barrios abandonados artificialmente, como lo son hoy, por ejemplo, San Telmo y parte de Barracas librados a la buena de Dios para que la gente pida a gritos que se vayan los pobres y se construyan torres. En este sentido la población es bastante ingenua. Considera que la construcción indiscriminada de torres es una manera de "limpiar" la ciudad de basura, de inseguridad y de pobres. Pero eso sigue existiendo y se incrementa día a día.
¿Cuáles son las mayores necesidades de la Ciudad en materia de vivienda y urbanismo?
Hay que empezar de una vez por todas a volver a generar viviendas sociales, urbanizar las villas y otorgar créditos blandos para que la gente pueda acceder fácilmente a la vivienda. Lamentablemente estamos recorriendo el sentido contrario: esta quiere ser una ciudad para turistas y para ricos. La población que la habita, la recorre y la paga no le importa un rábano al partido de gobierno.