“Mi cara, mi ropa y mi barrio no son delito”
24.6.2016
El lunes se llevó a cabo en la Villa 31 una nueva edición del festival "Mi cara, mi ropa y mi barrio no son delito", impulsado por la Campaña contra la Violencia Institucional.
Por Jorge Giordano
La cancha de fútbol del barrio Güemes en la Villa 31 hizo de escenario del último festival "Mi cara, mi ropa y mi barrio no son delito", organizado desde la Campaña contra la Violencia Institucional. Este lunes cientos de personas desafiaron la llegada del invierno para ver a más de treinta raperos y raperas de los barrios de la ciudad. El festival contó también con la presencia de Malena D'Alessio, ex Actitud María Marta, quién filmó algunas escenas para su próximo videoclip.
"Desde la Campaña contra la Violencia Institucional venimos armando los festivales de rap, el motivo principal es que si escuchás las letras sobre las vidas de estos jóvenes de los barrios más humildes, están atravesados por la violencia institucional" afirma Pablo Zappulla, responsable de la Campaña en la Villa 31. Zappulla amplía: "Acá la situación es tremenda, en la Villa 31 estamos atravesados por la militarización. El barrio fue militarizado por miles de gendarmes y policías y nadie les preguntó a los vecinos si estaban o no de acuerdo. Por eso la necesidad de organizarnos, cómo hacer para que la población civil tenga incidencia en las políticas de seguridad".
"Quiero hacer un anuncio. En la parrilla de allá, 35 pesos. Alto paty. Si comés eso, a la noche no cenás", avisan desde el micrófono. Entre los organizadores se habla mucho del "rap conciencia". "El rap conciencia es dejar un mensaje claro a las personas que escuchan. Te hace pensar, no sólo cajetear y recordar. Es decir 'yo soy esto, y quiero hacer esto, por esta razón'. Quiero cantar por el barrio y para los barrios. Contar la vida de todos, mostrar que todos somos iguales", dice Akuma MC, organizador del festival y rapero.
De ese contar la vida se trata el festival. Habla de violencia institucional, pero también de la piba que no contesta en el whatsapp, de la madre a la que se hace renegar. Habla de un pueblo que se va cansando: "Y si te aumenta el costo, no pasa nada/Y si vendimos Argentina, no pasa nada". Zappulla agrega: "Cuando cantan las chicas salen también temas sobre la violencia de género, la violencia obstétrica, de los malos tratos en los hospitales hacia las mujeres". En el cuento "Como un león", el escritor Haroldo Conti pintaba el universo de un joven de la Villa 31. Cuatro décadas después y en el mismo lugar, los pibes muestran que quieren y pueden hablar por sí mismos.
"¿Cómo se deletrea?" "Me llamo 'E, Z, un guión para arriba, L'." Renombrarse es también reafirmarse. "Sinceramente la primera vez vine por el show, no sabía lo que estaban haciendo. Me explicaron la movida, que era contra el gatillo fácil, darle un mensaje a los pibes, y me sumé sin problemas. Ya estuvimos en Soldati, Barracas, Tierra Amarilla, acá en Retiro", dice Eze'L, de San Miguel. Hace poco cumplió dieciocho. "Cuando arranqué, por mucha depresión, muchos problemas familiares, cuando empecé a escribir, no sabía bien. Yo empecé como un juego nada más, y la verdad me abrió muchas puertas, me hizo desahogarme", cuenta.
Con el micrófono en la mano, Eze'L le canta a su madre: "Primero que nada te pido mil disculpas/por esos momentos de llanto que eran mi culpa/por no terminar la escuela, por no ser empresario/ por decidir ser un cantante".
– ¿Te ponés a escribir todos los días?
– Es que no puedo, porque trabajo. Tengo que ayudar en mi casa, tengo que trabajar. La cosa ahora está mal, me imagino que está así en todos lados.
– ¿De qué trabajás?
– Yo laburo de albañil y pintor, de 6 de la mañana a 7 de la tarde.
– ¿Y cuándo te ponés a escribir?
– Y capaz que cuando me despejo un poco. A veces también te ponés a escribir porque te pasó algo, si estás con una piba capaz escribís sobre eso, o si te peleás necesitás desahogarte y escribís.
En el escenario pasan decenas de artistas, uno tras otro. Pibes y pibas del barrio, muy chicos, se ponen a bailar enfrente, espontáneamente. Desde hace algunos años el rap viene pisando fuerte en los barrios. La cumbia villera dejó vacante un espacio desde que se dedicó casi en su totalidad a hablar de amor. Hoy en día la música que habla de lo que pasa en los "barrios bajos" es sin ninguna duda el rap.
Akuma afirma que "Muchos adolescentes se dan cuenta de que el hip hop representa algo de su vida, de su barrio, o algo que les pasó. Yo canto desde los 10 años, hace doce años que canto. El rap me cambió la personalidad. La primera vez que canté en un freestyle me sentí libre, en paz. La discriminación que veo en la violencia institucional también tiene que ver con eso. Cuando canto en la Avenida, la gente me esquiva, me mira mal, la policía me para. Queremos dejar el mensaje claro de que el barrio bajo no es como todos dicen, que la Villa 31 no es como la tele y el sistema lo predice. Gracias al hip hop y la música entendí lo que quiero ser. Acá hay varios pibes que se la rebuscan cantando, por ejemplo yo también canto en los trenes. Quiero que entiendan que la música te cambia, te representa y lo podés sentir cuando cantás".e:ES;mso-fareast-language:EN-US;mso-bidi-language: AR-SA'>En el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, cinco trabajadores que hacen la misma tarea en el mismo programa durante las mismas horas por semana, pueden cobrar hasta cinco salarios distintos. Más de 1.200 empleados no tienen estabilidad laboral: 900 se encuentran bajo contrato de locación y alrededor de 300 son tercerizados mediante ONG y universidades.